EL OVNI DE LA ISLA TRINIDAD
PROLOGO
Este nuevo trabajo de Luis Ruiz Noguez retoma y analiza uno de los casos fotográficos clásicos: el OVNI de la isla Trinidad. Considerado por muchos ufólogos como el segundo caso fotográfico más importante de la historia de los OVNIs (el primero son las fotografías de Paul Trent), el OVNI de la isla Trinidad se ha resistido a la crítica y escrutinio de los escépticos.
En esta ocasión, el autor arremete contra este caso y trata de dar una explicación diferente a la de una nave de origen extraterrestre. ¿Logra su objetivo? Sólo el lector puede dar la última palabra y definir su verdad personal.
Lo cierto es que Noguez se aleja un tanto de su estilo sarcástico, socarrón o burlón, al que nos tenía acostumbrados, y hace un análisis exhaustivo del caso. El estilo, ahora, es más sobrio y casi podríamos decir que la redacción sigue los lineamientos de la literatura de divulgación científica. Pero no por ello deja de ser amena su lectura.
Lo que no abandona el autor es su apabullante lista de referencias y notas. De tal manera que nos acerca a las fuentes originales (las traducciones son de él mismo). Así, lo mismo leemos cartas intercambiadas por Coral Lorenzen (A.P.R.O.) y Lawrence Tacker (A.T.I.C. Fuerza Aérea de los Estados Unidos de Norteamérica), que recortes de periódicos brasileños de la época o artículos publicados en revistas de OVNIs de Inglaterra, España o Italia.
La investigación en sus archivos personales, en los que se contaba con colecciones completas de revistas clásicas de la ufología mundial, da como resultado no sólo leer los artículos originales, sino tener acceso a fotografías inéditas en la literatura OVNI mexicana y, probablemente, latinoamericana.
Nuestro Philip Klass mexicano, con «El OVNI de la isla Trinidad», regresa al mundo de los OVNIs y al editorial, después de un alejamiento de algunos años.
En este libro nos lleva de la mano, paso a paso, primero presentando un panorama general del caso, luego mostrando los escenarios (la isla de Trinidad y el buque escuela de la Armada Brasileña, Almirante Saldanha), la literatura que se ha escrito sobre el caso hasta el momento, las interpretaciones, y finalmente, sus conclusiones.
Probablemente los aficionados a los OVNIs no estemos de acuerdo con su punto de vista, pero lo que no le podemos escatimar es su conocimiento del tema, muestra de lo cual es esta obra que tiene usted en sus manos.
El autor parafrasea dos aforismos muy conocidos por todos los que estamos interesados en los temas paranormales. Dice que, «la verdad esta ahí adentro» (Expedientes X) y que «hay otros mundos pero están en este» (Paul Eluard). En ambos casos apunta con su índice a su cabeza. ¿Será verdad que todo lo relacionado con los OVNIs tenga un origen en la mente del ser humano? La hipótesis psicosociológica, tan en boga en Europa en los ochenta y noventa, y actualmente retomada por los ufólogos argentinos y chilenos, es lo que se esconde detrás de estas apreciaciones. Desconozco si Noguez es más «psicosocio» que «escéptico», y él no ayuda mucho en aclarar esta situación. Lo que es verdad es que maneja perfectamente las ideas de Michel Monnerie, pero, para mi gusto, las lleva al extremo del escepticismo.
Pocos trabajos se han editado en la línea psicosociológica en México, y de esos pocos la mayoría son de Noguez. Desde Perspectivas Ufológicas, la revista del ala ufológica de la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica, sus editores nos adentraron al «monnerismo».
«El OVNI de la isla Trinidad» cae un poco en el análisis y visión psicosociológica, y desde ese punto de vista pone en su verdadero contexto el avistamiento de Almiro Baraúna, así como sus fotografías.
Un análisis final que el autor recomienda, y que también nosotros pensamos que sería interesante hacerlo, es comparar aquella época heroica en la que los OVNIs se tomaban en fotografías blanco y negro, con la nuestra de las videocámaras y las computadoras ¿hay alguna diferencia esencial? ¿el fenómeno ha evolucionado? Según Noguez, la respuesta a estos interrogantes podría orientar la investigación OVNI en el futuro.
Óscar García López
A las 7:50 de la mañana del 5 de diciembre de 1957, un obrero, residente de la Ilha de Trinidade, avistó un OVNI al Este de la isla.
El 31 de diciembre, el oficial médico teniente primero Ignacio Carlos Moreira Murta, junto con un marino y cinco trabajadores de la isla, observaron otro Plato Volador a la misma hora: 7:50.
Al día siguiente, 1° de enero de 1958, a la misma hora, en la misma posición y moviéndose hacia el norte, otro objeto de similares características fue visto en la isla.
El 2 de enero, por la noche (alrededor de las 20:00 horas), volvió a darse la alarma. Hacia el Oeste se veía un gran objeto reluciente. Sin embargo, el Capitán de corbeta Carlos Alberto Ferreira Bacellar, comandante del puesto oceanográfico de la Isla Trinidad, descarto la emergencia porque él mismo estaba de guardia y no vio absolutamente nada. Estos son los casos que, según el periodista argentino Jorge O. Pineda[1], antecedieron al famoso avistamiento del 16 de enero.
LA ISLA TRINIDAD
Trinidad es una pequeña isla árida, desértica y rocosa localizada en medio del Océano Pacífico, entre las costas de Brasil y del continente Africano, a más de 970 kilómetros de Bahia. Se encuentra en la extremidad oriental de la cadena de montañas submarinas de Vitória Trindade, al Este de la masa continental, frente a Vitoria, Estado de Espíritu Santo, a 20° 30″™ latitud Sur y 29° 20″™ longitud Oeste. Posee una extensión de 12.6 Km2.
Surgió hace 3 millones de años de una zona de fracturas que se extiende desde la plataforma continental brasileña. Su origen es volcánico y sus mayores elevaciones, de cerca de 600 m, se formaron hace unos 50 mil años.
El clima es de tipo tropical. La temperatura media es de 25.2°C, siendo el mes de febrero el más caliente del año (30.2°C), y el de agosto el más frío (17.3°C)
Hasta 1850 la isla estaba cubierta de árboles Columbrina glandulosa en un 85% de su extensión. Estos árboles tenían unos 15 m de altura con un tronco de unos 40 de diámetro. La introducción de animales no endémicos como los caprinos y ovinos, y el corte indiscriminado de árboles, llevó a la desaparición de los mismos. En la isla se concentra un gran número de aves marinas y de cangrejos.
Juan de Nova, navegante español al servicio de Portugal, partió en marzo de 1501, al mando de 4 naves, con destino al Ãfrica. Los vientos y las tormentas lo desviaron de su curso y lo llevaron hasta «una isla de aspecto extraño e impresionante, rocosa, de altos y negros picos a la cual le fue dado el nombre de Isla de Assunção». En Portugal el descubrimiento no despertó gran interés en virtud de la pobre extensión en tierras.
Un año después del descubrimiento, Estevão da Gama, en su viaje a la India, visitó la isla. Ignorando el descubrimiento previo, él le dio el nombre de Trindade, que se mantiene hasta hoy. Por disposición real del 22 de agosto de 1539, Don João III, Rey de Portugal, donó la isla a un hidalgo de la Casa Real, Belchior de Carvalho, que jamás llegó a tomar posesión de ella. En 1700, desconociendo que ya había sido descubierta y que pertenecía a Portugal, Edmond Halley quien estaba a cargo de una expedición inglesa para realizar mediciones magnéticas en el Atlántico, contorneó la isla y la declaró posesión inglesa. En 1781 Inglaterra la ocupó militarmente. Portugal protestó a través de su Ministro en Londres, Luís Pinto de Souza. Mientras el asunto se resolvía a través de los canales diplomáticos, el virrey del Brasil, Luís de Vasconcelos, tomaba providencias militares para expulsar a los ingleses. Envió al «Capitão-de-Mar-e-Guerra» José de Melo Brayner, quien partió de Rio de Janeiro el 10 de enero de 1783, con 150 hombres y artillería, a bordo del Nossa Señora dos Prazeres. Le acompañaba el Mariscal de Campo Chicorro. Pero cuando llegaron a la isla los ingleses ya la habían abandonado, dejando 12 cañones intactos.
Portugal decidió no dejar a la isla en el abandono y envió a unos habitantes de las islas Azores, con simientes e instrumentos agrícolas, pero estos colonos pronto se dieron cuenta que la tierra no se prestaba para la labor. Por lo tanto la isla sólo fue ocupada militarmente y también se le utilizó como presidio. Estas actividades perduraron hasta 1795, cuando el Conde de Rezende decidió que se abandonara la isla.
Cien años duró en el más completo abandono, hasta que Inglaterra, nuevamente, en enero de 1895 la incorporó al Imperio Británico. Pero, al considerarla una roca sin vida, en agosto de 1896 el Baracouta recogió el último marino inglés que abandonó la isla. En enero del año siguiente el crucero Benjamín Constant de Brasil tomó posesión definitiva de la isla.
La isla se ha usado como base para investigaciones científicas. La primera se hizo en 1918, por el barco Carlos Gomes. Entre los años 1924 y 1926 el Presidente Artur Bernardes convirtió la isla en presidio político. Entre los prisioneros estuvieron Eduardo Gomes y Juarez Tavora. Al inicio de la Segunda Guerra Mundial la Marina volvió a ocupar la isla hasta el 13 de junio de 1945. En 1950 la isla fue visitada por otra comisión científica con la finalidad de planear una colonización y construir una base aeronaval.
Durante la Segunda Guerra Mundial se le utilizó como base de naves de guerra de las marinas de los Estados Unidos y del Brasil en su combate a los submarinos alemanes. Al final de la guerra se le abandonó, permaneciendo habitada sólo por las gaviotas hasta 1957. En octubre de ese año, bajo las órdenes del Capitán de corveta Carlos Alberto Bacellar, llegó a la isla una fuerza de tarea de la Marina Brasileña. La División de Hidrografía y Navegación del Ministerio de Marina había decidido construir una estación meteorológica y un puesto oceanográfico en la isla para realizar investigaciones relacionadas con el Año Geofísico Internacional (IGY). La función de la estación meteorológica era el rastreo de globos sonda de hidrógeno. Estos globos estaban construidos de un material rojo y llevaban aparatos para el estudio del comportamiento de los vientos. A cierta altura, cuando el globo se reventaba debido a la presión, se soltaba una bolsa con los instrumentos científicos acoplada a un paracaídas.
A principios de noviembre comenzaron las actividades. El equipo consistía de una estación de radio para rastrear los globos meteorológicos para estudiar la alta atmósfera y dar información de los vientos a diferentes alturas. Estos globos eran inflados con hidrógeno y pintados de rojo para hacerlos más visibles a los observadores desde el terreno. Los técnicos contaban con teodolitos para rastrear los equipos. Los globos estallaban al llegar a determinada altura debido a la baja presión externa y al exceso de presión interna. Los instrumentos que llevaba el globo caían al suelo, pero eran detenidos en su caída por un paracaídas que se activaba en ese momento. Cada globo llevaba un radiotransmisor que emitía señales a la estación de radio conforme iba subiendo. En el momento en que estallaba el globo y comenzaban a caer los instrumentos, la señal de radio cambiaba a una frecuencia más alta, que indicaba a los observadores en tierra el momento de la caída.
EL AVISTAMIENTO
La mayoría de los libros y revistas sobre OVNIs[2] que hacen referencia a este caso afirman que los sucesos se desarrollaron de la siguiente forma:
El 16 de enero el crucero NE Almirante Saldanha que hacía labores de investigación para el IGY en la Isla Trinidad, se encontraba anclado a las afueras de la isla. La tripulación del buque era de unos 300 hombres.
Poco después de las 12:00 el buque se preparaba para soltar amarras, y «la tripulación estaba dedicada a la operación de izar a bordo el bote utilizado en los viajes a la isla. La alarma del OVNI fue dada por miembros de la tripulación en la proa y en la popa de la nave»- según escribió Pineda. Se trataba de un objeto muy brillante que se aproximaba a la isla. El objeto venía del Este y voló directamente hacia el Pico Desejado, en donde hizo una curva para dirigirse al Noroeste.
A bordo del barco se encontraban 5 fotógrafos profesionales, uno de ellos era el periodista Almiro Baraúna, miembro del Club Icarai de caza submarina. Sólo se alertó a éste último fotógrafo.
«La persona que llamó la atención del fotógrafo hacia el objeto fue un capitán (en retiro) de la Fuerza Aérea, que se hallaba en el buque como integrante de un grupo especializado de caza submarina; el fotógrafo era miembro del mismo grupo».
Inmediatamente Almiro levantó su cámara y consiguió hacer dos fotos antes de que el objeto desapareciera. Pocos segundos después el objeto hizo una amplia curva y Almiro obtuvo otra foto exactamente en el momento en que se encontraba más próximo al barco. En total Almiro obtuvo seis fotos, de las cuales las dos primeras estuvieron demasiado expuestas a la luz. La cámara utilizada era una Rolleiflex, modelo E, con lente a F.2,8, velocidad de 1/125 de segundo y una abertura de f/8, por lo que se dice que, al ser reveladas, se obtuvo una sobre exposición y grano duro. Las fotos fueron publicadas por el Correio da Manhã[3] del 21 de febrero.
El objeto era de forma lenticular, del color del acero inoxidable o grisáceo oscuro, y parecía rodeado de una especie de niebla verdosa fosforescente. Llevaba una especie de anillo similar al del planeta Saturno, el cual giraba rápidamente. Algunos testigos dijeron que el objeto desprendía una tonalidad anaranjado-rojiza y que no hacía ruido alguno, aún cuando se movía muy velozmente, y que su movimiento no era continuo sino abrupto, con sorpresivos cambios de dirección y velocidad. La altura se estimó en alrededor de 1,800 metros. Las fotografías se tomaron en no menos de 14 segundos. Se dijo que toda la tripulación estaba sobre cubierta, muy agitada, y que incluso algunos de ellos apuntaron sus armas hacia el objeto.
El caso de la isla Trinidad fue uno de los 19 casos que se escogieron para enviarse a varios altos oficiales y dignatarios de Inglaterra[4]. El consenso general de los ufólogos es que se trata de fotografías genuinas de una nave extraterrestre.
EL ALMIRANTE SALDANHA
El navío original, fue el velero de cuatro palos llamado Dovenby Hall que fue construido en 1885 como un barco de carga, mientras que el nuevo es un diseño de los ochenta con propósitos de buque escuela.
El Dovenby Hall fue botado por la Vickers-Armstrong en Harrow-in-Furness el 19 de diciembre de 1888, y tuvo un costo de 314,000 libras.
El 7 de septiembre de 1931 el Jefe del Gobierno Provisional del Brasil firmó un decreto (No. 20,373) autorizando la construcción de un «Navio-Escola» para la instrucción del personal de la Armada Nacional. Dos años después, el 7 de febrero de 1933, se firmó un contrato con la Vickers-Armstrong para construir una réplica del Dovenby Hall, al costo de 316,400 libras.
El 11 de junio de 1934 desde Harrow-in-Furness, ante la presencia del Embajador de Brasil en Londres, Dr. Regis de Oliveira, se bate la quilla del NE Almiranthe Saldanha (su nombre es un homenaje al contra almirante Luiz Filippe de Saldanha da Gama, héroe de guerra brasileño). La madrina fue la Sra. Helena Regis Bettencourt, esposa del Embajador. El 19 de diciembre del mismo se le lanza al mar, siendo en esta ocasión madrina la excelentísima Señora D. Darcy Sarmanho Vargas, en representación de la Emperatriz Regis de Oliveira.
El barco llega a Brasil (Salvador), el 14 de octubre de 1934. A su mando estaba el capitán de fragata Sylvio de Noronha, teniendo como Inmediato al Capitán de corveta Edmundo Jordao Amorim do Valle y una tripulación de veintidós oficiales, sesenta y un suboficiales y sargentos, trescientos diez y siete cabos y marinos, y un total de dieciséis segundos tenientes, cuarenta guardias marinos y cuatro civiles, en viaje de instrucción.
Desde septiembre de 1942 hasta diciembre de 1945 se le utiliza en labores de guerra.
Del 25 de abril de 1952 al 16 de mayo de 1953 realiza un viaje de circunnavegación al planeta.
A principios de 1957 el tubo lanzatorpedos es sustituido por un equipo de sonar que sería utilizado hasta 1958 en labores del IGY.
El 3 de agosto de 1957 se le incorporó a la Dirección de Hidrografía y Navegación, y dos años después (14 de agosto de 1959) se le clasificó como Navío Oceanográfico. Participó en varias investigaciones internacionales, como el GATE (Global Atlantica Tropical Experiment) o el FGGE (First Gate Global Experiment).
A partir del 12 de diciembre de 1961 se decidió transformar el velero eliminando las velas y construyendo una superestructura central y sustituyendo el sistema de propulsión. La transformación concluyó hasta 1964. Actualmente el Almirante Saldanha desplaza 3,315 toneladas con carga completa. Su longitud es de 93.39 m, 15.85 m de boca y 5.50 m de calado. Su plataforma tiene un área de 2,500 metros cuadrados. Su motor principal, de diesel, le proporciona 2,100 H.P., que le dan una velocidad de crucero de 11 nudos (máxima de 14 nudos). Cuenta con dos radares, navegador por satélite, aguja giroscópica y radiogoniómetro para navegación. Tiene como equipo oceanográfico dos grúas principales, para la recolección de muestras hasta 6,000 metros de profundidad; y dos grúas secundarias, hasta 500 metros de profundidad; 3 ecobatímetros, para profundidades de hasta 4,000 metros; sonar de pesca; laboratorios de química, física, biología, radiactividad, geología, ictiología y meteorología; un CTD (Conductivity, Temperature and Depth), equipo que permite el registro automático, por computadora, de los perfiles de salinidad marinos y de la temperatura, en función de la profundidad. Cuenta con espacio para recibir hasta 35 científicos o universitarios investigadores[5].
EL ANÃLISIS DEL MINISTERIO DE MARINA
En la revista argentina antes citada se publicó la trascripción de unos documentos del Ministerio de Marina de Brasil, que a su vez habían sido publicados en la Revista Nacional de Aeronáutica. Alejandro Vignati, quien en ese entonces era redactor-jefe de 2001 Periodismo de anticipación, decía:
«Si alguno presenta una reclamación sobre autenticidad, paternidad o demostrabilidad del caso, ya sabe a quien tiene que acudir: Ministerio de Marina de Brasil»[6].
Dichos documentos se presentaban así:
Ministerio de Marina
Comando de Operaciones Navales
Departamento de Inteligencia
Objeto:
Informe sobre la observación de objetos volantes no identificados, registrados en la Isla Trinidad, en el periodo comprendido entre el cinco de diciembre de 1957 y el dieciséis de enero de 1958.
Según Pineda, éste documento fue presentado el 3 de marzo de 1958 por el jefe del Comando de Operaciones Navales, Antonio María de Carvalho, almirante de la Flota, y dirigido al ministro de Marina del Brasil. En tal documento (DOCUMENTO 1)[7] se dice:
«MINISTERIO DE MARINA
«COMANDO DE OPERACIONES NAVALES
«DEPARTAMENTO DE INTELIGENCIA
«ASUNTO
«Informe sobre la observación de OVNIs registrados sobre la Isla de Trinidad, en el periodo comprendido entre el 5 de diciembre de 1957 al 16 de enero de 1958.
«ACONTECIMIENTOS
«1. El capitán de corbeta Carlos Alberto Ferreira Bacellar, comandante del puesto Oceanográfico de la Isla Trinidad fue llamado por este Alto Comando el 27 de enero de 1958, donde presentó su informe, relatando lo siguiente:
«I. El 31 de diciembre de 1957 un Objeto Volador No Identificado fue observado sobre la isla, avistado por el oficial médico teniente MD Ignácio Carlos Moreira Murta, por un marinero y cinco trabajadores. La aparición ocurrió poco después de las 7:50. Debido a la convicción de los observadores y a la coherencia y correlación de los observadores, se decidió enviar un radiograma que dio origen a la presente investigación;
«II Fui informado en la misma ocasión que un objeto idéntico había sido visto anteriormente el 5 de diciembre de 1957, por un trabajador, también por la mañana y a la misma hora;
«III. El día siguiente, 1° de enero de 1958, a la misma hora y en la misma posición moviéndose hacia el Norte (informaciones idéntica a las observaciones anteriores) algo apareció sobre el mar, volando a una velocidad increíble. A pesar de la opinión adversa de otros observadores y a la luminosidad presentada por el objeto en cierto trecho de su trayectoria, se concluyó que una gaviota se proyectó del cielo, haciendo difícil cualquier estimación estereoscópica;
«IV. El día siguiente, el 2 de enero de 1958, se volvió a dar la alarma, esta vez a las 20 horas. Esta alarma fue descartada pues el guardia no vio absolutamente nada;
«V. Finalmente, el 16 de enero de 1958, a las 12:15 horas, se registró otra alarma OVNI a bordo del Almirante Saldanha, anclado junto a la isla. El navío se preparaba para soltar amarras y la tripulación estaba dedicada a la operación de izar a bordo el bote utilizado en los viajes a Trinidad. La alarma del OVNI fue dada por los miembros de la tripulación en la popa y en la proa de la nave;
«VI. En esta misma ocasión, un fotógrafo profesional, civil, que se encontraba en la cubierta, en la proa del navío, fotografiando la operación de izamiento del bote fue alertado y tuvo tiempo de captar las cuatro fotos anexas;
«VII. Luego del avistamiento, el fotógrafo extrajo el rollo de la película de la cámara, en presencia del capitán de corbeta Bacellar y otros oficiales; más tarde, junto con el capitán de corbeta Bacellar penetró en el laboratorio fotográfico del buque, vestido sólo con una camisa y «shorts». El revelado duró unos diez minutos y luego los negativos fueron examinados por el capitán de corbeta Bacellar. El capitán Bacellar afirma que vio el OVNI aludido en los negativos mencionados, en aquel primer examen, con detalles que sólo las ampliaciones mostraron después más claramente;
«VIII. Después, los negativos aludidos fueron mostrados a los miembros de la tripulación de la nave que habían sido testigos del fenómeno: todos reconocieron que el objeto que aparecía en las fotos era idéntico al que habían avistado en el aire.
«IX. La persona que llamó la atención al fotógrafo sobre el objeto fue un capitán de la Fuerza Aérea que se hallaba en el navío como integrante de un grupo especializado en caza submarina. El fotógrafo era miembro del mismo grupo;
«X. Las fotografías fueron tomadas en un espacio de unos 30 segundos;
«XI. Se observó una fuerte perturbación emocional en todas las personas que avistaron el objeto , incluyendo al fotógrafo, civiles y miembros de la tripulación del navío;
«2. El capitán de corbeta Bacellar también informó sobre un fenómeno que había observado personalmente sobre la isla, por dos veces, en diferentes ocasiones, con la ayuda de un teodolito de alta precisión y en plena luz del día. Su segunda observación fue la siguiente:
«I. Estaba siguiendo un globo meteorológico cuando tuvo indicación de que sus instrumentos habían caído; la caída fue claramente reconocida por las señales emitidas por su radio sonda y por la línea trazada en el registrador.
«II. El globo debía explotar después de dicha caída, pues el tiempo medio de vida de un globo es de cuarenta minutos; después de este lapso estalla, debido a la gran altura alcanzada.
«III. El globo seguido estaba cubierto, a una altura de 14,000 metros, cuando sus instrumentos fueron lanzados por medio de paracaídas. Unos pocos momentos más tarde, localizó un objeto en el cielo, a unos treinta grados en la horizontal del punto donde el globo había desaparecido al pasar detrás de una nube.
«IV. Visto a través del teodolito, el objeto presentaba una extraña forma, como una media luna, con una luz brillante; el fenómeno duró tres horas y media, y el objeto aparentemente se movía con la misma velocidad angular del sol.
«V. El objeto desapareció únicamente cuando el cielo quedó totalmente cubierto por nubes cirrus.
«VI. No haya explicación para la observación que realizó considerando el tiempo de vida del globo pintado de rojo que seguía, la forma y luminosidad del objeto y posición de la Luna y de los planetas.
«VII. Esta observación fue atestiguada por el oficial médico, varios argentinos y marineros de la Armada, y un técnico civil del departamento de Hidrografía y Navegación de la Marina».
«3. Finalmente, el capitán de corbeta Bacellar trajo a este Alto Comando al hombre que había tomado las fotografías, el fotógrafo profesional Almiro Barauna (dirección: Praia De Icarai 251, departamento 1004, Niteroi), quien presentó el siguiente informe:
«I. Estaba en la cubierta del NE Almirante Saldanha cuando fue llamado para que observara un extraño objeto que se aproximaba a la isla; le fue posible localizarlo después de unos pocos momentos de observación.
«II. Inmediatamente después de avistarlo, dirigió su cámara hacia el objeto, tomando seis fotografías sucesivas.
«III. Después, como había obtenido la última foto del rollo, extrajo la película de la cámara y permaneció durante casi una hora con ella en sus manos[8], esperando recobrarse de una fuerte perturbación emocional que experimentara.
«IV. Permaneció en el cuarto oscuro unos diez minutos acompañado por el capitán de la Fuerza Aérea, que lo ayudaba, después mostró la película aún húmeda, al capitán de corbeta Bacellar con la impresión de que el objeto fotografiado no había aparecido en el film revelado; sin embargo, su impresión fue alterada por el propio capitán Bacellar, quien mostró que, en las vistas conectadas con la observación, era visible en diferentes posiciones, una imagen que parecía la del objeto.
«V. Guardó los negativos y los trajo a Río donde, en un laboratorio fotográfico, hizo varias ampliaciones; el OVNI aparecía bien sólo en dos instantáneas, porque los otros dos negativos eran oscuros.
«VI. Para aumentar el contraste, realizó una operación conocida como «aclarado», consistente en aclarar homogéneamente todo el negativo; sin embargo, como en dos vistas el OVNI aparecía con toda claridad y temía perderlas si el proceso fallaba, cortó la película y sometió a proceso sólo los otros cuatro negativos; como resultado, el OVNI apareció con toda nitidez en dos de ellos, en diferentes posiciones.
«VII. Dice que al observar al OVNI ocularmente, su impresión fue la de un cuerpo sólido con contornos poco definidos, que mostraba gran movilidad, y una alta velocidad, y con una estructura difícil de precisar, porque el objeto parecía envuelto por una sustancia que comparó a la espuma del jabón. Parecía tener una prolongación del mismo material y se desplazaba sin ningún ruido;
«VIII. Se puso tan nervioso después de la observación que le fue difícil realizar la tarea rutinaria de revelar el filme;
«IX. Ofreció los negativos a este Alto Comando para todos los exámenes y análisis necesarios, con el fin de probar su autenticidad, y sugirió un examen microscópico como única manera apropiada de detectar alguna triquiñuela».
«RESUMEN
«4. Resumiendo las declaraciones obtenidas de acuerdo con los informes transcritos arriba, tenemos los siguientes hechos importantes:
«a. Fue observado sobre la Isla de Trinidad, por diferentes personas, la aparición de OVNIs en cuatro ocasiones, en diferentes días, tres veces por la mañana y una en la noche;
«b. El capitán de corbeta Bacellar observaron una vez por la mañana algo que se identificó como una gaviota, a pesar de que los suboficiales y marinos no compartían este criterio ya que pensaban que era un OVNI;
«c. La observación por dos ocasiones, sobre la Isla Trinidad, por su propio comandante militar, un oficial superior del Cuerpo de la Armada y un hidrógrafo experimentado en Meteorología y operaciones de radiosonda, de un fenómeno no explicado de acuerdo con las condiciones atmosféricas o astronómicas
«d. Obtención de cuatro fotografías de un OVNI, tomadas en cubierta del navío escuela Almirante Saldanha, mientras éste permanecía anclado junta a la Isla Trinidad. Fotos tomadas por un fotógrafo profesional en presencia de diversos testigos que afirmaron haber observado el objeto fotografiado.
«ANALISIS
«I. La valoración de los datos descritos en la sección anterior muestra:
«a. Que en cinco apariciones de OVNIs cuatro fueron de día y una de noche;
«b. Que en cinco apariciones de OVNIs, el capitán Bacellar fue testigo solamente en un caso, que explicó como una gaviota;
«c. Que los testigos que avistaron los OVNIs eran personas con diferentes calificaciones «“trabajadores, oficiales, médicos, dentistas, marineros, sargentos, oficiales, civiles y un fotógrafo;
«d. Que ningún oficial de los Cuerpos Navales avistó los fenómenos registrados, con excepción de dos incidentes informados por el capitán Bacellar;
«e. Que en todos los casos, las personas que observaron los OVNIs, incluido el fotógrafo profesional, tuvieron una fuerte reacción emocional. Existe inclusive el caso de un trabajador considerado como normal que comenzó a correr de pánico;
«f. Que los informes, a despecho de la gran dificulta en obtener la información de gente con escasa cultura, concuerdan en los siguientes datos:
«FORMA: El clásico disco u objeto en forma lenticular. Un objeto (visto por debajo) que, según los observadores, mostraba un perfil esférico cuando atravesó la isla el 31 de diciembre de 1957. Visto desde un punto distante era de forma de un disco con doble cúpula (forma de Saturno);
«COLOR: Indefinido para algunos, de acero inoxidable para otros. Muchos lo vieron como si estuviese envuelto en una niebla;
«CAUDA: Algunos observadores notaron una descarga de forma blanda. Otros negaron cualquier cosa de este tipo:
«TAMAÑO: Todos los observadores coincidieron que los objetos se movían muy rápido. Ninguno fue capaz de realizar estimaciones sobre sus dimensiones;
«MOBILIDAD: Todos los informes llamaron la atención sobre la extrema movilidad de los OVNIs. Los movimientos no eran continuos como los de un avión, sino más rápidos y abruptos, con cambios de velocidad y dirección sorprendentes;
«ALTURA Y DISTANCIA: Sólo los observadores de la aparición del 31 de diciembre de 1957, cuando el objeto volador fue visto cruzar la isla, estimaron su altura, comparándola con la del Pico Desejado, o sea, aproximadamente 1,800 metros;
«MANIOBRAS: Todos los informes coinciden en el hecho de que los objetos ejecutaban maniobras sumamente insólitas;
«ASPECTO: El de un cuerpo sólido en todos los casos;
«TIEMPO DE OBSERVACIÖN: Muy breve, calculado siempre en segundos.
«g. Que los observadores que avistaron los OVNIs saben perfectamente cómo identificar aviones. Cualquier avión sobre la isla siempre fue correctamente identificado, e informado, por notas, al Departamento de Hidrografía y Navegación;
«h. Considerando las circunstancias en que fueron tomadas las fotos, seguidas del revelado inmediato del filme, las condiciones en que estas fueron realizadas y el estado emocional del fotógrafo, todo indica que ningún fotomontaje se realizó en el laboratorio de abordo;
«i. En cuanto a la prueba fotográfica, evidentemente la más valiosa e importante, tenemos:
«PUNTOS NEGATIVOS
«I. No se hicieron copias de la película en el momento de ser revelada.
«II. El comandante del buque no tomó posesión de los negativos luego de haber sido revelados, de manera de obtener más tarde copias en presencia de testigos.
«III. Las copias y ampliaciones fueron realizadas por el fotógrafo en su propio laboratorio».
«PUNTOS POSITIVOS
«I. El informe del capitán de corbeta Bacellar, que vio en la película, inmediatamente después de revelada y todavía húmeda, las imágenes que identificó en las copias como el objeto fotografiado, y también que las instantáneas que preceden a la secuencia conectada con el pasaje del objeto corresponden a escenas tomadas a bordo pocos minutos antes del suceso.
«II. Las declaraciones de las personas que avistaron el objeto: Ellas vieron las copias de las fotografías y declararon que habían visto exactamente lo que aparece en las fotografías».
«j. En lo que respecta a los negativos, fueron sometidos al examen de técnicos del Departamento de Hidrografía y Navegación y de expertos del Servicio Aerofotográfico de Cruzeiro do Sul, con los siguientes resultados:
«I. El técnico del Departamento de Hidrografía y Navegación de la Armada, luego de analizar los negativos, afirma que son naturales.
«II. Los técnicos del Servicio Aerofotográfico de Cruzeiro do Sul[9], luego de exámenes microscópicos para verificar la granulación, análisis de señales, verificación de luminosidad y detalles de contornos, afirmaron: No había signo alguno de fotomontaje en los negativos mencionados, y toda la evidencia demostraba que eran realmente negativos de un objeto verdaderamente fotografiado; la hipótesis de un fotomontaje tramado luego de la observación es definitivamente excluida. Es imposible demostrar tanto la existencia como inexistencia de un fotomontaje previo, el que requiere, no obstante, una técnica de alta precisión y circunstancias favorables para su ejecución».
«CONCLUSIONES
«5. Considerando la presentación de los hechos y el breve análisis realizado, descrito en el punto anterior, se puede concluir:
«a. Que hay cierto número de testigos que declaran haber visto OVNIs sobre la Isla Trinidad. Estos testigos tienen distintas calificaciones y las observaciones fueron hechas en días diferentes;
«b. Que la mayoría de los informes presentados es insuficiente, sobre todo debido a la falta de idoneidad técnica de muchos de los observadores y la breve duración de los fenómenos observados, de modo que no se puede dar ninguna conclusión a partir de la información de estos testigos;
«c. Que la prueba presentada más importante y valiosa, la fotográfica, de alguna manera pierde su calidad de convincente debido a la imposibilidad de descartar la hipótesis de un montaje previo;
«d. Que la reacción emocional de las personas que informaron sobre las apariciones de OVNIs es muy fuerte y fácilmente perceptible;
«e. Que, finalmente, la existencia de informes personales y de evidencia fotográfica, de cierto valor, considerando las circunstancias envueltas, permite se admita que hay indicios de la existencia de OVNIs.
«6. La última conclusión mencionada me permite sugerir a su Excelencia que este Alto Comando debe tomar en consideración toda información que se obtenga sobre el presente tema, con vistas a alcanzar conclusiones más definitivas.
«José Geraldo Brandão
Capitán de corbeta
Servicio de Inteligencia».
Esquema del Almirante Saldhana
El Almirante Saldhana
El Almirante Saldaña y dos de sus «hermanos»: el Magualene Vinnes y el Priwall
Varias etapas de su construcción en los astilleros de Vickers-Armstrong en Harrow-in-Furness.
En su viaje hacia Brasil.
Varias fotos del Almirante Saldanha
El almirante Saldanha en el puerto de Salvador, Brasil.
En la época en que ya pertenecía a la marina de Brasil.
Una de las últimas fotos del Almirante Saldanha antes de su transformación.
La transformación fue asombrosa. El navío luce completamente diferente y su línea es más moderna.
El Almirante Saldanha en la actualidad.
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[1] Pineda O. Jorge, 2001 Periodismo de anticipación, No. 39, Buenos Aires, Argentina, 1971.[2] Bougard Michel, Stendek, No. 26, Diciembre, 1976, p. 14.
Clark Jerome, Trindade Island Photographs. In The UFO Encyclopedia: The phenomenon from the beginning (2nd ed., Vol. 2, pp. 898-903). Omnigraphics, Inc. Detroit, MI, 1998.
Evans Hilary & Spencer John (eds.), UFOs in Latin America. In UFOs 1947-1987: The 40-Year Search for an Explanation, Fortean Tomes, London, 1987 p. 97-113.
Hewes Hayden. The Mystery Disk over Trindade Island. UFO Report, Vol. 7, No. 1, February, 1979, p. 18-19, 58.
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Story D. Ronald, Encyclopedia of UFOs, Doubleday & Company Inc., New York, 1980, p. 41.
[3] Correio da Manhã, Rio de Janeiro, 21 de febrero de 1958.
[4] UFO Magazine, UK, July/August 1996, p. 34-38.
[5]> Brouwer J. Norman, International Register of Historic Ships. Anthony Nelson, Oswestry, 1985. 4to, XII, p. 321.
Brouwer J. Norman, International Register of Historic Ships. Sea History Press, Oswestry, 1993 (2nd). 4to, p. 392.
Underhill A. Harold, Sail Training and Cadet Ships. Brown, Son & Ferguson, Glasgow, 1973. 8vo, XVI, p. 373.
[6] Vignati Alejandro, El Triángulo Mortal de las Bermudas, Editorial A.T.E., Barcelona, España 1975.
[7] Para una mejor comprensión y discusión del caso enumeraremos los Documentos, las cartas y los recortes de prensa.
[8] El subrayado es mío.
[9] Compañía de navegación aérea de Brasil.