Un pío banco en el ojo del huracán

ESCRUTINIO

Un pío banco en el ojo del huracán[1]

Juan José Morales

Oficialmente se le conoce con el anodino nombre de Instituto para las Obras de Religión (Istituto per le Opere di Religione). Pero se trata de un banco. El banco oficial del Vaticano, sobre el cual el papa Francisco acaba de ordenar una investigación a fondo de sus operaciones, que con demasiada frecuencia han estado marcadas por escándalos y sospechas.

Dado que es propiedad de El Vaticano, el IOR tiene carácter de banco de estado, por lo cual goza de un alto grado de inmunidad e impunidad en cuestiones legales. Pero, aunque el estado vaticano es una mininación, con sólo 800 habitantes, el IOR maneja enormes cantidades de dinero. Según el diario británico The Guardian, tiene activos por un billón y medio de dólares (millón y medio de millones de dólares), colocados principalmente en paraísos fiscales.

clip_image002Monseñor Nunzio Scarano, obispo de Salerno y encargado de administrar las vastas propiedades inmobiliarias del Vaticano. Fue arrestado por la policía italiana bajo acusaciones de lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, fraude y corrupción. Entre otras cosas, se descubrió que trató de trasladar ilegalmente 20 millones de euros de Suiza a Italia en un avión del gobierno italiano.

Y no sólo maneja tan cuantiosas sumas, sino que lo hace con tal opacidad que «”dice un estudio de la red de organizaciones sociales Voltaire basado en informes de los gobiernos de Alemania y Suiza»” El Vaticano, se ubica actualmente en el octavo lugar mundial entre los países que lavan dinero, superando a paraísos fiscales célebres en ese aspecto como Suiza, las Bahamas, Liechtenstein, Nauru y la República de Mauricio. Incluso, en 2012, el Departamento de Estado norteamericano puso al Vaticano en la lista de países «vulnerables» al lavado de dinero.

Creado hace poco más de 70 años, en 1942, por el papa Pío XII para manejar los cuantiosos recursos obtenidos a través de los concordatos que la Santa Sede firmó con el dictador nazi Adolfo Hitler y el fascista Benito Mussolini, el banco vaticano ha estado siempre bajo la sospecha de realizar muy turbias operaciones. Desde un principio, por ejemplo, se dijo que a sus arcas fueron a parar las fortunas de jerarcas nazis, inclusive dinero obtenido de la confiscación de bienes de los judíos perseguidos por el régimen hitleriano.

Uno de los más notorios directores de la pontificia institución bancaria, fue el arzobispo norteamericano Paul Marcinkus, a quien en 1971 el papa Paulo VI nombró presidente del IOR, pese a que no tenía ninguna experiencia en cuestiones financieras e incluso debió tomar a toda prisa un curso de seis semanas sobre finanzas en la Universidad de Harvard para familiarizarse con sus nuevas responsabilidades. Marcinkus no tardó en verse envuelto en oscuros negocios con un banquero italiano, Michele Sindona «”de quien era un secreto a voces que estaba vinculado con la mafia»” y con otro financiero italiano, Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, quien tras la escandalosa quiebra de éste en 1989, apareció ahorcado, colgado de un puente en Londres, en lo que a todas luces se trató de un asesinato que se quiso hacer pasar por suicidio y nunca fue aclarado.

Otro director metido en actividades no muy claras, fue el alemán Ernst Von Freyberg, a quien el papa Benedicto XVI destituyó en febrero de este año, poco antes de renunciar al pontificado. No se dieron a conocer las causas del cese, pero hubo versiones de que fue motivado por operaciones de lavado de dinero que ascendían a 33 mil millones de dólares.

Las cosas no pararon ahí. Hace unos meses, la policía italiana arrestó a Monseñor Nunzio Scarano, responsable de administrar las propiedades inmobiliarias de la Iglesia Católica, bajo acusaciones de fraude y de haber participado en una serie de operaciones de lavado de dinero y transacciones ilegales de fondos por mediación del IOR. Actualmente, Scarano «”a quien la prensa italiana bautizó «Monseñor 500» porque se encontró en su poder una gran cantidad de billetes de 500 euros»” se halla bajo arresto domiciliario en espera de ser sometido a juicio.

Y tras la detención de monseñor, se apresuraron a renunciar dos altos funcionarios del IOR: Paolo Cirpiani y su adjunto Massimo Tulli.

En fin, el Istituto per le Opere di Religione, el banco oficial del Vaticano, no goza precisamente del mejor prestigio, y hay quienes dicen que está tan carcomido por la corrupción que el papa Francisco lo considera insalvable y optará por liquidarlo.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 10 de diciembre de 2013

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