Hace algunos años Rubén «Gurú» Morales mostraba una fotografía y hacía una pregunta en la lista de discusión de ufología crítica Anomalist. La fotografía mostraba un anillo en un jardín de Buenos Aires, junto a un puente y una avenida. El círculo era casi perfecto y cualquier ufólogo apostaría a que fue hecho durante el aterrizaje de un ovni. La pregunta que hacía Rubén era simple: ¿Qué creen que formó este anillo? O ¿Cómo se formó este anillo? (ya no recuerdo).
Para Héctor Escobar y para mí la respuesta era obvia. Ya habíamos tenido una experiencia con un caso similar investigado por Óscar García: se trataba de caballos. Héctor respondió rápidamente, pero no se ganó nada.
Supongo que Rubén se sorprendió con la velocidad de la respuesta.
El caso que mencionamos, que fuera investigado por Óscar García es el siguiente:
Hace algunas semanas se publicó en este Semanario, en el número 100, una nota en torno a una entrevista que tuve con el máximo experto en el denominado asunto de los «Crop Circles» (círculos en las cosechas): Colin Andrews. En aquella nota, el reportero Jonathan Monti resaltaba que yo me había interesado en este fenómeno y lo había estudiado profundamente, algo que es muy cierto.
Debido a ese estudio del fenómeno, uno de mis anhelos más grandes era investigar la aparición de un caso de esta índole en México.
El hecho se ha presentado, aparte de Inglaterra, en diversos países como Canadá, Australia, Japón, Estados Unidos. En éste último país, l pasado 29 de mayo apareció un círculo en Washington, y más recientemente en España, donde según me informa mi amigo, el ufólogo Javier Sierra[2], el fenómeno se manifestó específicamente en la provincia de Zamora. Entonces, debido a esa proliferación, en muchas ocasiones yo me preguntaba: ¿Cuándo aparecerán en México?
Intentaba justificar la ausencia de estos círculos con el hecho de que el trigo se siembra poco (a diferencia de otros países) en México[3].
Sin embargo, la pasada mañana del martes 21 de septiembre, inicié el día con una noticia, en primera instancia, extraordinaria…
¡CIRCULOS MISTERIOSOS EN MÉXICO!
Esta información se desprendió de un noticiario de TV.
De cuerdo con lo observado en las imágenes, se pudo apreciar que eran 12 círculos perfectos.
Al ver esto en la televisión, me percaté de que no se trataba de círculos en campos de cosecha, sino, más bien, en el pasto; pero resaltaba cierta profundidad en el anillo de cada uno y, sea como fuere, era algo de interés ufológico.
BUSCANDO LOS ANILLOS
Así las cosas, ese mismo día, o más bien, esa misma mañana, me dirigí al Cerro de la Estrella para tratar de localizar esos «círculos misteriosos».
En el noticiario se había dado muy poca información sobre la ubicación de éstos, y el Cerro de la Estrella no es muy pequeño; así que encontrarlos no sería una tarea fácil; más esa es la labor del verdadero ufólogo, y debe aceptarse.
Al cabo de un par de horas, por fin llegue al campo donde se encontraban los aludidos 12 círculos.
Sinceramente, el corazón se me salía, pero no por la emoción, sino por las empinadas subidas y lo mucho que había tenido que caminar bajo la lluvia «“que más bien era aguacero, valga decirlo-, para dar finalmente con el aparente «misterio».
Así que, empapado y cansado, llegué al lugar y… ¡oh decepción!
CABALLOS
Realmente no tuve que investigar mucho, ni pasó demasiado tiempo para enterarme de lo que producía tales anillos misteriosos: ¡caballos!
¡Sí! ¡Caballos!
De acuerdo con lo que me dijeron todas las personas (absolutamente todas), los círculos eran producidos debido a que en ese claro dan vuelta a los caballos para «suertes» en las charrerías.
Poco tiempo después llegó al lugar un joven jinete, quien, muy amablemente, me explicó todas mis dudas en cuanto a la formación del «misterioso anillo».
Me dijo que, desde hacía aproximadamente seis años, ocupaban ese lugar para entrenar los caballos de Juan Alvarado, quien es dueño de un lienzo charro ubicado en Ermita Iztapalapa, llamado Los Pirules, y organiza espectáculos en los estados.
«Una de las suertes de la charrería «“dijo- es dar vueltas al caballo en círculo, y aquí se le entrena».
También me comentó que para que la tierra se hundiera 30 centímetros, que era lo que el círculo más profundo medía, era necesario ocupar ese mismo aro durante por lo menos dos años casi a diario.
Así que, de acuerdo con lo anterior, esos círculos de entrenamiento han estado desde hace mucho tiempo en ese claro, y sólo ese es su uso.
En total conté 12 círculos, y el más grande en su diámetro medía alrededor de 10 metros.
CONCLUSIÓN
Creo que el más decepcionado fui yo, pues creí por un momento, que realmente había algo poco común en el asunto; pero no fue así.
No sé si posteriormente otras personas hayan ido hasta donde se encontraban los círculos y descubrieran lo mismo que yo, pues fui el primer investigador en llegar al lugar.
La experiencia que este caso nos deja es muy significativa. Primeramente, que el misterio de los «círculos de trigo» no ha llegado a México, quizás por lo que antes mencioné del trigo; y en segundo lugar, que muchas veces el entusiasmo de los reporteros que no conocen la ufología, provoca que los que sí la conocemos y sabemos las «bromas» que nos juegan, caemos e investigamos casos simples y burdos que, cuando buscamos respuestas, ni trabajo nos dan.
No hubo más misterio, no hubo «círculos de trigo», no se realizó e sueño que muchos ufólogos mexicanos quisieran, pero, por lo menos, fue divertido… ¿O no?
[1] Este artículo apareció originalmente en García Óscar, ¿Círculos misteriosos en México?,Semanario de lo Insólito, No. 105, México, enero de 1994, pág. 4.[2] En ese entonces Oscarín aún no concluía su etapa de credulón, por lo que sus amigos no eran lo más apropiados. Nota de LRN.
[3] Intenten hacer un cropcircle en un sembradío de maíz. Hacerlo en un campo de trigo es algo sencillo pues los tallos son muy delgados, pero hacerlo en uno de maíz no es nada fácil. Nota e LRN.
En el blog de Kentaro Mori, Ceticismoaberto, podemos ver completo el programa inglés Eamonn Investigates: The Alien Autopsy, en donde vemos la confesión de sus autores. Me pregunto ¿qué dirán ahora tipos como Maussán? quien luego de las declaraciones de Santilli escribió:
«¿Qué oscuros intereses se encuentran detrás las declaraciones de Ray Santilli? ¿por qué cambió su versión de los hechos?
«Y quizá una de las más grandes contradicciones que hemos encontrado ahora en este cambio de versión de Santilli, es en la que precisamente no se ha mostrado la manera en que se hizo «“en todo caso- la simulación de la autopsia, es decir, no se ha demostrado contundentemente como es que se utilizó material de la época…»
A veces es difícil entender la «lógica» inversa de estos charlatanes. Pero ya que lo pide, ahí está la manera en que se hizo el fraude.
Al anochecer del 2 de noviembre de 1971 en una finca cercana a Delphos, en la parte central del Estado de Kansas, Estados Unidos, a unos 18 kilómetros al Noreste de Minneapolis, en el condado de Ottawa, aproximadamente a las 19:00, un muchacho de 16 años, de nombre Ronald Johnson, estaba guardando su rebaño cuando de pronto vio un artefacto brillante en forma de hongo de unos 3 metros de diámetro por 2.70 de altura, que bajaba del cielo. El resplandor era tal, que el muchacho no pudo apreciar sus detalles.
Su madre, la señora Emma Johnson, de 49 años, lo había llamado a cenar desde la puerta trasera de la casa. Ronald respondió que iría pronto. El matrimonio Johnson (Emma y Durel Johnson), terminó su cena sin que el joven apareciera, por lo que la madre volvió a llamarlo; en esta ocasión no obtuvo respuesta alguna. Más tarde, Emma Johnson declararía que, durante este tiempo, no vio nada anormal ni tampoco escuchó ruido alguno.
Ronald declararía que su avistamiento había ocurrido poco después de que su madre lo llamara por vez primera. Percibió un ruido sordo, como el de «una lavadora que vibrara». Después, declaró que ni él ni su perro habían notado la presencia del objeto antes de escuchar el ruido. La luminosidad no provenía de luces individuales, sino que semejaba una masa multicolor que abarcaba toda la superficie. No pudo distinguir si ésta era metálica, aunque pudo observar su forma. Parecía ser ligeramente abovedado en su parte superior y en la base, con una ligera saliente en el centro. Entre la base y el suelo se advertía una marcada luminosidad. El objeto estaba suspendido a unos 30 centímetros del suelo, pero en ningún momento el testigo lo vio posarse.
El protagonista se hallaba a unos 25 metros de distancia del fenómeno y tenía una visión bastante clara del mismo. Se quedó parado, observándolo con tranquilidad. El perro no mostró la menor inquietud ante el fenómeno.
Ronald declaró que las tonalidades lumínicas del objeto eran azul, rojo y naranja; no notó ningún cambio de colores. No pudo tampoco apreciar detalles de la superficie en razón de la exagerada brillantez, que iluminaba por completo los árboles adyacentes y el suelo. El muchacho señaló que, al mirarlo en forma directa, sintió la vista herida y por varios días tuvo los ojos irritados. También experimentó dolores de cabeza. Transcurridos varios minutos, la base del objeto comenzó a brillar, intensificó su luminosidad y comenzó a ascender a gran velocidad pasando a 1.20 metros de distancia de un cobertizo cercano. Allí el sonido se hizo más agudo, semejando al de un avión de propulsión. Al producirse este cambio, el muchacho perdió la visión. A pesar de estar enceguecido, pudo todavía escuchar el ruido del aparato que se perdía en la distancia. Extrañamente, este alboroto no lo percibieron los padres (ni siquiera el sonido de «avión a propulsión»).
Pasando unos minutos, Ronald, que ya había recuperado la vista, corrió a la casa llamando a sus padres. El señor Johnson salió y pudo ver, hacia el Sur, una luz brillante en el cielo, llamó a su esposa y los tres la observaron.
Los tres testigos rodearon la casa y fueron la sitio en donde el objeto se había detenido. Al llegar al lugar se percataron de la presencia de un círculo brillante en el suelo. La superficie del terreno estaba iluminada por una luz blanco-grisácea. Durel Johnson y su esposa tocaron la superficie del anillo pero ésta no estaba caliente. La textura les resultó extraña, algo lisa, como si el suelo se hubiera cristalizado. La mujer afirmó haber sufrido un adormecimiento en la punta de los dedos; se frotó la mano contra una pierna, intentando quitarse esa sensación, pero la pierna también quedó adormecida. Debido a su condición de enfermera comparó esta insensibilidad a la producida con una anestesia local. Por unas dos semanas le fue imposible tomar el pulso a los pacientes de la casa de reposo en donde trabajaba. También el señor Johnson experimentó en sus dedos la misma insensibilidad. No fueron estudiados por médico alguno, por lo tanto esta declaración no pudo constatarse.
La madre tenía una cámara Polaroid que, aunque estaba cargada con película de color para exposiciones diurnas, era tan intenso el resplandor que impresionó la película.
El señor Johnson llamó posteriormente al señor Willard Christopher, director del Delphos Republican. Eran aproximadamente las 20:00, según declaró el señor Christopher.
LA HUELLA
Al día siguiente, padre e hijo fueron a Delphos y hablaron con la periodista Thadia Smith, quien luego escribiría:
«En oportunidad de recibir la visita de los Jonson al mediodía del miércoles 3 de noviembre, me fueron referidos algunos de los acontecimientos de la noche anterior.
«Ronnie, de 16 años, se hallaba cuidando el rebaño de ovejas en compañía de su perro, aproximadamente a las 19 horas, cuando de repente vio cerca del suelo una luz brillante y enceguecedora y escuchó un ruido fuerte y sordo, que semejó posteriormente al motor de un jet. La luz luego ascendió en dirección sur, a través de un cinturón de árboles situados detrás de un cobertizo próximo al corral de ovejas.
«Se sintió casi paralizado por el miedo, pero finalmente logró correr a la casa llamando a sus padres, quienes pudieron ver la luminosidad en el cielo, hacia el sur de la propiedad.
«El joven y su perro se hallaban atemorizados. Este último aún daba vueltas por los alrededores con su cabeza erguida, como buscando el objeto.
«La familia en pleno se dirigió al sector desde donde fue visto ascender el objeto (sic). Allí encontraron un gran círculo en el suelo que presentaba un aspecto fosforescente en la oscuridad. La señora Johnson tomó una fotografía del sitio.
«Escuché el relato algo escépticamente, pero como soy periodista decidí ir hasta la casa de los Johnson para tomar algunas fotografías del lugar donde había sido divisado el objeto.
«Fui acompañada de mi esposo, el señor Lester Smith, y de mi yerno, el señor Kenneth McCullik, quienes también se sentían intrigados por el episodio.
«No bien llegamos al escenario de los acontecimientos, tomé conciencia de que algo había dejado una evidencia de haber estado allí.
«El círculo aún se distinguía perfectamente. El suelo estaba seco y encostrado. El anillo o círculo, tenía unos 2.40 metros de diámetro y el centro del mismo y el sector externo estaban aún con barro por las recientes lluvias. El área seca del anillo tenía unos 30 centímetros de espesor y era de un color más claro que el de las áreas adyacentes.
«En su ascenso, o descenso, el objeto habría derribado un árbol seco, quebrando, aparentemente al aterrizar, una rama verde de otro. La rama ofrecía la singular característica de parecer haber estado seca desde hacía bastante tiempo, aunque estaba verde debajo de la corteza. De su parte superior pendían hojas verdes, no así de su parte inferior en donde además la corteza parecía ampollada y presentaba un matiz blancuzco.
«Tomé una fotografía del área y volví al periódico para redactar el incidente. Pensando en las cosas casi increíbles que había visto, decidí llamar al Departamento de Meteorología de Concordia para saber si el radar había detectado algún objeto no identificado. Me respondieron que no había estado en funcionamiento, sugiriéndome que notificara a la Oficina de Policía de Otawa. Llamé a KSAL Radio Salina, con miras a reportar el episodio. También me manifestaron que derivara el caso a la Oficina de Policía, cosa que obviamente hice».
Ese mismo día se efectuó una investigación in situ conducida por el jefe de policía, Ralph Enlow, el segundo, Harlan Enlow, y por Kenneth Yager, de la policía montada de Kansas. Se tomaron fotos de los troncos y de la rama. La policía trajo también un contador Geiger pero no se encontró radiación alguna. El reporte de Harlan, escrito a petición de Ted Phillips, fechado el 11 de enero de 1972, dice:
«Informe de Harlan Enlow, Subjefe de Policía: «˜Observación de un ovni en la residencia de Durel Johnson, una milla al Norte y media al Este de Delphos:
«Aproximadamente a las 13:30 horas del 3/11/71 este oficial recibió una llamada de la señorita Thaddia Smith, periodista del «Delphos Republican», comunicándonos que se había informado de la aparición de un ovni a las 19 horas del 2/11/71 en la granja del señor Durel Johnson, sita a una milla al Norte y media al Este de Delphos. La señorita Smith nos precisó que había puesto en conocimiento del hecho al Departamento de Meteorología de Concordia, Kansas, y a KSAL Radio Salina, Kansas, y en ambos casos le habían sugerido derivar la información a nuestra oficina.
«Aproximadamente a las 14 horas del 3/11/71, el Jefe e Policía, Ralph Enlow, el Jefe de Patrulleros de Caminos, Kenneth Yager, y el suscrito «“Subjefe Harlan Enlow- nos presentamos en la granja de los Johnson y conversamos con el señor y la señora Johnson y su hijo Ronnie, quien había visto el objeto la noche anterior.
«Supimos por Ronnie que alrededor de las 19 horas del día anterior, mientras se hallaba en el corral de las ovejas, escuchó un fuerte ruido y vio una luz brillante que provenía de un cinturón de árboles situados detrás de un cobertizo. Mientras observaba con atención, la luz se elevó alejándose hacia el sur. Ronnie corrió a la casa a buscar a sus padres, quienes alcanzaron a ver el objeto hacia el sur.
«El señor Johnson nos llevó hacia la parte posterior del cobertizo, donde pudimos observar un anillo con forma de rosquilla. El anillo estaba completamente seco, mientras que la depresión central y la parte exterior estaban con lodo. Había ramas rotas de un árbol y también un árbol seco caído. Los árboles presentaban un ligero descoloramiento. Se nos exhibió una fotografía tomada la noche anterior por la señora Johnson, en la que se veía el brillo del anillo en la oscuridad. El Subjefe de Policía, Enlow, extrajo una muestra de tierra del anillo seco y la fotografió.
«La muestra era casi blanca y muy seca. Utilizamos un Monitor Radiológico de la Defensa Civil para determinar si tenía radiactividad. La tierra y las fotografías se encuentran en los archivos de la oficina del Jefe de Policía, a la espera de una ulterior investigación por parte de las autoridades pertinentes.
«El 3/11/71 el señor Lester Ernsbarger, del 416 Argyle St., de Minneapolis, comunicó al Teniente de Policía Leonard Simpson, que el 2/11/71, alrededor de las 19:30 horas, observó una luz brillante que descendía del cielo hacia el área de Delphos.
«Firma
«Harlan Enlow, Subjefe de Policía»
La noticia llegó a oídos de J. Allen Hynek, quien se puso en contacto con Ted Phillips, para que fuera a investigar el caso.
Treinta días después, el 4 de diciembre, cuando el investigador de ovnis Ted Phillips llegó a la escena de los hechos, la nieve había caído y se estaba fundiendo por dentro y por fuera del anillo, pero el círculo de más de 30 centímetros de ancho, estaba perfectamente seco.
«Quitamos la nieve de una sección del anillo «“escribió Philiphs- y regamos agua en el área que había quedado expuesta: el terreno no le permitía al agua penetrar por la superficie. Eso era algo de lo más extraordinario, ya que habían caído varias pulgadas de lluvia y nieve».
Phillips extrajo una muestra del anillo. La misma contenía una alta concentración de una sustancia blanca, material este que se hallaba en toda la tierra bajo el anillo; no así en la parte exterior del mismo. La tierra del anillo estaba seca hasta una profundidad de 35 centímetros. La de la parte externa se hallaba húmeda y ofrecía una coloración oscura hasta una profundidad de 20 centímetros.
Se enviaron algunas muestras a los laboratorios especializados de agronomía. Philiphs, que yo sepa, nunca dio los resultados biológicos.
Análisis de las muestras del caso Delphos*
Elemento
Fuera del círculo
Dentro del círculo
% de variación
Zinc (Zn)
0.18
20.00
11111
Manganeso (Mn)
5.52
56.00
1014
Magnesio (Mg)
87.00
730.00
839
Hierro (Fe)
28.00
6.80
411
Calcio (Ca)
912.00
2400.00
263
Cobre (Cu)
1.00
2.48
248
Potasio (K)
940.00
1680
178
*Las cantidades se expresan en partes por millón.
La vegetación no volvió a crecer dentro del círculo, como se comprobó mediante experimentos de cultivo en tinas de madera. Tiempo después había docenas de setas en el círculo.
El Jefe de Policía, Ralph Enlow, también redactó su informe hasta el 11 de enero de 1972 a petición de Phillips:
«A quien interese:
«Con referencia a la observación de un ovni en la residencia de Durel Johnson, cerca de Delphos, Kansas, el 2 de noviembre de1971.
«La familia es antigua residente del condado de Otawa y de la comunidad de Delphos. Son conocidos y respetados por la Oficialidad de este departamento. Es opinión de este oficial que la información proporcionada por ellos es sincera y exacta.
«Con referencia a la observación de un ovni el 2 de noviembre de 1971, por el señor Lester Ernsbarger, de Minneapolis, Kansas.
«El señor Ernsbarger es un empleado del Departamento de Caminos de Minneapolis y Oficial de Policía de Reserva del Departamento de Policía de Minneapolis. Estimo que su información es sincera y exacta.
«Firmado
«Ralph Enlow, Jefe de Policía, Condado de Otawa, Kansas»
Phillips también obtuvo una declaración firmada de la periodista Thaddia Smith:
«Luego de tomar conocimiento en la tarde del 3 de noviembre de 1971 que el personal perteneciente a la Jefatura de Policía del Condado de Otawa, a la Patrulla de Caminos y al Observatorio Meteorológico, había visitado el lugar tomando fotografías y recogiendo muestras de ramas, fui en compañía de mi esposo a recabar información complementaria, por si la dispusieren, para documentar mi crónica periodística sobre el misterioso ovni.
«Los Johnson, mi esposo y yo «“ya sin luz diurna- caminamos en la oscuridad hasta el lugar del hecho.
«Al acercarnos al sector pudimos observar claramente el anillo brillante. En el área que bordeaba el círculo y en el centro del mismo reinaba la más completa oscuridad, dándonos la observación de una sensación de irrealidad.
«Los Johnson, siempre han vivido en Delphos, son respetados, estimados y dignos de confianza; típicos exponentes de los tenaces trabajadores de las granjas de Kansas.
«Firmado
Thaddia Smith, periodista del Delphos Republican».
Phillips visitó por última vez la granja de los Johnson el 11 de enero y escribió sus impresiones:
«La tierra, que en nuestra anterior visita estaba lodosa, se encontraba ahora seca. El anillo era tenuemente visible, ya que tenía una coloración ligeramente más clara que la del suelo de las inmediaciones. Procedimos a remojar el área con cubetas de agua, y a medida que lo hicimos el círculo se hacía más visible. Mientras la tierra adyacente absorbía de inmediato el agua «“y se tornaba más oscura- el círculo no la absorbía, aclarándose por contraste. El agua se mantenía brevemente en el suelo del anillo, escurriéndose luego hacia una sección de tierra más baja, quedando la superficie nuevamente seca. Parecía como si vaciáramos el agua sobre una superficie vítrea.
«Debemos recordar que todo eso tenía lugar 71 días después de la aparición del anillo. Con el señor Johnson escarbamos el anillo en varias partes, las cuales estaban secas y contenían aún la sustancia blanca. La tierra estaba seca hasta una profundidad de 35 centímetros. Posteriormente procedimos a abrir el suelo en el borde del anillo, a fin de observar la diferencia entre el suelo del mismo y el normal. Esto se hizo hasta una profundidad de unos 15 centímetros (no fuimos más allá). La tierra del anillo estaba seca, conteniendo la sustancia blanca; la normal «“junto al anillo- era negra, húmeda y no contenía el material blanco».
El ufólogo pudo localizar otro supuesto testigo, el señor Elton Smith, educador del Centro Asistencial de Delphos, quien declaró:
«Vi solamente un trazo de luz que caía hacia el Norte (aproximadamente sobre el área de Delphos). Ello ocurrió mientras caminaba en dirección Norte, desde el edificio del colegio al campo de deportes, en Bennington, Kansas. No vi ningún objeto, pero pensé que podría ser una estrella fugaz».
EL PREMIO DEL NATIONAL ENQUIRER
Los Johnson recibieron un premio de U$ 5,000.00, que otorgaba el tabloide sensacionalista National Enquirer por el mejor caso ovni de 1971 (Premio Ribbon Blue). Pero la verdad se descubriría más tarde.
En 1972, el investigador Philip J. Klass reencuestó el caso y encontró que el anillo estaba rodeado al Este, Norte y Oeste por grandes árboles, así que el ovni sólo podría haber llegado desde el Sur, pasando por encima de un chiquero para puercos. De esta manera, el árbol quedó exactamente en su trayectoria, por lo que, al caer, debió hacerlo en dirección Norte-Sur y no en la dirección Este-Oeste que mostraban las fotografías de Smith.
Además, ningún investigador encontró la menor huella del choque con un árbol.
Otra curiosa anomalía en la declaración de Johnson fue la supuesta brillantez del anillo, la cual fue fotografiada por su esposa. Cuando Klass vio la fotografía y se ubicó sobre el mismo terreno, encontró que efectivamente, la foto mostraba cierto brillo, pero eso no era nada extraordinario, pues se había tomado al ponerse el Sol, lo cual explica porqué los árboles y el anillo relucían sólo por su parte Oeste.
Según la versión de Johnson, ese «extraño brillo» duró varios días, sin embargo, el sheriff Enlow declaró que las muestras que él recolectó, menos de 24 horas después, no mostraron nunca tal característica fluorescente.
La sustancia blanca reportada por Ted Phillips era seguramente el micelio del hongo que formó ese anillo de hadas. Aún hoy los ufólogos no acepta que esto es un caso de anillo de hadas, porque desconocen todo acerca de este curioso fenómeno.
HOMBRES LOBO, PODERES MENTALES… IMAGINACIÓN.
Tres años más tarde, el reportero del Salina Journal de Kansas, Jim Suber, entrevistó a los Johnson y escribió un artículo que apareció en dicho diario el 13 de octubre de 1974. En esa entrevista, los Johnson declararon que el ovni había regresado.
Una tarde, Ronnie entró corriendo como loco gritando «les dije que regresaría». Los Johnson salieron de la casa y vieron «el mismo objeto o uno similar». Johnson informó que su hijo había adquirido «poderes psíquicos» como resultado de su primer encuentro con el ovni. Entonces predijo el segundo avistamiento.
Otras fantasías contadas en dicha entrevista incluyen un supuesto rapto y examen por parte de los extraterrestres; descompostura de relojes (en el más puro estilo de Uri Geller); esterilidad de una cerda ganadora de concursos; nacimiento de varias ovejas sin que sus madres fueran fecundadas; encuentros con «niñas lobo» de un metro de altura, rubias y con vestido rojo que corrían a cuatro patas mucho más rápido que cualquier ser humano (¿acaso era el producto de la cruza entre el lobo feroz y caperucita roja?).
El caso Delphos mostró así su verdadero origen: la imaginación desquiciada de unos campesinos norteamericanos, y la credulidad sin límite de los ufólogos.
Lo ocurrido en Delphos corresponde a la aparición del fenómeno conocido como anillo de hadas. La imaginación y el deseo de notoriedad hicieron lo demás.
REFERENCIAS
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Anonym, Landing Case in Kansas, The APRO Bulletin, Nov/Dec 1971.
Anonym, UFO Sighted Tuesday Nite at Johnson Farm Home, The Delphos Republican, November 4, 1971.
Budinger Phyllis, New Analysis of Soil Samples from the Delphos UFO Case,Journal of UFO Studies, No.8, 2003, págs.1-25.
David F. Farr,Ufo Rings and Fungi, Mycologia Newsletter of the Mycological Society of America, Vol. 52, No. 6, December 2001, págs. 3-6.
Faruk Erol A., Further Comment on the Delphos Data, Journal of UFO Studies, Vol. 16, No. 3, 1991.
Faruk Erol A.,The Delphos Case: Soil Analysis and Appraisal of a CE-2 Report,Journal of UFO Studies, Vol. 14, No. 1, 1989, págs. 41-65.
Faruk Erol A.,The Delphos Landing: New Evidence from the Laboratory. Part One, International UFO Reporter, Vol.12, No.1, 1987, págs. 21-25.
Faruk Erol A., The Delphos landing: new evidence from the laboratory, Part Two, International UFO Reporter, Vol. 12, No. 3, 1987, págs. 19-21.
Phillips Ted, Landing Report from Delphos, FSR Case Histories, No. 9, February 1972, págs. 4-10.
Phillips Ted, Ovni desciende en Delphos. Análisis del suelo. Nota I,Ovnis un desafío a la Ciencia, No.2, Córdoba, Argentina, julio agosto 1974, págs. 22-25.
Phillips Ted, Ovni desciende en Delphos. Análisis del suelo. Nota II,Ovnis un desafío a la Ciencia, No.3, Córdoba, Argentina, septiembre octubre 1974, págs. 28-33.
Phillips Ted, Physical Traces Associated With Ufo Sightings, Center for UFO Studies, Evanston, IL, 1975.
Robiou Lamarche Santiago, Manifiesto OVNI de Puerto Rico, Santo Domingo y Cuba, Editorial Punto y Coma, Puerto Rico, 1979.
Rutkowski Chris A., Research Note: Delphos, KS: Nov. 2, 1971, Soil Analysis Results, (PO Box 1918, Winnipeg, Manitoba, Canada, R3C 3R2).
Este artículo sería comentado por Jacques Vallée quien nos envió una carta fechada el 4 de enero de 1995. Escribe:
«En «˜El colegio invisible»™[2] publiqué un análisis de las muestras del terreno que no sólo probaban la presencia de un hongo sino que lo identificaban. Sin embargo, también mostré que eso no era indicio de fraude. El Journal of UFO Studies dedicó un número al caso, pero ignoraron por completo mi identificación del organismo y sus propiedades inusuales».
Efectivamente, en 1974 Vallée escribió:
«La sustancia blanca resultó ser fibras… de naturaleza vegetal y pertenecían a un organismo del orden de los actinomicetáleos, el cual es un organismo intermedio entre las bacterias y los hongos. (El biólogo francés que lo identificó, y que me rogó que no se mencionara su nombre en este libro, determinó que el organismo pertenecía a la familia de los actinomicetáceos y al género «Nocardia»). Tal organismo se encuentra con frecuencia junto con un hongo del orden de los bacidiomicepeos, que pude emitir luz bajo ciertas condiciones. Dicho hongo puede causar una figura circular, la cual es visible en la superficie del terreno»[3].
Sin embargo para Vallée esa era una respuesta muy simple para el misterio y, tomando una actitud francamente irracional, se atreve a afirmar que «el espectacular crecimiento de la Nocardia» se debió «al estímulo de una alta energía» del ovni. Para Vallée los monstruos de los clósets se deben efectivamente a sombras; pero no a las sombras de los árboles, sino a las sombras de los monstruos. Con ese comentario Vallée se ponía al mismo nivel que Zhita Rodríguez, cuando ésta última le dijo a Héctor Escobar[4] que teníamos mucha imaginación al pensar que la huella de San marcos fue debida a un hongo[5].
El caso Delphos fue un fraude que se hizo aprovechando el curioso fenómeno de los anillos de hadas. Posteriormente se trató de utilizar el mismo para sacar el máximo provecho económico. Los Johnson no se conformaron con el premio del National Enquirer. Hay otros ejemplos de su interés por el dinero. Como cuando Durel Johnson, padre de Ronald ofreció la copia de una foto de un extraterrestre a Robert Sheaffer a cambio de una participación de los derechos de su libro[6].
Ver nuestro comentario a la carta de Vallée en Ruiz Noguez Luis, Delphos, Desclasificación, Descendencia y Designación, Perspectivas Ufológicas, Año 2, No. 6, México, septiembre de 1995, págs. 69-70.
[1] Publicado originalmente en: Ruiz Noguez Luis, El caso Delphos, Perspectivas Ufológicas, México, diciembre de 1993, págs.37-40.[2]Vallée Jacques, El colegio invisible, Editorial Diana, México, 1981, págs. 41-44.
Después de limpiar la alfombra del perro, noté esta formación extraña en el frasco de la bomba de vacío. Puedo ver ahora los anuncios: «Â¡Aspira el polvo, la suciedad, el pelo de animales domésticos y extraterrestres!»
Increíble las aplicaciones que tiene la tecnología de los aparatos del hogar. Recuerdo cuando se decía que la caída del ovni de Roswell se debió a los primeros experimentos con equipos de radar de microondas. Resulta que esos equipos se transformaron en los modernos hornos de microondas.
Ahora los marcianitos verdes deben tener más cuidado en acercarse a las casas para tratar de abducir a sus habitantes. No sea que las amas de casa enciendan su microondas, hagan caer el platillo, y atrapen a los tripulantes con sus aspiradoras.