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La historia de Billy Meier (y 2)

LA RESPUESTA DE LOS UFÓLOGOS

Jim Lorenzen se había puesto en contacto con sus colegas europeos. De Suiza se le informó que todo el caso era una broma, que cada vez que los norteamericanos (Stevens, Welch y los Elders) se marchaban de la casa de Meier, Billy se reía a sus espaldas de lo fácilmente que les había engañado. Lorenzen se enteró también de que las declaraciones juradas de presuntos testigos, que los del grupo Intercep enarbolaban como prueba, no solo no apoyaban las afirmaciones de Meier, sino que en realidad las rechazaban.

«Creo que empleaba modelos «“escribió Lorenzen- y retiró las fotos que no eran buenas. Nunca se comprobaron las pistas del revelado y de las copias para ver si se sostenían. Nunca verificaron una cosa así, que es lo más simple y una de las primeras cosas que yo hubiera comprobado».

La APRO solicitó a Stevens la pusiera en contacto con Meier para realizar una investigación más exhaustiva, pero el coronel se negó. Entonces solicitó les fueran proporcionadas copias de las fotografías y de ser posible los originales, pero Wendelle tampoco aceptó.

En la convención de la APRO, UFO-79, en San Diego, Lorenzen declaró:

«En estos momentos creo que el caso Meier es un fraude».

Más tarde puntualizó en el APRO Bulletin de octubre de 1979, dirigiéndose a Stevens:

«Doy por supuesto que usted y sus asociados se han precipitado en el juicio acerca de este asunto porque de antemano estaban predispuestos a creer: tenían ya una predisposición hacia las explicaciones exóticas… Hasta ahora, cada una de las pruebas que Meier ha ofrecido, cuando se ha seguido hasta sus límites lógicos, acaba en cero en lo que se refiere a una prueba fehaciente. Y aunque se vayan añadiendo ceros, lo único que se tiene es igual a cero».

Por su parte Walter Andrus, director de la Mutual UFO Network (MUFON), escribió en 1980 en el MUFON UFO Journal que el caso Meier «es un fraude total perpetrado contra el público para conseguir una ganancia financiera. Una investigación en Estados Unidos ha identificado un globo en varias de las fotografías que sostiene el modelo pendiente de una cuerda mientras Billy Meier manejaba la cámara y la hacía avanzar en varios ángulos diferentes. Por lo tanto, es imperativo desenmascarar a semejantes oportunistas».

La misma revista Fate incluía una crítica de George Earley que decía: «Creo que este libro (UFO… contact from the Pleiades) es un desatino, muy bien presentado, la verdad sea dicha, pero de todos modos un desatino».

El mismo Earley escribió en la primavera de 1981 en el boletín Saucer Smear que lo ofrecido por Stevens como pruebas no eran más que «tontería baratas».

«Stevens conoce muy bien lo que constituyen, aquí en nuestro planeta Tierra, pruebas legales y/o científicas, pero él y sus colaboradores, de una forma consistente y persistente han fracasado al no facilitar ningún tipo de prueba. Hasta que lo hagan, merecen toda clase de críticas en este sentido por parte de todos nosotros».

William Moore, refiriéndose al comentario de Andrus, envió una circular a los principales ufólogos americanos:

«Andrus y todo el resto de nosotros daríamos la bienvenida con los brazos abiertos (a un pleito). Dado que ninguno creemos que posean pruebas que se mantengan en pie ante un tribunal. Por otra parte, de no presentar la demanda, estarían admitiendo que lo que Andrus había dicho era verdad. Según la práctica legal, «˜quien calla otorga»™, y esto es algo que creo podría aplicarse aquí. Creo firmemente que esas personas, en lo más profundo de sus corazones, saben exactamente qué hay de verdad en este asunto. Que es sólo su ansia de dinero y de beneficio lo que les impide contarle al mundo la verdad. Piensen en todo eso».

En otra carta abierta, publicada en el Saucer Smear, tras acusar al grupo Intercep de suprimir algunas de las declaraciones más absurdas de Meier, Moore escribió:

«Se debe reconocer que, cuando se ha visto enfrentado con la legítima oportunidad de presentar las pruebas a un foro cualificado, y de esta manera dejar zanjada la controversia Meier de una vez y para siempre, (Intercep) ha dado la callada por respuesta y se ha negado de manera patente a hacerlo. La realidad pura y simple es que eligieron no responder ante los micrófonos que estaban a su disposición».

Karl K. Korff publicó en el MUFON UFO Journal de diciembre de 1980, un artículo titulado El incidente Meier: el fraude más infamante de la ufología, que más tarde amplió en un folleto que distribuyó entre los ufólogos norteamericanos.

«Tras una cuidadosa revisión de todos los sucesos principales «“escribió-, tal como han sido declarados por Genesis III y los individuos relacionados con el caso Meier, puede mostrarse de forma concluyente que ninguno de los acontecimientos tal y como se afirma alberga la menor prueba que apoye su autenticidad. Por lo tanto, debe declararse que el caso Meier tiene toda la apariencia de no ser más que un grandioso y elaborado fraude. Ciertamente, se trata del más extravagante de todos los casos de contactee existentes en los archivos de la ufología».

Lorenzen escribió en Second Look, de 1980 que: «Meier es un testigo carente de confianza, porque fue encarcelado por atracar en su adolescencia, se escapó de la cárcel, se alistó en la legión extranjera y pasó el resto de su condena en Suiza».

En la revista londinense The Unexplained se publicó que la historia de Meier «se ha convertido en algo tan pintoresco que incluso el devoto más crédulo de la hipótesis extraterrestre sentirá por lo menos una pequeña sombra de duda. Posee todo el sello de las extravagancias del norteamericano George Adamski, puestas al día y técnicamente sofisticadas para una era que exigía mucho más». Todavía no conocían la credulidad de Jaime Maussán.

TULIO; UN METAL ESTELAR

Como prueba para respaldar sus relatos y sus fotografías Meier entregó a Stevens varias muestras metálicas empleadas en la fabricación del casco de las naves luminosas pleyadianas.

El coronel había establecido contacto con un joven delgado y bajito, Jim Dilettoso, que estaba metido en innumerables proyectos de la industria del entretenimiento, como la puesta en escena de espectáculos de luz y sonido por medio de láser, computadoras y digitalizadores de sonido.

Por medio de Dilettoso, Stevens logró llegar hasta Marcel Vogel, un químico investigador de la IBM de San José, California. Vogel no era ningún experto analista, sus especialidad era el revestimiento de los discos de memoria magnética, el empleo de cristales líquidos para exposiciones ópticas y la conversión de energía dentro de los cristales. No obstante, contaba con un excelente microscopio electrónico con escáner, que de poco le valdría en la identificación de los compuestos y elementos que formaban las muestras que Stevens le envió.

Efectivamente, Stevens le había enviado cuatro paquetes: el primero contenía un cristal color lavanda; dos llevan unas muestras metálicas oscuras y el último albergaba un triángulo de un par de centímetros de lo que parecía ser una aleación de plata y oro.

Excepto por su claridad y por la belleza de su suave tono violeta, el cristal de amatista no reveló ninguna propiedad fuera de lo corriente. La parte oscura de las dos muestras metálicas era óxido y contenía principalmente aluminio, azufre y pequeñas cantidades de plomo, cobre y plata. Vogel no les consideró mejor que una soldadura estándar de plata.

«Se podía haber acudido a un joyero y conseguido una mezcla así».

Sólo quedaba por analizar el pequeño triángulo dorado. Curiosamente Vogel grabó en cinta de video el análisis de esta muestra, un procedimiento poco común en cualquier técnica analítica de aquella época. El pequeño espécimen contenía plata, aluminio, potasio, calcio, cromo, cobre, argón, bromo, cloro, hierro, azufre y silicio. En la pequeña parte central encontró tulio. Los resultados le parecieron fascinantes, por lo que habló con el ufólogo Richard Haines, del Centro de Investigación Ames, de la NASA, para que fuera a ver la extraña muestra.

«Me dio la suficiente información por teléfono como para tentarme «“declaró Haines. Por lo tanto fui».

Al día siguiente, cuando Haines llegó, Vogel le dijo:

-Tengo que enseñarte algo.

«Luego se metió la mano en el bolsillo «“recordó Haines- en busca de una bolsita de plástico en la que había puesto el fragmento triangular y no lo encontró… Se quedó mirando con una expresión que nunca olvidaré: estaba como alelado. O era un gran actor o decía la verdad».

El fragmento metálico había desaparecido. Tiempo después Vogel perdería su entusiasmo por el proyecto.

«No a causa del metal «“dijo-, sino por la manera en que actuaban aquellas personas (Stevens y los de Intercep)».

La gente de Genesis III había publicado, sin aprobación de Vogel, un amasijo de cosas incoherentes y fantasiosas, haciendo aparecer el caso como algo sumamente espectacular y extraño.

Lo que Stevens y sus patrocinadores nunca mencionaron fue que, las mismas muestras las habían hecho analizar en la Universidad de Arizona en donde se les había etiquetado como «metal de crisol», es decir, una aleación de baja temperatura que se emplea para hacer cosas tales como soldaditos de plomo.

MI MARIDO LO FALSIFICÓ

En diversas ocasiones fue descubierto in fraganti y en varias otras se le comprobó el fraude. Continuamente llegaban informes procedentes de Europa, en el sentido de que alguien había visto pequeños modelos colgados en el granero de Meier. En una de sus fotos, por ejemplo, aparece un árbol que nunca existió en ese lugar. Meier afirma que sí había un árbol en el sitio pero que desapareció más tarde cuando Semjase «borró su tiempo». En otra ocasión afirmó haber viajado hacia atrás en el tiempo para ver a Jesús y fotografiar el ojo de dios. En realidad se trataba de la nebulosa de

Uno de sus mejores amigos y más fieles admiradores le descubrió otro fraude. Meier afirmaba haber tomado una serie de fotografías que mostraban los escombros de San Francisco después de un gran terremoto que tendría lugar en algún momento en el futuro. Según él había viajado en el tiempo acompañado de Semjase. Pero en realidad las fotos habían sido tomadas de la revista GEO, de un artículo que mostraba la idea de un artista plástico de lo que podría suceder en esa ciudad. Meier se excusó diciendo que los pleyadianos habían colocado en la mente del artista una imagen exacta de un futuro real, el mismo que había fotografiado Meier. La verdad es que su explicación era absurda y así lo entendió el mismo Billy, por lo que las fotografías desaparecieron oportunamente.

El mismo mayor Colman von Keviczky, director del Intercontinental UFO Network (ICUFON) descubrió algunos de los fraudes de Meier. En uno de sus boletines, distribuidos entre sus asociados, afirmó que se habían encontrado modelos de ovnis colgados en el granero de Meier.

Pero el golpe más duro en su carrera de fotógrafo profesional de ovnis lo recibió de su esposa: Popi.

Uno de los primeros jóvenes atraídos por los contactos de Billy Meier lo fue Martín Sorge, de Locarno (un retiro veraniego en el lago Mayor que divide a Suiza de Italia). Licenciado en química y autor de dos libros, uno de ellos sobre hipnosis. Sorge viajó hasta Hinwill después de haber leído, en 1976, los primeros artículos sobre el caso Meier. Poco a poco se fue ganando la confianza de Popi, dando por supuesto que la mujer de aquel hombre, más que nadie, conocería la verdad que se hallaba detrás del relato, y que colocada en el punto exacto acaso revelaría.

Sorge pronto se dio cuenta de que Billy y su mujer tenían pleitos muy frecuentes. Cierto día que él estaba en casa ocurrió uno de esos penosos incidentes. Popi salió corriendo de la casa llorando y gritándole a su marido; cuando regresó horas después, se presentó con Sorge y le entregó en secreto algunas transparencias en color chamuscadas por el fuego. Las fotografías mostraban un modelo, bien suspendido en un plato o sobreimpreso de alguna manera. Una sombra prominente aparecía contra el fondo. Como prueba que Meier había experimentado con modelos. Sorge intentó duplicar las fotos construyendo un modelo de 25 centímetros y fotografiándolo contra un fondo liso en ángulos diferentes. A continuación se dirigió a los bosques y fotografió varios planos de árboles, de cielo y de las onduladas montañas verdes. Con la ayuda de dos proyectores de diapositivas, sobreimpresionó un plano del bosque en una pantalla plateada y, de manera simultánea, introdujo otra diapositiva del modelo que había construido, centrándolo contra aquel fondo del bosque. Luego enfocó con nitidez ambas diapositivas y fotografió la pantalla.

También su amigo Hans Schutzbach había visto las fotos de los modelos, pero Meier se adelantó informándole que efectivamente había tallado un modelo de madera, pero sólo con el fin de recordar cómo eran las naves pleyadeanas. Para evitar «malas interpretaciones», Meier decidió quemar las fotos, pero Popi las rescató del fuego. En el incidente que presenció Sorge, Popi le entregó los restos de las mismas. Meier se enojó y discutieron acremente. Popi trató de defenderse utilizando la pistola de Billy pero éste logró desarmarla. Luego, Popi trató de suicidarse con píldoras.

Para Sorge no había duda «vi fotografías de un ovni y, en realidad, se trataba de un modelo. En primer lugar vi que se trataba de un modelo y, en segundo lugar me enteré de aquello por su mujer. Me dijo: «˜Sí, trabaja con un modelo»™.

«Meier no ha hecho ningún viaje espacial y no está teniendo contactos con Semjase, pero es capaz de lanzarse a un mundo imaginario y tener experiencias oníricas. Falsifica las pruebas para que la gente comprenda su experiencia».

ANÁLISIS FOTOGRÁFICO

Jim Dilettoso había estado muy activo tratando de localizar gente que pudiera analizar las pruebas de Meier. En el caso de las fotografías y las películas encontró al docto Robert Nathan, del Jet Propulsion Laboratory (JPL), en Pasadena California. El doctor Nathan había ideado el procesamiento de imágenes en la década de los sesenta y lo mejoró durante los siguientes 20 años. Nathan aclaró a Stevens y Dilettoso que miraría las fotos como particular, no como científico del JPL, y que cualquier opinión que emitiese sería particular, y en modo alguno de la NASA.

Stevens le mostró algunas fotografías y los originales, pero no quisieron dejarlos para su análisis. Tiempo después llegaría con un nuevo material que le fue entregado a Bob Post y Audrey Aykins, del laboratorio fotográfico, para que hiciera el transfer de las fotos a partir de los negativos, a una transparencia.

Una vez terminado el trabajo, Atkins le entregó los resultados a Stevens y le dijo: «Todo eso es basura».

Las nuevas transparencias que acababa de hacer para el doctor Nathan demostraron que los negativos de Stevens no eran ni mucho menos los negativos originales. En realidad, parecían ser tan inferiores a las bellas copias que Stevens le había mostrado al principio, que Nathan sospechó inmediatamente que le estaban usando, que de una forma deliberada le ofrecían unas pruebas que no podían comprobarse.

«Todo cuanto se es que los negativos que nos dio para que trabajásemos con ellos estaban desenfocados, y es lo único que nos proporcionó. Tenían que ser diferentes de otros negativos anteriores o desenfocados expresamente y de modo intencionado. No podían haberse usado para las copias de alta calidad que me habían mostrado. No me estaban proporcionando sus mejores datos, no me exhibían nada con lo que pudiera trabajar.

«Jamás quedé impresionado con las fotos, me hicieron muy desgraciado. En ningún momento creí que fuesen algo distinto a un fraude. Pero no se debe olvidar que todo mi examen fue más bien precipitado. Esas cosas no han sido nunca objeto de un buen examen porque, dada la calidad de las imágenes entregadas, no valía la pena desperdiciar el tiempo en hacer nada. No tengo ninguna prueba de que sea un fraude. Pero tampoco de que se trate de algo real».

A pesar de haberle jugado rudo con las fotografías, Nathan consintió en ver las películas. En la primera, en blanco y negro, aparecía una nave que avanzaba de un lado a otro por encima de un árbol. En un momento dado la nave pasaba frente al árbol y las ramas superiores se movían como atrapadas por una repentina corriente de aire o remolino. Nathan se echó a reír.

«Â¡Esto es patético! ¡ja, ja, ja! ¡Por el amor de dios! ¡Mire esa cosa que se mueve! ¿Lo ve? Esa es la respuesta que uno esperaría de un objeto pequeño y en extremo ligero que careciese de cualquier cantidad seria de masa asociada a él».

Dos secuencia después, una nave luminosa daba la sensación de que desaparecía desde un punto de unos 15 metros por encima de la falda de la montaña y reaparecía a pocos metros por encima del suelo casi en el mismo fotograma. Para Nathan, se trataba de un modelo colgado de una larga pértiga sostenida por un ayudante que se encontraba detrás del fotógrafo.

La secuencia en la que aparecen tres objetos oscilado detrás de unas ramas fue interpretada por Nathan como pequeños objetos colocados tres metros más allá de las ramas, suspendidos de un largo palo con algo parecido a las cuerdas de un manipulador de marionetas.

Nathan sugirió que tal vez Meier utilizase algo parecido a un tendedero, con dos pértigas colocadas a 7 metros de distancia y un modelo operado con ayuda de poleas.

«Si se trata de un fraude, y así m lo parece, pero no tengo pruebas, fue algo que se hizo de manera muy cuidadosa, con una tremenda cantidad de esfuerzo. Una espantosa cantidad de trabajo para un solo tipo».

MANLIN Y LA GSW

Se hicieron otros intentos de análisis fotográficos, pero todos indicaban que las fotos estaban trucadas, pues el azul del cielo no correspondía al que debería tener una foto tomada en las condiciones descritas. Stevens se atrevió a decir que había prestado los negativos originales varias veces, y que alguien había hablado delante de ellos y les había esparcido gotitas de saliva, lo que había provocado la escasez de azules en la foto. Una fotografía que ha sido procesada varias veces, que se ha positivado, sacado negativos y vuelto a sacar copias, una y otra vez, pierde mucha información. Un original de tercera o cuarta generación de una maqueta suspendida en un hilo puede pasar limpiamente por las computadoras de procesamiento de imágenes sin que aparezca el hilo. Eso fue lo que intentó hacer Stevens con el doctor Nathan, pero éste, debido a su experiencia, se dio cuenta del engaño.

Cada científico dedicado a la fotogrametría, con los que Dilettoso había hablado, manifestaban, e principio, que incluso antes de que pudieran llegar a cualquier declaración decisiva deberían asegurarse primero de que el negativo o transparencia a examinar eran originales. Tal vez una copia de primera mano sería suficiente para el estudio, pero de no ser esto daría la posibilidad de manipulación en la fotografía. Pero Dilettoso encontró a dos investigadores deseosos de analizarlas de todos modos. En realidad podrían examinar unas fotografías sacadas de dios sabe qué copias y probablemente detectar montajes si existían, pero si no encontraban nada, nunca estarían seguros de que no hubieran tenido lugar la falsificación.

Dilettoso consiguió una cita con Eric Eliason, del US Geological Survey, de Flagstaff, Arizona. Durante ocho años Eliason había sido investigador de computadoras en el USGS, desarrollando software de procesado de imágenes para que los astrogeólogos pudieran analizar las fotografías de los planetas radiadas desde el espacio. Se pasó dos años revelando el intrincado mapa de radar de las nubes que cubren Venus, conseguido por el Pionner 10, y más tarde aplicó su software en el procesado de las fotografías espaciales radiadas por el Viking y el Voyager, filtrándolas, ajustando el contraste, y llevando a cabo otras técnicas de realce de las imágenes.

Eliason comentó sobre Dilettoso:

«Aquel tipo deseaba tan terriblemente creer que se trataba de una cosa real que siguió adelante y lo creyó de todas formas. No existe la menor duda al respecto de que se hallaba obnubilado emocionalmente».

La opinión, no concluyente, de Eliason fue que se trataba de un modelo, pero como no tenía los originales sus resultados no podían ir más allá.

«En ese caso «“de que fuera un modelo- se trataría de un fraude, pero no se podría ver en el procesado de imágenes».

Dilettoso encontró en la Universidad del Estado de Arizona, en Tempe, en las afueras de Phoenix, al doctor Michael Manlin, que tenía entonces 31 años y daba clases en el departamento de Geología. Su tesis doctoral trataba del procesado de imágenes y el análisis de las imágenes tomadas por los aparatos espaciales en Marte.

Manlin deseaba saber la velocidad del obturador, la apertura fijada y cómo estaba enfocado el objetivo.

«Lo mejor sería tener la película original. Sin una información muy detallada acerca de los originales, casi no es posible afirmar nada».

Después de estudiar el material de Meier, Manlin declaró:

«Lo que encontré fue que la calidad de los datos que me habían facilitado resultaban insuficientes para practicar un análisis detallado, un análisis numérico, de qué eran aquellas cosas. Pero según el nivel de los datos suministrados, no pude ver nada erróneo en las imágenes. Existía el apropiado difuminado de los contornos, el eclipsamiento de los objetos distantes, y cosas así. Al nivel en que lo vi, puedo manifestar que la cosa parecía no ser fraude fotográfico. Pero eso no significa tampoco que no se tratase de un fraude fotográfico».

Un detalle curioso que mencionó Manlin fue que Dilettoso había logrado conjuntar un equipo de análisis de fotografía tan sofisticado como el de la Universidad de Arizona.

«No estoy seguro de que pudiera hacer con él lo mismo que yo hacía con el mío, pero sí extraerle rendimiento».

De lo que nuevamente se quejó Manlin fue de una manipulación por parte de Dilettoso y su grupo.

«Supuse que estaba empleando mi nombre para JPL y éste nombre conmigo, en un intento de conseguir algo, pero no le echo la culpa por ello. Creo que es un tipo bastante brillante. Me parece que estaba más a favor de que esa cosa fuese algo real, que a favor de desenmascararla».

Si Nathan, Eliason y Manlin no pudieron conseguir negativos de primera o segunda generación, corrieron con mejor suerte la gente del Ground Saucer Watch GSW. Sin que lo supiese Stevens ni Dilettoso, en 1976 un investigador de la República Federal Alemana había enviado al GSW 10 fotos para que las analizaran. Las fotos eran copias del segundo original. Llevado lacado el análisis, GSW emitió este informe:

«Todas las fotos son falsificaciones y no pueden considerarse una prueba de un aparato volador extraordinario».

Se encontró que Meier había empleado casi todos los métodos imaginables para falsificar fotos: un modelo suspendido, la técnica de doble exposición, el método de doble revelado, etc.

La gente del GSW no había hecho más que confirmar lo que ya Lou Zinsstag había informado en una de sus cartas a Timothy Good:

«Muchos de los antiguos amigos de Meier repitieron sus trucos, con fotografías en el vidrio de una ventana, dándoles la vuelta y contando a todo el mundo lo fácil que era hacer aquello. Yo misma conseguí un par de esas falsificaciones».

Casi estamos a punto de terminar esta historia. En 1983 la oficina del fiscal de Pima County, Arizona, acusó a Wendelle C. Stevens de abusos deshonestos con niños. Stevens se declaró culpable y, a causa de esta confesión, se le encarceló en el penal del Estado de Arizona.

Jim Dilettoso comenzó a decir que era asesor de la NASA, con estudios en la Universidad de McGill. Una investigación de Korff demostró que eso era una burda mentira. Una carta de Karen J`hari, secretaria de la rectoría, indica que en sus registros no se encuentra el nombre de Dilettoso. Y en la NASA tampoco habían oído hablar de él.

Meier fundó el Semjase Silver Star Center, que después pasaría a llamarse Comunidad Liberal de Interesados en la Ciencia Espiritual de Frontera y de Estudios Ufológicos (FIGU, por sus siglas en alemán).

En 1989 tuvo los últimos cuatro contactos físicos con Ptaah, uno de los líderes supremos de los pleyadianos. Poco antes le habían criticado la imposibilidad de que sus extraterrestres provinieran en las Pléyades ya que estas estrellas son un sistema en formación en donde no puede haber vida, al menos como la conocemos. En tal ocasión Ptaah le explicó el enigma. Le reveló que no eran completamente pleyadianos, sino pleiarianos, de Plejos.

En febrero de 1995 los pleiarianos (de Plejos y no de las Pléyades) dejaron nuestro planeta, en particular su base subterránea en Suiza, que había permanecido activa desde el año 1600, y regresaron a su mundo, Erra, situado en el sistema de Taygeta para, según Meier, no volver más.

Esta historia continuará…

Cinco fotografías tomadas por Guido Moosbrugger. A pesar de pertenecer al mismo grupo de contactados y ser vecinos, las fotos de Moosbrugger distan mucho de las de Meier.

Este es el globo fotografiado en el avistamiento grupal de la familia Meier.

Walter Andrus.

William Moore

Karl K. Korff

Jim Dilettoso

Marcel Vogel

Kolman von Keviczky

Martin Sorge

Eric Eliason

La «extraña» muestra de metal que los extraterrestres le entregaron a Meier.

Ptaah

Documento de la Universidad de McGill que informa que Dilettoso nunca ha pertenecido a esa universidad.

Tres fotos de las maquetas de Meier. La mala calidad se debe a que son los negativos rescatados por Popi de las llamas.

El famoso ovni-pastel. La nave espacial más ridícula de todos los tiempos. Las fotografías subsecuentes muestran los diversos elementos utilizados en la confección de la maqueta.

Varios de los modelos de Korff para duplicar las fotos de Meier.

Diversos análisis hechos por ufólogos en donde se muestran los hilos que sostenían las maquetas de Meier.

Dos series de nebulosas fotografiadas por Meier. La segunda, informa Meier, es «el ojo de dios». En realidad se trata de la nebulosa del anillo.

La historia de Billy Meier (Primera parte)

BILLY MEIER

EL MÁS POLÉMICO FRAUDE FOTOGRÁFICO

Eduard «Billy» Meier nació el 3 de febrero de 1937 en el pueblo suizo de Bulach. En su juventud se dedicó a viajar (durante doce años) por África, Asia y Europa. Aunque sus aduladores afirman que su primera experiencia contactista fue la del 28 de enero de1975, en realidad la primera fotografía de Meier publicada en un medio alemán (de cinco luces en formación), apareció en 1959 en la revista UFO Nachrichten, en donde se decía que la foto había sido tomada por «Eduard Meier, del Grupo UFO_IFO de Uitikon, Suiza».

Un periodista de Nueva Delhi llamado S. Venkatesh publicó, en The Statesman del 30 de septiembre de 1964, el que tal vez sea el primer artículo, en inglés, sobre Billy Meier. Los encabezados de la nota decían: «El hombre de los platillos volantes se va de Nueva Delhi. El suizo alega que ha visitado tres planetas».

En esa nota se le identificaba con sus nombres de pila: Eduard Albert. Se menciona que el contactado había vivido en cuevas desde su llegada a la India, hacía de eso cinco meses. Venkatesh le encontró «desnudo sentado en uno de los monumentos rupestres de Mehrauli, cerca de Buda Vihara».

«No sólo he visto las naves del espacio exterior «“dijo Albert-, sino que las fotografié e incluso viajé en ellas». Para demostrar esto enseñó al reportero un álbum con ochenta fotos (aunque afirmó haber hecho más de cuatrocientas, pero la mayoría se las habían robado en Jordania y la India) pero no quiso proporcionar ninguna para ilustrar el artículo, antes bien pidió que no se le hiciera publicidad.

De acuerdo a la descripción de Venkatesh: «Los objetos fotografiados varían en tamaño y forma. Uno de ellos es un objeto globular con un disco redondo en el centro; otro tiene forma de embudo; un tercero se parece a un tubo de neón; un cuarto es una gran luz brillante, y otros líneas luminosas en zigzag. Algunos han sido fotografiados en el suelo y otros volando en el cielo».

Pasó cerca de 8 meses (entre 1963 y 1964) estudiando las prácticas budistas de meditación con V. B. Dharmawara, también conocido como Ananda Mahatma, del Ashram de Ashoka, en Mehrauli, cerca de Nueva Delhi.

Meier afirmaba haber viajado a otros planetas. En uno de ellos «todos los objetos eran blancos» (¡¿?!). Los habitantes eran como nosotros, aunque mucho más altos y utilizaban la telepatía para comunicarse.

Tiempo después de la entrevista, Meier fue expulsado del país. Fue acusado de vagancia y de haber estafado a incautos vendiéndoles fotos trucadas de ovnis construidas con maquetas (lugar común en su vida).

DE REGRESO A SUIZA

A finales de otoño de 1964 el primer violín de la Orquesta Sinfónica de Londres, Timothy Good, llegó a la India, y al leer el artículo del Statesman intentó establecer contacto con Albert, pero éste ya había partido hacia Turquía en donde, a causa de un accidente de tráfico, le fue cortado el brazo izquierdo por encima del codo (1965).

En vista de su fracaso, Good contactó con la famosa ufóloga suiza Louise Zinsstag, de Basilea, preguntándole si conocía algún dato sobre un tal Eduard Albert. Lou recordó que en una revista ufológica de 1956 alguien había escrito un artículo de un muchacho llamado Eduard Meier que decía haber tenido su primer contacto a los cinco años, en 1942. Y a partir de entonces mantenía contacto con «ellos» cada once años.

La señora Zinsstag logró establecer contacto con Meier hasta 1976, y entonces le escribió a Good:

«Por unos cien francos conseguí 50 fotos en color, y el joven me prometió la más representativas. Además de las fotos de ovnis y de una espléndida película de veinte minutos, nos mostró algunas fotos más que me resultan difícil describir.

«… hay una foto que causa sensación. En el platillo volante, él y sus compañeros observaron el último acoplamiento Soyus-Apolo a una distancia de tres metros. En esas fotos se podía ver la espalda de un cosmonauta ruso, su casco y las tres COI de su uniforme. En otra, se contemplaba la maniobra de acoplamiento en acción mucho mejor que en la tele. Las otras fotos no voy a describirlas en la carta. Resulta demasiado difícil».

«Aún sigo sin saber cómo juzgar éste hombre. Su formación es incluso más pobre que la de George (Adamski), pero eso no importa. Sin embargo, no me gustan sus modales… Es antirreligioso, y según me he enterado por un opúsculo suyo, defiende a las brujas y ataca a la iglesia católica por ignorarlas».

Viajando en un camión de segunda hacia el puerto de Iskenderun, en Turquía, Meier sufrió el accidente en el que perdió el brazo izquierdo. El autobús en el que viajaba chocó con otro y Billy salió volando por una ventanilla. Estuvo dos semanas hospitalizado y al dársele de alta viajó a Tesalónica, en Grecia, donde en la fiesta de navidad del 65 conoció a Kalliope Zafrireou, una chica griega de diecisiete años con la que se casó y regresó a su país natal, Suiza.

Billy Meier se retiró a la vida familiar y durante algunos años los círculos ufológicos no supieron nada de él. En diciembre de 1971 llegó al pueblo de Hinwil, 50 Km al sudeste de Zurcí, en medio de colinas verdes y bosques de treinta metros de altura. Ahí, por una suma simbólica, alquiló al Ayuntamiento una vieja granja en medio de varios departamentos. En ese entonces la familia Meier estaba constituida por Billy, Kalliope, a la que llamaban familiarmente Popi, y sus tres niños: Nina, Atlantis y el bebé Bashenko. La familia Meier era atípica y sólo mantenía relaciones con una vecina: Erika Mägi, que tenía una niña de la misma edad que Nina, de quien era muy amiga.

LOS PRIMEROS CONTACTOS

La vida de Meier siempre estuvo inmersa en el escándalo. A los catorce años el Tribunal de Menores le mandó al correccional de Albisbrunn, por cometer pequeños hurtos durante sus escapadas de la escuela. Allí pasó tres años antes de que las autoridades le devolviesen a sus padres, y abandonó la escuela sin haber completado la enseñanza primaria. En otra ocasión, con otros varios jóvenes, fue detenido por la policía por robo y enviado al centro de detención preventiva de Aaburg, de donde escapó para enrolarse en la Legión Extranjera Francesa. Unos meses después de completar su entrenamiento desertó y regresó a Suiza, donde lo atraparon y le enviaron nuevamente a Aaburg.

Meier afirmaba haber tenido contacto con entidades extraterrestres desde hacía mucho tiempo… desde una encarnación anterior.

Para el padre de Meier el avistamiento de 1942 había sido un arma secreta de Adolfo Hitler. Era una esfera luminosa que descendió, pasó por la torre de la iglesia y desapareció a continuación hacia el Oeste. Dos meses después, mientras jugaba solo, Meier tuvo otro avistamiento, pero en esa ocasión comenzó a tener los contactos telepáticos con un ser, Sfath, de «hablar suave y armónico».

El 3 de febrero de 1953 el contacto con Sfath cesó para siempre, para ser sustituido, meses después, por «una voz joven y fresca, plena de fuerza».

Se trataba de Asket, que procedía del Universo DAL. Fue ella quien le ordenó hiciese su periplo al oriente, con el fin de poder transmitirle el conocimiento oculto. Fue en la India donde Asket le permitió, por primera vez, fotografiar su nave espacial. El suceso ocurrió en las afueras de Mehrauli y en la fotografía, una de las menos nítidas de Meier, aparece un objeto discoidal con una pequeña cúpula en la parte superior. Eran sus inicios en el arte del truco fotográfico.

El primer contacto con Semjase fue la tarde del martes 28 de enero de 1975. Se encontraba solo en un prado a unos kilómetros de Hinwill. Su intención era registrar en cinta «las voces de los muertos», actividad de moda en los círculos metafísicos de aquella época. Repentinamente escuchó un sonido pulsante y, alzando la vista, vio un disco volante que estaba descendiendo «suavemente» sobre un prado a unos cien metros de distancia. Después de sacar varias fotografías del disco, trató de acercarse, pero «un campo de fuerza invisible» le había impedido proseguir. Después vio descender del disco una figura humana que parecía una estatua griega: se trataba de una mujer de aspecto nórdico, de cabellos rojizos y de un metro setenta de estatura. Lo único que la diferenciaba de los humanos eran los lóbulos de las orejas, ligeramente más grandes de lo normal. Se trataba de Semjase.

Ella le informó que la civilización pleyadiana se habría originado muchos miles de años atrás, no en las Pléyades, un sistema estelar muchísimo más joven que el nuestro, sino en la constelación de Lira. Cuando se declaró la guerra, antes de que el planeta fuese destruido, gran parte de la población emigró a otros sistemas estelares, a las Pléyades, a las Híades y a un planeta que orbitaba cerca de una estrella llamada Vega.

La Tierra había tenido una historia similar. En dos ocasiones sus propios habitantes la habían destruido. La primera vez fue por los propios pleyadianos que se casaron con los primitivos seres humanos, y la segunda por una nueva invasión de pleyadianos. Las visitas actuales de Semjase no tenían intenciones hostiles, pues eran descendientes de los pleyadianos de Lira.

LA VIDA EN HINWILL

Meier mantenía su familia con los 700 francos que le pasaba cada mes el Gobierno por la pérdida del brazo. El accidente no había mermado sus facultades ni sus habilidades. El día en que el granero adjunto a la casa se hundió, uno de sus vecinos, Julio Kägi, vio a Meier reconstruir la pared sin ayuda, colocando las tablas en su sitio con el muñón mientras clavaba las puntas con su única mano.

«Era más rápido con una mano que otras personas con las dos», dijo Kägi.

Según los registros de Hinwill, Meier había sido criador de pájaros, entibador de minas y vigilante. Tenía permiso de portar armas porque, durante un tiempo, trabajó en una fábrica como vigilante nocturno. Para ayudar a sus ingresos criaba gallinas y Popi vendía los huevos en el pueblo.

En agosto de 1974 la publicación alemana Esotera publicó un anuncio de Meier en donde solicitaba le escribiese gente interesada en formar un grupo para discutir sobre metafísica. Pronto logró formar un club de personas interesadas en los paranormal y en los ovnis. Muchos de ellos venían de Munich y llegaban los sábados al número 10 de la Wihaldenstrasse, hogar de los Meier.

Al final de 1974 sumaban diez los miembros de su círculo ocultista.

Estas reuniones llegaron a oídos de la ufóloga Ilse von Jacobi, que de inmediato contactó con Billy, pero éste seguía reacio a que publicaran nada sobre él. Von Jacobi mandó su artículo al semanario Quick y el mismo fue publicado en el número del 8 de julio de 1976.

Los vecinos de Meier leyeron el artículo y quedaron sorprendidos. Meier alegaba haber entrado en contacto físico y telepático con seres de las Pléyades. Las visitas se habían dado en lugares cercanos a Hinwill, donde aterrizaban en una nave plateada de siete metros, desembarcaban y se encontraban con él cara a cara.

Los vecinos estaban seguros de que Meier había enloquecido. El alcalde comentó que los relatos eran pura fantasía. Meier era un «spinner» (chiflado) y «verrückte» (lunático). «¿Estamos ciegos o somos estúpidos, simplemente porque no vemos lo que él ve?» Uno de los concejales del pueblo, Rudolf Rüegg, creía que todos los relatos de Meier eran imaginarios y fantásticos. «Creo que se lo ha inventado todo».

Durante más de un año y medio habían visto gran actividad en la granja de los Meier. Durante las noches claras los vecinos de los edificios de apartamentos le habían visto de pie en el callejón que da al Oeste, observando el cielo con unos prismáticos durante horas. Y en las noches en que no salía de casa, veían una luz encendida en el segundo piso hasta altas horas de la noche. De vez en cuando lograban ver un destello de flash fotográfico. Frecuentemente salía al bosque guiando su motocicleta. A veces desaparecía a primeras horas de la tarde y no se le volvía a ver antes de la hora de la cena; en otras ocasiones se evadía furtivamente de la casa a la una o a las dos de la madrugada y no regresaba hasta el amanecer. Las salidas al bosque se daban hasta cinco veces por semana. Ninguno de los vecinos se había preguntado sobre su actitud ni acudido a aquellas visitas al bosque. Meier tuvo la libertad de acción para poder hacer sus fotografías sin la presencia indiscreta de los vecinos.

A mediados de 1975 Meier le enseñó por primera vez las fotografías a su esposa. «¿Qué te parece esto?», le preguntó.

«Aquello me conmocionó porque vi algo totalmente nuevo y no quería creer que existiese. Él no me dijo nada en absoluto. Ninguna explicación. Ni una sola palabra».

EN LA CIMA

El artículo del Quick había causado sensación en los círculos ufológicos europeos. Pronto aparecieron nuevos artículos en Il Giornale dei Misteri, de Italia, Blick de Suiza, Echo del Frau y Neue Welt, de Alemania, y Contactos Extraterrestres, de México. Esto atrajo a miles de curiosos a la granja de los Meier. La mayoría de ellos eran pudientes que viajaban en Mercedes. Gracias a ellos Billy Meier logró comprar una granja en Herzog, en Schmidruti, por la nada despreciable suma de 300,000 dólares.

Meier comenzó a transmitir sus enseñanzas editando un boletín titulado Wassermannzeit (La era del barquero).

«Existen 8 razas de extraterrestres diferentes que poseen estaciones aquí en la Tierra. Exploran, estudian, están aquí para observar. Su fin no es hostil. Si una raza de esas cruza una distancia muy grande, tal vez años luz de espacio, no va a venir aquí para plantear problemas o para comenzar una guerra. El ser humano es una criatura combativa, toda su vida se basa en la lucha, por lo que cree que si hay aquí una raza procedente de otro planeta, esas criaturas harán exactamente lo mismo que él. Pero eso no es cierto».

«Si lo deseasen los pleyadianos destruirían la Tierra en cuestión de minutos y hubieran esclavizado a todos los terrestres hace miles de años. Si los pleyadianos u otras entidades se llevan a seres humanos, sólo es por satisfacer su legítima curiosidad. De vez en cuando se comete algún error y un humano secuestrado muere, lo mismo que los médicos de la Tierra cometen errores que originan alguna muerte, pero nunca han sacrificado a propósito la vida humana».

«Los pleyadianos realizan el viaje de su planeta natal, Erra, a la Tierra en siete horas».

En el verano del 76 Lou Zinsstag envió una serie de fotografías tomadas por Billy Meier al investigador americano Wendelle C. Stevens pidiéndole su opinión al respecto. En aquel entonces Stevens pertenecía a la APRO y realizaba algunas investigaciones de campo. Quedó sumamente impresionado por las fotos por lo que decidió viajar a Suiza para entrevistar a Meier. A su regreso, sin decirle nada a Jim Lorenzen (director del APRO), se puso en contacto con Tom Welch y los esposos Brit y Lee Elders, que habían formado una compañía especializada en seguridad con equipo electrónico, computacional y telefónico: Intercep. Juntos comenzaron a investigar el caso Meier. Haciendo continuos viajes a Suiza y colectando información, poco a poco se fueron quedando sin fondos, por lo que decidieron formar la editorial Genesis III Publishing y editar Ufo… contact from the Pleiades, un libro sobre Meier, unos ejemplos de las citas de Semjase, un breve resumen de las experiencias de Meier desde 1975, información astronómica y mitológica de las Pléyades, y algunos de los «análisis» hechos a las pruebas proporcionadas por Meier. La investigación de Intercep abarcó un periodo comprendido de 1976 a 1981.

En el otoño de 1979 un equipo japonés de producción de la Nippon Television Network Corporation, contactó con los Elders para usarlos como intermediarios en la realización de un documental de Billy Meier. El Suizo sufrió un golpe de angustia y no quiso recibir a nadie. ¿Tenía miedo de que los técnicos japoneses descubrieran sus trucos?

«No quería salir de su escritorio «“declaró Lee Elders-. No comía. Le llevaban una bandeja con comida, la dejaban delante de la puerta y quedaba sin tocar. Lo único que tomaba era una taza de café y sus cigarrillos».

Durante tres días, Meier se encerró en su despacho hasta que, convencido por los Elders, accedió a hacer el documental.

No se sabe cuánto cobró por la producción del mismo, pero se conoce que todo en la granja de los Meier se había convertido en negocio. Cualquier persona que se quedase en ella más de treinta minutos debía trabajar en algo. Y si alguien deseaba hablar con Meier debía pagar con trabajo o en metálico.

Jun-Ichi-Yaoi y el equipo de producción japonés llegaron a Schmidruti a fines de septiembre para filmar durante tres emanas. ¿Obtuvieron algún beneficio los Elders de este documental? Lo preguntamos porque en 1987 los Elders suscribieron un contrato con Gary Kinder, autor de Años Luz, que indicaba que: «recibiría un porcentaje de los derechos de autor por presentarme a Meier, y por facilitarme archivos, correspondencia, cintas magnetofónicas con entrevistas y su investigación acerca de las Pléyades, más fotografías, grabaciones sonoras, cintas de video y otros materiales de su propiedad y con derechos de autor por parte de Elders».

¡EN CONTACTO! OTROS TESTIGOS

Se conocen sólo dos reportes en los que testigos independientes a Meier lograron ver algo. Uno de ellos fue el contacto del maestro de escuela Guido Moosbrugger que logró fotografiar una «luz con tentáculos», que en nada se parece a los bonitos modelos de Meier y que puede ser cualquier cosa, puesto que la toma se hizo de noche. El segundo es más interesante pues involucra a toda la familia Meier y a otros dos testigos.

A pesar de ser su esposa y de haber vivido con Billy durante muchos años, Popi sólo tuvo una experiencia visual, aunque muy poco convincente.

Cierta tarde Billy entró en contacto telepático y se le informó que debía acudir al bosque, junto con todos los presentes en la casa en ese momento.

Hans Schutzbach, uno de aquellos testigos, relata así el momento:

«Hice entrar a todos en mi coche como de costumbre y Billy fue delante con su motocicleta. Nos dijo que nos limitásemos a seguirle, y así lo hicimos. En las afueras de Hinwill, llegamos finalmente a una pequeña colina poblada de árboles. Era muy excitante».

Meier les dijo: «Esperen aquí». Luego se alejó.

«No recuerdo cuánto tiempo permanecimos en aquel lugar «“explicó Popi. De repente, Atlantis dio un salto y gritó: «˜Â¡Mira, mamá, mira allí!»™. Todos nos pusimos de pie, y allí estaba la nave, a unos mil metros de distancia. Era grande y esférica. Deseamos ver más, pero el navío desapareció enseguida».

Cuando el niño gritó, Schutzbach se incorporó y vio algo que ascendía desde atrás de los árboles por el aire.

«Supongo que pudo tratarse de un globo «“dijo-, pero no tengo ninguna prueba al respecto».

Intentó tomar una foto pero estaba tan nervioso y temblaba tanto que movió la cámara. La foto no es muy nítida y lo único que se ve es un puntito.

Continuara…

Billy Meier en Amman, Jordania, en 1963.

Un año después en Mehrauli.

Dos de las fotografías obtenidas en el ashram de Ashoka, en Mehrauli.

V. B. Dharmawara y dos de sus nietos.

Billy en el unifrme de la Legión Extranjera.

Billy con su familia.

Pasaporte con el sello de Jordania.

Dos fotografías de Billy Meier en 1977. Se ve extraño sin su barba.

El ufólogo inglés Timothy Good.

Louise Zinsstag, ufóloga suiza que había investigado a George Adamski e hizo lo mismo con Meier.

Kalliope Zafrireou (Popi), la esposa de Meier.

Billy Meier y Popi.

Los Meier y sus hijos: Nina, Atlantis, Bashenko y el pequeño Methusalem.

Billy Meier, sus hijos y Shirley Mcklein.

Dibujo de Sfath.

Fotografía de Asket.

Dibujos de Semjase.

La era del barquero (Wassermannzeit).

Wendelle Stevens.

De izquierda a derecha: Lee Elders, Stevens, Meier y Tom Welch.

Brit Elders y Popi.

Jim Lorenzen.

Gary Kinder.

Guido Moosbrugger.

Billy Meier.

Dos pinturas que relatan la historia de Billy Meiers.

Burbujas aéreas luminosas

LOS OVNIS DEL ULISES CRIOLLO

José Vasconcelos (1881-1959)

Escritor, abogado, filósofo y educador mexicano nacido en Oaxaca. Estudió en la Escuela Nacional Preparatoria y en la de Jurisprudencia donde se recibió de abogado en 1907. Tomó parte activa en la Revolución de 1910, dentro del maderismo. Rector de la Universidad Nacional (1920-1921) y director del Ministerio de Instrucción Pública (1921-1924) desde donde impulsó la creación de la Secretaría de Educación Pública (1935).

Organizó la primera campaña de antianalfabetismo, las misiones culturales y las bibliotecas populares. Celebró la Primera Exposición del Libro en el Palacio de Minería, inició un amplio programa de publicaciones, y fomentó la pintura mural mexicana, ofreciendo contratos a pintores como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Sequeiros y Roberto Montenegro, para que pintaran en edificios públicos. En 1924 renunció al Ministerio de Instrucción Pública por estar en desacuerdo con la elección del candidato Elías Calles a la presidencia. Regresó en 1928 y lanzó su candidatura a la Presidencia de la República. Su intento fracasó y volvió a exiliarse, viajando por Europa, Asia, América del Sur.

En 1940 regresó a México y se le nombró director de la Biblioteca de México. Fue miembro de numerosas agrupaciones culturales extranjeras y del país. Doctor Honoris Causa por las universidades Nacional de México y de Puerto Rico, Chile, Guatemala y El Salvador. Perteneció a la Academia Mexicana de la Lengua.

Escribió casi un ciento de libros, pero en los que se aprecia su vena «espiritualista» son: La revolución de la energía (los ciclos de la fuerza, el cambio y la existencia) (1924); Teoría de los 5 estados (1924); La raza cósmica (1925); Tratado de metafísica (1929). En La raza cósmica plantea una imagen espiritualista y dinámica del universo. Afirma que los latinoamericanos (la raza cósmica) son la fusión de lo mejor de las dos culturas. Su obra abarca filosofía, sociología, historia y literatura, destacando Prometeo vencedor (1916); Ulises Criollo (1936); La tormenta (1936); El desastre (1938); El proconsulado (1939); Apuntes para la historia de México, desde la conquista hasta la revolución (1943); El viento de Bagdad (1945).

José Vasconcelos tuvo una extraña visión en compañía de su padre y sus hermanos. No sabemos si fue una imagen «espiritualista», una «alucinación colectiva» (como él mismo apuntó), o un fenómeno quimiluminiscente o triboluminiscente. Lo interesante es que el relato, afortunadamente, no cayó en manos de los ufólogos quienes rápidamente lo hubieran asimilado al fenómeno ovni.

LA VISIÓN DE VASCONCELOS

Regresábamos de un paseo. La mañana estaba luminosa y tibia. Leves gases de niebla borraban el confín y se esparcían por la llanura. Serían las once de la mañana y comenzaba a quemar el sol. Desde el puente contemplábamos la margen arenosa, manchada de grana y mezquites, cortada de arroyos secos»¦

De pronto, nacidos del seno humoso de ambiente, empezaron a brillar unos puntos de luz que, avanzando, ensanchándose, se tornaban en discos de vivísima coloración bermeja o dorada: con mi padre y mis hermanos éramos cinco para atestiguar el prodigio.

Al principio creíamos que se trataba de manchas producidas por el deslumbramiento del sol»¦ Nos restregábamos los ojos, nos consultábamos y volvíamos a mirar. No cabía duda: los discos giraban, se hacían esferas de luz, se levantaban de la llanura y subían, se acercaban casi hasta el barandal donde nos apoyábamos»¦

Como trompo que zumbara en el aire, las esferas luminosas rasgaban el tenue vapor del ambiente. Hubiéramos dicho que la niebla misma se cristalizaba, se acrisolaba para engendrar forma, movimiento y color»¦

Asistíamos al nacimiento de «seres de luz». Conmovidos comentábamos, emitíamos gritos de asombro, gozábamos como quien asiste a una revelación.

En tantos años de lecturas diversas no me he topado con una explicación del caso, ni siquiera con un relato semejante, y todavía no se si vimos algo que nace del concierto de las fuerzas físicas o padecimos una alucinación colectiva de las que estudian los psicólogos.

Esta visión de Vasconcelos es muy semejante a otros reportes de burbujas aéreas luminosas que han sido vistas en diversas partes del mundo. Veamos tan sólo cinco ejemplos.

Frank Wards y su padre, visitaban un viejo molino en una región rural de Georgia, USA, en 1938, cuando vieron materializarse una pequeña bola de luz azul, a la altura de su rodilla, que creció de pocos centímetros a medio metro. La siguieron por más de un kilómetro hasta que llegó a una cabaña de madera, entró por la puerta, voló en su interior y volvió a salir, para regresar al camino y recorrerlo todo a la inversa. Cuando llegó al punto en donde había aparecido, se esfumó. Ward logró escuchar cierto ruido como el de un transformador eléctrico.

Charles Fitshugh Talman, un meteorólogo del United States Weather Bureau, cuenta que una tarde de verano dos mujeres caminaban a lo largo del precipicio en Ringstead Bay, en la costa Sur de Inglaterra. El clima era bochornoso, y en la distancia ocasionalmente relampagueaban los rayos. Repentinamente vieron numerosos globos de luz, del tamaño de bolas de billar, que las rodeaban por todas partes. Era como si aparecieran de la misma atmósfera, moviéndose de arriba abajo. Algunos de los globos estuvieron a pocos centímetros de las mujeres, pero siempre eludían sus intentos de ser atrapadas. A un tiempo «miles aparentemente las envolvieron». Finalmente desaparecieron.

En Bélgica, durante la segunda Guerra Mundial, un caporal canadiense relató lo siguiente:

«Hacia las 9 h 00, vi un globo luminoso que se dirigía del frente hacia atrás. Tenía un metro de diámetro, parecía estar dentro de una copa de humo y poseer una luz interna. Emitía una suave luz blanca. Estaba a unos 13 metros sobre el suelo y tenía una velocidad de unos 50 km/h y era totalmente silencioso. Visiblemente, no se movía con el viento sino más bien parecía guiado. Estaba sobre otro globo, y éste sobre otros. En total había cinco».

Esta visión es muy semejante al relato de Nicolás Roerich por el número de objetos observados. Quien también observó varias lucecitas brillantes fue el filósofo alemán Johann Wolfgang von Goethe. En el tomo VI de Conversaciones con Goethe, la biografía de Goethe, narra una curiosa aparición que presenció a la edad de 16 años, en un lodazal, mientras se dirigía en carruaje desde Frankfurt a la Universidad de Lepzig una noche que amenazaba tormenta:

«»¦ de repente, a un lado del camino, vi una especie de anfiteatro enormemente iluminado. En un espacio con forma de tubo había un sinfín de pequeñas lucecitas tan brillantes que dañaban la vista. Estas luces no eran fijas, ya que saltaban en todas direcciones, aunque había algunas que permanecían inmóviles».

«Sentí mucho tener que abandonar aquel maravilloso espectáculo, que hubiera querido observar más de cerca, para continuar el viaje. Queda por saber si se trataba de un pandemónium de fuegos fatuos o una asamblea de criaturas luminosas; no podría decidir».

Luego se enteró que en el lugar había existido una vieja cantera. ¿Eran fuegos fatuos como apuntó el filósofo? ¿Son estas visiones debidas a fenómenos de quimiluminiscencia o triboluminiscencia? ¿Acaso son centellas? Es difícil saberlo

REFERENCIAS

Acharius E., Account of an Extraordinary Meteoric Phenomenon, North American Review, 3:320, 1916. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonimo, Un misterioso globo infuocato sorvola la provinciale di Filicaia, La Nazione Italiana (Lucca Edition), Florence, November 22, 1954, p. 2. (Refiere una luz esférica que se ve frecuentemente a ras del suelo en la villa de Tuscana, Italia)

Anonymous, Ball Lightning, Meteorological Magazine, vol. 57, 1922, p. 46 (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymous, Ball Lightning, Scientific American, 57:53, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymous, Electrical Phenomena near Weymouth, Nature, 126:262, 1930. (Burbujas aéreas luminosas)

Anonymus, Spurious Daylight Observations of Leonids, Observatory, 23:68, 1900. (Burbujas aéreas luminosas)

Batchler Janet Newton, Seeing the Lights, Fate, August, 1986, p. 127. (Una serie de «bolas luminosas» vistas en el desierto de Mojave, California, in 1932)

Bonney A., Note on an Appereance of Luminous Bubbles in the Atmosphere, Quarterly Journal of the Royal Meteorological Society, 13:306, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Dabaev Valery, The Ulan-Ude Lights, Fate, vol. 54, No. 5, May 2001. (Grupos de «bolas de luz» vistas en Siberia entre junio y diciembre de 1994)

Eaton H. S., Note on a Display of Globular Lightning at Ringstead Bay, Symon’s Monthly Meteorological Magazine, vol. 32, 1898, p. 127. (Burbujas aéreas luminosas)

Eaton H. S., Note on a Manifestation of Electricity at Ringstead Bay, Quarterly Journal of the Royal Meteorological Society, 13:305, 1887. (Burbujas aéreas luminosas)

Eckermann Joham Peter, Conversaciones con Goethe, UNAM , Colección Nuestros Clásicos, México, 2001, página 38. (Burbujas aéreas luminosas)

Ehlinger Kelly, Wimberley Lights, artículo en Internet 1999. (Tres pequeñas esferas vistas en Texas)

Marwick E. E., Curious Phenomenon, English Mechanic, 75:417, 1902. (Burbujas aéreas luminosas)

Poey M. A., Sur le passage d’une quantité considerable de globules lumineux, Comptes Rendus, 56:88, 1863. (Burbujas aéreas luminosas)

Smith-Gordon Lionel, Ball Lightning, Meteorological Magazine, vol. 57, 1922, p. 336 (Burbujas aéreas luminosas)

Swinnerton Henry U., Aerial Bubbles, Science, 21:136, 1893. (Burbujas aéreas luminosas)

Talman Charles Fitzhugh, Ball Lightning, American Mercury, vol. 26, 1932, p. 69. (Burbujas aéreas luminosas)

Vasconcelos José, Ulises Criollo, Ediciones Botas, México 1935, página 50. (Burbujas aéreas luminosas)

Diversas fotos de José Vasconcelos, desde su juventud hasta la vejez.

Libros escritos por Vasconcelos.

La biografía escrita por Joaquín Cárdenas Noriega.

Estos fueron los objetos observados por Nicolás Roerich. ¿Algo similar sería lo presenciado por la familia Vasconcelos?

Johann Wolfgang von Goethe

Los ovnis "químicos"

QUIMILUMINISCENCIA Y OTRAS HIPÓTESIS SOVIÉTICAS

«El fenómeno se debe a la formación de una zona de destello en la atmósfera, la así llamada zona QL (Quimiluminiscente) aumentada por la polución debida al óxido nitroso producido por las fábricas».

Martinov Dmitriyev (1)

En la década de los cincuenta Freder von Holke afirmó que los ovnis eran reflejos producidos en el cielo por poderosos haces de ondas teleguiadas a través de cohetes de largo radio de acción.

«Tales ondas servirían, de manera intencional, como «˜rieles»™ invisibles e impalpables, pero reales: desde su punto de partida serían, primero, proyectados hasta la ionosfera y luego reflejados por ella en dirección de tal o cual punto del planeta, disparados por medio de cálculos. Pero, al mismo tiempo, esas ondas ultracortas tendrían la propiedad de ionizar ciertos gases del aire y de esta manera serían fenómenos erráticos involuntarios que formarían las apariencias conocidas como platillos volantes. Habría pues, una base formada por un inmenso armazón, rígida, calculada, relativamente fija e invisible que, de vez en cuando, sería revelada por efectos inestables, imprevistos y visibles».

En California, el profesor Motz, de la Universidad de Stanford, logró producir, al aire libre, un halo luminoso concentrando haces de ondas milimétricas en 1954.

El 25 de octubre de 1954 el Fígaro presentaba una hipótesis del físico francés D»™Alton, según el cual los «platillos volantes no son más que un fenómeno puramente luminoso debido al encuentro de un haz de ondas ultracortas y de capas de aire ionizado».

«Admitamos que los especialistas disponen de elementos suficientes para establecer auténticos transportadores de energía cuyo montaje y puntería no necesitarían más que algunos segundos con precisión que casi puede ser perfecta. Se sabe que los especialistas en ondas ultracortas han alcanzado la Luna con sus haces y que el mensaje les fue devuelto en el tiempo previsto. Los que algunos han hecho en nombre de la investigación desinteresada, otros podrían hacerlo no para alcanzar la Luna, sino para observar a sus vecinos y verificar la precisión y el tamaño de sus cables sin hilos que transportan energía. Les bastaría en caso de guerra, lanzar sus máquinas sobre esos cables para aniquilar al adversario». (2)

A principios de 1977, el famoso químico y astrónomo ruso Dimitriyev Martinov, declaró a la agencia TASS:

«Los platillos voladores son fenómenos ópticos. En principio se trata de objetos brillantes que surcan el cielo y fueron divisados desde los más lejanos lugares del planeta. Hasta la Biblia hace constar la existencia de tales fenómenos. Lo que pasa es que son espejismos debidos a la refracción de la luz en cristales de hielo infinitamente pequeños o tenues capas de niebla. En ese sentido los platillos voladores son fenómenos reales, tan reales como el arco iris, los espejismos o la Aurora Boreal».

A mediados de agosto de 1978 el doctor en Ciencias Químicas Martinov Dmitriyev publicó un artículo (1) en el que proponía la teoría de la «Zona Quimiluminiscente» para explicar los ovnis. El artículo discute algunos posibles efectos sobre la mente de los pilotos: alucinaciones; y sobre el equipo electrónico: disturbios en el radar.

«No está excluido que la aparición de los platillos pueda deberse a fenómenos de naturaleza terrestre: a formaciones quimiluminiscentes (FQL). La quimiluminiscencia es uno de los tipos de luminiscencia del aire, que surge a raíz de determinadas reacciones químicas. Las formaciones quimiluminiscentes pueden brillar o reflejar la radiación solar, trasladarse velozmente y en ciertos casos llegan incluso a estallar. La aparición de formaciones quimiluminiscentes en la atmósfera es un acontecimiento bastante común. En los laboratorios de la URSS se han reunido bastantes miles de testimonios y fotografías de estos fenómenos.

«Las formaciones quimiluminiscentes presentan características individuales, así como muchos rasgos comunes: aparecen en la atmósfera, pueden encenderse rápidamente y casi apagarse por un tiempo. En ciertos casos las formaciones quimiluminiscentes caen a la tierra y dejan tras sí cráteres o terrenos fundidos y objetos carbonizados, pero no se han encontrado nunca residuos de las propias formaciones quimiluminiscentes. Todo se evapora y se disipa en el aire. Han sido descritas por muchos pilotos, viajeros y navegantes famosos como Nikolái Roerich, Francis Chichester y Thor Heyerdahl y no son raros los casos en que se han observado decenas e incluso cientos de formaciones quimiluminiscentes a la vez.

«En la URSS más de una vez se han analizado las huellas dejadas por las formaciones quimiluminiscentes en las piezas de aviones deteriorados, en árboles y en el suelo, sin que se pudiera descubrir ningún elemento que no se encuentre en la atmósfera. Se estableció que están compuestos de átomos, moléculas y de iones de nitrógeno, oxígeno, ozono, carbono e hidrocarburos, partículas activadas y electrones.

«La intensidad de los destellos de radiación óptica en la zona quimiluminiscente alcanza 15 Cal/cm2 min; y la concentración de la materia quimiluminiscente llega a 50 mg/m3 de ozono y 25 mg/m3 de óxido de nitrógeno. Esto contribuye en gran medida a la intensidad de tales destellos.

«El peligro de operar aviones en las zonas quimiluminiscentes depende de su tamaño y concentración. Las zonas quimiluminiscentes no son peligrosas per se tanto en los rangos ópticos e infrarrojo. Sin embargo, pueden actuar como fuentes de radioemisión, lo cual afecta el funcionamiento de los aparatos electrónicos, especialmente en los equipos de radar. Además, todos los componentes de las zonas quimiluminiscentes son tóxicos y si están presentes en altas concentraciones pueden penetrar las cabinas de los aviones y afectar a la tripulación. El color es un buen indicador de la toxicidad de las zonas quimiluminiscentes: luces negras o azules indican la prevalencia de ozono y de átomos de oxígeno; los cuales son más tóxicos que el óxido o el dióxido de nitrógeno, cuyo color es rojo o naranja. Aún bajas intensidades en la zona quimiluminiscente pueden tener efectos narcóticos en la tripulación. Cuando un avión entra en la zona quimiluminiscente se percibe un olor irritante dentro de la cabina. A concentraciones muy altas de energía en la zona quimiluminiscente, la zona es capaz de producir explosiones similares a los relámpagos esféricos o centellas. El tamaño de la zona explosiva es relativamente pequeño, 1 a 1.5 metros. Los pilotos deberían mantener en mente la existencia de tales zonas; deberían conocer su apariencia, intensidad y olor inusual para evitar desastres. Finalmente deberían redoblar su atención ya que las zonas quimiluminiscentes no sólo pueden afectar su mente sino los aparatos de radar y equipo electrónico».

Aunque Dmitriyev hace la distinción entre las formaciones quimiluminiscentes y los relámpagos esféricos o centellas, parece que su hipótesis mezcla estos fenómenos con los fuegos fatuos e incluso con otros de naturaleza óptica como los parhelia.

En enero de 1979 el doctor Vladimir V. Migulin, director del Instituto Soviético de Magnetismo Terrestre y miembro de la Academia de Ciencias de la URSS presentó una ponencia ante la misma en la cual atribuía el fenómeno ovni a «cambios físicos en la atmósfera superior», probablemente de origen magnético. Posteriormente explicó, en un artículo aparecido en una revista francesa (3), cómo pueden canalizarse dentro de la atmósfera los electrones solares hacia un punto particular por una tormenta magnética (4).

Migulin reconoció que la Academia de Ciencias de la URSS:

«»¦ clasifica, analiza y estudia todas las informaciones sobre fenómenos celestes observados sobre territorio soviético. Los casos esporádicos de fenómenos aéreos anormales vistos por varias personas, así como los llamados «˜encuentros cercanos con extraterrestres»™, son más bien del dominio de la ciencia ficción y los estados de alucinación. Actualmente los científicos tratan de buscar testimonios objetivos y seguros que permitan construir los modelos físicos de la aparición de los ovnis. Podemos afirmar que en muchos casos los fenómenos observados dependen de las modificaciones que ocurren en las capas superiores de la atmósfera terrestre y, sobre todo, en la ionosfera, que se encuentra sometida a la actividad solar como a la actividad humana».

A fines de 1979 la agencia TASS difundió el siguiente comunicado:

«Desde hace tiempo se ha formulado la hipótesis de que los discos o platillos voladores que se han podido observar en la atmósfera terrestre pueden ser el resultado de complicados movimientos de las masas de aire, al mezclarse con las partículas de polvo de otras materias. Estos movimientos podrían deberse a la heterogeneidad o diversa densidad de los estratos atmosféricos. Especialistas del Instituto de Oceanología de la URSS han reproducido las condiciones necesarias para la formación y persistencia de los discos durante un cierto periodo; y luego han reproducido esto en el laboratorio, observando cómo se formaba un platillo volador ante sus miradas atónitas. El proceso de formación de las acumulaciones naturales en forma de platillo puede ocurrir a diversas alturas: en los estratos más bajos de la atmósfera y en las partes más altas. Los platillos que nosotros vemos, comúnmente llamados ovnis, tienen su origen en los límites de los estratos atmosféricos a lo largo de los flancos de las cadenas montañosas». (5)

G. I. Barenblatt, doctor en Física y Matemáticas, y A. Monin, miembro correspondiente de la Academia de Ciencias de la URSS opinan (según el redactor de la revista Téjnika i Naúka) que los platillos se deben a determinados procesos que tienen lugar en la atmósfera y representan ciertas formaciones discoidales en movimiento. Afirman que los ovnis son el resultado de complejos fenómenos ópticos que se producen en la atmósfera a raíz de turbulencias particulares del aire. En la atmósfera se forman espontáneamente zonas de densidad constante que crean cuerpos semejantes a trompos que giran por su cuenta en esas masas aéreas. Estos trompos tienen el aspecto de discos, que tienen además la capacidad de captar polvillos difundidos en la atmósfera que, al acumularse suficientemente, hacen que el disco aéreo sea visible. (6)

Según la hipótesis de Barenblatt y Monin, la atmósfera de nuestro planeta se compone de diferentes capas de aire con igual densidad, que por lo general no presentan límites claros (7). Nunca se encuentra en estado de quietud absoluta: aparte de los vientos se observan en ella movimientos turbulentos del aire, y debido a la ausencia de límites precisos entre las capas, oscila todo el grueso del aire, creándose «islotes» de igual densidad, que contienen capas entremezcladas y presentan en un primer momento, contornos precisos que luego se comprimen bajo la acción de la presión externa.

Los experimentos realizados en el Instituto de Oceanología adjunto a la Academia de Ciencias de la URSS demostraron que, en la etapa inicial, esta compresión transcurre con gran rapidez volviéndose luego más lenta.

Así que se puede hablar con todo fundamento de zonas relativamente estables en la atmósfera, de forma semejante a un disco, cosa también comprobada por los experimentos de los científicos del Instituto de Oceanología.

Estas zonas pueden observarse debido a que están formadas no sólo de aire, sino también de polvo. Por lo general, la atmósfera siempre contiene cierta cantidad de polvo. Durante la calma, este cae en la tierra, pero si surgen corrientes de aire «“y más aún torbellinos- el polvo se mantiene estable y hace que los discos sean visibles desde la tierra. En el crepúsculo pueden resplandecer vivamente, reflejando la luz del Sol poniente.

Los discos de polvo no sólo pueden trasladarse empujados por fuertes corrientes de aire, sino también acelerar bruscamente su movimiento durante los saltos de presión en la atmósfera. El número de ovnis sería entonces directamente proporcional al grado de contaminación del medio, lo que explica que estos fenómenos sean más frecuentes en nuestros días que en otras épocas. (8)

Barenblatt y Monin concluyen:

«Los ovnis que en el transcurso de decenios han alterado la imaginación de la gente, y algunas veces se hacen pasar por naves de otros planetas, pueden ser sólo acumulaciones de polvo o de agua en estado pulverizado». (9)

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Esferas de luz observadas por Nikolái Roerich.

Nikolái Roerich

Francis Chichester.

Thor Heyerdahl.

Vladimir V. Migulin.

G. I. Barenblatt.

A. Monin.

Las luces de los terremotos (Final)

LA NUEVA TEORÍA DE LA TRIBOLUMINISCENCIA

En 1986 se supo de los resultados experimentales de Brian T. Brady y Glen A. Rowell, del Servicio Mineralógico de los Estados Unidos. Estos investigadores habían fragmentado núcleos de granito, ricos en cuarzo, para generar efectos piezoeléctricos, y de basalto, libres de todo cristal piezoeléctrico. Una vez puestos en varios gases (argón, helio, aire), en el vacío y en el agua, fueron examinadas las fragmentaciones por espectroscopia colimada e intensificación de luminiscencia, con el objeto de captar el espectro de las eventuales luces generadas.

En ambas muestras, las de granito y las de basalto se produjeron luces minúsculas, lo que aparentemente desmentía la teoría de la piezoelectricidad para las luces telúricas. El análisis espectral mostraba que las luces no presentaban trazas de los componentes de las rocas, y sólo de los que provenían de los gases o de los líquidos que las circundaban. La conclusión era que el mecanismo responsable de la emisión luminosa era la excitación electrónica de la atmósfera y del ambiente circundante a las rocas, y no se trataba de plasmas. No quedaba claro cómo se podía producir tal excitación. Se suponía que el campo producido por la fragmentación podía crear una especie de botella en la que era «contenida» la manifestación luminosa en forma esférica o de otro género, pero la cuestión permanecía en controversia. Un posterior descubrimiento obtenido de los mismos experimentos demostró que el núcleo de los materiales fracturados en el agua hacían iluminar el líquido produciendo al mismo tiempo hidrógeno atómico y molecular llevaron a concluir a Brady y Rowell que la disociación molecular del género descrito podría iniciar una reacción química y forzar alguna de tipo biológico, lo que indujo a John Derr a especular en la posibilidad de que tales procesos pudieran haber tenido un papel importante en la biogénesis de nuestro planeta.

En el ensayo de 1989 de Rutkowski escribe que Devereux publicó muy rápido los resultados de sus pruebas de fragmentación de rocas y describió la aparición de destellos y de centellas. En efecto, en el ámbito de la teoría de la triboluminiscencia, Devereux dedica un párrafo del Capítulo 7 «Lights in the Laboratory» (p. 197-201). También publica 5 fotos de los experimentos que confirman las ideas de Devereux, McCartney y John Merron. Esos experimentos se hicieron en Londres en 1983 y su conclusión es que se trata de cierto tipo de ionización del aire. Con el artículo del New Scientist, Devereux y sus colaboradores pusieron fin a la teoría piezoeléctrica, para dar paso a la triboluminiscencia. En 1984 y de parte de unas investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Sussex, Devereux recibió otra confirmación a su teoría. En estos experimentos se observaron emisiones luminosas en rocas no piezoeléctricas. Incluso se encontró que no era necesaria una gran presión para generar luces relativamente intensas. Además, estas luces eran muy vistosas en atmósferas carentes de iones negativos, a tal punto que el sólo contacto con una bola de cristal puede producir leves destellos.

La hipótesis que explica estos efectos parte de la constatación de que la mayor parte de los minerales son una verdadera reserva de electrones en estado libre. Sobre el origen de esta riqueza, Devereux y McCartney sostenían que si un material mineralógicamente «simple», como un cuarzo o una calcárea es examinado con la técnica de la espectroscopia de resonancia de espin electrónico (ESR), presentará un espectro energético típico de los electrones «intrapolados» en el retículo. Cuando, en el curso del tiempo, la radiación natural «expele» los electrones de la órbita atómica, son rellenados todos los huecos en el retículo del mineral. Estos electrones pueden manifestarse en varias formas, por ejemplo, como emisiones luminosas, sobre la base de diversos mecanismos.

Pero con el tiempo Brady había moderado su entusiasmo. Posteriores experimentos le llevaron a concluir que las luces no se podían producir a distancias mayores a unos pocos metros del área de fractura.

Pero el problema mayor era que los experimentos de Brady, Rowell, Persinger y Devereux se habían realizado a una escala microscópica y no necesariamente se podía verificar en escala macroscópica, en la naturaleza.

Entre el 1 de noviembre de 1988 y el 21 de enero de 1989 se dieron más de 50 observaciones de luces durante el monitoreo sísmico del Lago Saguenay (Canadá), por la Universidad de Québec. De acuerdo con el reporte aparecido en Nature, diversas bolas de luz, de varios metros de diámetro salían del suelo, algunas veces cerca de los observadores. Otras bolas de luz fueron vistas en el aire. Algunas de estas duraban más de 12 minutos.

En Earth Lights Revelation, de 1989, David Clarke, Andy Roberts y el geoquímico Paul McCartney reportaron sus investigaciones en la zona de Barmouth y Harlech, al norte de Gales. Los reportes de esta zona incluyen esferas rojo sangre, objetos en forma de diamante luminoso y otros fenómenos luminosos. Los investigadores encontraron que las luces seguían el curso de la característica local más importante, la falla de Mochras. En julio de 1984 se presentó un temblor de 5.5 grados en la escala de Richter, con epicentro en la península de Hellín. La tarde anterior al sismo, un residente vio una brillante luz blanca «del tamaño de un auto pequeño» flotar desde el mar y desaparecer sobre las dunas de la playa.

En 1990 se consiguieron los recursos económicos para formar el International Consciousness Research Laboratories (ICRL), para investigar las luces en el campo.

Las primeras investigaciones se hicieron en junio de 1993 en New Jersey. Se trataba de la «Hooker light» que en la década de los setenta se aparecía a lo largo de la vía férrea cercana a Washington Township. En ese entonces el grupo ufológico Vestigia intentaba cazar OVNIs. Hoy las vías de ferrocarril han dado paso a un rack de tuberías. Devereux y compañía encontró que el efecto se producía por la distorsión visual de las luces de los autos que se acercan a la zona a una distancia de unos 3 kilómetros.

El primer reporte de las luces de Marfa se dio en 1617. Varios de los avistamientos que se dieron en la expedición del 6 al 15 de marzo de 1994 por los miembros del ICRL, incluyendo al físico Hal Puthoff, eran espejismos que elevaban las luces de vehículos ubicados a 50 kilómetros del horizonte distorsionándolas, en el camino al presidio de Marfa. También se encontró, utilizando vehículos todo terreno sobre el desierto Mitchell Flat, que algunas luces pertenecían a ranchos aislados que desde lejos se veían como luces misteriosas que salían del suelo, se fusionaban o se dividían. La noche del 12 de marzo se vio la única luz que no pudo ser explicada de manera convencional.

El profesor Yoghi-hito Ohtsuki también ha hecho cuatro expediciones a Marfa. Sólo en una de ellas ha podido ver una luz fuera de lo normal. Esta luz cambió de forma a menos de 100 metros de su equipo y fue capturada en video y con equipo electrónico de monitoreo.

Del 28 de septiembre al 14 de octubre de 1995 Devereux y Strand realizaron un viaje de expedición a Kimberley, Australia. El lugar era idóneo para probar la TTT debido a que en ese lugar no hay contaminación y no hay carreteras ni autos que puedan perturbar, con sus luces, la visión.

La noche del 3 de octubre se encontraban en un pequeño valle totalmente desabitado. A poco menos de un kilómetro, recorriendo hacia arriba la pendiente del valle, aparecieron pequeñas luces blanco azuladas, de corta duración. Strand pudo capturar una de esas luces en su cámara.

El 8 de octubre una luz brillante pareció emerger de una pequeña colina en frente de un acantilado. Debido a que el área carece por completo de toda luz artificial, la luz fue en extremo notable. La luz se movía lentamente hacia abajo y al llegar al desierto desapareció. Las cámaras del equipo apuntaban en otra dirección, pero se pudo tomar una foto. Debido a que estaba a más de 10 kilómetros de distancia no se pudo determinar si era, efectivamente, una luz anómala, aunque simultanea a su aparición, los magnetómetros registraron una amplitud en la frecuencia, cresta a cresta de 800 nanoteslas en pulsaciones de 2 Hz. Lo normal es tener menos de 1 nanotesla. Si estos dos fenómenos están conectados, esto probaría la teoría de Persinger de que las luces terrenas van acompañadas a cambios en el campo geomagnético local.

Se han reportado luces terrenas de todos los colores. Su tamaño va de bolas de ping pong a luces gigantescas, aunque el tamaño de un balón de basketball es lo más común. Las formas más comunes son la esférica, tubos, cigarros, rectángulos, diamantes, y formas irregulares. Ocasionalmente emiten ruidos de varias clases, desde zumbidos, hasta siseos, casi siempre acompañados de una sensación de presión en los oídos. Se han visto «formaciones» de luces múltiples con vuelos «coordinados», que se pueden dividir o fusionar entre si. No es raro verlas aparecer o desaparecer en el mismo terreno. Lo más común es que aparezcan sobre las cumbres, los techos aislados, torres, antenas y otros objetos en punta, lo que indica que existe alguna conexión electromagnética. Se les ha visto circundar reservas de agua, como ríos, lagos y lagunas, e incluso volar por encima de estos lugares. Esto no es raro si consideramos que el agua actúa como una especie e lubricante de las rocas y que éstas pueden emitir más partículas cargadas, cuando están húmedas.

You-Suo Zou, del Instituto de Física Atmosférica de La Academia de Ciencias de Beijing, e investigador asociado del Departamento de Meteorología de la Universidad de Utah, en 1994, hizo un estudio del Proyecto Hessdalen original y encontró que algunas de las fotos presentan trazas que revelan un efecto similar al de un sacacorchos. Esta estructura es típica de los plasmas en movimiento, lo que se ha visto en muchas ocasiones en laboratorios. Zou encontró que en ciertas ocasiones los plasmas pueden transformarse en solitones (ondas solitarias). Los registros del radar en el proyecto Hessdalen muestran que hay evidencia de una propagación de energía en forma de onda. Estos datos le llevaron a suponer que estas luces son una especie de plasma.

Las luces se prenden y se apagan todo el tiempo, en rápidos movimientos imperceptibles para el ojo humano. Tony Dodd tomó una foto de dos luces sobre Carleton Moor, Yorkshire, el 14 de marzo de 1983. La foto fue analizada por el físico Fred Alan Wolf que encontró unas ligeras líneas verticales que le hicieron suponer que los objetos tenían una acción estroboscópica que dejó en la película esas líneas oscuras. Algunas luces en Hessdalen daban ecos intermitentes en el radar, mientras que los observadores veían una luz continua. Otro físico, David Kubrin y su esposa vieron una de estas luces sobre las copas de los árboles en la Falla Pinnacles (adyacente a la Falla de San Andrés), en California 1973. Mientras se movía, la luz creo ondas en el aire que estaba en su parte superior inmediata, lo cual indicaba la presencia de una masa, pero la luz paró su movimiento de forma instantánea, sin desacelerar, lo que sugería la no existencia de masa. Kubrin captó el decaimiento de esta luz con su cámara.

Las luces, a veces, pueden ser visibles en una dirección, pero no en otra. En el temblor de Barmouth-Harlech, por ejemplo, una luz en forma de barra de poco más de un metro de longitud, de color azul, voló sobre el camino cerca de la capilla Egryn y fue visible para un grupo de observadores desde un lado del camino, pero invisible para los que se encontraban en el lado contrario.

David Fryberger cree que las luces son el resultado de unas supuestas partículas subatómicas desconocidas llamadas vortones, más exóticas que los quarks y los gluones.

Algunos testigos han escuchado «voces de niños cantando» y otros hablan de «personas rezando». Estos pueden ser efectos alucinatorios del mismo campo electromagnético que afecta el cerebro de los testigos. Persinger ha llevado estudios clínicos que parecen demostrar esta hipótesis.

En 1996 Devereux, Strand y el físico David Fryberger, del Centro de Aceleración Lineal de Stanford, de California, investigaron la relación de los avistamientos OVNI y la actividad del Popocatepetl, los resultados fueron menos relevantes que los australianos, aún cuando tuvieron un avistamiento y registraron una fuerte lectura anómala (sin relación con el avistamiento) en el magnetómetro.

El proyecto FAL (Fenómenos Aéreos Luminosos) de Turquía, se iniciò en 1999 después del terremoto de Izmir, en donde murieron aproximadamente 25,000 personas. Sus objetovos son:

Probar que las luces que se ven antes de los terremotos no son ovnis.

Disminuirle número de muertes causadas por los terremotos, al alertar a la gente antes de que ocurran.

Su director es el camarógrafo Erol Erkmen.

COLOFÓN

En muchos otros países también hay zonas en donde en diversos periodos de la historia aparecen silenciosa y esporádicamente luces curiosas que surgen del suelo y se elevan en el aire o chisporrotean y se disuelven en el aire. Fenómenos como estos se producen constantemente en algún lugar de la Tierra, principalmente durante los sismos. De vez en cuando se registra un súbito incremento en la actividad de esas luces en alguno de estos lugares, durante semanas o, incluso, meses, y entonces tenemos una psicosis de OVNIs: una oleada. En otras, la actividad volcánica puede producir esos avistamientos. Luces, relámpagos y efectos triboluminiscentes hacen su aparición durante el periodo de actividad volcánica e, incluso, las erupciones. Entonces los ufólogos ponen el carro delante de los bueyes y dicen que los OVNIs son los que producen las erupciones. No es así, la gran actividad geológica eleva los campos electromagnéticos que irrumpen en la atmósfera en forma de pequeñas bolas de luz, que incluso se han llegado a fotografiar.

Las ciencias físicas como la geología, la geofísica, la meteorología y otras relacionadas, tienen un campo virgen que recorrer. Las luces de los terremotos, la triboluminiscencia e incluso los reportes de supuestos OVNIs pueden abrir nuevos campos de estudio. Actualmente se están dando los primeros pasos. Podemos ver un excelente estudio sobre la tribología y la piezoelectricidad en el trabajo de Wladyslaw Roman Pawlak, que apareció en Ciencia y Desarrollo.

Más de 2,000 veces al día el empuje o la colisión de movientes placas tectónicas, de 80 kilómetros de espesor, que cubren la superficie de nuestro planeta hacen temblar al mundo. Más del 95% de esos temblores son demasiado débiles para que se adviertan, salvo en los muy sensibles sismómetros. Si la hipótesis de la triboluminiscencia resulta cierta, con estos datos, no es raro la gran cantidad de reportes de OVNIs alrededor del mundo.

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El presente artículo forma parte de uno de los capítulos de mi tesis de maestría Ruiz Noguez Luis, Análisis discriminante para una población de fenómenos aéreos anómalos. Se ha actualizado utilizando el excelente trabajo de Giuseppe Stilo.

El físico Hal Puthoff durante la expedición de Devereux para investigar las luces famosas de Marfa, Texas.

Anthony Dodd es actualmente uno de los ufólogos más activos del Reino Unido. Tomó una curiosa foto que pudiera ser una luz telúrica.

Fred Alan Wolf es famoso por sus apariciones en TV y sus libros de divulgación científica. También se ha interesado en el fenómeno de las luces telúricas.

La hermosa fotografía tomada por el periodista gráfico Alfonso Reyes, de la agencia Notimex, el martes 19 de diciembre del 2000, a las 6:10 de la mañana. Es, indudablemente, un efecto eléctrico del tipo de los relámpagos, producido por un efecto triboluminiscente. El fotógrafo utilizó una exposición de 20 segundos, un angular de 24 milímetros y una abertura de diafragma de 4.0. Existen varias otras fotos tomadas por las cámaras web del CENAPRED (Centro Nacional de Prevención de Desastres) que pueden caer dentro de esta misma categoría.

Ampliaciones de dos de los objetos vistos y fotografiados con cámaras de video durante el terremoto de Izmir, de 1999, en Turquía.

Turquía es un país con alta actividad sísmica, por lo que no es raro que las luces de los terremotos se vean muy frecuentemente. Las fotografías que aparecen en la página anterior y en esta fueron extraídas de películas tomadas por el camarógrafo Erol Erkmen, quien fundó el TUVPO (Turkey UFO and Paranormal Events Research Organization), que se ha dedicado a estudiar estos fenómenos.

En la TUVPO se utilizan cámaras con rejillas especiales para hacer análisis espectrométrico y determinar la composición química de las luces. Aquí una de estas fotos.

La televisión en Turquía también ha explotado la aparición de fenómenos luminosos naturales, que aparecen durante los terremotos, presentándolos como naves extraterrestres

Vea también los siguientes enlaces
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-2/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-3/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-4/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/06/las-luces-de-los-terremotos-final/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/05/luces-de-los-terremotos/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-de-los-terremotos-en-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/el-terremoto-de-per-y-las-luces-ssmicas/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/otro-video-de-las-luces-de-los-terremotos-en-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/transformadores-o-luces-de-los-terremotos/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-rojas-en-el-terremoto-de-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-elctricas-en-el-terremoto-de-per/