¡HE DESCUBIERTO Z! (y IV)

TALENTO SALVAJE

Fort se hunde cada vez más en la depresión, pero finalmente toca fondo. La suerte le cambia. Muere su tío Frank Fort dejándole una herencia que lo deja libre para dedicarse a su pasión. Charles se lo cuenta a Dreiser en su propio estilo, en una carta fechada el 3 de junio de 1916, mencionando de pasada el snobismo de Annie:

«Mi querido Dreiser:

«Usted es una buena persona, y niego «“aunque no absolutamente- que exista una investigación secreta en cuanto a «˜X»™. Ese libro está en sus manos, y no necesito toda la evidencia que tengo, de todo lo que usted ha estado haciendo por él. Es «˜Y»™ el que me está incomodando. Esto es en parte debido a una gran calamidad que ha caído sobre mí.

«Después de enviarle «˜Y»™, comencé a coleccionar datos, y ahora tengo tantas evidencias que deseo escribir toda la cosa completa. No he descubierto nada realmente nuevo, pero tengo datos que refuerzan casi todas las evidencias de «˜Y»™[1].

«Pero, como digo, hay una gran desgracia. Tengo solo unos pocos meses más en las actuales circunstancias, y debo darlos a «˜Y»™.

«Mi tío murió el domingo pasado. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que mi esposa, la mejor y más provechosa mujer del mundo, se ha hecho una snob. Ella insiste que ahora debo vestir siempre una camisa limpia. Mi querido Dreiser, compadécete de mí; Debo limpiar mis zapatos -pero debo salir por la puerta de una humilde casa.

«Mi querido Dreiser, por veinte años, he vivido con extraños dioses ortogenéticos, que no son snobs; quienes crecen en establos, basureros y casas humildes. Si los abandono, «˜Z»™ nunca será escrito, porque fue del mismo gran dios Syntheticus, del que derivé «˜X»™ e «˜Y»™. Pero ahora Amorpha, que, siendo femenina, desprecia los basureros y las casas humildes, que en el pasado me pasó por alto, en tres o cuatro cuartos y un baño, me tendrá a su misericordia. Este asunto de un cuarto de baño me está rompiendo el corazón; mi esposa insiste, pero ella está jugando justo en las manos de Amorpha. Pienso en el desprecio de los extraños dioses ortogenéticos, si me ven siempre en una tina de baño. Hay solo una oportunidad: que la vista pueda afectar solo a Amorpha para que ella no sea cruel conmigo.

«No, estoy condenado. Ahora debo tomar mi lugar entre peluqueros y policías y bomberos y sus esposas, o de hecho convertirme en miembro de una clase que en el pasado era lejana, y estaba sobre mí. No les gustaré a los ejecutores de la voluntad de mi abuelo[2], sin embargo han venido, y no me darán un centavo; todavía tengo algunos meses de comunión con los extraños dioses ortogenéticos; y ese tiempo se lo daré a «˜Y»™.

«Entonces perderé mi alma literaria. Hay otra parte del estado que viene a mí tras la muerte de una tía mía; aquí ha habido tan mala gestión que tendré que vestir traje. Hablaré con los abogados; los extraños dioses ortogenéticos nunca me perdonarán por eso.

«Ruegue por mí. Haga que las masas recen por el descanso de mis aspiraciones. Puede ser que, por medio de las viejas camisas que subrepticiamente oculté a mi esposa, y revolcándome en el piso, cuando ella no este mirando, pueda propiciar a Syntheticus y al todavía gran dios Equalization; o pueda ir al baño sólo a salpicar en el agua, y a hacer ruido, pero no realmente ir al baño.

«No sé. Estoy afligido por esta calamidad. Lea «˜Y»™. Será una experiencia.

«Charles Fort».

Pero finalmente acepta el snobismo de su esposa y se muda de casa, al 445 West 43rd St. En una carta sin fecha se lo comenta a Dreiser y le invita a que lo visite:

«Â¡Dreiser!

«Â¡Hail!

«Me he mudado. Los extraños dioses ortogenéticos me han mudado. Estoy arriba en la parte superior de una casa. Porqué vivo en un piso superior es un secreto, pero pienso que usted puede adivinar. Soy lo más terriblemente exclusivo pero me permito invitarlo. Venga arriba y véame. Le compraré una cerveza y un poco de queso.

«Hay extraños dioses ortogenéticos.

«Â¡Hail!»

Mientras tanto sigue sin encontrar editor para su libro. En otra carta sin fechar, dirigida a Dreiser menciona el nombre de uno de los editores que revisó El libro de los condenados:

«Â¡Dreiser!

«Soy un alma perdida. Los extraños dioses ortogenéticos me han abandonado. O nunca escribiré otra vez, o no me permitirán escribir otra vez hasta marzo 13 de 1918.

«Carl Brandt me envió + de «˜X»™ e «˜Y»™. Dijo que para él «˜X»™ está hecho de detalles y de pedacitos impresionistas, pero que no podía encontrar ningún diseño en su totalidad, que aunque el libro le llegó fuertemente recomendado, él no podía regresarlo porque no podía ver ni siquiera cuál es su tendencia. Él desea una lista de los editores que han rechazado «˜X»™ e «˜Y»™. ¿Me podría enviar esta lista? Talvez la guardaré como un monumento a lo que usted ha hecho en este asunto. Comienzo a sospechar algo. Puede ser que existan razones por las que «˜X»™ e «˜Y»™ nunca deban ser publicados.

«Charles Fort».

Para el 4 de septiembre de 1916 Fort cree haber alcanzado el triunfo y le escribe a Dreiser: «Esta hecho. Se lo enviaré mañana. «˜X»™ será aceptado o publicado o algo, el 13 de sept».

Pero algo ocurre y el libro de nuevo es rechazado. Fort a Dreiser, 21 de septiembre de 1916:

«Mi querido San Theodore:

«O usted lo será, tan sólo con que los estimule para proseguir será suficiente.

«Firmé y remití la protesta con placer. Ahora espero algún día invitarle para expresar mi enojo por la manera indignante con que me trataron.

«¿Qué nuevo martirio esta preparando para usted? ¿Consiguió leer mis argumentos para el futuro martirio, titulado «˜Y»™, que le envié hace varias semanas?

«San Charles».

Para el 6 de diciembre aún no ha enviado la lista a Brandt.

«Mi querido Dreiser:

«Siento que usted ha hecho todo lo que se puede hacer en este asunto; sin embargo enviaré la lista a Brandt. Ciertamente puedo trabajar algo más sobre «˜X»™ e «˜Y»™. Es sólo inercia o habito; No espero nada de él; también el mío no es el libro que usted piensa que no haya que esperar mucho para publicar. Actualmente estoy en un estado muy malo de dilema e incertidumbre. No obstante lo uso, ocurre entre los períodos de concentración. Pienso que voy a estudiar las cosas ocultas, usted sabe, las cosas que han sido llamadas almas o espíritus. La mía es una mente gruesa y más cínica que las que han examinado hasta ahora tales fenómenos, también tiene algunas otras cualidades y una diferente actitud hacia lo qué se llama el método científico. Puedo descubrir algo. Me tomará diez o quince años supongo. Le dejaré saber en 1925 o 1930.

«C. Fort».

Entra en un periodo de depresión cada vez más profundo. Para el 29 de junio de 1917 aún no se ha resuelto la situación del libro.

«Mi querido Dreiser:

«Mi tarjeta de la biblioteca dejará de funcionar la semana próxima. Iba dejarla perder y maldecirlo, pero esta mañana comencé a escribir algo. Primera vez en meses. Puede que comience otra vez.

«Carl Brandt todavía tiene «˜X»™ e «˜Y»™. Nada que hacer.

«No sé qué leeré otra vez, o si escribiré de nuevo, pero ahora es una tradición mía que usted me suscriba a la biblioteca cuando la tarjeta deje de funcionar. Así si usted me puede obligar.

«¿Qué haría usted si tuviera la clase de cerebro que tengo? Sospecho que los extraños dioses ortogenéticos están involucrados en todo esto.

«Venga arriba y véame el próximo febrero.

«C. Fort»

Fort sigue trabajando en la biblioteca. El 15 de julio de 1918 le envía una pequeña nota a Dreiser:


«Â¡He descubierto Z!»

Tal vez pensando que su amigo se está volviendo loco, Dreiser decide presionar a sus propios editores, Boni and Liveright. Horace Liveright lee la obra de mala gana y se niega a publicarla: «No puedo publicar esto, perderé dinero». Dreiser le contesta: «Si no lo publicas, me pierdes a mí». Finalmente el libro se publica en 1919. Fort está alegre y rebosante. Presume su obra e invita a Dreiser a beber: «Le envío, esta tarde, por expreso, «˜The Book of the Damned»™. Es una religión. Nuestro hombre de la cerveza viene el martes».

Regresa también la vanidad. El 25 de abril de 1919 escribe: «De un humilde descubridor a un descubridor mayor. Le ofrezco mis felicitaciones. Charles Fort ha descubierto Monstrator y Azuria y Melanicus y el Super mar de los Sargasos. Pero Theodore Dreiser ha descubierto a Charles Fort».

Para el 9 de mayo comenta que va a incluir un anexo a su libro. «Arreglé mis nuevos datos, todos juntos, en un penúltimo capítulo, que envié a Liveright, que se insertará en «˜The Book of the Damned»™. Pienso que la idea del libro-revista es muy buena».

El libro produce un verdadero escándalo y efervescencia en los medios intelectuales, siendo al mismo tiempo alabado como uno de los libros más lúcidos de los últimos tiempos e insultado como «una de las aberraciones más monstruosas de toda la historia de las pseudociencias» (Edmund Pearson). Algunos lo comparaban sardónicamente a The Golden Bough, la monumental y famosa obra de James Frazer, «Una «˜Rama Dorada»™ para delirantes» (John T. Winterich), y sus amigos calificaban a Charles Fort como «la mayor figura literaria después de Edgar Allan Poe« (Dreiser). Pero la crítica en los periódicos fue más dura. Para The Nation se trataba de «Propaganda de idiotez sistemática» [3], y The New York Times dijo que era «Doloroso y burdamente ordinario».

Pero ni la polémica logró impulsar las ventas del libro: fracaso económico. Fort se sume nuevamente en la depresión, quema su colección que en ese momento alcanzaba la cifra de más de 40,000 fichas y se embarca rumbo a Inglaterra, en 1921. Esta actitud contrasta con la que observaba con su propia esposa. Cada que encendía la cocina para preparar los alimentos, él la vigilaba pues temía el riesgo de que quemara sus recortes.

Pero el libro atraería a diversos parias de la literatura. Entre ellos estaba Ben Hecht que escribía para el Chicago Daily News: «Soy el primer discípulo de Charles Fort. Él ha hecho un impacto terrible sobre la locura acumulada en cincuenta siglos… En adelante soy un Forteano»[4].

También estaba Booth Tarkington, ganador de un Pulitzer, autor de The Magnificent Ambersons y Penrod. «¿Quién en el nombre del frenesí es Charles Fort?» escribió en The Bookman. «La gente debe girar su cabeza y mirar mientras camina por la calle; Pienso que es una cabeza que emitirá ruidos y explosiones, con llamas de cobre explotando en los oídos»[5].

El terreno era fértil. Muchos escritores americanos estaban fascinados con el hilarante ataque de Fort a los basamentos científicos. Aparece New Lands en 1923, prologado por Tarkington. Su éxito es arrollador. The Boston Transcript lo llamó «Un libro asombroso e interesante»[6]; pero el New York Times seguía dando la opinión más cercana a la realidad, «El método preferido del Sr. Fort de probar parece consistir en la alineación de un arsenal de datos que apoyan su creencia, y en emparejarlos con una cohorte de errores cuidadosamente seleccionados en el campo de la astronomía ortodoxa»[7].

LA SOCIEDAD FORTEANA

New Lands atrajo a un nuevo paria, el ya conocido Tiffany Thayer, de 22 años, que por aquel entonces trabajaba para el Chicago Examiner. Thayer quedaría fascinado por el trabajo de Fort, que comenzó a escribirle a Inglaterra en 1924. Escribió una novela Thirteen Men, publicada en 1930, que se convertiría en bestseller. La obra relata las vidas, extrañamente entrelazadas, de 13 miembros de un jurado y del asesino que culpa a Fort de sus actos y nihilismo. Cada capítulo está dedicado a uno de los jurados, y el capítulo final al asesino. Al final, el asesino aconseja a los padres de familia que no dejen que sus hijos lean «The Book of the Damned, de Charles Fort, porque allí se divulga la raíz podrida de la ciencia… Por todos los medios prohíban este desfile de pálidos datos referentes a precipitaciones de mantequilla y de comida de puerco. Es demasiado embriagador para los simples hombres»[8].

En ese mismo año Thayer se reuniría con Fort para enseñarle su libro. De esta forma comenzó su amistad.

Thayer era un actor fracasado que trabajaba como copywriter para las pulp magazines como la Detective Story Magazine. Con Thayer ocurrió algo similar a lo que había ocurrido con Dreiser. Como El libro de los condenados había sido un fracaso, Boni and Liveright decidieron no publicar los siguientes. No contaron con el éxito de New Lands. Dreiser le informa del éxito sorpresivo de su libro y le pide escriba otro, pero como ya no había editor, Thayer tuvo que hablar con el suyo, Claude Kendall, y con el diseñador Aaron Sussman.

Fort envió su nuevo libro que había titulado God and the Fishmonger. A nadie le gustaba el título y se propusieron muchos otros: Skyward Ho!, God Is an Idiot, If the Time Has Come, The Time Has Come. Finalmente Thayer propuso Lo! (¡Mirad!). Se refería a la expresión que según él utilizan los astrónomos para señalar los prodigios celestes o sus descubrimientos. El título no estaba de más pues en esa obra Fort se dedica al ataque de la astronomía.

Fort permaneció en Londres durante 8 años. Fort y su mujer regresaron a Nueva York en 1929. Su nuevo libro fue publicado en 1931, con una introducción del propio Thayer e ilustraciones de Alexander King. Este fue el libro más popular de Fort. Incluso se serializó en el Astounding Stories.

Antes de la publicación de Lo!, Thayer insistía en la creación de la Fortean Society, pero a Fort no le agradaba la idea y siguiendo las enseñanzas de Groucho Marx, declaró: «Llámenla sociedad interplanetaria de exploración y entraré, pero no si tiene mi nombre en ella»[9].

No obstante, y con engaños, Thayer logró que Fort asistiera al hotel Savoy-Plaza en Nueva York, el 26 de enero de 1931. Ahí estaban reunidos el propio Thayer, Dreiser, Tarkington, Hecht, Sussman Alexander Woollcott[10], Burton Rascoe, Oliver Wendell Holmes, Harry Leon Wilson[11], J. David Stern[12] y John Cowper Powys[13].

Pero no todos los amigos y conocidos de Fort atendieron a esta reunión. Hubo algunos que, incluso, se negaron a afiliarse a la sociedad, como el novelista Benjamin De Cassères, el único de sus amigos que entendía y podía jugar el Super Checkers.

Estos nuevos «condenados» se definían así mismos de la siguiente manera:

«La Sociedad Forteana es una asociación internacional de filósofos, esto es, de hombres y mujeres que no desearían vivir en forma diferente en caso de que no existieran las leyes, de hombres y mujeres cuya conducta no es consecuencia de reflejos condicionados, sino que resulta del razonamiento o de alguna extravagancia mística interna. Son miembros de esta sociedad eminentes científicos, físicos, médicos, lo mismo que quiroprácticos, espiritistas y cristianos, y aún un sacerdote católico…»

«La Sociedad lucha por las causas perdidas, la mayoría de las cuales «“de no ser por nuestro apoyo- debieran estar extintas. Una buena proporción de nuestros miembros cree que la Tierra es plana, son antivacunacionistas, no permiten ser operados, apoyan las investigaciones parapsicológicas y creen que el desarme mundial es una buena idea».

«Todos nosotros abrazamos la única doctrina, el Forteanismo, que suspende todo juicio y acepta el eterno cuestionamiento».

Las reglas y propósitos de la sociedad fueron enmarcadas y eran las siguientes:

1. Poner los libros de Charles Fort al alcance de un mayor número posible de personas, a fin de que puedan leerlos.

2. Publicar libros y folletos encaminados al debate y a la lectura de los temas forteanos.

3. Combatir cada esfuerzo de individuos o instituciones que intentarán estigmatizar a Charles Fort o su obra, con el apelativo de «visionario» o cualquier otro termino derogatorio.

4. Establecer una mención a conferir a la persona que con mayor efectividad difunda los temas forteanos.

5. Preservar las notas, fichas y referencias reunidas por Charles Fort.

6. Continuar el trabajo de reunir datos de Fort.

7. Ampliar el alcance de los temas forteanos.

8. Forzar a las personalidades más representativas de las distintas ciencias a responder a los cargos formulados en los libros de Charles Fort.

9. Acosar a los estamentos más cualificados de las ciencias para que admitan su incompetencia o que muestren su ridículo con su silencio.

10. Urgir a los autores, editores y usuarios de libros de texto para que adopten la práctica de no enseñar a base de juicios últimos y taxativos.

11. Sostener el punto de vista forteano «“el del escepticismo ilustrado- entre la población joven y los niños: implantar la duda razonable y la sospecha hacia todo lo estatuado.

12. Perpetuar la disidencia[14].

Los miembros se reunían informalmente en sus propios hogares o en restaurantes, particularmente en el Brauhaus en Yorkville, Nueva Jersey. Thayer usualmente conducía las discusiones. Adoptaron como emblema el Manneken-Pis, la famosa fuente de Bruselas de un muchacho joven orinando.

Fort nos abrió las puertas a nuevos mundos; a los mundos de los alienados, de los descerebrados, cuyo talento salvaje se maravilla de las incongruencias y que, incidentalmente, utilizan un calendario de 13 meses, cuyo año «uno» corresponde a 1931, año de la fundación de su sociedad, y cuyo treceavo mes, naturalmente, se llama «Fort».

«Por condenados, entiendo a los excluidos… Por belleza, designaré lo que parece completo. Lo incompleto o lo mutilado es totalmente feo. La Venus de Milo. Un niño la encontraría fea… Por estabilidad, designaré lo indesplazable, lo inalterable, lo sincero… Por verdad, designo lo Universal… Sustituiré la aceptación por la creencia… Yo no soy un realista. Yo no soy un idealista. Yo soy un intermediarista. Nada es real, pero nada es tampoco irreal, y todos los fenómenos son aproximaciones a un lado o a otro entre la realidad y la irrealidad… Por realidad designo lo que no se confunde con cualquier otra cosa, lo que no es parcialmente otra cosa, lo que no es una reacción a alguna cosa o una imitación de alguna cosa».

¡Escuchad! Ha hablado el maestro de los condenados y sus palabras aún resuenan en los pasillos del manicomio. ¿Acaso existe un ligero destello de lógica en este galimatías? «Lógica» que le llevaría a adoptar una dieta de pan, durante varios meses, con el fin de corregir su ceguera. ¿Y qué decir de sus ideas astronómicas?:

«La Tierra no rota, o quizás tiene una ligera rotación pero de un período de un año».

«Nuestro planeta está rodeado por una capa opaca tachonada de agujeros, por donde se escurre la luz que nosotros vemos como estrellas. Esta capa es de un material gelatinoso y se encuentra ubicada muy cerca de la Tierra. Los meteoros, al caer, arrastran consigo parte de este material gelatinoso».

Para Fort algo flota sobre nosotros. Se trata del «Súper mar de los sargazos». En ese mar hay una isla, Genesistrine, de la que provienen aquellas extrañas lluvias de objetos vivientes, de sangre y gelatina…

«Ríos de sangre que cruzan los mares de albúmina «“la Tierra es el centro de un huevo en incubación-. Esas son las arterias de sangre de Genesistrine. Nosotros tenemos conciencia de ellas por las puestas de Sol: algunas veces iluminan los cielos con las luces del norte.

«Nuestro sistema solar es un ser viviente: las lluvias de sangre sobre la Tierra son sus hemorragias internas».

Negaba el paralaje anual de las estrellas, la constancia de la velocidad de la luz, el desplazamiento al rojo de las líneas del espectro solar, la ley de la gravedad

Continuara…

En el video podemos ver la portada de El Libro de los Condenados en sus diversas ediciones. La edición francesa, por ejemplo, fue prologada por Jacques Bergier.Existe una edición Argentina del libro de los condenados.

Vemos tres fotografías de Ben Hecht. Si Fort se parecía al «Gordo», Ben Hecht tenía un notable parecido con Homero Adams. Y dos instantáneas de Booth Tarkington, además de la portada de una de sus novelas: Penrod.

New Lands es el segundo libro de Fort. La edición mexicana se tituló Nuevos Mundos.

Se muestra el frontis e ilustraciones de todos los capítulos de Thirteen Men, la novela de Thayer. Así como la portada del Astounding Stories de abril de 1934, en donde apareció la primera parte de Lo! La parte final se publicó en el número de noviembre de 1934.

Fotos de otros miembros e la Sociedad Forteana: Alexander Woollcott, John Cowper Powys con un peinado a la Haarpo, y Dreiser observando un busto de Cowper Powys.

El Manneken-Pis.

[1] Como vemos, eso de las «evidencias» de los ufólogos no es nada nuevo.

[2] Escribe «abuelo» pero se refiere al tío Frank.

[3] New York Times, 8 de febrero de 1920; Nation, 10 de abril de 1920.

[4] Reimpreso en The Fortean Society Magazine No. 3.

[5] Reimpreso en The Fortean Society Magazine No. 2.

[6] Boston Transcript, 26 de diciémbre de 1923.

[7] New York Times, 25 de noviembre de 1923. Los ufólogos modernos continúan con el mismo método. Creen ingenuamente que coleccionar miles de informes, videos o fotografías puede demostrar algo.

[8] Thirteen Men, página 313.

[9] Doubt No. 14.

[10] Crítico y cronista de la radio.

[11] Redactor de la revista Wilson»™s Puck.

[12] Editor del Philadelphia Record.

[13] Crítico, novelista y poeta.

[14] The Books of Charles Fort, p.xxiv.

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