OBJETO DESCONOCIDO CAE EN GRANJA EN PARÃ
Rosangela Sampaio/vc reporter
Jueves 30 de agosto de 2006
Una esfera fue encontrada por un ganadero en Sao Félix do Xingu
Un objeto desconocido intrigó a la población del municipio de Sao Félix do Xingu, a 695 kilómetros de Belem (Pará). Una esfera revestida de un material similar al acero inoxidable, que mide cerca de 80 centímetros de diámetro y de aproximadamente un metro de altura, cayó en una propiedad rural del municipio. El propietario encontró el objeto la semana pasada.
El ganadero, que ya fue concejal del municipio, caminaba por la hierba cuando se encontró con el objeto. Informó a los oficiales del Servicio de Vigilancia de la Amazonia (Sivam). Los representantes del Organismo afirmaron que podía ser de un satélite de comunicaciones que posiblemente debería haber caído al mar, pero cayó en la propiedad rural.
Según el Sivam, por la velocidad con que el objeto debe haber caído, hubiera provocado una tragedia si hubiera alcanzado el área urbana de la ciudad. En la granja, no se alcanzó ningún animal o persona.
Los oficiales recogieron el presunto satélite y lo llevaron a la base en el Sao Félix do Xingu. La placa de identificación del objeto indica que debe ser propiedad americana.
Esta no es la primera vez que algo extraño cae en Sao Félix do Xingu. Hace cerca de seis años, un objeto cayó en las vecindades de una aldea Kayapo dejando un rastro de devastación en un radio de mil metros y provocando una gran de explosión. Ribereños afirmaron en la época haber visto una bola en llamas caer del cielo.
http://noticias.terra.com.br/brasil/interna/0,,OI1113465-EI306,00.html
Esta noticia fue distribuida por Vicente Juan Ballester Olmos en la lista de discusión Anomalist[1]. Agradecemos su valiosa contribución. La noticia, por asociación de ideas, nos recordó las esferas caídas en Sevilla en diciembre de 1965[2] (VJ es español; Sevilla está en España). Una foto de esas esferas me fue remitida por el doctor Roberto Enrique Banchs (esfera de Sevilla; foto de la esfera de Sevilla), quien además nos enviaba un artículo sobre las esferas de Ayacucho, Argentina[3] (tanto Ayacucho como Pará están en América, y en los dos lugares cayeron esferas). Dejando de lado la forma rebuscada en que funciona mi mente, rescato aquí una carta y el artículo inédito de Banchs.
Buenos Aires, 17 de octubre de 1996
Luis Ruiz Noguez
Perspectivas Ufológicas
Estimado amigo:
Te escribo esta carta en relación a un tema que, supongo, será del interés de quienes integran ese excelente grupo mexicano. Estoy refiriéndome a la aparición de ovnis en Chiapas y a la «extraña esfera» hallada en el rancho Miramar, tal como fuera publicado en Contacto Ovni Nros. 16 y 17[4]. A esa revista le envié una nota que adjunto, acompañada de algunos documentos fotográficos, que esperemos sean publicados en un próximo número[5]. Aún así, y por si acaso, les envío dicho material para que tomen ustedes previo conocimiento de su contenido, añadiendo en este caso algunos artículos periodísticos «“no expedidos a la popular revista mexicana- de las esferas halladas en Argentina en 1984. Como podrás advertir, mi breve artículo contiene otros datos no consignados en éstos, resultado de las pericias que realicé en dependencias de la Fuerza Aérea Argentina, donde se encuentra la esfera que muestra una de las fotografías[6].
Desde luego, si desean reproducir esa nota (o ampliarla, a través de los recortes que les hago llegar), están en libertad de hacerlo[7].
Con mi afectuoso saludo
Rúbrica.
El artículo que nos envió el doctor Banchs es el siguiente.
LA ESFERA ESPACIAL: ¿IDENTIFICADA?
Dr. Roberto Banchs
Los artículos publicados por Oscar Zapién Jimeno en Contacto Ovni números 16 y 17 respecto a la gran explosión y la esfera encontrada en la localidad de Pijijiapan, Chiapas, en enero de 1996, despertaron gran expectación y un sinnúmero de conjeturas en torno a la posibilidad de que se haya tratado de meteoritos, partes de un misil o de un satélite, una boya marina, e incluso una pieza de un tractor o un autobús.
Estimulando aún más la imaginación, no faltó quienes arriesgaron que probablemente era de origen extraterrestre, quizá restos de un ovni caído. Impresionados por el sonido a metal templado, parecido a una campana, se aseguró que nada parecido se conocía en la aeronáutica y que el hoyo producido «no corresponde a un objeto que cae desde la estratosfera» (?).
En este artículo intentaremos mostrar que la «extraña esfera» de Chiapas no se constituye en un hecho único o excepcional, y que es posible arrojar luces sobre el controvertido asunto. En tal sentido, mencionaremos dos casos de los cuales hemos de presentar los respectivos documentos fotográficos:
a) El primero de ellos fue publicado por el periódico ABC, de Sevilla, el 20 de diciembre de 1965, y muestra una esfera hallada en España, de características idénticas a la de Chiapas, en México[8].
b) El segundo caso ocurrió en jurisdicción de Ayacucho, Provincia De Buenos Aires, Argentina, cuando numerosos pobladores aseguraron haber observado un bólido envuelto en llamas que se precipitaba estruendosamente a tierra el 20 de febrero de 1984. Dos días más tarde se halló en ese preciso lugar una esfera de 40 centímetros de diámetro y 12 kilogramos de peso, como puede observarse en la fotografía, junto al autor de esta nota. Al ser golpeada con una varilla, produce un sonido como el de una campana de bronce.
La Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), de la Argentina, procedió a un detenido análisis, cuyos resultados fueron avalados por la NASA. Se trata de una aleación no ferrosa, amagnética, resistente al ataque químico, con elevado contenido de titanio y sin tratamiento termo-químico de endurecimiento. En efecto, su composición es la siguiente: Titanio 86.5%, Aluminio 7.1%, Vanadio 6.0%, y Cromo 0.4%. Activado un sensor Geiger, no se registró radiactividad alguna. Borrosamente se notan letras y números: 8M; 06; 3361; N08; 220K; 2540 y 50, además de una palabra similar a «MOC» (Recuérdese que muy cerca de la esfera de Chiapas, también se halló una placa metálica de unos 6 centímetros de longitud con el registro: P 1006).
El examen de la Fuerza Aérea Argentina concluye señalando que se trataría de «un depósito de combustible de oxigeno a elevada presión del tipo necesario para realizar maniobras de estabilización en los vehículos espaciales». Un informe de la NASA añade que estas esferas forman una figura similar a un anillo saturniano alrededor del satélite. En ellas se deposita combustible para ser utilizado por cohetes que corrigen, con pequeños impulsos, la ruta del satélite en caso de apartarse de su órbita. En cuanto a su procedencia, sostienen que se trata de un satélite soviético, mientras que la embajada de la URSS informó en la oportunidad que los restos hallados podrían pertenecer al satélite «Kravchenko»[9] lanzado en 1979 en Siberia (Precisamente, la seña «MOC» arriba indicada, es reveladora de su identificación como KOCMOC, es decir, Cosmos, como todos los envíos espaciales).
Lejos de pensar que los restos hallados en Chiapas son piezas técnicamente irrealizables por el hombre, o de irreconocible procedencia, los registros aquí presentados parecen alejar la idea de que habrían sido traídos o abandonados por máquinas o seres extraterrestres, extraños a nuestro planeta.
LAS ESFERAS DE AYACUCHO
En Marcianitos verdes ya nos hemos ocupado del caso de las esferas de Ayacucho[10]. Los datos adicionales obtenidos de la información enviada por el doctor Banchs son los siguientes:
En la noche del 10 de febrero de 1984, fue observado el paso de un objeto de intensa luminosidad, que dejaba una brillante estela y, en forma sesgada, caía a tierra. Seguía una trayectoria de Oeste a Este. Según información suministrada por el comisario Néstor Omar Vapore, los vecinos del lugar informaron que habían visto «un enjambre de luces», a la manera de un lejano fuego de artificio.
Fue hasta el 19 de febrero que un puestero de la estancia, Federico Tomás Zavaleta, quien durante una recorrida observó semihundida en la tierra, la comba de un objeto metálico que le pareció sospechosa. Creyó que se trataba de una bomba desprendida accidentalmente de un avión de guerra de la base Mar Chiquita perteneciente a la Fuerza Aérea. Inmediatamente comunicó la novedad al comisario de Ayacucho Néstor Vapore y lo acompañó al sitio preciso donde se encontraba la «pelota de metal» según la definió.
La estancia rural pertenecía al señor Aquiles Ferrati, ya casi en el linde de Ayacucho con Las Armas. El Clarín informaba a su lectores:
«Por su color (verde oliva) se pensó que su procedencia era de origen militar, ya que los satélites de comunicaciones son generalmente de color plateado o azul y sus inscripciones se hacen en letras doradas. En este caso, los números y siglas legibles son de color marrón oscuro, dijeron autorizados expertos consultados».
Pero Luis Oscar Lazzari, el herrero de Las Armas, dijo que la esfera era de color grisáceo, como un fondo de aluminio y permaneció incrustada en la tierra, estaba hueca, tenía un diámetro de 40 centímetros y pesaba 13.300 kilogramos.
El teniente Jorge Reyes, de la Base Aérea local, en compañía de dos subordinados partió hacia Ayacucho, con instrucciones de examinar el artefacto y conducirlo a Mar de Plata.
Reyes escuchó una explicación del comisario Vapore. Relató éste que durante la jornada había recibido numerosas llamadas, entre ellas de la embajada soviética. Le explicaron que tal vez el objeto hallado podría pertenecer al satélite Kravchenko lanzado en 1979 en Siberia. Le pidieron además que evitara tocar el metal.
Seguidamente la esfera, cuyo diámetro es de un metro y su peso de 12 kilogramos fue remitida al Centro Nacional de Investigaciones Espaciales, que opera en el edificio Cóndor. Como coordinador de este operativo actuó el vicecomodoro Olmedo. En su declaración registrada por Clarín dice:
«En uno de los extremos de la esfera se observa un canuto metálico fundido, seguramente durante su ingreso en la atmósfera terrestre lo mismo que los equipos que llevaba en su interior. Tampoco quedaba vestigio de las antenas, que habitualmente llevan todos los satélites.
«Aparte de registros numéricos muy borrosos (8M; 06; 3361; NO8; 220K; 2540 y 50) se observó una N mayúscula con la barra de derecha a izquierda y las últimas letras de una palabra que puede ser «MOC» reveladora de su identificación como KOCMOC es decir Cosmos, como todos los envíos espaciales».
En otra edición el Clarín también decía que el objeto caído en Ayacucho apareció, según los mapas, en la parcela de Manuel José Garmendia y hermanos. Esto generaba confusión en cuanto a quiénes eran los propietarios de la estancia en donde cayó la esfera ¿Ferrati o Garmendia?
En donde no hay ninguna confusión es que la segunda esfera cayó en el campo denominado Los Ãlamos, propiedad de Gustavo Lambertini. Los Ãlamos, esta a 6 kilómetros en línea recta del sitio donde apareció la primera esfera metálica.
La segunda esfera fue encontrada por el capataz, Nebel Curuchet, y se trataba de un aparato esférico de trece kilogramos de peso, caído allí en la noche del 9 de febrero.
El fragmento de satélite mostraba, tal como el anterior, haber sido sometido a la fricción en su ingreso a la atmósfera, con varias partes fundidas y una coloración marrón por la alta temperatura.
El oficial principal del puesto caminero de Las Armas «“Destacamento No. 43- Miguel Ãngel Reynoso, junto con el inspector Rodolfo Enrique Luján fueron los encargados de retirar la bola. Ambos describieron el ingenio como «gemelo» del primero, pero con mucho más deterioro. Sus polos estaban derretidos y no llevaba ninguna inscripción ni cifras claves. Curuchet la descubrió en un potrero, a 500 metros de su vivienda, cuando apartaba ovejas de unas majadas.
No supo explicar la índole de lo que llamó «la bocha», pero la guardó en su casa, hasta que se enteró por los diarios del hallazgo de Ayacucho.
Clarín conversó con el ingeniero Pedro Nielsen, de la estación terrena de Balcarce. Sobre el tamaño real del satélite Nielsen expresó que debe ser mucho más grande que la esfera caída, aceptando que esta fuere un tanque para motores de estabilización del tamaño de una naranja. Los motorcitos controlan el efecto giroscópico del artefacto o permiten su giro rotativo.
La Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina, se hizo cargo del traslado de las esferas que fueron remitidas a la base aérea militar de Mar del Plata. Se consultó a los técnicos de la NASA quienes informaron que:
«Las dos esferas metálicas caídas del espacio en un campo de Ayacucho «“300 kilómetros al Sur de Buenos Aires, Argentina- son tanques de combustible de un satélite soviético.
«Estas esferas forman una figura similar a un anillo saturniano alrededor del satélite. En ellas se deposita combustible sólido para ser utilizado por cohetes que corrigen, con pequeños impulsos, la ruta del satélite en caso de apartarse de su órbita.
«Cuando el combustible se agota y el satélite ya no puede mantenerse en la posición en que fue depositado, debido a la atracción de la Tierra y se produce su indefectible caída.
«Las dos esferas de unos 12 kilogramos de peso, ingresaron en la atmósfera a una velocidad de 300 kilómetros por hora. Se estimó también que lo hicieron adheridas a otra pieza del conjunto que se destruyó por efecto de la fricción con la atmósfera».
Pero no serían los únicos objetos caídos del cielo. Edesio Gil y su esposa Mará Civetta, vivían en una casa ubicada en Ugarte 807, a dos cuadras de la ruta 27. La señora Civetta explicó que:
«Eran las 8.10 cuando pareció que algo se venía abajo. Esta es una zona muy tranquila y la explosión fue impresionante. Alarmada salí al patio y vi el objeto que, al tomarlo, estaba caliente.
«Pienso que puede ser de algún avión, ya que esta es una zona en que pasan constantemente».
El objeto presentaba un tono grisáceo, pesaba un kilo ochocientos gramos, y tenía una forma cilíndrica con un diámetro aproximado de 40 centímetros.
La Unidad Regional de Tigre hizo las investigaciones.
En el artefacto se podía leer A 67084-027. También se detectaba, en el lado opuesto, la inscripción Y47; los números 55 y 32 y una leyenda algo borrosa.
El objeto presentaba una soldadura muy particular y estaba algo abollado.
Los ovnis boludos seguirán cayendo; y los ufólogos boludos, también.
[1] Ballester Olmos Vicente Juan, Otro ovni «boludo» (dedicado a Luis Ruiz Noguez), Anomalist, miércoles 30 de agosto de 2006.
[2] Ruiz Noguez Luis, Los ovnis boludos (Primera parte), Marcianitos Verdes, http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/06/los-ovnis-boludos-primera-parte.html
[3] Ruiz Noguez Luis, Los ovnis boludos (4), Marcianitos Verdes, http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/06/los-ovnis-boludos-4.html
[4] Ruiz Noguez Luis, Los ovnis boludos (5), Marcianitos Verdes, http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/06/los-ovnis-boludos-5.html
[5] Banchs esperaba demasiado de una revista de ovnis. Los ufólogos no desean aclarar los casos pues se les acaba el negocio.
[6] En esa foto aparece el doctor Banchs y el pie de foto dice:
Esfera hallada entre Ayacucho y Las Armas, Provincia de Buenos Aires, Argentina, el 22 de febrero de 1984.
Descripción funcional: Se trataría de un depósito de combustible de oxígeno a elevada presión del tipo necesario para realizar maniobras de estabilización en los vehículos espaciales.
Material: Aleación no ferrosa, amagnética, resistente al ataque químico, con elevado contenido de titanio (86.5%).
Trayectoria de caída: Cálculos de simulación indican un impacto contra tierra en la velocidad aproximada de 210 Km/hora.
Características físicas: diámetro 40 cm; peso 12 Kg; espesor 7.5 mm.
[7] Desafortunadamente poco después dejó de aparecer Perspectivas Ufológicas y no pudimos reproducir el artículo de Banchs. Pero ahora lo pueden leer en Marcianitos verdes.
Los recortes de prensa son:
Anónimo, Afirman que son rusos restos de un satélite, Clarín, Buenos Aires, sábado 31 de marzo de 1984.
Anónimo, Hallaron otra esfera similar, Clarín, Buenos Aires, viernes 24 de febrero de 1984.
Anónimo, La esfera metálica aún no fue identificada, Clarín, Buenos Aires, sábado 25 de febrero de 1984.
Anónimo, La Fuerza Aérea analiza los restos del satélite, Clarín, Buenos Aires, viernes 24 de febrero de 1984.
Anónimo, Un objeto extraño hallaron en Tigre, Clarín, Buenos Aires, sábado 25 de febrero de 1984.
Petcoff Emilio, Ayacucho: hallan restos de un satélite, Clarín, Buenos Aires, jueves 23 de febrero de 1984.
[8] El objeto que aparece en la fotografía se trata de una de las tres esferas que cayeron en la provincia de Sevilla, España, el 7 de diciembre de 1965. Nota de Roberto Banchs.
[9] Esto, como ya lo habíamos informado en «marcianitos», fue una broma.
[10] Ruiz Noguez Luis, Los ovnis boludos (4), Marcianitos Verdes, http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/06/los-ovnis-boludos-4.html