Cómo crear un ovni. Cómo una persona intentó construir un platillo volador

Cómo crear un ovni. Cómo una persona intentó construir un platillo volador.

Crea productos con temática de platillos voladores

Mercancía con temática de objetos voladores no identificados

Kyryll Maksymov

Los platillos voladores han formado parte de la cultura popular y han sido objeto de debate científico desde hace mucho tiempo. ¿Podrían los vehículos con forma de disco conocidos por los informes de ovnis convertirse en una realidad en la aviación moderna? A primera vista, la idea de un «platillo volador» resulta intrigante: el disco tiene una forma simétrica. Puede despegar verticalmente, maniobrar con rapidez e incluso alcanzar el vuelo horizontal. «Los platillos voladores podrían pronto ser más una realidad que una simple ciencia ficción», escribió el prestigioso sitio web Pshy.org en 2008.

imageCon este artículo, iniciamos una serie sobre «Cómo construir un ovni». En ella, examinaremos la solidez científica del concepto de aeronaves con forma de disco. Realizaremos un repaso histórico de los primeros intentos de crear tales vehículos, analizaremos los avances actuales, consideraremos eventos clave e intentaremos distinguir entre la realidad y los mitos.

Panorama de los intentos históricos

La idea de las aeronaves con forma de disco surgió mucho antes de los primeros informes sobre ovnis. Ya en la década de 1930, el ingeniero rumano Henri Coand?, famoso por descubrir el efecto Coand?, experimentó con el concepto de un «aerodino lenticular», un avión con un cuerpo en forma de disco. Durante la Segunda Guerra Mundial, Alemania también trabajó en aeronaves inusuales, pero nunca lograron despegar durante las pruebas.

imageConcepto de un avión lenticular creado por H. Coand? Imagen: imperialtransilvania

En la posguerra, la idea de los vehículos con forma de disco se retomó en Norteamérica. En colaboración con la Fuerza Aérea estadounidense, Avro Canada trabajó en el proyecto secreto VZ-9 Avrocar, una aeronave de despegue y aterrizaje vertical (VTOL) con forma de disco. El Avrocar tenía un diámetro de unos 5.5 metros y estaba equipado con un motor de turbofán central. Los diseñadores buscaron aprovechar el efecto Coand?: un chorro de gases de la turbina se dirigía a la periferia del disco y se curvaba a lo largo de su borde, creando un colchón de aire anular para la elevación. A baja altitud, el aparato debía colgar de este colchón de aire, como un skeg, y al acelerar, pasaría a vuelo horizontal, donde todo el disco funcionaría como un ala.

imageDiagrama del Avrocar del manual del VZ-9. Imagen: Wiki

En noviembre de 1959, el Avrocar voló por primera vez, pero posteriormente se descubrió que el vehículo presentaba graves problemas de estabilidad y empuje. Fuera del modo de vuelo estacionario a baja altitud (efecto colchón de aire), comenzó a oscilar violentamente; este fenómeno se denominó «efecto de placa volteada», donde el disco oscilaba incontrolablemente como una moneda girando sobre su canto. Las pruebas demostraron que, en cuanto el Avrocar se elevaba solo unos pocos pies, el colchón de aire perdía estabilidad. La aeronave nunca alcanzó altas velocidades ni un vuelo estable. A pesar de varias soluciones técnicas (como añadir estabilización giroscópica al ventilador e intentos de equipar el disco con quillas pequeñas), el problema no se resolvió por completo. En 1961, el programa Avrocar se cerró. Por lo tanto, los intentos históricos de crear platillos voladores tripulados en Estados Unidos y Alemania no fueron más allá de los prototipos o fracasaron. Sin embargo, proporcionaron a los ingenieros una valiosa experiencia y conocimiento de las complejidades asociadas con esta configuración.

Desarrollos modernos

A pesar de los fracasos del pasado, el interés por los vehículos con forma de disco no ha desaparecido. Hoy en día, los ingenieros están volviendo al concepto de «platillo volador» basándose en nuevas tecnologías. Uno de los proyectos modernos más famosos pertenece al profesor Subrata Roy de la Universidad de Florida. En 2006, propuso el concepto del llamado «Vehículo Aéreo Electromagnético Sin Alas (WEAV)«, una aeronave electromagnética sin alas con forma de disco. Con un diámetro de tan solo unos 15 cm, el dispositivo de Roy es capaz de generar sustentación, flotar y moverse sin ninguna pieza móvil. Este «miniplatillo volador» no está propulsado por hélices tradicionales ni propulsión a chorro, sino por plasma. La superficie del disco está cubierta con una serie de diminutos electrodos que ionizan el aire circundante a alto voltaje (decenas de kilovoltios). Esto crea un viento iónico: un chorro de aire cargado acelerado por un campo eléctrico (el principio de la electrohidrodinámica). Estas corrientes “bombean” el aire alrededor del dispositivo, creando circulación: el aire es aspirado desde arriba y expulsado horizontalmente y hacia abajo a lo largo de los bordes del disco.

imageIlustración del principio de funcionamiento y distribución de fuerzas en una aeronave electromagnética discoidal sin alas. Imagen: Wiki

En el diagrama, las flechas indican las principales fuerzas vectoriales:

  • W (Peso): el peso del dispositivo dirigido hacia abajo.
  • T (Empuje): empuje dirigido verticalmente hacia arriba.
  • F (Fuerza hacia adelante): fuerza dirigida hacia adelante (para movimiento hacia adelante).
  • D (Arrastre): una fuerza de arrastre que normalmente actúa en la dirección opuesta al movimiento.
  • La “espiral” beige en el centro indica la circulación de partículas cargadas o un campo magnético en su interior.

Esta corriente en chorro proporciona sustentación al disco y le permite levitar. Además, los flujos de aire arremolinados por el motor de plasma generan simultáneamente empuje, sustentación y estabilizan el dispositivo contra las ráfagas de viento. Cabe destacar que el WEAV de Roy no tiene timones ni hélices mecánicas; todas las funciones de control se realizan mediante electrónica, modificando el modo de funcionamiento de los grupos de electrodos. Esta aerodinámica activa permite una respuesta muy rápida a los flujos cambiantes y manteniendo la estabilidad. El proyecto del profesor Roy ha atraído la atención de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la NASA. Aunque el modelo de demostración es actualmente pequeño (15 cm) y solo puede elevar su peso unos pocos centímetros, los cálculos muestran que la tecnología puede ampliarse. En el futuro, estos «platillos» de plasma podrían, en teoría, ser más grandes y potentes, convirtiéndolos en drones de reconocimiento silenciosos, e incluso en vehículos tripulados.

Otro experimento moderno interesante es el proyecto rumano ADIFO (Objeto Volador All-Directional), presentado por los ingenieros Razvan Sabie e Iosif Taposu en 2019. ADIFO es un vehículo no tripulado en forma de disco de ~1.2 m de diámetro que puede realizar despegues y aterrizajes verticales y una transición suave al vuelo horizontal. Los ingenieros explican que eligieron la forma de disco no por la «moda ovni», sino por biomimetismo: el perfil de ADIFO se asemeja a la sección transversal del cuerpo de un delfín, optimizado para la aerodinámica. El dispositivo está equipado con cuatro ventiladores con conductos montados horizontalmente (como un cuadricóptero) para el vuelo estacionario y a baja velocidad. Para el vuelo horizontal, hay dos motores a reacción con toberas de empuje ubicadas detrás del disco. Estos motores pueden desviar el vector de empuje, lo que proporciona una alta maniobrabilidad. Además, se instalan pequeñas toberas laterales en los lados del disco para movimientos laterales rápidos y rotación alrededor del eje. Esta combinación de sistemas permite que ADIFO se mueva en cualquier dirección y cambie rápidamente el modo de vuelo.

*La biomímesis es la ciencia aplicada que aplica ideas de la naturaleza para crear tecnologías, materiales o diseños. Por ejemplo, el velcro se inventó observando bardanas.

imageDispositivo ADIFO durante pruebas de campo. Imagen: Razvan Sabie

Los creadores de ADIFO afirman que su disco podrá realizar un «nuevo paradigma de vuelo» a escala real. Según los cálculos de Sabie, la forma del disco tiene ventajas naturales a velocidades supersónicas: «una forma inusual es ‘natural’ para el vuelo supersónico«, dice. En su opinión, el cuerpo aerodinámico en forma de disco reduce potencialmente las ondas de choque* y, por lo tanto, puede evitar un fuerte estallido sónico al cruzar la barrera del sonido. Se supone que ADIFO puede realizar maniobras agudas (sacudidas laterales repentinas, giros instantáneos) y, al mismo tiempo, pasar suavemente del vuelo subsónico al supersónico. Hasta ahora, todas estas afirmaciones se basan en los resultados del modelado numérico y las pruebas de un modelo reducido, pero si el proyecto se desarrolla, puede implementar muchas ideas con las que los desarrolladores de platillos voladores solo han soñado antes.

*Las ondas de choque en aerodinámica son cambios abruptos en la presión del aire, la temperatura y la densidad que ocurren cuando un objeto se mueve más rápido que la velocidad del sonido.

Además de los proyectos de Roy y ADIFO, están surgiendo en el mundo otros desarrollos de vehículos aéreos no tripulados (UAV) con forma de disco. Por ejemplo, la startup estadounidense ZEVA Aero está creando un vehículo eléctrico monoplaza, ZEVA Zero, un eVTOL (despegue y aterrizaje vertical eléctrico) con forma de disco que despega verticalmente como un platillo volador y vuela lateralmente como un ala, alcanzando velocidades de hasta ~257 km/h.

imageModelado 3D del aparato ZEVA Zero. Imagen: Zevo

Diversos aficionados e investigadores también están experimentando con alas anulares y vehículos aéreos no tripulados (UAV) redondos como el Geobat. Por lo tanto, se puede decir que vivimos en una época en la que el concepto de «platillo volador» está experimentando un nuevo renacimiento, esta vez basado en las tecnologías y materiales más avanzados.

Analizando la historia, podemos ver que todos los intentos de crear aeronaves con forma de disco han encontrado serias dificultades. A pesar de ideas audaces y enfoques innovadores, ninguno de los proyectos ha tenido éxito debido a problemas de estabilidad, controlabilidad y aerodinámica. Pero ¿por qué ha resultado tan difícil implementar la forma de platillo? ¿Presenta defectos fundamentales que le impiden volar eficientemente? Para averiguarlo, debemos profundizar en los aspectos aerodinámicos de esta forma. Lea sobre ello en la siguiente sección.

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