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El plato volador que se estrelló en el desierto de Utah

Durante la Guerra Fría se inventó un método para recoger recipientes con películas liberados por los satélites espías. Consistía en dejarlos caer y a cierta altura accionar un paracaídas para luego recoger los recipientes.

En el 2004 se intentó utilizar una modificación del método. A cierta altura, 33 kilómetros, se desplegaría un paracaídas estabilizador y seis minutos después el paracaídas principal. Una vez estabilizada la sonda y cayendo a una velocidad moderada, un par de helicópteros, piloteado por dobles de Hollywood, recuperarían la cápsula en vuelo para evitar la colisión del aterrizaje.

Cliff Fleming y Dan Rudert, los dobles que hicieron las escenas de acción en Batman, Hulk y XXX, y que colaboran con el departamento de bomberos de California para apagar incendios forestales, fueron los escogidos para recuperar la cápsula cuando ésta se encontrara a unos 3,000 metros de altura. Se tenía previsto que si uno de ellos fallaba, el otro entraría en acción.

¿Porqué tantas molestias y preparativos? Ciertamente la misión había costado U$ 264 millones, había durado 27 meses (884 días) y contenía placas de diamante, oro, silicio y zafiro; pero lo más importante era que se estaba investigando la forma en que se formó nuestro sistema solar hace 4,500 millones de años.

La cápsula Genesis fue lanzada al espacio el 8 de agosto del 2001 para capturar las partículas emitidas por el sol que constituyen el «viento solar». Fue colocada a 1,500 millones de kilómetros de nuestro planeta, en el «Punto de Lagrange L1», una región del espacio en la que las fuerzas gravitacionales del Sol y la Tierra se equilibran. Ese punto presenta otra ventaja adicional. A esa distancia son imperceptibles las capas de van Allen que, justamente, nos protegen de la radiación solar.

En ese punto Genesis midió la concentración de los distintos isótopos de oxígeno, para saber cómo se formó este elemento en el Sistema Solar; y la concentración de los isótopos de nitrógeno, para entender cómo evolucionaron las atmósferas de los planetas

Para colectar el viento solar utilizó unos colectores de cerámica que atraparon miles de millones de átomos (unos 10 a 20 microgramos) que serían analizados a su regreso a la Tierra. Los colectores se encontraban en los paneles hexagonales que la sonda desplegó, el 3 de diciembre del 2001, en su órbita.

La sonda inició su regreso el 2 de abril del 2004 y el 8 de septiembre se desprendió la cápsula iniciando su reingreso a la atmósfera a una enorme velocidad, pero ninguno de los paracaídas se abrió y la cápsula se estrelló a 160 Km/h en un lugar cercano al Campo de Pruebas Dugway del Ejército de Estados Unidos, en el oeste de Utah. Se informó que el problema fue del sensor de deceleración que debía detectar el frenado durante el descenso, de 30G a 3G para accionar los paracaídas.

La cápsula quedó semienterrada y se partió al impactarse. Don Burnett, geoquímico nuclear del Instituto de Tecnología de California y responsable del proyecto pensó que todo el trabajo se había perdido y que las muestras de partículas solares se habían contaminado o se habían esparcido debido al impacto. Pero al inspeccionar la cápsula, los científicos pudieron localizar algunos fragmentos de los colectores, algunos de ellos montados aún en su sistema de soporte. Todos estaban prácticamente rotos.

David Lindsom, uno de los miembros del equipo dijo que el cartucho que contenía los colectores «ha reventado unos 20 centímetros y se ha salido una parte de su contenido. A pesar de todo, confiamos en la posibilidad de recuperar algunos elementos porque las partículas solares están implantadas en los colectores de cerámica».

El diseño de la cápsula fue clave en la protección de los colectores, pues al ser tan robusta permitió recoger algunas muestras: al menos tres cuartas partes fueron recuperadas, aunque algunas de ellas fueron expuestas al ambiente de la zona del impacto y por lo tanto se contaminaron.

Según el Dr. Roger Wiens del Laboratorio Nacional de Los Alamos: «Estamos muy ilusionados, pues esto supone una victoria después de la derrota». Las muestras fueron llevadas al Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California.

La caída de la cápsula Genesis fue filmada desde los helicópteros de rescate y representa uno de los pocos casos de auténticos «platos voladores» estrellados en la Tierra (recordemos las sondas Viking, por ejemplo). Aquí tenemos un auténtico Objeto Ufológico Permanente, con la inclusión de la NASA, la Fuerza Aérea y los «misteriosos» helicópteros en una maniobra de recuperación, evidencia fílmica y fotográfica. La única diferencia entre este suceso y las historias de ovnis estrellados es que este es un caso real y no un cuento de hadas (o de marcianitos verdes).

 Abajo podemos ver la filmación

Corpus Christi (Final)

El jueves santo de 1384 ocurrió un milagro en el pueblo de Seefeld, Innsbruck, en el condado de Tyrol, Austria.

El señor feudal Knight Milser, dueño del castillo de Schlossberg, acudió a la parroquia de San Oswaldo a recibir la comunión. Dada su importancia él no quiso comulgar con las Hostias pequeñas sino con la grande que había consagrado el sacerdote.

Al momento de comulgar la tierra se abrió, el caballero se hundió hasta la mitad del cuerpo y la Hostia comenzó a sangrar y atragantar al señor feudal. Asustado por el milagro, Milser pidió perdón y prometió arrepentirse de todos sus pecados y guardar una vida ejemplar.

Los sucesos se narran en la «Crónica dorada de Hohenschwangau» y la Hostia consagrada se encuentran en exhibición en la Iglesia de San Oswaldo.

En 1452 un soldado de las tropas de Francesco Sforza, saqueó la iglesia de Exiles y se robó la custodia con todo y Hostias consagradas que se encontraban en su interior. El soldado vendió su botín a un mercader que se dirigía a Turín. Cuando el mercader pasó frente a la iglesia de San Silvestre, el burro que cargaba las mercancías tropezó y se cayó esparciendo toda la mercadería.

Los vecinos se dieron cuenta que entre las piezas había una custodia que brillaba intensamente. La custodia se elevó en el aire hasta unos 4 metros. El padre Coccomo vio el milagro y corrió a informarle al obispo. Cuando éste último llegó al lugar, la custodia cayó al suelo dejando a la Sagrada Hostia suspendida rodeada de una aura deslumbrante.

Todos los presentes comenzaron a cantar el himno Resta con noi (quédate con nosotros) y la Hostia comenzó a descender. El obispo levantó el cáliz y la hostia se introdujo en él. Luego todos, en procesión, se dirigieron a la Catedral.

El milagro sucedió el 6 de junio de 1453. Para 1584 la forma comenzó a dar signos de descomposición y la Santa Sede ordenó que el Milagro Eucarístico debía ser Consumido, «para no obligar a Dios a mantener este Milagro Eucarístico sin corromperse por siempre».

Hay otros casos de Hostias sangrantes pero más o menos todos cuentan historias piadosas de milagros difíciles de creer.

En la puerta de la iglesia de Paray-Le-Moniel, en Francia, se encuentra grabada una lista de todas las Hostias sangrantes que fueron apareciendo desde el siglo VIII hasta finales del XVII: 132 Hostias en total, de entre las cuales había varias sin consagrar. Las más importantes son:

700, Lanciano Italia.

1153, Blaine Francia.

1171, Marzo 28, Ferraro Italia.

1194, Augsburg Alemania.

1200’s comienzos, San Antonio de Padua.

1200’s finales, Santarem Portugal.

1225 – 1247, (entre) Santarem Portugal.

1228, Altari Italia.

1230, Diciembre 30, Florencia Italia.

1239, Daroca España.

1252, Assisi Italia, Santa Clara.

1263, Bolsena y Orvieto Italia. Pedro de Praga.

1273, Offida Italia.

1280, Slavonice Checoslovaquia.

1290, Paris Francia.

1294, Venecia Italia.

1300, Cebrero España.

1300, Aninon España.

1300’s, Cascia Italia.

1317, Viversel Bélgica.

1330, Walldurn Alemania.

1331, Marzo 31, Blanot Francia.

1333, Fiesta de la Ascensión, Bolonia Italia, 12 años de edad Bl. Imelda Lambertini.

1345, Marzo 15, Amsterdam Holanda.

1345, Krakovia Polonia.

1356, Abril 25, Macereta Italia.

1369, Octubre 4, Bruselas Bélgica.

1372, Siena Italia, Sta. Caterina.

1374, Middleburg, Holanda.

1379, Boxtel Holanda.

1384, Jueves Santo, Seefield Austria.

1405, Ittre Belgica, Bois Seigneur Isaac.

1412, Bagno Di Romagna Italia.

1417, Regensburg-Deggendorf-Erding Alemania.

1427, Zaragoza España.

1433, Dijon Francia.

1433, Avignon Francia.

1447, Ettiswill Suiza.

1450’s? Langenwiese área de Polonia-Checoslovaquia.

1453, Turín Italia.

1472, Volterra Italia.

1601, La Viluena España.

1730, Siena Italia

LA BACTERIA PRODIGIOSA

Hay que subrayar que el fenómeno de las Hostias sangrantes también se presenta en Hostias sin consagrar, y no sólo en Hostias sino también en panes, leche, cola, papas y otros alimentos. Una cosa es creer que una Hostia se convierta en el cuerpo de Cristo, ¿pero una papa?

Durante siglos esto fue adjudicado a un castigo divino, pero a principios del siglo XIX, cuando comenzaba a desarrollarse la bioquímica ocurrió un «milagro» similar en el pueblo de Liguara, Padua. En 1819 un campesino encontró que la masa para el pan, que había dejado la noche anterior para reposar sobre la mesa de madera, se hallaba cubierta de «sangre». Lo mismo ocurría con una «polenta» una clase de pudín italiano de maíz. La noticia se dispersó rápidamente y llegó a oídos del doctor Vincenzo Sette, que observó al microscopio las extrañas manchas. Se dio cuenta que se trataba de seres vivos microscópicos a los que les dio el nombre de Zaogalactina imetropha (de ζάω = «Vivo»; γαλαχτινή = «gelatina»; ημαι = «me colocan sobre»; τροΦή = «alimento»).

En 1843 se dio un caso de «epidemia de manchas de sangre» en el pan producido en las panaderías militares de París. El naturalista alemán Ehrenberg menciona una serie de «milagros» similares en Berlín en 1848. L. Errera las vio en rebanadas de pan en las cuales él cultivaba cierto hongo para estudios fitoquímicos, en 1882.

El estudiante italiano Bartolomeo Bizio demostró que los pigmentos rojizos que a menudo aparecen en alimentos ricos en almidón son producidos por un microorganismo que crece sobre ellos. Ehrenberg (1848) los llamó Monas prodigiosa; Ferdinand Cohn (1872), les dio el nombre de Micrococcus prodigiosus; y finalmente Flügge (1886), los bautizó como Bacillus prodigiosus. Actualmente se les conoce como Serratia marcescens.

Toda esta confusión en cuanto a la forma de este microorganismo se debe, como lo explica Rabenhorst, a que es un microbio muy polimorfo, pues mientras algunos le otorgan forma de bastoncillo, otros le dan la de esfera; de donde ya no serían «bacilos prodigiosos», sino «micrococos prodigiosos», como también han sido nombrados.

No pertenecen a las Infusoria, como creía Ehrenberg, sino que es una bacteria corta, redonda, de aproximadamente una milésima de milímetro, que se mueve mediante varios cilios. Se multiplica por simple división y no forma esporas. Sus colonias emiten un olor desagradable de trimetílamina y generalmente producen una materia de color rojo sangre (a veces de color rosa, a veces parda). Cultivos de esta bacteria se pueden observar en gelatina, leche, carne, y otros alimentos y harinas expuestas al calor húmedo, especialmente en las papas hervidas, en el pan, y en las Hostias. La bacteria se desarrolla al abrigo de la luz a una temperatura de alrededor de 20ºC, tomando una coloración púrpura parecida a la de la sangre.

Producen un pigmento rojizo, la prodigiosina, que pertenece a la misma familia química que las porfirinas (responsables del tono rojizo de la sangre o del verdoso de la clorofila), y de otros colorantes naturales como la turacina y la bilirrubina.

Serratia pertenece al grupo de las enterobacterias. Es Gram-negativa y forma colonias que se tiñen en colores que van del amarillo, marrón, púrpura y rojo. Se dispersa en el aire y es capaz de producir «manchas de sangre» en diversas sustancias, incluso en la cola con que se pega el papel tapiz de las casas (incluso se conocen casos de «casas sangrantes»).

Hasta la década de los cincuenta del siglo pasado se creía que S. marcescens era no patógena e incluso se utilizaba en algunas prácticas de laboratorio en las escuelas debido a su coloración rojiza. Pero ahora se sabe que es un bacilo intestinal, relativamente frecuente en las infecciones hospitalarias.

Se sabe de un experimento de la marina de guerra de los Estados Unidos, realizado el 26 y 27 de septiembre de 1950, llamado «Operation Sea-Spray» en el cuál, desde globos, se roció S. marcescens sobre la bahía de San Francisco, California. El 29 de septiembre once pacientes ingresaron al hospital por infecciones muy raras y serias desarrolladas por S. marcescens y uno de estos individuos, Edward J. Nevin, murió.

La bacteria prodigiosa produjo otro tipo de muertes (no sólo por ingesta). Durante muchos años se acusó a los judíos de profanación de Hostias cuando aparecía alguno de estos milagros. Uno de los casos más conocidos y documentados es el de la ciudad de Bruselas, citado en la Enciclopedia Judía.

El fenómeno, obviamente, se daba en otras épocas y religiones. Es posible según un pasaje de Luciano citado por Ferdinand Cohn, que la prohibición pitagoreana de comer frijoles fue debido al hecho de que se había observado una mancha como de sangre en frijoles cocinados que habían sido preservados por cierto tiempo.

La misma tradición judía de las gotas de Tekufah, de colocar un poco de hierro en contacto con cada plato, en cuatro días del año, para prevenir la caída de sangre, pudo también haberse originado en algún caso de bacteria prodigiosa.

S. marcescens no es la única que produce estos fenómenos. Otras bacterias producen manchas rojas similares, Bacillus kiliensis, B. plymouthensis, B. ruber, y Sarcina rubra; y otros organismos como Saccharomyces glutinis, lo hacen en almidón, papas, y pan; Euglena sanguinea, en aguas estancadas.

El biólogo mexicano Juan Manuel Gutiérrez Vázquez, en su libro de 1968 Microorganismos, escribía sobre la bacteria prodigiosa lo siguiente:

«La aparición de manchas de sangre en Hostias conservadas en iglesias obscuras y húmedas dio lugar durante la Edad Media y aún después, a la creencia de que se había operado el milagro mayúsculo que el lector ya imagina. Pero no… vino el siglo XIX con su legión de microbiólogos armados de asas de platino, dorados microscopios y la superchería fue desentrañada, y aun después bautizada por Bizio, en 1819, con el nombre de Serratia marcescens, denominación por la que este ilustre germen hacedor de milagros se conoce hasta nuestros días».

Donde la iglesia veía un milagro, la ciencia sólo ve una falta de higiene, y en este sentido otro biólogo mexicano, Antonio Lazcano Araujo escribió lo siguiente respecto a la Hostia sangrante de la Colonia del Parque Balbuena, con lo que cerramos este artículo:

«Ni Camargo Melo ni Torija Lavoignet han querido tomar en cuenta que todos los estudios practicados a la Hostia han demostrado que ésta se encuentra invadida por una cantidad tan enorme de hongos y bacterias, que sin duda se requeriría del auxilio de todos los Doctores de la Iglesia para que la Hostia sangrante recobrara la salud y se librara de todos los parásitos».

REFERENCIAS

Bennett J. W. & Bentley R., Seeing red: The story of prodigiosin, Adv Appl Microbiol, Vol. 47, 2000, Pags. 1-32.

Camargo Melo José, Una Hostia sangrante en México, Distrito Federal, Edición del autor, México, 1979.

Cole A. Leonard, Clouds of Secrecy: The Army’s Germ-Warfare Tests Over Populated Areas, Rowman & Littlefield, Totowa, New Jersey, 1988.

Del Oso Jiménez, Los poderes mágicos, Editorial Universo, Colección Biblioteca Básica de temas ocultos, México, 1983.

Dixon Bernard, Power Unseen: How Microbes Rule the World, Oxford Univ. Press,

Ehrenberg, Fernere Mittheilungen über Monas Prodigiosa, Berichte der Berliner Akademie der Wissenschaften, 1849, Pags. 101.

Ehrenberg, Fortsetzung der Beob. des Sogen. Blutes im Brode als Monas Prodigiosa, Berichte der Berliner Akademie der Wissenschaften, 1848, Pags. 354.

Ehrenberg, Monas (?) Prodigiosa, Berichte der Berliner Akademie der Wissenschaften, 1848, Pags. 349.

Ferdinand Cohn, Blut auf Speisen, Hostien, en Die Mikroskopische Welt, Die Gegenwart, XI. 808.

Ferdinand Cohn, Brief an Ehrenberg über Monas Prodigiosa auf Gekochten Bohnen und das Verbot des Bohnenessens bei den Pythagoräern, Berichte der Berliner Akademie der Wissenschaften, 1850, Pags. 5.

Ferdinand Cohn, Ueber Blutähnliche Färbungen Durch Mikroskopische Organismen, Mittheilungen der Schlesischen Gesellschaft für Vaterländische Cultur, 1850, Pags. 39.

Flügge, Die Mikroorganismen, 2d ed., 1886, Pags. 284.

Hejazi A, Falkiner, Serratia marcescens, J Med Microbiol, Vol. 46, No. 11, FR 1997, Pags. 903-12.

Jacobs Joseph & Errera L., The Myth of Host-Desecration, artículo en Internet, http://www.jewishencyclopedia.com/view.jsp?artid=578&letter=M#1878

Lazcano Araujo Antonio, La bacteria prodigiosa, Fondo de Cultura Económica, SEP Cultura, CREA, Colección Biblioteca joven, México, 1988, Págs. 63-70.

Migula W., System der Bakterien, II. J. L. Er., Jena, 1900, Pags. 845.

Ramírez Patricia, Posible excomunión de quienes explotan la fe del pueblo con una Hostia que dizque sangra, Segunda de Ovaciones, 29 de marzo de 1979.

Regis (editor), The Biology of Doom : America’s Secret Germ Warfare Project, Diane Publishing Company, .

Sánchez Sánchez Jaime, ¿Verdad o mentira? ¿Realidad o fantasía ?»¦ El caso de la Hostia sangrante, Express, México, 1980, Págs. 7-9.

Sánchez Sánchez Jaime, La cuestión final»¦, Segunda de Ovaciones, México, 1980.

Serratia Marcescens seton implant infection & orbital cellulitis. EyeRounds.org.

Vincenzo Sette, Memoria Storico-Naturale, sull’ Arrossimento Straordinario di Alcune Sostanze Alimentose Osservato Nella Provincia di Padova l’Anno 1819, Venecia, 1824.

www.madredelleucaristia.it/esp/may17sp.htm

El monstruo de Windermere

Llaman a la NASA para solucionar el misterio de la criatura de los lagos

Los EXPERTOS de la agencia espacial americana NASA podrían ayudar a solucionar el avistamiento de una criatura misteriosa en Windermere.

El fotógrafo de Bowness, Linden Adams, afirma haber tomado fotos de una gran criatura, de más de cuatro metros de longitud.

El señor Adams hizo su avistamiento mientras veía que con su esposa Louise a través del lago más grande de Inglaterra desde Gummer»™s How, cerca del puente de Newby.

El camarógrafo profesional dice que él tomó ocho fotografías de la criatura que permaneció en la superficie por 15 minutos.

El señor Adams, de 35 años, dijo que ahora está entrando en contacto con la NASA para que le ayuden a verificar sus fotos.

Él dijo: «Caminábamos por Gummer»™s How a las 9.30 am. Teníamos prismáticos, un mapa y brújula. Fui allí para capturar el lago cubierto en niebla.

«La niebla lo cubría todo hasta las 10.45 am. Estaba tratando de tomar unas fotos de los jets que iban a lo largo del lago.

«Estábamos viendo hacia el sitio de caravanas de Hill of Oaks a través de Silver Holme Bay.

«La condición del lago era como el cristal cuando vi repentinamente a esta criatura enorme que vino en diagonal de oeste a este.

«Golpeó alrededor y se movió en otra dirección y luego regresó otra vez.

«Tomé una serie de ocho fotos antes de que se fuera hacia el extremo norte del lago y podías ver distintivamente la estela mientras se iba».

El señor Adams dijo que mostró sus fotos de la criatura de Windermere a Canon Photography UK en donde lo pusieron en contacto con el fotógrafo forense Mark Carr de Hawkshead quien realizó medidas y le dijo que creía que las fotos eran genuinas.

También se le ha pedido su opinión sobre la supuesta criatura al doctor Ian Winfield, del Centre of Ecology and Hydrology, en la Universidad de Lancaster.

El señor Adams declaró: «Él me dijo que ahora necesitaría más avistamientos y más análisis.

«Así que ahora estoy contactando con la NASA para que se implique más en ver las imágenes fotográficas».

El verano pasado, el conferencista de la universidad Steve Burnip, de Hebden Bridge, vio una criatura extraña en el extremo norte de Windermere.

Consecuentemente los expertos del Centre of Fortean Zoology ahora están realizando un estudio de los avistamientos en el lago.

http://www.nwemail.co.uk/news/viewarticle.aspx?id=472644

Murió Ian Pretyman Stevenson

Ian Stevenson muere a los 88 años; Estudió afirmaciones sobre vidas pasadas

Por Margalit Fox

Ian Stevenson, un siquiatra académico que hace 45 años abandonó a Freud por ser poco científico y volteó hacia lo paranormal como herramienta con la cual sondear la psique humana, murió el 8 de febrero en Charlottesville, Virginia. Él tenía 88 años y había vivido en Charlottesville por muchos años.

La causa fue pulmonía, dijo su hermano, el Dr. Kerr White.

Hasta su retiro en 2002, el Dr. Stevenson fue el jefe de la Division of Perceptual Studies en la Universidad de Virginia; él había fundado la división en 1967. Anteriormente llamada Division of Personality Studies, es parte del departamento universitario de psiquiatría y ciencias de neuroconducta. Entre los fenómenos que la división investiga, según su Web site, están los niños que afirman recordar vidas pasadas, experiencias cercanas a la muerte, experiencias fuera del cuerpo, apariciones y comunicaciones después de la muerte, y visiones en el lecho de muerte.

El laboratorio de la Universidad de Princeton, que se prevé cierre a finales de este mes, se dedicó a estudiar la telekinesis y la percepción extrasensorial, el centro de la Universidad de Virginia sigue siendo una de las pocas instalaciones académicas de su clase en el país.

El Dr. Stevenson era internacionalmente famoso por su investigación en lo que a veces llamó «supervivencia de la personalidad después de la muerte,» popularmente llamada reencarnación. En su opinión, la reencarnación, junto con la herencia y el ambiente, ofrece una posible explicación para una gama de rasgos de la personalidad, incluyendo fobias, capacidades inusuales y un genero de disforia. Durante décadas viajó por el mundo, registrando casos de niños que afirmaban recordar vidas como otras personas en otros lugares, historias que entonces él intentó verificar.

Registrando miles de millas cada año, el Dr. Stevenson grabó más de 2,500 casos, que publicó en una serie de libros técnicos. Entre ellos están «Cases of the Reincarnation Type» (University Press of Virginia, 1975-1983); «Children Who Remember Previous Lives: A Question of Reincarnation» (University Press of Virginia, 1987); y su mayor trabajo, «Reincarnation and Biology: A Contribution to the Etiology of Birthmarks and Birth Defects» (Praeger, 1997), de 2,268 páginas.

El Dr. Stevenson fue el tema de un libro de no ficción, «Old Souls: The Scientific Evidence for Past Lives» (Simon & Schuster, 1999), por Tom Shroder, un periodista del The Washington Post.

En un caso, como el Dr. Stevenson lo cuenta, una niña recién nacida en Sri Lanka siempre lloraba cuando la llevaban cerca de un autobús o de un baño. Cuando ella creció lo suficiente para poder hablar, contó que recordaba una vida anterior como una muchacha de 8 o 9 años que se ahogó después de que un autobús la golpeara y la lanzara a un sembradío de arroz inundado; una investigación posterior encontró la familia de la muchacha muerta viviendo apenas a cuatro o cinco kilómetros de ahí. Las dos familias, dijo el Dr. Stevenson, creían no haber tenido ningún contacto.

Despreciado por la mayoría de los científicos académicos, el Dr. Stevenson era para sus partidarios un genio mal entendido, que valerosamente empujaba los límites de la ciencia. Para sus detractores, él era serio, obstinado pero en última instancia estaba equivocado, desviado por la credulidad, el optimismo a ultranza y una tendencia de ver ciencia en donde otros veían superstición.

«Pienso que él intentaba hacer cosas, pero no siguió los estándares elementales apropiados», dijo Leonard Angel, filósofo de la religión en la Universidad de Douglas en New Westminster, Columbia Británica, en una entrevista telefónica el miércoles. «Solo tienes que mirar cuidadosamente para verlo; eso es por lo que él ha sido muy persuasivo para mucha gente».

El profesor Angel ha revisado el trabajo del Dr. Stevenson para publicaciones, entre ellas el Skeptical Inquirer, que promueve la explicación racional a las afirmaciones de lo paranormal.

Para su parte, el Dr. Stevenson enfatizó que la información que él recogió sugería solamente que la reencarnación era posible, no la probaba más allá de toda duda.

«Algo de eso es terriblemente fascinante», le dijo al The Washington Post en 1978. «Un niño en la India afirma haber vivido una vez en Kansas. Y por supuesto están los desatinos. Desechamos cualquier caso de fantasías venusinas».

Ian Pretyman Stevenson nació el 31 de octubre de 1918, en Montreal y creció en Ottawa. Su padre, un periodista nacido en Escocia, era el corresponsal canadiense del The Times de Londres. Su madre tenía un agudo interés en la teosofía, el sistema de creencia místico semireligioso popular de fines del siglo diecinueve y principios de siglo veinte. El Dr. Stevenson creía que su gran biblioteca de libros sobre el tema creó su interés en los fenómenos espirituales.

El Dr. Stevenson obtuvo su licenciatura en ciencias en la Universidad de McGill en 1942 y un grado médico el siguiente año. Después del entrenamiento psiquiátrico, él dio clases en la Universidad Estatal de Luisiana, y en 1957, a los 38, se hizo presidente del departamento de la psiquiatría en la Universidad de Virginia.

Pero en los siguientes años, el Dr. Stevenson sintió que había aspectos de la personalidad humana que ni las teorías freudianas ni del comportamiento podrían explicar. En 1961, inspirado en parte por un viaje a la India, comenzó a estudiar la reencarnación.

La primera esposa del Dr. Stevenson, Octavia Reynolds, con la que se casó en 1947, murió en 1983. Le sobrevive su segunda esposa, Margaret Pertzoff, con la que se casó en 1985. También le sobreviven una hermana, Edith Meisner, de Knowlton, Quebec; y su hermano, el Dr. White, de Charlottesville.

Cuestionado en varias ocasiones si él creyó en la reencarnación, el Dr. Stevenson era públicamente circunspecto. Pero metido en el archivo de un gabinete en la Division of Perceptual Studies esta una cerradura de combinación ordinaria, que el Dr. Stevenson compró y cerró hace casi 40 años. Él mismo había establecido la combinación.

Como colega en la división, Emily Williams Kelly, explica en una entrevista telefónica el miércoles, que el Dr. Stevenson basó la combinación en un dispositivo mnemónico secreto – una palabra particular o tal vez una oración, -conocida solamente por él.

«Él dijo, que si fuera posible, él intentaría dar la combinación», dijo la señora Kelly. «Probablemente, si alguien tuviera un sueño vivido sobre él, en el cual pareciera haber una palabra o una frase que fuera repetida -no sé como funcionaría- si se pareciera bastante prometedora, intentaríamos abrirla usando la combinación sugerida».

Hasta el momento, dijo la señora Kelly, la cerradura ha seguido firmemente cerrada.

http://www.nytimes.com/2007/02/18/health/psychology/18stevenson.html?ei=5088&en=55d8842bcd3aa3bd&ex=1329454800&adxnnl=1&partner=rssnyt&emc=rss&adxnnlx=1173027832-IsYWTNsQldqJ3Ti6uMV6zw

Stevenson nació en Montreal, Canadá, el 31 de octubre de 1918. Estudio en la Universidad del St. Andrews, y obtuvo un M.D. en la Universidad de McGill en Montreal en 1943. Más tarde estudió psiquiatría. Stevenson fue profesor y presidente de la Universidad de Virginia (UVA) en el departamento de psiquiatría entre 1957 y 1967. De 1967 a 2001 fue profesor de psiquiatría en Carlson y director de la división de estudios de la personalidad División de Estudios de la Personalidad en UVA. A su muerte Stevenson era profesor de investigación de psiquiatría en la misma universidad.

Parte de su currículo se puede consultar aquí. Su libro más famoso es Twenty Cases Suggestive of Reincarnation (2nd rev. ed.), Charlottesville, University Press of Virginia, 1974. (primera edición 1966). Y una lista parcial de sus publicaciones se encuentra aquí

Corpus Christi (Primera parte)

CORPUS CHRISTI

El Jueves santo es el día en que la Iglesia Católica conmemora la institución de la Eucaristía en la Última Cena de Jesucristo. Fue precisamente el jueves santo de 1978 (23 de marzo) que ocurrieron los hechos que vamos a narrar.

En la colonia del Parque Balbuena, Delegación Venustiano Carranza, en la Ciudad de México, se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, en la esquina que forman las calles de Zoquipa y Cucurpe. Por aquel entonces el padre José Camargo Melo, capellán de la Orden de los Mercedarios, era el párroco de esa iglesia.

Hacía pocos años que había llegado al lugar y, como en los años anteriores, encabezó una procesión por las calles de la colonia, hasta el jardín público de la misma para finalmente regresar a la iglesia a oficiar la misa. Al término de la misma no pudo disponer de manera adecuada, como lo exige la iglesia, de una Hostia que había consagrado durante el festejo. Regresó pues con el copón y con la Hostia en él, lo dejó en la custodia en el sagrario de la iglesia.

Al día siguiente observó que el fondo del copón estaba húmedo, pero no le dio importancia. Tres días después, durante la ceremonia del domingo, extrajo de nuevo la Hostia con intención de consumirla durante la misa, pero descubrió que tenía «lama». Como ya estaba consagrada no podía tirarla, por lo que decidió disolverla en agua. La metió en un vaso, agregó agua y colocó todo a un lado del altar mayor del templo.

Ahí pasaron los días sin que Camargo Melo se acordara de la Hostia. Finalmente el 13 de abril pidió al sacristán que trajera el vaso para disponer de la Hostia. La sorpresa de ambos fe enorme. En lugar de estar disuelta, la Hostia se había hinchado por absorción del agua, estaba completamente invadida de hongos, pero flotaba sobre un líquido rojizo parecido a la sangre. La Hostia misma tenía «una parte roja como de sangre».

Cuatro días después, el lunes 17 de abril se presentó en la iglesia el doctor Rafael Torija Lavoignet a petición del padre Camargo. Este doctor es el mismo «experto» que estudió y autentificó la imagen de la Virgen de Guadalupe en el ayate de Juan Diego. Torija Lavoignet revisó el vaso y su contenido e informó que regresaría al día siguiente para tomar muestras y hacer algunas pruebas. Lo que ocurrió ese día nos lo cuenta un libro editado en 1979 por el propio padre Camargo:

«A las dos de la tarde del martes 18 de abril se presentó el Dr. Torija L. Con el P. Capellán dispuesto a emprender una serie de comprobaciones científicas. Pidió dos jeringas desechables y comenzó la toma de una parte cercana de lo que aparentaba ser sangre junto con una parte verdosa de la superficie de la Hostia, y la colocó en una lámina de cristal especial para exámenes microscópicos. Después quiso, con una de las jeringas, tomar de la parte completamente roja y no pudo; fue entonces cuando con las dos agujas volteó la mitad de la Hostia sobre sí misma dando la apariencia de un labio volteado, y al picar para hacer la toma, comenzó a brotar de la S. Hostia un líquido rojo que en gotitas se iba al fondo del vaso. Volvió a picar de nuevo porque no logró tomar nada la primera vez y sucedió lo mismo: al punzar brotaba de la Hostia el líquido rojo. Tomó entonces la otra jeringa y con las dos agujas cortó un pedacito y lo colocó en otra lámina al mismo tiempo que le decía al P. Capellán: «Padre, esto es carne». Estas muestras las consideró suficientes para iniciar un riguroso estudio de laboratorio sin mencionar su procedencia».

El «milagro» llega a oídos del arzobispo Ernesto Corripio Ahumada, quien ordena una investigación. Se constituye una comisión investigadora y poco después los peritos nombrados declaran que:

«No existe hasta el momento, evidencia científica suficiente de un hecho preternatural ya que puede ser explicado naturalmente, y porque los análisis llevados a cabo hasta el momento, son contradictorios, afirmando que a simple vista, los restos de la Hostia muestran una descomposición completa, dado incluso que no hay olor apreciable, en la Hostia aparece como una colonia de hongos sin que aparezca en ella mancha alguna de sangre».

Uno de los miembros de la comisión investigadora, el doctor José de Jesús Curiel, analista patólogo dice:

«Haber hallado abundantes hongos de varios tipos, material amorfo y pequeños cuerpos algo cuadrados y a veces redondos, coloreados en café claro y algo verdoso, los cuales no corresponden a hematíes».

Bajo instrucciones de monseñor Octaviano Valdés se decidió destruir el material. Pero el padre Camargo se negó a entregar el material porque dijo que se harían nuevos estudios, lo cual motiva que en noviembre de 1978, el arzobispo Ernesto Corripio Ahumada emita un decreto que declara «La no constancia del pretendido milagro» y ordena al padre Camargo Melo la efectiva destrucción de los restos de la Hostia y prohíbe la difusión de los hechos como milagrosos.

Para refutar el decreto del arzobispado, el padre José Camargo Melo da a conocer dictámenes «científicos» del doctor Rafael Torija Lavoignet quien dice:

«Certifico que al extraer la aguja comenzó a manar, no a escurrir, sangre del orificio del piquete, entonces si, escurriendo la sangre hasta el fondo del vaso, como si estuviera según dijo el padre Cervantes Ibarrola, sangrando como sucede al pinchar un tejido vivo».

Durante todo 1979 y parte de 1980 se vivió una fuerte tensión ya que el padre Camargo se negaba acatar las órdenes de los altos jerarcas de la iglesia católica mexicana. El padre José Camargo y algunos de sus fieles deciden ir a exponer el caso ante el Papa Juan Pablo II y con ese fin visitan el Vaticano el 27 de octubre de 1980. En la Plaza de San Pedro en donde tuvo la oportunidad de ver al Papa, le dejan sus documentos y pruebas al Secretario de Estado del Vaticano y éste les responde algunos días después por medio de una carta que dice entre otras cosas:

«Deseo con la presente asegurarle que Su Santidad ha visto con atención cuanto usted ha tenido a bien exponerle al respecto y le exhorta ahora junto con los miembros de su comunidad, a una actitud de profunda comunión y sincera obediencia a su propio pastor a quien compete la responsabilidad de gobernar esa iglesia diocesana y sus fieles».

Camargo se da cuenta que ha perdido otra batalla. Ahora se le piden no sólo que destruya la Hostia sino que deje la parroquia. Pero el padre se niega a obedecer e incurre en lo que establece el Canon 1364 y que comienza: «Apostata a fide, hereticus et schismaticus in excomunicationem latae sententiae incurrit…», etcétera, ya que su actitud «defensora de un milagro» que no consta a la jerarquía eclesiástica superior provoca un auténtico cisma.

Justo otro 23 de marzo, pero de 1985, se le retiran las licencias por parte de la Curia y se le excomulga de acuerdo con el Canon 2326: «Por hacer reliquias falsas, o a sabiendas las vende, distribuye o expone a la veneración pública de los fieles».

Así pasa el tiempo y en abril de 1991 es detenido y enviado al Reclusorio Oriente acusado de fraude, amenazas de muerte, despojo, usurpación de profesión, desobediencia de particulares y disparo de arma de fuego en agravio del padre Ismael Durán Piñeyro. Todo comenzó porque al ser excomulgado Camargo se negó a entregar las instalaciones de la iglesia y al contrario, fundó su propia iglesia, la Iglesia Católica Apostólica Mexicana y se hizo ordenar obispo de su diócesis. El padre Joaquín López Carrillo había sido comisionado por la Iglesia Católica Apostólica Romana para hacerse cargo de la ahora llamada Iglesia Eucarística de Nuestra Señora de Guadalupe. Además, la Secretaría de Gobernación le había cancelado su registro como cura de dicha iglesia. Pasa el tiempo y la iglesia decide retirar las acusaciones.

En la actualidad el padre (u obispo) Camargo Melo continúa al frente de su iglesia. Se puede acceder a su sitio de internet en la siguiente dirección: www.Hostiasangrante.org/

LAS HOSTIAS SANGRANTES

El fenómeno ocurrido en la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe no es único ni es el primero. Se conocen poco más de 100 casos de este tipo. El primero ocurrió en Lanciano, Italia. Esta ciudad se encuentra entre San Giovanni Rotondo y Loreto y anteriormente era conocida como Anxanum. Según la tradición el soldado Longinus, el que clavó su lanza en el costado de Cristo, nació en aquel lugar.

En el año 700 un monje de la orden de los Basilianos (del Rito Griego Ortodoxo), mientras celebraba la misa, vio que las Formas se habían convertido en sangre. La sangre se dividió en cinco porciones (cinco «gotas») de un tamaño similar. La iglesia aceptó el milagro como «un verdadero Signo del Cielo» y estableció el último domingo de octubre como el día de su fiesta.

El color de las «gotas» es castaño sepia. Vistas a contra luz son de un color rosado.

No es el único milagro eucarístico relacionado con Lanciano. Existen tres, pero el más conocido ocurrió en 1273. Los protagonistas del milagro fueron Giacomo y Ricciarella, una joven pareja que vivían en un suburbio de Lanciano. Se dice que el matrimonio tenía muchos problemas.

Ricciarella buscó los servicios de una bruja para recuperar el amor de su esposo. La bruja le recomendó que acudiera a la iglesia a recibir la comunión, pero en lugar de tragar la Hostia debía regresar a su casa con ella y cocinarla a fuego hasta transformarla en cenizas. Debería poner un poco de estas cenizas en los alimentos del esposo y al termino de una semana su marido quedaría nuevamente enamorado.

Así lo hizo Ricciarella y cuando puso la Hostia al fuego comenzó a salir humo y la Forma se convirtió en carne y empezó a sangrar. Rápidamente la mujer apagó el fuego, derritió cera sobre la Hostia y le echó tierra, pero la sangre atravesó la tierra. La mujer tomó un pedazo de tela y envolvió la Forma. Fue hasta el establo y cavó un agujero y allí enterró todo el envoltorio.

Por la noche, al regresar su marido con su mula, el animal no quiso entrar al establo. Pasaron siete años hasta que Ricciarella confesó su pecado a fray Diotallevi, de la parroquia de Lanciano. Juntos fueron al establo y desenterraron el envoltorio. La Hostia permanecía sangrando en medio de la tela. Diotavelli recogió la Forma y se la llevó a fray Miguel Mallicani, Superior General de la Orden de San Agustín, en el convento de Offida. Mallicani ordenó construir una capilla especial en el Santuario de San Agustín que llegó a ser conocida como Santuario del Milagro Eucarístico.

La Hostia sólo se exhibe todos los 3 de octubre, pero la toalla y la teja en donde fue calentada la Hostia se encuentra a la vista del público en la capilla.

Una historia prácticamente idéntica ocurrió en una fecha no determinada entre 1225 y 1247 en Santarem, Portugal. En esa ciudad vivía una mujer que tenía un marido infiel. La mujer buscó los servicios de una bruja y ésta le aconsejó le llevara una Hostia consagrada.

Fue a la iglesia y comulgó, pero no se tragó la Hostia. En su camino a la casa de la bruja la Forma comenzó a sangrar y manchó sus ropas. Entonces la mujer se asustó y regresó a su casa. Envolvió la Hostia en un pañuelo limpio de lino blanco y la metió en un baúl.

Esa noche la mujer y su marido fueron despertados por una extraña radiación que salía del baúl e iluminaba todo el cuarto. Luego bajaron unos ángeles del cielo y sacaron la Hostia del baúl.

La mujer comenzó a llorar y a implorar perdón. Durante toda la noche y hasta la mañana siguiente quedaron de rodillas rezando. Los vecinos vieron que salían relámpagos de su casa y se acercaron a curiosear. Fue llamado un sacerdote que recogió la Hostia y la metió en un recipiente que fue sellado con cera de abeja.

Diecinueve años más tarde otro sacerdote se dio cuenta que el recipiente con la Hostia estaba roto y se podía ver la Hostia manando sangre desde su interior. Las autoridades eclesiásticas ordenaron construir un relicario en donde pusieron la Forma y todo fue llevado a la Iglesia del Santo Milagro.

Este milagro se conmemora el segundo domingo del mes de abril.

Por la misma época ocurrió un fenómeno similar en la vecina España. En 1239 Valencia estaba bajo el reinado de Don Jaime. Los moros eran comandados por Zaen Moro.

El 23 de febrero de aquel año en la ciudad de Daroca, a 75 kilómetros de Zaragoza, España, el padre Mosén Mateo Martínez, rector de la parroquia de San Cristóbal, había iniciado la consagración, cuando los moros que se encontraban sitiados en el castillo de Chio decidieron salir y enfrentar las fuerzas españolas. Martínez tomó las 6 Hostias consagradas y las envolvió en un paño y las ocultó debajo de una piedra para que no fuera ultrajada por los moros.

Días después, al ser tomado el castillo, Martínez pudo por fin recuperar la Hostia. Las seis Hostias se habían adherido al tejido del Corporal de lino y desaparecieron, convirtiéndose en seis manchas circulares del mismo tamaño, como manchas de sangre.

Las tres ciudades más cercanas Teruel, Calatayud y Daroca exigieron que el Corporal fuese enviado a sus respectivas iglesias. Se echo a la suerte y se decidió colocar el paño en el lomo de una mula a la que se dejó libre. La mula caminó hacia Teruel y luego hacia Calatayud, pero no entró en ninguna de estas ciudades. Finalmente se dirigió a Daroca y se paró justo en la iglesia de Santa María Colegiada, en donde ahora se encuentra en exhibición.

En el Palacio Pontificio del Vaticano hay un fresco de Rafael titulado «La Misa de Bolsena«. Cuenta la historia de un sacerdote alemán que en 1263, mientras se dirigía a esa ciudad, descubrió que una Hostia que llevaba consigo comenzaba a sangrar. La Hostia fue enviada al Papa Urbano IV, Santiago Pantaleón, que en ese momento se encontraba en Orvieto. Ordenó una investigación a una comisión constituida por el obispo de Orvieto, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino. Los tres sacerdotes informaron que se trataba de un milagro. El Papa quedó tan impresionado que instituyó la fiesta de Corpus Christi, mediante su Bula transitorius, del 8 de septiembre de 1264.

Se desconoce la fecha exacta pero sí el año del milagro de Viversel. En 1317 un sacerdote de Lummen, Bélgica, llevó el Santo Viático (el nombre que se le da a la sagrada comunión cuando se ministra a los enfermos y ancianos) a un anciano moribundo que vivía en Viversel.

Al llegar a la casa, dejó la Custodia en una mesa y entró al cuarto del anciano. Un joven curioso abrió la Custodia y al momento gritó al ver una especie de coagulo sobre la Forma. Los familiares y el sacerdote salieron al escuchar el grito y vieron que la Hostia consagrada tenía varias manchas de sangre.

El suceso fue reportado por el sacerdote a su obispo y éste ordenó llevar la Forma a la Iglesia de las monjas Cistercienses en Herkenrode, distante unos 50 kilómetros de Viversel, cerca de Liege.

La Hostia Milagrosa quedó en el convento hasta 1796 en que las monjas fueron expulsadas durante la Revolución Francesa. Para evitar su profanación, la Hostia fue guardada en una caja metálica que se ocultó en la pared de la cocina de unos fieles.

Al término de la revolución, en 1804, la Hostia fue llevada a la Catedral de San Quintines, en Hasselt, en donde se encuentra hasta nuestros días.

Continuará…