Los cenotes, el toolché y los murciélagos

IMPACTO AMBIENTAL

Los cenotes, el toolché y los murciélagos[1]

Juan José Morales

Una práctica ancestral de los campesinos mayas, cuando realizan desmontes para sus milpas, es dejar en torno a los cenotes una franja arbolada más o menos ancha que se conoce con el nombre de toolché. Esa especie de anillo de vegetación cumple un doble propósito: evitar que el agua de las lluvias arrastre tierra y piedras hacia el cenote y lo azolve, y servir como refugio a los animales silvestres que acuden a beber. Esa práctica se ha mantenido en las zonas ganaderas, donde se realizan desmontes extensos y permanentes para sembrar pastos.

clip_image002El falso vampiro orejón Chrotopterus auritus «”que como se ve, bien merece su nombre común»” es uno de los que se refugian en cenotes. Aunque esencialmente carnívoro «”come ratoncillos, sapos, ranas, lagartijas e incluso pequeños murciélagos»”, también incluye en su dieta insectos y frutas. La prominencia que tiene sobre la nariz, llamada hoja nasal, es una especie de antena que le permite dirigir los ultrasonidos de su sistema de ecolocalización. Foto cortesía de Kassius Santos.

Pues bien, resulta que, según se desprende de un estudio realizado por Cristina MacSwiney, de la Universidad Autónoma de Yucatán, y Patricia Vilchis, Frank M. Clarke y Paul A. Racey, de la universidad británica de Aberdeen, en las zonas ganaderas los toolchés de los cenotes son fundamentales para la protección y conservación de especies de murciélagos raras o amenazadas.

La investigación, que se prolongó por un año, tuvo como propósito completar el inventario de especies de esos mamíferos voladores en el norte de la península de Yucatán, así como determinar hasta qué grado la existencia de vegetación y cenotes contribuye a su abundancia en un lugar determinado. Para ello, se estudiaron 36 cenotes, cuevas y grutas, y se encontró que 17 del más de medio centenar de especies de murciélagos registrados en la región utilizan esos lugares como refugio, y que en algunos se concentran ejemplares de hasta nueve distintas especies.

Antes de esta investigación, se pensaba que los cenotes atraían a murciélagos insectívoros que aprovechaban la abundancia de insectos que vuelan sobre el agua, y a murciélagos frugívoros, nectarívoros y carnívoros que en la vegetación de los alrededores encontraban abundante y variado alimento.

Para verificarlo, se hicieron colectas de murciélagos en ocho lugares diferentes: dos cenotes situados en zonas ganaderas deforestadas y sembradas con pasto, otros dos ubicados en zonas de selva, y en cada uno de esos ambientes «”selva y campos ganaderos»” dos amplias áreas en las cuales no había cenotes, aguadas, lagunas ni otras fuentes de agua superficiales.

Los investigadores encontraron que en las zonas de selva, tuvieran o no cenotes, había similar abundancia de murciélagos, tanto en número de ejemplares como de especies. En cambio, en las zonas ganaderas se encontró mucho mayor cantidad de individuos y de especies ahí donde había cenotes que donde no los había. Y «”lo más importante»” se encontró también mayor cantidad de murciélagos de especies raras y amenazadas en los terrenos donde había cenotes. Incluso, los de algunas especies únicamente se colectaron en los cenotes, como el falso vampiro orejón Chrotopterus auritus y el murciélago orejudo Micronycteris schmidtorum, ambos considerados raros y escasos.

A juicio de los investigadores, lo que atrae a los murciélagos no es tanto el agua de los cenotes sino la vegetación que los rodea, o sea los toolchés. De aquí la gran importancia de conservar esas franjas arboladas, que a veces los ganaderos destruyen para facilitar el acceso de sus reses al agua. Esa vegetación no sólo contribuye a la protección y preservación de las poblaciones de murciélagos «”en particular, repetimos, de especies raras y amenazadas»”, sino también, como se subraya en el estudio, constituye una reserva de germoplasma. Es decir, de semillas y polen que «”transportados por los propios murciélagos»” contribuyen a la regeneración de las selvas.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 27 de febrero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.

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