Mujer golpeada por un relámpago mientras rezaba

Mujer golpeada por un relámpago mientras rezaba

DAPHNE, Ala. -Preocupada por la seguridad de su familia, durante un tempestuoso viaje a la playa para festejar el Memorial Day, Clara Jean Brown estaba parada en su cocina y rezaba por su vuelta segura, cuando una fuerte tempestad de truenos retumbó sobre el condado de Baldwin, Alabama.

Pero mientras que ella rezaba, un relámpago estalló repentinamente, corriendo a través del linóleo y dejando un área ennegrecida en el concreto. Brown fue golpeada y cayó al piso, deslumbrada y desorientada por la ráfaga pero, por lo demás, ilesa.

Cuando ella dijo «Amen» el cuarto fue engullido por una enorme bola de fuego. Brown, de 65 años, dijo que es afortunada por estar viva.

Los bomberos dijeron que probablemente fue golpeada por un relámpago que cayó fuera de la casa y luego viajó al interior, ayer por la tarde. Fue encontrada en el piso por su nieta de 14 años.

Los bomberos piensan que el relámpago cayó en la calle, viajó probablemente a la casa a través de una línea de agua. El relámpago continuó en el patio trasero y abrió una pequeña zanja.

Un miembro de la familia dijo que él ya no asumirá que es más seguro estar dentro de casa durante una tormenta de relámpagos.

http://www.wsbtv.com/news/9293414/detail.html

Nosotros ya tampoco estaremos seguros de que rezar traiga las bendiciones de dios. Por lo menos nos abstendremos de decir «Ame…»

Anexamos un video de las centellas que «fabrica» en el laboratorio Jean Louis Naudin.

Las luces de los terremotos (Final)

LA NUEVA TEORÍA DE LA TRIBOLUMINISCENCIA

En 1986 se supo de los resultados experimentales de Brian T. Brady y Glen A. Rowell, del Servicio Mineralógico de los Estados Unidos. Estos investigadores habían fragmentado núcleos de granito, ricos en cuarzo, para generar efectos piezoeléctricos, y de basalto, libres de todo cristal piezoeléctrico. Una vez puestos en varios gases (argón, helio, aire), en el vacío y en el agua, fueron examinadas las fragmentaciones por espectroscopia colimada e intensificación de luminiscencia, con el objeto de captar el espectro de las eventuales luces generadas.

En ambas muestras, las de granito y las de basalto se produjeron luces minúsculas, lo que aparentemente desmentía la teoría de la piezoelectricidad para las luces telúricas. El análisis espectral mostraba que las luces no presentaban trazas de los componentes de las rocas, y sólo de los que provenían de los gases o de los líquidos que las circundaban. La conclusión era que el mecanismo responsable de la emisión luminosa era la excitación electrónica de la atmósfera y del ambiente circundante a las rocas, y no se trataba de plasmas. No quedaba claro cómo se podía producir tal excitación. Se suponía que el campo producido por la fragmentación podía crear una especie de botella en la que era «contenida» la manifestación luminosa en forma esférica o de otro género, pero la cuestión permanecía en controversia. Un posterior descubrimiento obtenido de los mismos experimentos demostró que el núcleo de los materiales fracturados en el agua hacían iluminar el líquido produciendo al mismo tiempo hidrógeno atómico y molecular llevaron a concluir a Brady y Rowell que la disociación molecular del género descrito podría iniciar una reacción química y forzar alguna de tipo biológico, lo que indujo a John Derr a especular en la posibilidad de que tales procesos pudieran haber tenido un papel importante en la biogénesis de nuestro planeta.

En el ensayo de 1989 de Rutkowski escribe que Devereux publicó muy rápido los resultados de sus pruebas de fragmentación de rocas y describió la aparición de destellos y de centellas. En efecto, en el ámbito de la teoría de la triboluminiscencia, Devereux dedica un párrafo del Capítulo 7 «Lights in the Laboratory» (p. 197-201). También publica 5 fotos de los experimentos que confirman las ideas de Devereux, McCartney y John Merron. Esos experimentos se hicieron en Londres en 1983 y su conclusión es que se trata de cierto tipo de ionización del aire. Con el artículo del New Scientist, Devereux y sus colaboradores pusieron fin a la teoría piezoeléctrica, para dar paso a la triboluminiscencia. En 1984 y de parte de unas investigaciones llevadas a cabo en la Universidad de Sussex, Devereux recibió otra confirmación a su teoría. En estos experimentos se observaron emisiones luminosas en rocas no piezoeléctricas. Incluso se encontró que no era necesaria una gran presión para generar luces relativamente intensas. Además, estas luces eran muy vistosas en atmósferas carentes de iones negativos, a tal punto que el sólo contacto con una bola de cristal puede producir leves destellos.

La hipótesis que explica estos efectos parte de la constatación de que la mayor parte de los minerales son una verdadera reserva de electrones en estado libre. Sobre el origen de esta riqueza, Devereux y McCartney sostenían que si un material mineralógicamente «simple», como un cuarzo o una calcárea es examinado con la técnica de la espectroscopia de resonancia de espin electrónico (ESR), presentará un espectro energético típico de los electrones «intrapolados» en el retículo. Cuando, en el curso del tiempo, la radiación natural «expele» los electrones de la órbita atómica, son rellenados todos los huecos en el retículo del mineral. Estos electrones pueden manifestarse en varias formas, por ejemplo, como emisiones luminosas, sobre la base de diversos mecanismos.

Pero con el tiempo Brady había moderado su entusiasmo. Posteriores experimentos le llevaron a concluir que las luces no se podían producir a distancias mayores a unos pocos metros del área de fractura.

Pero el problema mayor era que los experimentos de Brady, Rowell, Persinger y Devereux se habían realizado a una escala microscópica y no necesariamente se podía verificar en escala macroscópica, en la naturaleza.

Entre el 1 de noviembre de 1988 y el 21 de enero de 1989 se dieron más de 50 observaciones de luces durante el monitoreo sísmico del Lago Saguenay (Canadá), por la Universidad de Québec. De acuerdo con el reporte aparecido en Nature, diversas bolas de luz, de varios metros de diámetro salían del suelo, algunas veces cerca de los observadores. Otras bolas de luz fueron vistas en el aire. Algunas de estas duraban más de 12 minutos.

En Earth Lights Revelation, de 1989, David Clarke, Andy Roberts y el geoquímico Paul McCartney reportaron sus investigaciones en la zona de Barmouth y Harlech, al norte de Gales. Los reportes de esta zona incluyen esferas rojo sangre, objetos en forma de diamante luminoso y otros fenómenos luminosos. Los investigadores encontraron que las luces seguían el curso de la característica local más importante, la falla de Mochras. En julio de 1984 se presentó un temblor de 5.5 grados en la escala de Richter, con epicentro en la península de Hellín. La tarde anterior al sismo, un residente vio una brillante luz blanca «del tamaño de un auto pequeño» flotar desde el mar y desaparecer sobre las dunas de la playa.

En 1990 se consiguieron los recursos económicos para formar el International Consciousness Research Laboratories (ICRL), para investigar las luces en el campo.

Las primeras investigaciones se hicieron en junio de 1993 en New Jersey. Se trataba de la «Hooker light» que en la década de los setenta se aparecía a lo largo de la vía férrea cercana a Washington Township. En ese entonces el grupo ufológico Vestigia intentaba cazar OVNIs. Hoy las vías de ferrocarril han dado paso a un rack de tuberías. Devereux y compañía encontró que el efecto se producía por la distorsión visual de las luces de los autos que se acercan a la zona a una distancia de unos 3 kilómetros.

El primer reporte de las luces de Marfa se dio en 1617. Varios de los avistamientos que se dieron en la expedición del 6 al 15 de marzo de 1994 por los miembros del ICRL, incluyendo al físico Hal Puthoff, eran espejismos que elevaban las luces de vehículos ubicados a 50 kilómetros del horizonte distorsionándolas, en el camino al presidio de Marfa. También se encontró, utilizando vehículos todo terreno sobre el desierto Mitchell Flat, que algunas luces pertenecían a ranchos aislados que desde lejos se veían como luces misteriosas que salían del suelo, se fusionaban o se dividían. La noche del 12 de marzo se vio la única luz que no pudo ser explicada de manera convencional.

El profesor Yoghi-hito Ohtsuki también ha hecho cuatro expediciones a Marfa. Sólo en una de ellas ha podido ver una luz fuera de lo normal. Esta luz cambió de forma a menos de 100 metros de su equipo y fue capturada en video y con equipo electrónico de monitoreo.

Del 28 de septiembre al 14 de octubre de 1995 Devereux y Strand realizaron un viaje de expedición a Kimberley, Australia. El lugar era idóneo para probar la TTT debido a que en ese lugar no hay contaminación y no hay carreteras ni autos que puedan perturbar, con sus luces, la visión.

La noche del 3 de octubre se encontraban en un pequeño valle totalmente desabitado. A poco menos de un kilómetro, recorriendo hacia arriba la pendiente del valle, aparecieron pequeñas luces blanco azuladas, de corta duración. Strand pudo capturar una de esas luces en su cámara.

El 8 de octubre una luz brillante pareció emerger de una pequeña colina en frente de un acantilado. Debido a que el área carece por completo de toda luz artificial, la luz fue en extremo notable. La luz se movía lentamente hacia abajo y al llegar al desierto desapareció. Las cámaras del equipo apuntaban en otra dirección, pero se pudo tomar una foto. Debido a que estaba a más de 10 kilómetros de distancia no se pudo determinar si era, efectivamente, una luz anómala, aunque simultanea a su aparición, los magnetómetros registraron una amplitud en la frecuencia, cresta a cresta de 800 nanoteslas en pulsaciones de 2 Hz. Lo normal es tener menos de 1 nanotesla. Si estos dos fenómenos están conectados, esto probaría la teoría de Persinger de que las luces terrenas van acompañadas a cambios en el campo geomagnético local.

Se han reportado luces terrenas de todos los colores. Su tamaño va de bolas de ping pong a luces gigantescas, aunque el tamaño de un balón de basketball es lo más común. Las formas más comunes son la esférica, tubos, cigarros, rectángulos, diamantes, y formas irregulares. Ocasionalmente emiten ruidos de varias clases, desde zumbidos, hasta siseos, casi siempre acompañados de una sensación de presión en los oídos. Se han visto «formaciones» de luces múltiples con vuelos «coordinados», que se pueden dividir o fusionar entre si. No es raro verlas aparecer o desaparecer en el mismo terreno. Lo más común es que aparezcan sobre las cumbres, los techos aislados, torres, antenas y otros objetos en punta, lo que indica que existe alguna conexión electromagnética. Se les ha visto circundar reservas de agua, como ríos, lagos y lagunas, e incluso volar por encima de estos lugares. Esto no es raro si consideramos que el agua actúa como una especie e lubricante de las rocas y que éstas pueden emitir más partículas cargadas, cuando están húmedas.

You-Suo Zou, del Instituto de Física Atmosférica de La Academia de Ciencias de Beijing, e investigador asociado del Departamento de Meteorología de la Universidad de Utah, en 1994, hizo un estudio del Proyecto Hessdalen original y encontró que algunas de las fotos presentan trazas que revelan un efecto similar al de un sacacorchos. Esta estructura es típica de los plasmas en movimiento, lo que se ha visto en muchas ocasiones en laboratorios. Zou encontró que en ciertas ocasiones los plasmas pueden transformarse en solitones (ondas solitarias). Los registros del radar en el proyecto Hessdalen muestran que hay evidencia de una propagación de energía en forma de onda. Estos datos le llevaron a suponer que estas luces son una especie de plasma.

Las luces se prenden y se apagan todo el tiempo, en rápidos movimientos imperceptibles para el ojo humano. Tony Dodd tomó una foto de dos luces sobre Carleton Moor, Yorkshire, el 14 de marzo de 1983. La foto fue analizada por el físico Fred Alan Wolf que encontró unas ligeras líneas verticales que le hicieron suponer que los objetos tenían una acción estroboscópica que dejó en la película esas líneas oscuras. Algunas luces en Hessdalen daban ecos intermitentes en el radar, mientras que los observadores veían una luz continua. Otro físico, David Kubrin y su esposa vieron una de estas luces sobre las copas de los árboles en la Falla Pinnacles (adyacente a la Falla de San Andrés), en California 1973. Mientras se movía, la luz creo ondas en el aire que estaba en su parte superior inmediata, lo cual indicaba la presencia de una masa, pero la luz paró su movimiento de forma instantánea, sin desacelerar, lo que sugería la no existencia de masa. Kubrin captó el decaimiento de esta luz con su cámara.

Las luces, a veces, pueden ser visibles en una dirección, pero no en otra. En el temblor de Barmouth-Harlech, por ejemplo, una luz en forma de barra de poco más de un metro de longitud, de color azul, voló sobre el camino cerca de la capilla Egryn y fue visible para un grupo de observadores desde un lado del camino, pero invisible para los que se encontraban en el lado contrario.

David Fryberger cree que las luces son el resultado de unas supuestas partículas subatómicas desconocidas llamadas vortones, más exóticas que los quarks y los gluones.

Algunos testigos han escuchado «voces de niños cantando» y otros hablan de «personas rezando». Estos pueden ser efectos alucinatorios del mismo campo electromagnético que afecta el cerebro de los testigos. Persinger ha llevado estudios clínicos que parecen demostrar esta hipótesis.

En 1996 Devereux, Strand y el físico David Fryberger, del Centro de Aceleración Lineal de Stanford, de California, investigaron la relación de los avistamientos OVNI y la actividad del Popocatepetl, los resultados fueron menos relevantes que los australianos, aún cuando tuvieron un avistamiento y registraron una fuerte lectura anómala (sin relación con el avistamiento) en el magnetómetro.

El proyecto FAL (Fenómenos Aéreos Luminosos) de Turquía, se iniciò en 1999 después del terremoto de Izmir, en donde murieron aproximadamente 25,000 personas. Sus objetovos son:

Probar que las luces que se ven antes de los terremotos no son ovnis.

Disminuirle número de muertes causadas por los terremotos, al alertar a la gente antes de que ocurran.

Su director es el camarógrafo Erol Erkmen.

COLOFÓN

En muchos otros países también hay zonas en donde en diversos periodos de la historia aparecen silenciosa y esporádicamente luces curiosas que surgen del suelo y se elevan en el aire o chisporrotean y se disuelven en el aire. Fenómenos como estos se producen constantemente en algún lugar de la Tierra, principalmente durante los sismos. De vez en cuando se registra un súbito incremento en la actividad de esas luces en alguno de estos lugares, durante semanas o, incluso, meses, y entonces tenemos una psicosis de OVNIs: una oleada. En otras, la actividad volcánica puede producir esos avistamientos. Luces, relámpagos y efectos triboluminiscentes hacen su aparición durante el periodo de actividad volcánica e, incluso, las erupciones. Entonces los ufólogos ponen el carro delante de los bueyes y dicen que los OVNIs son los que producen las erupciones. No es así, la gran actividad geológica eleva los campos electromagnéticos que irrumpen en la atmósfera en forma de pequeñas bolas de luz, que incluso se han llegado a fotografiar.

Las ciencias físicas como la geología, la geofísica, la meteorología y otras relacionadas, tienen un campo virgen que recorrer. Las luces de los terremotos, la triboluminiscencia e incluso los reportes de supuestos OVNIs pueden abrir nuevos campos de estudio. Actualmente se están dando los primeros pasos. Podemos ver un excelente estudio sobre la tribología y la piezoelectricidad en el trabajo de Wladyslaw Roman Pawlak, que apareció en Ciencia y Desarrollo.

Más de 2,000 veces al día el empuje o la colisión de movientes placas tectónicas, de 80 kilómetros de espesor, que cubren la superficie de nuestro planeta hacen temblar al mundo. Más del 95% de esos temblores son demasiado débiles para que se adviertan, salvo en los muy sensibles sismómetros. Si la hipótesis de la triboluminiscencia resulta cierta, con estos datos, no es raro la gran cantidad de reportes de OVNIs alrededor del mundo.

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El presente artículo forma parte de uno de los capítulos de mi tesis de maestría Ruiz Noguez Luis, Análisis discriminante para una población de fenómenos aéreos anómalos. Se ha actualizado utilizando el excelente trabajo de Giuseppe Stilo.

El físico Hal Puthoff durante la expedición de Devereux para investigar las luces famosas de Marfa, Texas.

Anthony Dodd es actualmente uno de los ufólogos más activos del Reino Unido. Tomó una curiosa foto que pudiera ser una luz telúrica.

Fred Alan Wolf es famoso por sus apariciones en TV y sus libros de divulgación científica. También se ha interesado en el fenómeno de las luces telúricas.

La hermosa fotografía tomada por el periodista gráfico Alfonso Reyes, de la agencia Notimex, el martes 19 de diciembre del 2000, a las 6:10 de la mañana. Es, indudablemente, un efecto eléctrico del tipo de los relámpagos, producido por un efecto triboluminiscente. El fotógrafo utilizó una exposición de 20 segundos, un angular de 24 milímetros y una abertura de diafragma de 4.0. Existen varias otras fotos tomadas por las cámaras web del CENAPRED (Centro Nacional de Prevención de Desastres) que pueden caer dentro de esta misma categoría.

Ampliaciones de dos de los objetos vistos y fotografiados con cámaras de video durante el terremoto de Izmir, de 1999, en Turquía.

Turquía es un país con alta actividad sísmica, por lo que no es raro que las luces de los terremotos se vean muy frecuentemente. Las fotografías que aparecen en la página anterior y en esta fueron extraídas de películas tomadas por el camarógrafo Erol Erkmen, quien fundó el TUVPO (Turkey UFO and Paranormal Events Research Organization), que se ha dedicado a estudiar estos fenómenos.

En la TUVPO se utilizan cámaras con rejillas especiales para hacer análisis espectrométrico y determinar la composición química de las luces. Aquí una de estas fotos.

La televisión en Turquía también ha explotado la aparición de fenómenos luminosos naturales, que aparecen durante los terremotos, presentándolos como naves extraterrestres

Vea también los siguientes enlaces
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-2/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-3/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/05/las-luces-de-los-terremotos-y-4/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2006/06/las-luces-de-los-terremotos-final/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/05/luces-de-los-terremotos/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-de-los-terremotos-en-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/el-terremoto-de-per-y-las-luces-ssmicas/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/otro-video-de-las-luces-de-los-terremotos-en-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/transformadores-o-luces-de-los-terremotos/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-rojas-en-el-terremoto-de-per/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2007/08/luces-elctricas-en-el-terremoto-de-per/

Mobius encuentra al Bigfoot en NY

¿Bigfoot en Upstate Nueva York?

(Clarence, NY) – Hans Mobius dice que él estaba limpiando el cepillo en su granja de caballos, y también tomaba fotos de un área boscosa que piensa talar, cuando algo muy extraño sucedió.

Mobius afirma que a unos 60 metros de distancia, él vio lo que parecía ser el Bigfoot. Él comenzó a sacar fotos, y entonces la criatura, o a la persona, se metió en el bosque.

Mobius admite que puede ser solo una broma, pero lo dudaría, porque dice que sería demasiado trabajo para que alguien se ponga tal traje y sólo se presente ante él en su propiedad de 100 acres.

http://www.buffalonews.com/editorial/20060531/1035858.asp

http://www.wltx.com/fyi/fyi.aspx?storyid=38421

Las luces de los terremotos (y 4)

LA TTT ORIGINAL

En el mismo año en que Corliss publicó sus primeras recopilaciones de artículos aparecidos en revistas científicas, 1977, también se publicó el primer libro dedicado a la teoría geofísica de estos fenómenos: Space-Time Transients and inusual events, de Michael A. Persinger y Gyslaine Lafreniére. En ese estudio encontraban correlaciones entre la actividad sísmica y los OVNIs. Había nacido la Tectonic Strain Theory (TST) o Teoría de la Tensión Tectónica (TTT).

El mecanismo específico en el que originalmente pensó Persinger para explicar los OVNIs, fue una versión particular del efecto piezoeléctrico, que podía generar una columna electromagnética de algunas decenas de centímetros hasta cientos de metros de diámetro. El fuerte campo presente que recorría la columna produciría la ionización del aire creando el fenómeno luminoso a cierta altura del suelo. Esta era la primera versión de la TTT para los OVNIs.

El origen de las luces de los terremotos es, según la TTT, la tensión tectónica de bajo nivel que existe en ciertos puntos dentro de la corteza terrestre. Puede ocurrir que los campos electromagnéticos producidos por esta tensión crucen ciertas regiones durante el leve doblamiento de la geología local. Esto provocaría un temblor de intensidad pequeña o mediana en los puntos en donde la corteza cede un poco, es decir, en las fallas, mientras que en las partes más resistentes de la geología se forman poderosos campos electromagnéticos, que a veces dan por resultado la manifestación de fenómenos lumínicos. Las irregularidades del terreno, como pueden ser las mismas fallas, las masas de agua, los yacimientos de menas y otros, intensifican la aparición de esas luces. Los aficionados a los OVNIs saben, desde hace tiempo, que muchos avistamientos se dan alrededor de lagos, ríos, embalses de agua, minas y líneas de transmisión eléctrica. Los mecanismos exactos por los cuales tiene lugar todo esto son desconocidos hasta el momento, y pueden constituir campos nuevos de la geofísica. Los científicos podrían acercarse a la literatura ufológica, espulgar el trigo de la paja y extraer conclusiones interesantes.

La segunda parte de la investigación de Persinger fue el detectar los posibles efectos que tales campos electromagnéticos podían tener en los cerebros de los testigos. Esta investigación ha producido casi 150 artículos de Persinger publicados en Perceptual and Motor Skills.

Persinger declara en su libro que algunos fenómenos eléctricos generados por los sismos pueden ser muy intensos y durar mucho tiempo. Para ilustrar lo dicho, cita la pérdida o interrupción de la transmisión de radio durante una hora antes del terremoto de Hilo, en Hawai, el 26 de abril de 1973. Expresa que los experimentos en el laboratorio han mostrado que hay pequeñas corrientes eléctricas que en contacto con el cerebro pueden causar parálisis, pérdidas de conciencia y alucinaciones. Por lo tanto, los testigos que sufren la influencia de campos eléctricos transitorios causados por las presiones subterráneas, pueden tener alucinaciones, que para ellos sería un suceso «real».

Los efectos de la proximidad de un efecto triboluminiscente puede afectar el funcionamiento del cerebro de los testigos. Persinger menciona que los campos electromagnéticos afectan las regiones de los lóbulos temporales del cerebro (entre las que está el hipocampo). Entre los efectos más notables están la perdida de la noción del tiempo, amnesia, visiones en estado de vigilia consciente, voces exteriorizadas, sensaciones corporales, especialmente en la zona genital, sensaciones de flotación, distorsiones en los recuerdos, etcétera. Los aficionados a los OVNIs podrán comprobar que muchos de estos fenómenos (prácticamente todos) se han reportado en los supuestos casos de abducción. Existe gran semejanza en los relatos de los abducidos, de episodios de viajes extracorporales y de encuentros cercanos con la muerte. Todos ellos son idénticos a los reportados, clínicamente por personas sanas y que no tenían relación alguna con OVNIs o con la literatura parapsicológica, en los experimentos de Persinger.

Además de los mecanismos que producen la piezoelectricidad, durante los terremotos se emiten ciertas cantidades de gas radón que puede producir efectos quimiluminiscentes. De ahí que concluya que las luces telúricas no están correlacionadas sólo con los terremotos sino con la misma actividad tectónica. Según el neurólogo los efectos energéticos tienden a acumularse y distribuirse a lo largo de las fallas. Esta acumulación de energía puede producir efectos en la corriente eléctrica, disturbios psiquiátricos leves, confusiones mentales, interferencia en los sistemas de comunicaciones, etcétera. Por otra parte, también pueden producir apariciones de «OVNIs» y otros fenómenos luminosos, generados por alucinaciones inducidas por las emisiones electromagnéticas sobre el lóbulo temporal. Incluso se podrían mostrar efectos «paranormales» e insólitos.

El doctor Persinger, psicólogo e investigador científico de la Universidad Laurentian, en Sudbury, Ontario (Canadá), junto con su ayudante Lafreniere, aplicó el análisis por computadora a una muestra constituida por 6,000 hechos paranormales (incluyendo OVNIs, serpientes marinas, luces fantasmas, big foot, etcétera). Sus resultados indicaron que la mayoría de estos casos tuvieron lugar sobre las líneas de falla o cerca de ellas. Persinger cree que el 85% de los avistamientos de OVNIs no son más que efectos electromagnéticos luminosos producidos por las líneas de falla geológicas.

«Cuando chocan las placas tectónicas presionan al cuarzo y a otros cristales en ciertas regiones y por breves periodos. Esto causa que los enlaces atómicos, al romperse, produzcan plasmas.

«Esta luminosidad rodeada por un intenso halo electromagnético llega a la superficie terrestre, y es vista por la gente.

«Ya que nuestras mentes son sensibles a los campos electromagnéticos, estos pueden producir alucinaciones (fantasmas, encuentros cercanos del tercer tipo, etc.)».

En cuanto a la interferencia de los OVNIs sobre radios de onda corta, televisores, luces de los autos, etcétera, Persinger declara que se trata de columnas eléctricas ambulantes, que parten de los campos eléctricos transitorios, y someten a su influjo los campos más débiles asociados con estos aparatos.

Los fenómenos debidos a campos eléctricos transitorios pueden ocurrir en zonas de bajos niveles sísmicos. Debido a que las rocas cristalinas están ampliamente distribuidas por todas partes, existen puntos débiles en la corteza terrestre, aún en las áreas que no son proclives a los terremotos.

MÁS ALLÁ DE LA TTT

En 1973, Harley D. Rutledge, un profesor de física de la Universidad Estatal del Sureste de Missouri, organizó investigaciones de campo para investigar los avistamientos de supuestos OVNIs en los alrededores de Piedmont. Los resultados fueron publicados en 1981 en el libro Project Identification. Sus conclusiones eran muy similares a las de Persinger.

Rutledge visitó Piedmont y vio por sí mismo doce de las misteriosas luces celestes. Durante siete años continuó con sus investigaciones, con la ayuda de cuarenta científicos, ingenieros, estudiantes y personas fuera del ámbito universitario. Su equipo era más sofisticado y costoso que el que había utilizado Akers. Valuado en más de 40,000 dólares, se contaba con varios telescopios, un analizador espectral, un magnetómetro, un gravímetro, cámaras y otros instrumentos. Se hicieron 157 avistamientos de 178 luces, y se tomaron varias fotografías.

Paul Devereux continuó la línea trazada por Persinger y presentó sus trabajos en diversas publicaciones y congresos, como en el Tercer Congreso Internacional de la Asociación Británica para Investigaciones OVNI (BUFORA), en agosto de 1983. Devereux publicó su primer libro en 1982. Un año después la ufóloga británica Jenny Randles publicó su libro Pennine UFO Mystery, sobre los fenómenos luminosos vistos en esa cadena montañosa. Inspirados por esta obra y por el proyecto noruego de Hessdalen, en 1986, David Clarke y Andy Roberts iniciaron el Project Pennine.

Devereux realizó experiencias en el campo de la piezoelectricidad en Inglaterra. Encontró que la famosa área de Warminster tiene un subsuelo cruzado por muchas líneas de falla de la corteza y que en la oleada de Dyfed (Gales), un 30% de los casos se verificaron a una distancia menor a los 50 metros de una línea de falla (fault line). Algunos de sus hallazgos son los siguientes:

«En Gran Bretaña y en Escandinavia se han encontrado indicios parecidos. En Gran Bretaña se localizaron zonas de luz terrestre en algunas partes de la cadena Penina, alrededor de Burton Dassett, Warwickshire, alrededor de Helpston, Cambridgeshire, en Dartmoor, Devon, en algunas regiones de Gales, en lagos específicos de Escocia y en otros muchos lugares bien definidos. En la cadena Penina un pequeño grupo de investigación llamado Project Pennine, a cuya cabeza estaban David Clarke y Andy Roberts, han encontrado casos notables de fenómenos que ocurren en las mismas regiones desde hace generaciones. Se han observado bolas de luz en repetidas ocasiones y a veces, en un valle con fallas llamado Longdendale, en el que hay una cadena de embalses, ¡se ilumina toda la ladera de un promontorio! Se ha observado que la temperatura baja mucho coincidiendo con este último efecto lumínico. Los escasos habitantes de la cadena Penina son reacios a hablar de los fenómenos, pero es claro que los padres y los abuelos de los actuales agricultores y pastores también vieron las luces y que éstas despertaban en ellos un fuerte sentimiento de superstición y temor. Leyendas, topónimos y tradiciones también reflejan la existencia de luces en las zonas que se sabe que son afectadas por los fenómenos.

«En una de estas zonas, los agrestes páramos de los alrededores de Grassington, en Yorkshire, muchos agentes de policía han visto las luces durante sus patrullas nocturnas y se han tomado algunas fotografías extraordinarias. Clarke y Roberts han podido mostrar correlaciones entre los fenómenos lumínicos, las fallas y la actividad sísmica. En Gales, Devereux y sus colegas también han podido detectar correlación entre ciertas zonas de luz terrestre y parecidos factores geológicos, y en Escocia siete de los ocho lagos donde se producen fenómenos lumínicos se encuentran sobre fallas importantes, mientras que el octavo se ve afectado por fallas menores, de índole local. El material británico incluye los relatos de numerosos testigos presenciales que vieron luces surgidas directamente del suelo».

Dan Mattsson han hecho un trabajo similar en Suecia. Ha identificado varias zonas de actividad de fenómenos lumínicos y ha comprobado la correlación entre la actividad sísmica, los yacimientos de menas de hierro, o de otro tipo, y las fallas.

En 1983 Devereux publicó otro libro, en colaboración con el geoquímico Paul McCartney, en el que desafiaba por completo a los ufólogos pro extraterrestres. En el libro se señalaban varias conexiones entre las fallas, epicentros sísmicos y los fenómenos aéreos luminosos en varios lugares de la Gran Bretaña. En septiembre de 1983 Devereux, McCartney y Don Robins, especialista de la química aplicada a la arqueología, suscitaron un debate a través de una artículo aparecido en New Scientist. En ese artículo incluían la teoría tradicional de la piezoelectricidad, pero, además, presentaban la triboluminiscencia y la termoluminiscencia como mecanismos posibles para la formación de las luces.

En 1986, John S. Derr se unió a Persinger para estudiar las luces que aparecían en la reservación india de Yakima, en el Estado de Washington. Guardabosques habían visto bolas naranja flotando sobre las rocas, así como pequeñas «bolas de ping-pong» de luces que saltaban los riscos. Este periodo de avistamientos también estuvo acompañado de nubes luminosas, lo que indicaba una atmósfera cargada, y de sonidos subterráneos, sugiriendo un tipo de asociación tectónica. Los guardabosques lograron fotografiar las luces y triangular su posición mediante el uso de la comunicación radial.

Derr, en colaboración con Greg Long escribió un libro sobre el asunto. Inicialmente constató que los fenómenos luminosos se daban tanto en las crestas de las colinas, como en derredor de las fallas. Derr introdujo una nueva variable, la consideración del rol de los líquidos en movimiento sobre la incidencia de las luces telúricas. Derr argumentaba que la presión sobre el agua la hacía fluir entre los capilares de la roca y eso producía un aumento en la intensidad del campo electromagnético que contribuía a las manifestaciones luminosas sobre el terreno. De esta manera, la lubricación de los estratos geológicos con el agua facilitaba el deslizamiento de los estratos en los puntos de falla y promovía los mecanismos generadores de las luces.

Otros casos importantes estudiados por Derr fueron Uintah, Utah, en medio de las ciudades de Vernal, Roosvelt y Duchesne. Luego, Persinger y Derr se ocuparon de los fenómenos de Colorado atribuyéndolos a la inyección de agua en las rocas de la zona de la ciudad de Derby. En este caso dedujeron que el presunto campo electromagnético estaba a unos 50-100 kilómetros a partir del epicentro.

CRITICAS A LA TEORIA TTT

En un artículo de 1989 el geólogo y ufólogo canadiense Chris Rutkowski, quien es un crítico de la hipótesis de Persinger, reexaminó la teoría TTT. En particular el caso de las luces fantasma. Citaba un detalle interesante en el caso canadiense de luces telúricas en Alberta y Manitota y se refería como la tentativa de aproximarse a estas fuentes luminosas fallaron regularmente porque estas se «apagaron» cuando se les acercaba. Había, entonces, que recurrir a una característica específica de estos fenómenos, que Rutkowski definió como LATER (Lights At The End of the Road, Luces al final del camino), por su tendencia en aparecer y mostrarse en el horizonte, al final de un camino.

El problema inherente de la TTT para las luces telúricas, según Rutkowski era parecido. La naturaleza de la energía producida por el roce de las tensiones no era clara. Las emisiones de radio registradas de repente en los terremotos resultaban débiles e inconstantes.

La idea de que los OVNIs pueden, en última instancia, revelarse como luces sísmicas (EQL) en las que la energía es confinada de manera particular en una zona limitada (mientras que la mayor parte de las luces sísmicas son en realidad descritas como destellos y luces poco definidas) fue criticada por Greg Long. Las diferencias entre el momento en que se verifica el temblor y las observaciones de las luces terrenas (EL) no son compatibles con el modelo actual de la teoría sobre la generación de las luces sísmicas. Además, el «radio de compresión» debido a la tensión tectónica no parece compatible con la claridad de las observaciones de los presuntos fenómenos aéreos insólitos muy alejados del centro de la tensión.

Para obviar esta objeción, Long, en 1988 había propuesto la localización de una región sísmicamente inactiva y, para convalidar la teoría, observar la existencia de Earth Lights (EL) (o de otros fenómenos aéreos insólitos) . Un último análisis, parece que, en la carencia de un mecanismo causal claro, las correlaciones de las observaciones OVNI y la energía tectónica descansan en gran parte únicamente en el tipo de estadística y no es directamente causal.

De las otras objeciones, Chris Rutkowski recordaba que el ufólogo francés Claude Maugé había presentado críticas sobre la significatividad de la base de datos usada por Persinger para construir la TTT, cosa que retomará en un artículo de poco éxito en 1990.

El ufólogo escéptico inglés Steuart Campbell ha sostenido que la solidez de las relaciones entre las observaciones OVNI y las fallas geológicas en Gran Bretaña de las que habla Devereux es del todo aleatoria y que sólo se sostiene en el hecho de que en las islas británicas existe un número elevado de discontinuidades de ese tipo.

Rutkowski ha hecho notar que no esta claro el medio a través del cual estas emisiones energéticas puedan superar grandes estratos de roca y manifestarse en la superficie en forma tan variada. Acepta que algunos tipos de roca pueden actuar como «transistores naturales», aunque permanece la dificultad.

A partir de febrero de 1973, alrededor de Piedmont, Missouri se comenzó a reportar la presencia de extrañas luces de diversos colores, en coincidencia con repetidas interferencias de las emisiones televisivas y de interrupciones en la energía eléctrica. El jefe del departamento de física de la Universidad estatal del Sudeste de Missouri, el Dr. Harley D. Routledge tuvo algunas observaciones de estos objetos celestes por lo que, con algunos de sus colegas, inició una serie de campamentos de guardia en las colinas cercanas a la ciudad. Durante una serie largísima (157 semanas) y sistemática de tales campamentos logró captar 178 fotografías de «objetos anómalos» que cambiaban de dirección de forma abrupta, aceleraban o se quedaban estáticas. A través de una triangulación y gracias al avistamiento simultáneo de varios investigadores, Routledge pudo calcular la velocidad y concluyó que se podía excluir las explicaciones de faros de vehículos, espejismos, refracciones, aviones, meteoritos e incluso centellas. Se hicieron estudios de radar y se encontraron disturbios en las señales de radiofrecuencia gamma VHF. Una de las cosas más embarazosas que describe Rutledge fue el hecho de que, al menos, treinta y dos casos parecían responder a las acciones de los observadores. Las luces parecían reaccionar a los mensajes verbales, señales de radio o a los pensamientos de los experimentadores. Por lo que Routledge pensó que el fenómeno poseía una forma de inteligencia, respondiendo a la objeción de la ufóloga Jenny Randles que creía se trataba de un fenómeno natural hasta el momento desconocido, o al escéptico Steuart Campbell. También en los setenta, otro grupo de apasionados de los fenómenos anómalos, de New Jersey, denominado «Vestigia» efectuó diversos estudios de campo en la localidad de Washington Township, cercana a New Jersey. Observaron, fotografiaron e hicieron varias mediciones instrumentales de un pequeño globo de luz que en su interior parecía contener un núcleo similar a un proyectil. En el momento de la aparición de esa EL se elevaron las lecturas en un contador Geiger y cambio la resistividad mientras el fenómeno se posaba. En cuanto partía el grupo de investigadores volvía a ver el fenómeno sólo de una parte de la carretera, pero no de la otra parte, cosa que sugería que se trataba de una emisión fotónica unidireccional.

El doctor Michael A. Persinger, neuropsicólogo que se arriesgo a entrar al mundillo de la ufología y desafió a los ufólogos con su hipótesis TTT.

Jenny Randless, la ufóloga inglesa más famosa, estudió la oleada de OVNIs en la cadena de montañas Pennina, en Inglaterra, y luego publicó su libro The Pennine UFO Mystery.

Uno de los OVNIs observados durante la oleada de los Pennine. La foto fue obtenida por el señor Anthony Vaivods, en Wyke Woods, a las 9:30 de la noche del 15 de octubre de 1981, con una cámara Polaroid. Se trata de una exposición de varios segundos.

«La Curva del Diablo», en la carretera B6105 en Longdendale, Pennines, Inglaterra. Sobre este punto corre una falla y se encuentra en una zona de gran actividad OVNI.

Un ejemplo del fenómeno LATER, o de luces al final del camino. En este caso dos fotografías de Paul A. Roales sobre la famosa Ruta 66.

Durante la oleada de OVNIs sobre la ciudad de Piedmont, Missouri, en 1973, el doctor Harley D. Routledge logró obtener varias fotografías de estas luces.

Según Dan Mattsson, las líneas Ley siguen las líneas de falla terrestre y sobre ellas se construyeron varios de los monumentos antiguos.

Paul Devereux ha viajado a diversos lugares, incluyendo México, en busca de las misteriosas luces. Aquí lo vemos en Australia investigando las luces Min Min.

Miembros del Project Pennine con Devereux, al fondo a la derecha.

Gráfico del magnetómetro durante la variación del campo magnético terrestre.

Devereux en el laboratorio de Persinger experimentando la estimulación del lóbulo temporal.

El 25 de marzo de 1905, en dos ocasiones se vieron emerger desde este valle, cercano a la capilla Llanfair, bolas de luz roja. La falla de Mochras corre directamente por debajo.

Erlin Strand preparando el equipo durante la expedición en busca de las luces Min Min.

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