Kit de detección de tonterías de Carl Sagan: Una caja de herramientas que puede ayudarte a separar científicamente el sentido del disparate

Kit de detección de tonterías de Carl Sagan: Una caja de herramientas que puede ayudarte a separar científicamente el sentido del disparate

6 de marzo de 2018

Probablemente no sea exagerado decir que las campañas masivas de desinformación y el antiintelectualismo desenfrenado constituirán una cantidad cada vez mayor de nuestra realidad política tanto hoy como en el futuro. Como escribió Hannah Arendt, la mentira política siempre ha estado con nosotros. Pero su alcance global, su especial vehemencia y su flagrante desprecio por la realidad verificable parecen innovaciones del presente.

Dada la vergonzosa riqueza del acceso a la información y a las herramientas educativas, quizá sea justo decir que la primera y última línea de defensa debería ser nuestro propio razonamiento crítico. Cuando no verificamos las noticias utilizando los recursos que todos tenemos a mano (supongo, ya que estás leyendo esto), la culpa de creer una mala información puede ser nuestra.

Pero muchas veces no sabemos qué es lo que no sabemos. No se puede culpar a los individuos de un sistema educativo inadecuado, y no hay que subestimar la casi imposibilidad de llevar a cabo investigaciones que requieren mucho tiempo sobre la veracidad de cada una de las afirmaciones que nos llegan, como intentar identificar gotas individuales mientras nos golpean en la cara con una ráfaga presurizada de información dirigida y contradictoria, a veces procedente de fuentes oscuras y poco fiables.

Carl Sagan comprendía la dificultad, y también entendía que la falta de pensamiento crítico no convertía a las personas en totalmente irracionales y merecedoras de desprecio. “No es difícil entender”, por ejemplo, por qué la gente cree que sus parientes siguen vivos de alguna otra forma después de la muerte. Como escribe sobre este fenómeno común en “The Fine Art of Baloney Detection”, la mayoría de las creencias sobrenaturales son sólo “humanos siendo humanos”.

En el ensayo, un capítulo de su libro de 1995 The Demon-Haunted World, Sagan propone un riguroso pero comprensible “kit de detección de tonterías” para separar el sentido del sinsentido.

– Siempre que sea posible, debe haber una confirmación independiente de los “hechos”.

– Fomentar el debate sustantivo sobre las pruebas por parte de defensores bien informados de todos los puntos de vista.

– Los argumentos de autoridad tienen poco peso: las “autoridades” han cometido errores en el pasado. Lo volverán a hacer en el futuro. Tal vez sea mejor decir que en ciencia no hay autoridades; como mucho, hay expertos.

– Haga girar más de una hipótesis. Si hay algo que explicar, piense en todas las formas diferentes en que podría explicarse. Luego piensa en pruebas con las que puedas refutar sistemáticamente cada una de las alternativas.

– Intenta no apegarte demasiado a una hipótesis sólo porque sea tuya. Es sólo una estación de paso en la búsqueda del conocimiento. Pregúntate por qué te gusta la idea. Compárala equitativamente con las alternativas. A ver si encuentras razones para rechazarla. Si no lo haces tú, lo harán otros.

– Si lo que estás explicando tiene alguna medida, alguna cantidad numérica asociada, serás mucho más capaz de discriminar entre las hipótesis que compiten. Lo que es vago y cualitativo está abierto a muchas explicaciones.

– Si hay una cadena de argumentos, todos los eslabones de la cadena deben funcionar (incluida la premisa), no sólo la mayoría de ellos.

– La navaja de Occam. Esta práctica regla nos insta a elegir la más sencilla cuando nos enfrentamos a dos hipótesis que explican los datos por igual. Pregúntese siempre si la hipótesis puede ser, al menos en principio, falsada… Hay que ser capaz de comprobar las afirmaciones. Los escépticos empedernidos deben tener la oportunidad de seguir tu razonamiento, de duplicar tus experimentos y ver si obtienen el mismo resultado.

Llamando a sus recomendaciones “herramientas para el pensamiento escéptico”, expone un medio para compensar las fuertes pulsiones emocionales que “prometen algo parecido a la religión de antaño” y reconocer “un argumento falaz o fraudulento”. En la parte superior del post, en un video producido por Big Think, se puede escuchar al escritor y divulgador científico Michael Shermer explicar el “kit de detección de falacias” que él mismo adaptó de Sagan, y justo arriba, leer la propia versión de Sagan, abreviada en una breve lista (léala completa en Brain Pickings).

Como muchos otros divulgadores científicos después de él, Sagan estaba muy preocupado por la influencia de las creencias religiosas supersticiosas. También preveía un futuro próximo muy parecido al nuestro. En otra parte de The Demon-Haunted World, Sagan escribe sobre “los Estados Unidos en la época de mis hijos o nietos…, cuando los asombrosos poderes tecnológicos estén en manos de muy pocos”. La pérdida de control sobre los medios de comunicación y la educación hace que la gente “sea incapaz de distinguir entre lo que se siente bien y lo que es verdad”.

Este estado implica, según él, un “deslizamiento… de vuelta a la superstición” de la variedad religiosa y también una “celebración de la ignorancia” general, de tal manera que las teorías científicas bien fundamentadas tienen el mismo peso o menos que las explicaciones inventadas sobre la marcha por autoridades a las que la gente ha perdido la capacidad de “cuestionar con conocimiento de causa”. Es un escenario aterrador que puede que no haya llegado a producirse del todo… todavía, pero Sagan sabía tan bien o mejor que nadie de su época cómo abordar una epidemia social tan potencial.

https://www.openculture.com/2018/03/carl-sagans-baloney-detection-kit.html

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