A los 25, Desiree Jennings era una vendedora exitosa que estaba casada con un hombre guapo y fungía como embajadora de las porristas de los Redskins de Washington. Sin embargo, Jennings se hizo famosa en 2009, en medio del susto de la gripe porcina, cuando empezó a mostrar síntomas preocupantes después de tomar una vacuna contra la gripe. En pocos días, Jennings se disolvió en una mujer indefensa propensa a espasmos musculares, problemas del habla y dificultades para caminar. Jennings dijo que ella había sido diagnosticada con distonía, una enfermedad neurológica, y que fue causada por la vacuna.
Los videos de Jennings se hicieron virales en YouTube, y aunque hubo algunos abucheos de «Wobblegirl», la mayoría de las respuestas eran de simpatía, porque incluso en la Internet había problemas para justificar burlarse de ella.
No es que se abstuvieran de publicar propuestas sexuales o enlaces a Loose Change en la sección de comentarios.
La gente empezó a alejarse de la vacuna contra la gripe después de ver a Jennings entrevistada en Inside Edition. Sin embargo, los neurólogos que examinaron los videos comenzaron a cuestionar su diagnóstico. Los síntomas de Jennings parecían ser diferentes cada día y no estaban en consonancia con una verdadera condición de distonía.
La controversia resultante hizo que Jennings se convirtiera en una «poster girl» para el movimiento contra la vacuna. Generation Rescue una organización de neurólogo a cargo de la actriz Jenny McCarthy, se manifestó en apoyo a la causa de Jennings. Mientras tanto, Jennings fue a ver al Dr. Rashid Buttar, que se especializa en «tratamientos» alternativos, tales como cámaras hiperbáricas, quelación de metales pesados e inyecciones de la orina del propio paciente.
Luego de unos días, Jennings publicó un video que mostraba que ella había hecho notables progresos y hablaba normalmente. Pese a las afirmaciones de Buttar de haber curado a Jennings, su recuperación parecía confirmar las críticas de los escépticos, ya que la distonía es una enfermedad incurable.
Irónicamente, después de que Generation Rescue desafió a los periodistas a revisar las afirmaciones de distonía en el Vaccine Adverse Effect Reporting System (VAERS), los periodistas hicieron exactamente eso y encontraron el informe VAERS de Jennings, que no mostraba un diagnóstico de distonía, sino más bien que el neurólogo que ella vio creía que su condición tenía un «fuerte componente psicógeno».
En otras palabras, su propio cerebro tenía más que ver con sus problemas que cualquier vacuna.
Al final, Inside Edition hizo un seguimiento del caso observando que Jennings caminaba normalmente, iba de compras e incluso conducía. Cuando se enfrentó con el reportero, Jennings, de repente comenzó a mostrar síntomas de nuevo, caminando hacia los lados y hablando con un acento australiano, que dijo es el resultado de una «incapacidad para pronunciar palabras». La entrevista terminó cuando Jennings se metió en su coche, se rió y le pidió al camarógrafo que no la filmara porque «creo que se supone que no debo estar conduciendo». De pronto no tenía acento.
Si bien no está claro si los síntomas de Jennings son falsos o simplemente sufre de un delirio, en cualquier caso, tomar una vacuna contra la gripe, probablemente no te convertirá en una celebridad, e incluso si lo hace, no debes tratar de curarte mediante la inyección de tu propia orina.