La realidad de los diablos, duendes y hadas

1 de abril 2015

Martin J. Clemens

¿Te has preguntado donde vino nuestra fascinación imperecedera con los seres míticos? Es sin duda una vieja noción; mucho más allá de los cuentos familiares de la Europa medieval. Y mientras que el interés en la idea sigue siendo relativamente alto, la creencia en su existencia parece menguar, aunque eso podría ser sólo un hipo temporal.

Por mucho que las creencias de la gente en hadas, elfos, gnomos, duendes, etcétera, pueda parecerle a usted como simplonas sujetándose a antiguas supersticiones, primero debe saber que cada mito contiene al menos una pequeña parte de verdad.

Eso no quiere decir que todas las afirmaciones de hadas mágicas son verdaderas y exactas. Sir Arthur Conan Doyle se encontró con su Cottingley Fairies incident, que por supuesto resultó ser un engaño total, aunque brillantemente ejecutado si tenemos en cuenta que los falsificadores eran niñas. No, la verdad no es tan obvia como que las hadas reales revolotean en los bosques soleados.

Sin embargo, en realidad pueden haber sido hadas y duendes y elfos, de cierto tipo.

Lo que hoy conocemos como deformidad congénita causada por mutación genética, que una vez fue pensado como magia, engaño y maldad. Las mismas condiciones genéticas que vemos hoy en día, aunque raras, también existieron en un momento en que la gente pensaba que nos reproducimos por homúnculos o incluso un milagro divino, y es un hecho que algunas de estas condiciones fueron mal interpretadas como evidencia de la existencia de estos seres míticos. Éstos son sólo algunos ejemplos.

Hay una condición conocida como Williams Syndrome, o el síndrome de Williams-Beuren (WBS), y causa una de las más extrañas deformidades mejoras que verás jamás. El nombre más común del síndrome de Williams es Personas Pixie, y hay una muy buena razón para ello. Las personas que sufren de WBS tienden a ser delgadas, personas finas con rasgos faciales que causan que se vean, superficialmente, como lo que pensamos como gente de hadas. Sin embargo eso no es todo.

También tienden a tener rasgos de personalidad que les causan a comportarse de una manera que parece apoyar la idea de que son una especie de ser mítico. Sin embargo, tenga la seguridad, que no lo son. Uno de los síntomas que definen la WBS es una tendencia a que los afectados son demasiado habladores, positivos y altamente empáticos. En otras palabras, a menudo son completamente desinhibidos socialmente, apareciendo casi irracionalmente felices en todo momento. También tienden a mostrar habilidades verbales impresionantes con grandes vocabularios, a veces haciéndolos parecer hiper-inteligentes, a pesar de que tienden a puntuar bajo en las pruebas estándar de coeficiente intelectual.

Sin embargo no todo son gomitas y polvo de hadas. Hay una serie de síntomas negativos, que van desde complicaciones respiratorias, problemas neuronales como la confusión visual-espacial, y una paranoia característica. La desventaja de su condición es a menudo que están mal equipados para vivir en forma independiente, tanto por razones psicológicas como fisiológicas.

Como se ha mencionado, nuestro conocimiento relativamente avanzado de la genética y el diagnóstico médico nos ofrece un punto de vista clínico que no estaba disponible para nuestros antepasados. Imagínese encontrarse con una persona con las características descritas anteriormente, pero sin saber nada acerca de los genes, la evolución, o incluso la ciencia en general. Usted probablemente saltaría a algunas conclusiones salvajes, y es posible que este tipo de encuentros se filtrara en su cultura como leyendas que van pasando hacia abajo y siendo distorsionadas a través de las edades.

¿Qué pasa si usted se encuentra con una persona con cuernos?

Ok, tal vez no estos cuernos

Incluso hoy en día podrías asustarte un poco, pero en realidad tal encuentro sería nada que temer. Hay una condición llamada cuerno cutáneo, y aunque no tiene un nombre muy creativo, explica la condición bastante bien. Los cuernos cutáneos son exactamente lo que estás pensando; cuernos que crecen a través de la piel, a veces en la cabeza. A menudo tienen el aspecto de hueso, pero a veces se parecen a la madera o incluso piedra, pero siempre están compuestos de queratina, que es lo mismo de lo que están hechos el cabello y las uñas, y los cuernos naturales de la mayoría de los otros animales.

Los cuernos cutáneos son en realidad un tipo de tumor, como una especie de verruga, a menudo benigna pero a veces maligna, y por lo general afecta a personas mayores de 60. Mientras la base del cuerno no es cancerosa, la persona a menudo no sufre ningún otro síntoma médico, y puesto que los cuernos no tienen nervios o vasos sanguíneos en ellos, pueden ser eliminados con bastante facilidad.

Ahora, ya que – para nosotros los mezquinos seres humanos – diferente significa malo, si usted encuentra una persona así, con un cuerno (o cuernos) de 24 centímetros que sobresale de su frente, su primer pensamiento probablemente sería algo así como «¿Qué chin..ga..dos?» Pero, de nuevo, usted finalmente concluirá que esta persona tiene una condición médica, en lugar de acusarla de ser el diablo. Sus antepasados no eran tan razonables. ¿Podrían condiciones como el cuerno cutáneo haber contribuido al paisaje icónico de folclore religioso?

Nelson de la Rosa y Marlon Brando en el plató de La isla del Dr. Moreau

¿Qué tal si conoce a un hombre que no es más alto que 71 centímetros (2 pies, 4 pulgadas), como el fallecido actor Nelson de la Rosa de la República Dominicana? Es posible que al principio le crea un niño, pero rápidamente iba a encontrar que él era en realidad un hombre adulto. Una vez más, usted probablemente reconocería que sufre de algún tipo de desarrollo genético anormal, en este caso enanismo primordial. Pero imagine un encuentro fugaz con un hombre pequeño en un mercado de la Edad de Bronce, sería una apuesta segura a que tu mente evocaría algunas soluciones fantásticas para la disonancia que ahora tiene. ¿Goblin? ¿Leprechaun? ¿Demonio?

El lamentable resultado de esos encuentros hipotéticos en épocas pasadas sin duda sería el miedo, la discriminación, y eventualmente la violencia. Y le tomaría sólo un pequeño puñado de esos encuentros en todo el mundo para despertar las leyendas coloridas que actualmente consideramos como supersticiones pintorescas. Pero si estas supersticiones tienen una base en la realidad, como las anteriores, entonces realmente no son supersticiosas, ¿verdad?

Imagínese lo que sabremos mañana que hará que los mitos de hoy parezcan tan tontos.

http://mysteriousuniverse.org/2015/04/the-reality-of-devils-and-goblins-and-fairies/