Howard Menger (Final)

EL AMANTE DE SATURNO

Hay dos versiones sobre la forma en que encontró a la venusina reencarnada en la Tierra. La primera establece que durante una conferencia del también contactado George van Tassel, Menger vio a una bella joven delgada y rubia. De inmediato supo que era ella. La segunda versión es la siguiente.

El conocido locutor de radio y televisión Long John Nebel presentó a Menger en varios de sus programas en la estación de televisión WOR-TV, de Nueva York. En uno de ellos, antes de entrar al escenario, Menger se detuvo en la puerta del estudio donde una multitud esperaba verlo de cerca. Entre la gente destacaba una bella mujer rubia a la que Howard identificó de inmediato como una muchacha del espacio. Su media naranja venusina, que había adoptado el nombre de Constance (Connie) Weber para poder vivir en la Tierra.

Sea como fuere, al entrar en contacto con ella, Menger se desbloqueo mentalmente y se enteró de algo asombroso: era ni más ni menos que un extraterrestre reencarnado en la Tierra, un profesor saturnino llamado Sol do Naro, y además, había contraído nupcias con una venusina llamada Marla Baxter.

Resultó que Connie, como le decían afectuosamente, era hermana de la primera joven del espacio, la de la roca:

… alta, esbelta, de largos y ondulados cabellos rubios, que le caían en cascada sobre los hombros.

Menger ya era casado y tenía hijos, por lo que se divorció de su mujer, dando la siguiente explicación:

En Venus nuestro amor fue intenso y avasallador; pero estaba escrito que no podríamos permanecer juntos, ya que yo sabía que tenía que regresar a la Tierra y llevar a buen termino una misión que estaba proyectada a partir de la fecha de mi nacimiento en aquel planeta.

Recuerdo claramente el día en que la dejé. Los dos tratábamos de hacernos los valientes. Marla bromeaba y trataba de reír musicalmente; pero apenas podía contener las lágrimas que se mezclaban con su risa.

Cuando me volví a mirarla por última vez, le hice una promesa: algún día, en algún lugar, la volvería a encontrar.

En el momento en que llegué a los umbrales de la Tierra, un niño de un año llamado Howard Menger acababa de morir. Su cuerpo fue llevado a toda prisa a una iglesia luterana a que lo bautizasen y rezasen sobre él las oraciones de rigor. Yo, Sol do Naro, observé, y entré en comunicación con el alma que salía del pequeño cadáver. Por mutuo acuerdo, y por mi propia y libre voluntad, entré en su cuerpo. Mientras sus parientes rezaban, el pequeño «resucitó» milagrosamente.

El romance fue muy corto. Se casaron en 1958 y tuvieron dos hijos: Eric y Heidi Menger Evans. Acerca de su vida privada es muy poco lo que se sabe, ya que ellos, tanto en sus conferencias como en sus libros, le daban más importancia a los mensajes espaciales que a las anécdotas personales. Uno de los libros escritos por Constance Weber fue My saturnian lover (Mi amante saturnino), publicado en 1958; ahí la esposa de Menger explicó su origen espacial y la forma en que se relacionó con este contactado, que era en realidad la reencarnación de un personaje importante de Saturno.

Se fueron a vivir a Florida y se alejaron de la ufología, hasta que en 1991 publicaron The High Bridge Incident….the story behind the story….after 35 years of silence. El libro es un conglomerado de From outer space to you y A song of Saturn. Sólo el capítulo final informa de las actividades de Menger después de su desaparición pública. En Florida fundaría otra compañía dedicada a la industria eléctrica, la Energy Systems Research, Inc.

La anterior es, indudablemente, la fuente de inspiración de la contactada mexicana María del Socorro «Marla». Aunque el aspecto físico de esta Marla nacional dista mucho del de la esposa «terrícola» de Menger, y aún más de la descripción de la hermosa venusina.

El motivo de haber encarnado en un niño de la Tierra era la misión de inculcar en la Humanidad la idea de fraternidad y amor. Esta misión la inició hasta 1957.

En el verano de ese año se retiró a la granja de New Jersey. Dicen que sus seguidores veían luces en el cielo. Siempre de noche y nunca cercanas. De esta forma se adelantó a las experiencias del contactado catalán José Luis Grifol. En ese lugar, los jueves por la tarde, Menger organizaba unas reuniones en donde hablaba de sus experiencias y se comentaban asuntos de tipo espiritual.

El pintor de brocha gorda que llegaría a ser conocido como el «Adamski de la Costa Este» contaba las historias más extraordinarias e inverosímiles, que recordaban un poco a los cuentos de hadas, por su gentileza y fantasía.

En una ocasión un poder extraño se hizo cargo de su coche y lo condujo hasta una cabina, en donde un músico de Saturno le transmitió su habilidad para tocar el piano. El extraterrestre le enseñó a componer la música del espacio. Fruto de este trabajo será el disco Music from another planet. Se trata de un raro LP con música interpretada en piano y acordeón. Menger hace la aclaración que en Venus los acordeones son más grandes y su sonido es un poco diferente. El lado uno contiene 3 pistas: Una narración de Menger; Marla (instrumental); y Theme From The Song From Saturn (instrumental). El lado dos tiene sólo una pista: The Song From Saturn (Music from another Planet).

Se le informó que en la Tierra había seres de Venus, Marte, Júpiter y Saturno y, por si esto no fuera ya bastante confuso, también le informaron que había personas espaciales buenas y malas. Y como las malas fingen ser buenas, ¿cómo podrían saber los pobres terrícolas en quién confiar?

Los mismos venusinos le dieron la papa espacial, plantada y cosechada en el lado oscuro de la Luna. Este tubérculo contenía cinco veces más proteínas que la variedad terrestre, según Menger.

Es la pieza más fina de deshidratación que se haya visto en la Tierra. No hay ninguna fábrica de deshidratación que pueda deshidratar con seguridad todo un espécimen.

En otra ocasión estuvo a punto de ser llevado a la cárcel, por escándalo y faltas a la moral, debido a que recorría las tiendas observando y comprobando la calidad de la ropa interior que compraba para sus amigas del espacio.

Howard hablaba de una mesa redonda de naturaleza mística que hacía las veces de televisor interplanetario.

LAS HISTORIAS MÁS ROCAMBOLESCAS Y ABSURDAS

Menger dijo haber viajado a la Luna. Sus descripciones y fotografías de los vehículos espaciales son similares a las de Adamski. Mostró diversas fotografías no sólo de los platillos voladores, sino de la Luna en la que se pueden ver las bases interplanetarias.

También llegó a obtener imágenes de los tripulantes, siempre a contraluz, pues de otra manera no le permitían sacar las fotos. Hay fotos de los extraterrestres delante de sus naves y del mismo Menger presenciando los aterrizajes (utilizando el disparador automático de la cámara). Una de esas tomas muestra a una supuesta mujer del espacio con un cisne brillante en el cinturón. La mujer espacial se presentó ante Menger para advertirle de que un poderoso grupo de la Tierra estaba aplicando terapias cerebrales avanzadas sobre determinados políticos para favorecer los propósitos de Satanás.

La gente del espacio lo visita a todas horas del día y de la noche. Unas veces físicamente y otras comunicándose vía telepática. En ocasiones se quedaban a cenar. Los mensajes que le dejaban eran del siguiente estilo:

El hombre me miró con expresión triste.

Amigo, esta Tierra es el campo de batalla de Armagedon y la batalla se libra por las mentes y las almas de los seres humanos. La plegaria, los pensamientos positivos y la cautela son vuestro mejor aislamiento.

Sus amigos espaciales le enseñaron a construir el motor que utilizan sus naves:

En una nave. Una nave que no se parece a nada de lo que hayas podido ni soñar. Será difícil, y probablemente imposible, que llegues a comprender su fuerza motriz. Es una fuerza electromagnética, no muy diferente de la que mantiene en sus órbitas, a los planetas, soles e incluso galaxias enteras. Esta fuerza es una ley natural, que nos ha sido dada por nuestro infinito Creador para que la usemos con buenos fines.

Probablemente su motor extraterrestre nunca funcionó por el simple hecho de que sus maestros venusinos cometieron un error: la fuerza que mantiene en sus órbitas a los planetas no es de tipo electromagnético sino gravitacional. Pecata minuta.

Uno de los hombres del espacio comentó que la Tierra era el campo de batalla de Armagedón y que aquí existe un poderoso grupo que posee un inconmensurable conocimiento tecnológico y, lo que es más grave, un hábil manejo del control mental. Afirmó que ese grupo no sólo utiliza gente de la Tierra sino también de Marte (no se podía esperar menos de los belicosos marcianitos verdes).

Pero varias veces sería captado infraganti en sus mentiras. Una vez, por ejemplo, Menger llevó a uno de sus seguidores dentro de un gran edificio para hablar con una mujer espacial. Un destello de luz cayó sobre la cara de la «extraterrestre». El seguidor pudo notar que la cara era idéntica a la de la joven rubia, que era una de las colaboradoras más cercanas de Menger.

Ni su propio padre creyó sus historias y afirmaba que su hijo, o estaba mintiendo o era víctima de ilusiones. Dijo que la historia del bebé resucitado nunca había ocurrido.

Acosado y vilipendiado aún por sus familiares, tuvo que cerrar su pequeño negocio de rótulos y huir a otro estado (Florida), en compañía de su familia.

Todas sus andanzas las dejó para la posteridad en su libro From Outer Space to You (1959), editado por Gray Barker. Como complemento se vendía el disco en donde se ofrecía música compuesta por gente del espacio.

Lo que pocos de sus seguidores y ufólogos saben es que, al verse descubierto el fraude, Menger se retractó en un programa de Long John Nebel a principios de los sesenta. Dijo que tal vez todo había sido el resultado de experiencias psíquicas inexplicables, y que algunas de sus afirmaciones sólo debían considerarse en sentido metafórico. Es más, escribió a su editor Gray Barker solicitándole que su libro fuera subtitulado como «hecho-ficción».

MENGER VUELVE A LAS ANDADAS

No obstante, en 1967 Menger y su esposa reaparecieron en el Congreso Científico (sic) de Ufólogos en New York. El excontactado comenzó hablando del supuesto experimento realizado por la CIA en su persona y sus propias dudas sobre el fenómeno ovni. Se le notaba vago y vacilante. Como su público estaba ávido de noticias sensacionalistas, continuó refiriendo que estaba construyendo un platillo volador de acuerdo a los planos que le habían dado sus amigos de las estrellas. Puesto en este camino, y sintiéndose más seguro frente a un público de fanáticos de los ovnis, compuesto por más de dos mil personas, Menger volvió a relatar una de sus famosas experiencias.

Dijo que en el año de 1956 se encontraba en High Bridge, Nueva Jersey, cuando vio que del cielo descendía una bola de fuego que, según se acercaba a él, iba disminuyendo su velocidad. A pesar de haber vivido experiencias similares, Howard se sintió asustado. Cuando la nave se posó en el suelo, se abrió una compuerta que dejó salir una pequeña plataforma sobre la que descendieron dos hombres vestidos con trajes espaciales relucientes. Ambos seres se hicieron a un lado para dar paso a otro extraterrestre de apariencia notable: alto, de aproximadamente un metro noventa de estatura, esbelto y con el cabello rubio rozándole los hombros. El hombre se acercó y dijo que traía un mensaje de paz, amor y comprensión. Luego se retiró.

Con mensajes tan trascendentes como éste, no veo por qué existen todavía los molestos escépticos.

REFERENCIAS

Commander X, The ultimate deception, Abelard Productions, Inc., New York, 1990.

Evans Hilary, Platillos volantes. ¿De dónde proceden?, capítulo OVNIs diabólicos, Editorial Debate S.A., Madrid, 1986, págs. 66-67.

Green Beckley Timothy, Do ets walk the Earth?, en UFO Universe, New York, primavera de 1989, págs. 28-31, 60 y 62.

Menger Howard, From outer space, Piramid Book, Inglaterra, 1959.

Michael John, Los platillos volantes y los dioses, Javier Vergara Editor, Buenos Aires, 1977.

Park Allison, El «contacto» que se casó con una mujer del espacio», en Contactos Extraterrestres, No. 22, México, 28 de septiembre de 1977, págs. 32-35 y 49.

Stemman Roy, Visitantes extraterrestres, Editorial Noguer, S.A., Barcelona, 1976.

Tansley David, Mensajeros de la luz, EDAF, Madrid, 1979, págs. 239-244.

Páginas en Internet de Menger:

http://www.howardmenger.com/

http://www.howardmenger.com/_wsn/page2.html

http://www.howardmenger.com/_wsn/page3.html

http://www.algonet.se/~hermesat/bridge.htm

Howard Menger en la época en la que era una superestrella de la ufología.

Menger tuvo un encuentro con los extraterrestres en la primavera de 1956. Colocó su cámara en automático y se fotografió teniendo como fondo un platillo volador.

El platillo comienza a descender y parece que va a aterrizar Detrás de unos arbustos.

Finalmente el aparato hace contacto con el suelo y se posa frente a unos árboles. Menger demuestra que es mejor cuenta cuentos que pintor o fotógrafo.

Ampliación de la nave que aterrizó en High Bridge en 1956.

Menger tuvo la suerte de fotografiar a la venusina. Esta es una de las fotos en donde aparece frente a una nave de claro aspecto adamskiano.

La misma foto sin recortar.

Otra de las fotos de la venusina. El destello en la parte media de su cuerpo se debe a un «cisne brillante» que utiliza como cinturón (¿?)

Howard tuvo la oportunidad de viajar en platillo volador. Dibujo del propio Menger.

Los venusinos lo llevaron al lado oscuro de la Luna, en donde tienen bases con cúpulas semiesféricas.

Menger

Marla

Howard Menger (Sol Do Naro) y Constance Weber (Marla).

Menger y Connie en 2000.

Long John Nebel

Howard Menger a finales de los ochenta.

Prototipo del motor extraterrestre.

El motor nunca funcionó, pero le daría las bases para fundar su compañía de aparatos eléctricos.

Los venusinos le dieron los planos para construir este motor.

Ni utilizando la psicoquinésis se pudo mover el aparato.

El proyecto más ambicioso era construir un platillo volador. Aquí, la maqueta con todo y venusinos.

Menger logró, incluso, filmar a los platillos voladores. Las imágenes son igual de borrosas que las fotografías.

Ampliación de uno de los fotogramas de la película de Menger. El contactado afirmó que envió copia de todo su material al ejército de los Estados Unidos.

Gray Barker fue el editor de varios contactados. También se le debe algunas de las leyendas sobre los hombres de negro.

Pintura del propio Menger que recrea su encuentro de 1956 en High Bridge.

Los años felices de los Menger en High Bridge, New Jersey.

Al lado otra foto de la pareja. En esta ocasión no captó venusinos, sino fantasmas.

Nuevo libro de los circlemakers

The Field Guide. The Art, History and Philosophy of Crop Circle Making

Por Rob Irving & John Lundberg

Edited by Mark Pilkington

Hace tres décadas, dos hombres en sus cincuentas comenzaron a aplanar círculos en los campos de Hampshire y Wiltshire. Poco sabían que sus noche de viernes sembrarían un fenómeno internacional que continúa cambiando las vidas de la gente hasta este día.

Continúe leyendo en:

http://strangeattractor.co.uk/fieldguide/

Howard Menger (Primera parte)

DEL ESPACIO EXTERIOR PARA TI

Howard Menger fue el más imaginativo de los contactados.

Nació en Brooklyn, New York, el 17 de febrero de 1922. Muy joven se fue a vivir al campo, a High Bridge, New Jersey, donde él y su hermano Alton Menger pasaban muchas horas jugando en los bosques. Ya de adulto afirmó que durante esos años los dos veían frecuentemente discos voladores.

Su libro From outer space to you es verdaderamente una obra notable ya que en ella hace un extraño sincretismo, adaptando la teología y las creencias populares a una teología ufológico cristiana: Dios y los ángeles no son espíritus nebulosos y omniscientes, sino miembros de una raza como la nuestra, aunque infinitamente más avanzada, que trata de conducir al ser humano a un nivel de civilización más elevado.

Menger afirmó haber establecido contacto, desde que era muy pequeño, con seres de Venus, Marte, Júpiter y Saturno. A los diez años, un día, se sintió atraído a su rincón favorito del bosque, donde se encontró con una aparición que nunca habría de olvidar. Dice en su libro:

Allí sentada en una roca junto a un arroyo, estaba la mujer más exquisita que mis infantiles ojos hubieran jamás contemplado.

La cálida luz del Sol se prendía en los reflejos de su largo cabello dorado que caía como una cascada en torno a su rostro y sobre sus hombros. Las curvas de su cuerpo, delicadamente torneadas, se revelaban a través del material traslúcido de su ropa, que me recordó los trajes de los esquiadores. Me quedé parado, y con el aliento entrecortado por un instante. No estaba asustado, pero un asombro abrumador me había dejado como congelado en el sitio.

Ella me llamó por mi nombre y me dijo que había venido de muy lejos para verme y hablarme:

Estamos poniéndonos en contacto con los nuestros.

Howard sintió «una enorme oleada de calor, afecto y atracción física, que surgía de ella hacia él». La escuchó arrobado, mientras ella contaba cosas que sólo entendió a medias. Le habló de guerras, catástrofes y del destino de la especie humana. Le dijo también que varios extraterrestres como ella, se hallaban en contacto con diversas personas en todo el mundo, que él era uno de los elegidos y debía prepararse para sufrir por eso. Finalmente le ordenó que se fuese, y Howard obedeció, con el rostro bañado en llanto. Al alejarse le preguntó:

¿Puedo mirar hacia atrás?

Oh, si, Howard, puedes mirar hacia atrás.

Y así lo hice, después de dar algunos pasos, muy despacio… Entonces eché a correr, sollozando… hasta que mis gemidos, provocados por una tristeza gozosa, aumentaron y resonaron en el bosque.

Este sería el primer, pero no el único, contacto que Menger tendría a lo largo de su vida.

En 1942, cuando estaba en el ejército, la gente del espacio intentó de nuevo comunicarse con él. En ese entonces Menger se encontraba de visita en Ciudad Juárez, Chihuahua (México). Cuando iba por la calle se le acercó un taxi. Un hombre que iba en el asiento de atrás, y que tenía el cutis bronceado y cabellos rubios que le llegaban a los hombros, le pidió que fuese con él. Menger se negó, pero repentinamente, su aspecto se le hizo familiar y entonces recordó que la chica le había dicho:

Siempre estarán a tu alrededor…, vigilándote…, guiándote.

ENCUENTRO EN JUÁREZ

Dejemos que sea el propio Menger quien nos cuente esta historia:

Cuando iba calle abajo en dirección a una tienda de antigüedades que había localizado, un taxi se detuvo al lado de la acera y el taxista se dirigió a mí en español.

Le contesté en el peor español del mundo, diciéndole que no hablaba ese idioma y comprendí por su expresión que él ya se había dado cuenta. Entonces dijo algo más, y señaló a un individuo que llevaba en el asiento posterior.

Mucho me temo que lo inesperado de la situación me dejase estupefacto. Lamento tener que decir que lo primero que se me ocurrió fueron algunas de las historias de carácter turbio que contaban en el campamento.

El desconocido tenía unos largos cabellos rubios que le llegaban hasta los hombros. Su tez estaba bronceada por el Sol. Me bastó una simple ojeada para darme cuenta de que era más alto y corpulento que el mexicano promedio.

Me habló en un inglés bastante bueno, aunque recuerdo que tenía un ligero acento mexicano.

Tengo algo que decirle. ¿Quiere hacer el favor de subir al coche? «“me dijo-. Pero yo me disculpé, pretextando que tenía que reunirme con mis compañeros para regresar al campamento y seguí mi camino. Cuando me volví, vi que él también se volvía y se limitaba a decir: «Muy bien», con tono también muy agradable.

Cuando relaté lo sucedido a mis compañeros, estos lo acogieron con risotadas y durante varios días me hicieron objeto de toda clase de burlas y bromas.

Tiempo después encontraría a otro desconocido, que se identificó como viajero espacial. Durante la charla, le contó a Menger que el hombre de cabellos largos y rubios y piel oscura que iba como pasajero en el taxi, era uno de sus compañeros espaciales y, sonriendo, le comentó que le había advertido oportunamente que si deseaba hacer contacto con la gente de la Tierra, primero debía cortarse sus largas trenzas rubias y adoptar una apariencia que estuviera más de acuerdo con la gente del planeta. El extraterrestre le dijo a Menger que en México había muchas personas que estaban conscientes y convencidas del fenómeno de los ovnis, que había muchos contactados mexicanos y que muchos años antes de que los conquistadores españoles llegaran a la Nueva España, ya había mexicanos que estaban en contacto con ellos. Afirmó que los extraterrestres habían transmitido múltiples secretos a los aztecas y que les regalaron inventos maravillosos.

A partir de entonces comenzó a tener una serie de encuentros en los que se le avisó de acontecimientos futuros de su vida. Como el de aquel extraterrestre disfrazado de soldado que le dijo que pronto saldría con destino a Hawai. El encuentro tuvo lugar en el Campo Cook, en California. La comunicación se llevó a cabo telepáticamente, no hubo palabras de por medio. Todas las predicciones resultaron ciertas. Fue precisamente ahí en donde tuvo otro encuentro con un ser del espacio de sexo femenino. Siguiendo un impulso incontenible, tomó un jeep y se fue a una región de la selva en donde estaba seguro que encontraría a seres del espacio. Detuvo el auto cerca de unas cuevas. Allí vio a una linda morena.

Vestía una especie de túnica flotante de tonalidad pastel. Bajo sus translúcidas y rosadas vestiduras llevaba unos pantalones muy anchos parecidos a los de un pijama. La túnica caía en graciosos pliegues en torno a su cuerpo, bellamente conformado. El aire húmedo y templado de la noche tropical parecía acariciar sus facciones finamente moldeadas.

Sucedió entonces algo en verdad embarazoso. Howard empezó a sentir la «poderosa atracción física a la que es imposible oponerse, cuando uno se halla en presencia de estas mujeres».

PREDICCIONES DE LOS EXTRATERRESTRES

La extraterrestre se dio cuenta de inmediato de lo que ocurría.

Oh, Howard «“dijo zalamera-, esto es una cosa muy natural; yo también lo siento. No sólo pasa de mí para ti, sino de ti para mí.

La extraterrestre morena le predijo que pronto sería trasladado a Okinawa, en donde él tendría que matar a un hombre en combate.

Prestó sus servicios en el ejército, como jefe de almacén de municiones en el Arsenal de Picantinny. En 1942 fue asignado a la Armored Tank Division y posteriormente en la Army Intelligence and Chemical Warfare. En la primera semana de abril de 1945 desembarcó en Okinawa, tal como le habían dicho. Howard dio muerte a varios japoneses, y sobrevivió al combate, pero sufrió daños en los ojos durante la batalla. Durante su estancia en el hospital de la base se dio cuenta que una de las enfermeras parecía una persona del espacio.

Después de su recuperación, Menger fue despertado una noche por una voz que le llamaba insistentemente por su nombre, y se dio cuenta al momento de que estaba recibiendo la llamada por telepatía. Vistiéndose, pidió prestado un jeep y se dirigió a un sitio donde se había encontrado anteriormente con gente del espacio. Allí le esperaba un hombre vestido de caqui. Se pusieron a hablar, y el hombre le dijo que no existía la muerte, que sólo se abandonaba la envoltura física, pero que la vida interior continuaba. Le dijo que la guerra terminaría pronto, y que en Navidad estaría ya de vuelta en el hogar, como así fue. Aquel hombre dijo proceder de Venus.

De vuelta a la vida civil, Menger regresó con su esposa y se estableció como pintor de rótulos en su propia compañía, la Menger Advertising Co. En junio de 1946 regresó al bosque en donde había visto por primera vez a la mujer extraterrestre. El sitio era más o menos el mismo que antes. Paseó largo rato por el claro, y comenzó a sentirse poseído por una tristeza profunda, por la sensación de que el encanto había desaparecido. De pronto vio un chispazo de luz y sintió en la nuca una sensación de calor. Al volverse, vio una enorme bola de fuego que se dirigía a gran velocidad hacia él:

Parecía un inmenso Sol que giraba, brillaba, parpadeaba y cambiaba de colores. Voló sobre el campo, mientras yo lo observaba, como traspuesto.

Los palpitantes cambios de color disminuyeron y la bola de fuego se convirtió en un vehículo de aspecto metálico, rodeado de ventanillas.

Descendió lentamente al suelo. Cuando estaba casi en tierra, pude distinguir claramente su forma. Parecía tener forma de campana, y el Sol se reflejaba en él como en un espejo.

Me di cuenta de que aquello no era una máquina hecha por nadie de este mundo.

La descripción que da Menger de las naves extraterrestres es muy parecida a la de George Adamski, lo mismo que la vestimenta de los venusinos.

Los tripulantes del aparato iban vestidos con unos uniformes, de un gris azulado, parecidos a trajes de esquiar. Tenían largos cabellos rubios, hombros anchos y notable belleza física. La nave por fin aterrizó y de ella salió una hermosa mujer, vestida con un traje parecido, que llevaba flojo sobre su armonioso cuerpo. Su tejido era semitraslúcido y parecía luminoso, con suaves tonalidades pastel. Menger de pronto se dio cuenta que era la misma mujer que viera de niño, y que no había cambiado nada.

¿Eres en verdad la joven… la misma joven de la roca? «“le pregunté.

Sí, lo soy. La misma joven Howard.

Pero no has envejecido…

Oh, ya lo creo que he envejecido. A ver si adivinas mi edad, Howard.

Me limité a mirarla en silencio.

Pues tengo más de quinientos años. ¡Ahora podrás hacer callar a quien te diga que las mujeres mienten al hablar de su edad!

Pero no has cambiado.

Claro que no.

LA ESTIRPE DE MATUSALÉN

Entonces ella me miró, de pies a cabeza, y noté que mi rostro ardía. Era como si un pariente de visita contemplase a un muchacho, para ver si había crecido mucho.

Comprendí que se burlaba cariñosamente de mí, cuando me guiñó un ojo y agregó:

¡Oh, pero tú si has cambiado!

Cuando comentó eso, ella se echó a reír y añadió:

Cuando vivimos respetando las leyes de nuestro Creador, somos bendecidos con el don de la longevidad. Pero no es éste el más importante; es sólo un subproducto de nuestras bienaventuranzas.

La edad de la venusina era más o menos la edad de Alf, de donde se podría concluir que este personaje de la televisión también ha sido bendecido por el don de la longevidad, porque seguramente respeta las leyes del Creador.

La venusina también informó que había estado sometido a una constante observación desde el primer encuentro.

Volví a sonrojarme y agaché la cabeza.

Ella se echó a reír.

La verdad es que no siempre has sido un buen chico. Ha habido ocasiones en que… «“e hizo un gesto como si fuese a darme unos azotes en la parte que comúnmente empleamos para sentarnos. Di un respingo y recobré mi compostura. Entonces me eché a reír con ella.

La venusina confirmó que había sido elegido para difundir las palabras de los seres del espacio por la Tierra. Su misión era ayudar a la gente del espacio en sus benévolos esfuerzos de salvar a la raza humana de si misma. Dicho esto, le dio un beso en la mejilla a manera de despedida. Él le preguntó si la volvería a ver, pero ella le dijo que no. A partir de entonces su vida cambió. Continuamente se entrevistaba con los seres de las estrellas. Se le aparecían en todo momento y bajo toda clase de disfraces. A veces en un punto escogido de antemano, un lugar situado junto a un árbol llamado «Field location 2», y a veces inesperadamente.

Continuará…

Más ovnis de aire caliente

El cuento del ovni era solo aire caliente»¦

Centenares de personas que pensaron que veían ovnis pudieron ser engañados por bromistas que soltaron una corriente de linternas chinas voladoras.

La semana pasada se vieron volar luces anaranjadas brillantes sobre Hove deslumbrando a la policía y a los controladores de tráfico aéreo.

Pero los testigos que vieron los objetos más de cerca dijeron que las luces, que se movían juntas en formación paralela, habrían podido ser simplemente globos de aire caliente atados a una cuerda. Los «globos chinos de linterna» incluso se están vendiendo en paquetes en Internet.

El Argus reportó por primera vez los objetos volantes inexplicados el sábado después de que los lectores llamaran para informar sobre extraños fenómenos flotantes.

La policía de Sussex y los controladores de tráfico aéreo del aeropuerto de Shoreham dijeron que recibieron dos llamadas sobre los ovnis, reportando haber visto ocho al mismo tiempo en el cielo.

Pero los testigos han dado un paso adelante afirmando que lo que vieron estaba lejos de ser inexplicable.

Vince Meegan, de Holland Road, Hove, dijo que él caminaba con sus dos hijos cuando vio las luces brillantes cerca de King Alfred Centre, la tarde del sábado 18 de noviembre.

Él dijo: «Los primeros dos o tres estaban demasiado alto para verlos correctamente pero entonces el siguiente permaneció aproximadamente a unos 30 m así que nosotros pudimos observarlos razonablemente.

«Parecían ser cajas de papel pequeñas y octagonales, más o menos del tamaño de una caja de zapatos, con una vela en su interior.

«Lo siento si esto es decepcionante pero los marcianos aún no llegan».

Lectores de lugares tan lejanos como Texas y Arizona han entrado en contacto con el Argus para discutir las extrañas luces anaranjadas.

Yvonne Treszer, de First Avenue, Hove, dijo que ella vio entre 40 y 50 objetos que brillaban intensamente que se levantaban sobre los tejados de la ciudad.

Ella dijo: «En el momento en que yo trataba de encontrar mi cámara fotográfica y pensaba cómo debía fijarla para la noche había solamente tres que se veían el cielo. Entonces, típicamente, se le acabaron las pilas a la cámara».

Ellie May, de 30 años, de The Drive, Hove, comenzó a ver ovnis en el jardín de sus padres en Shoreham en el verano.

Pero ella dijo que parecían completamente diferentes de otras linternas chinas que habían visto.

Ella dijo: «Las que vimos eran blanco brillante, no naranja, y había cerca de seis de ellas, todas moviéndose independientemente en diversas direcciones, no con el viento.

«Seguimos sin saber qué eran y he visto más desde entonces».

Pero Rob Whitehead, coordinador de Lancashire Anomalous Phenomena Investigation Society (LAPIS), dijo que el misterio de las luces flotantes de Hove podría ser bastante simple de solucionar, después de avistamientos similares en Liverpool y Nottingham.

Él dijo: «Estoy bastante seguro que los recientes avistamientos pueden ser atribuidos a ovni linternas, que la gente está comprando y que lanzan en un número que va en aumento.

«Las linternas pueden ser compradas fácilmente en Internet y aparecen como bolas de luz brillantes, anaranjadas que se deslizan silenciosamente a través del cielo de la noche. Dependiendo de las condiciones del viento, la gente a menudo reporta que los objetos aparecen inmóviles en lo que parecen ser formaciones, generalmente triangulares».

Las linternas incluso se han lanzado para celebrar las bodas de la gente y las celebraciones de cumpleaños, agregó.

Rick Barber, de Carolina del Sur, explica cómo, cuando él era joven, los amigos ponían velas encendidas debajo de bolsas de plástico para crear globos de aire caliente miniatura.

La mayoría de los testigos se sorprendieron al oír que los ovnis se podían falsificar tan fácilmente pero dijeron que eso no los pararía de mirar los cielos.

Justin Campbell, de Somerhill Avenue, Hove, dijo: «Conté 15 luces en total. Me asombré ver cómo se movieron uniformemente. Es un poco extraño pero no estoy sorprendido de que no sean ovnis verdaderos».

http://www.theargus.co.uk/news/localnews/display.var.1054136.0.ufo_tale_was_just_hot_air.php

Ver también

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/09/siguen-los-avistamientos-de-ovnis.html

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/08/resuelto-el-misterio-de-las-luces.html

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/08/ms-de-los-globovnis-inglses.html

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/08/los-globovnis-invaden-la-tierra-por.html

http://marcianitosverdes.blogspot.com/2006/07/globovnis.html