Héctor Escobar S.
A mediados de 1980 iniciamos la elaboración del catálogo MEXCAT destinado a reunir de forma sistematizada, la mayor parte posible de reportes ovni provenientes de México. A tal fin procedimos a una exhaustiva revisión de fuentes en su mayor parte periodísticas. Dado que en México no han existido grupos formales que llevaran a cabo investigación de campo, dicha labor se limitó fundamentalmente a una revisión periodística en la cual se incluyeron libros, revistas y periódicos. En el primer caso se procedió a una revisión de aquellos materiales que incluyeran reportes sobre avistamientos ovni en México; aquí una de las principales fuentes fue Ovnis en Iberoamérica y España de Antonio Ribera, que recoge una serie de informes periodísticos principalmente de los años 1950, 1965 y 1967; otra fuente que aportó algunos datos fue Los ovni en México de Santiago García, obra muy breve que informa sobre algunas notas periodísticas de principios de los setenta. Igualmente fueron de utilidad publicaciones como Contactos Extraterrestres (1976-1982) que recogió una enorme parte de los informes y reportes generados en esas fechas, además de algunas o1ras revistas menores como OVNI, Oculto, Duda, Afirmaciones Extraterrestres, etc.
Luego de esta primera parte de la recopilación se pasó a una revisión hemerográfica centrándonos en los años 1950, 1965 y 1967, años en que teóricamente se habrían producido oleadas en México, encontrándose una relativamente amplia cantidad de material del cual ya hemos tratado[2]. Como la misión de revisar cada periódico desde 1947 a la fecha resultaba irrealizable, emprendimos la tercera etapa revisando algunos archivos hemerográficos de la Biblioteca Nacional, en donde aparecían recogidas noticias sobre diversos tópicos, desgraciadamente la extensión de estos archivos es muy pequeña 1970-1977, no obstante logramos recopilar algunos informes interesantes. Ante la dificultad de este trabajo optamos entonces por revisar sucintamente uno de los periódicos que desde sus orígenes ha difundido noticias sobre el fenómeno ovni La Prensa, revisión que llevamos a cabo desde 1947 a 1990 encontrando algunos materiales interesantes, pero nada que pudiera considerarse como una oleada de características similares a la de 1950 o 1965.
En este sentido, si bien el catálogo MEXCAT es la fuente más amplia de que dispone la ufología mexicana, es también un trabajo ampliamente deficitario por los innumerables factores que hemos descrito.
EL MEXCAT
El catálogo MEXCAT no es un catálogo sobre ovnis en sentido estricto, sino más bien un catálogo dedicado a recoger reportes sobre avistamientos ovni. En esta categoría entran desde investigaciones de campo ampliamente trabajadas a escuetos reportes de prensa, cartas dirigidas por particulares a revistas, etc. Todo ello implica que la cantidad y calidad de la información sea muy disímbola. Algunos reportes carecen incluso de los datos más elementales (fecha, lugar, nombre de los testigos), algunos de ellos, en especial los casos fotográficos, consisten en burdos fraudes[3], confusiones o similares; muchos casos corresponden pues a lo que Willy Smith ha llamado «casos fantasmas», muchos otros son «informes falsos» o «casos sin valor científico»[4].
La estructura del MEXCAT incluye un total de 8 campos:
Fecha: (día/mes/año);
Estado: (provincia mexicana);
Lugar: (Municipio y ciudad o poblado), actualmente se está llevando a cabo una clasificación por coordenadas;
Hora: Hora de México, tiempo de la montaña
Clase: Clasificación según Hynek (LD, LN, RV, CE1K, CE2K, CE3K), a esta clasificación se han hecho algunas modificaciones; por ejemplo la categoría CE2K sólo se utiliza para efectos físicos mensurables (huellas o efectos sobre el terreno), eliminando los efectos subjetivos (miedos, dolores, etc.) o efectos no directamente asociados al fenómeno ovni (p.ej. apagones, etc.) y se han añadido las categorías HS (reportes de humanoides no asociados a ovnis) y OI (aquellos casos fotográficos donde se reportan ovnis invisibles);
Testigo: Nombre de los testigos principales;
Bibliografía: fuente documental donde se encuentra el reporte;
Explicación: En caso de haberla;
Otros: Comentarios en general;
A la fecha, el catálogo MEXCAT cuenta con un total de 673 reportes, bastante lejos de los miles de informes que algunos ufólogos atribuyen a México, y mucho más lejos de los «1500 auténticos videos de ovnis» que Jaime Maussan dice poseer (aunque jamás haya mostrado más de 20). Esta desproporción nos da una buena medida del sensacionalismo y la exageración sin límites de algunos medios ufológicos mexicanos.
A esta altura el lector podría preguntarse qué utilidad tiene un registro tan vago, creemos que mucha pues nos muestra el comportamiento psicosocial del fenómeno ovni en México; no importa que el ovni sea Venus, un pedazo de cohete o un fraude, sino que lo que MEXCAT nos señala es el desarrollo de estos reportes y nos da una buena medida de la atención de los medios a este tipo de informes. Además de lo anterior, el MEXCAT ha servido como fuente de información en caso de que se desee hacer una revisión de aquellos casos que pudieran parecer más prometedores. A este respecto se han elaboÂrado tres catálogos más amplios, el catálogo FOTOCAT, consistente en un archivo de los casos fotográficos de México que cuenta a la fecha con un total de 66 casos[5] y que incluye un archivo fotográfico computarizado. Igualmente se ha desarrollado un catálogo de casos de aterrizaje ATECAT, un catálogo de humanoides HUMACAT. Igualmente se ha procedido en parte a la re-encuesta de casos de alto interés. De ellos se ha obtenido un pequeño reporte de casos de alto interés y credibilidad que serían los posibles ovnis, este catálogo cuenta con un total de 22 reportes (3.26 % del total) y se encuentra en proceso de contra encuesta. Desgraciadamente, la ausencia de recursos materiales y humanos, por un lado, y por otro la distancia en el tiempo de muchos de estos infames, han hecho que éste sea un proceso enormemente lento.
DISTRIBUCIÓN ANUAL DE LOS REPORTES OVNI
La Tabla 1 nos muestra la distribución anual de los reportes ovni de 1947 a 1994, mismos que se ilustran en la Figura 1. Se trata de un total de 640 reportes, la diferencia de 33 reportes corresponde a aquellos casos de los que no se poseen referencias con respecto a la fecha (ni siquiera año). Si hiciéramos un promedio, notaríamos que éste sería de 14.3 observaciones por año. La moda (el dato que más se repite) serían el 0 y el 2 (8 veces c/u). Tomando en cuenta el promedio, es claro que podemos obtener aquí tres grupos de años. Aquellos que se encuentran notoriamente por encima del promedio, aquellos que se encuentran en el promedio y aquellos otros que se encuentran por debajo del promedio. Sería el primer grupo, años por encima del promedio el que llamaría nuestra inmediata atención y aquí encontramos (en orden descendente) a: 1965, 1978, 1979, 1950, 1994, 1980, 1993, 1977, 1976 y 1992.)
La Figura 1 muestra algunos detalles interesantes, por ejemplo dos picos aislados; 1950 (60 casos) y 1965 (80 casos) con una mediación de 15 años y dos picos in crescendo, el primero que va de 1973 (17 casos) hasta alcanzar un máximo en 1978 (76 casos) para luego descender, más o menos abruptamente, hasta 1981 (15 casos). El segundo de estos picos corresponde a los años 1992 (23 casos) 1993 (40) y un máximo en 1994 de 46 casos. Aunque no se incluyen en la tabla, en el momento de escribir este artículo (agosto de 1995), el año 1995 registra 4 reportes; muy por debajo de los años precedentes.
¿Qué conclusiones podemos extraer de estos datos? Lo primero que parece notorio es la existencia de un ciclo de más o menos 13-Â15 años (1950-1965-1978-1994) que parece altamente intrigante, pero trataremos de explicar más adelante. Un segundo dato de interés es que las «oleadas», muestran un comportamiento bastante curioso. Las dos primeras oleadas 1950 y 1965 se concentran en un periodo muy corto de tiempo. Así 1950 tiene 60 reportes de los cuales 49 (81.6 %) corresponden a marzo y 1965 tiene un total de 80 reportes concentrados entre los meses de julio a octubre. Los años inmediatamente anteriores y posteriores poseen índices muy bajos (2 casos para 1951 y 49 y 1 caso para 1964 y 66)[6]. Esto contrasta ampliamente con los otros dos picos (1977-1979 y 1992Â-1994), en los cuales la distribución sigue un orden muy distinto. En estos casos, los informes aparecen concentrados en un periodo de años relativamente amplio por encima del promedio 1973-1981 (304 informes) para el primer grupo y 1992-1994 (109 informes) para el segundo grupo.
Los datos aquí analizados parecerían corresponder a una serie de posibles interpretaciones. Por un lado podría tratarse de la existencia de algún ciclo catorcenal de origen desconocido (p.ej. el ciclo bianual de Buelta y Ribera relacionado con la oposición marciana, algún ciclo solar, o «los macabros planes de las extraterrestres» como diría Freixedo). Sin embargo, otra explicación nos parece más parsimoniosa.
En 1950 y 1965 los informes sobre avistamientos se recogen fundamentalmente en periódicos, en tanto que en el ciclo 1973-1981 y en el ciclo 92-94 el público mexicano cuenta con numerosas fuentes donde dar a conocer sus avistamientos. Así en el primer caso tenemos las revistas Duda (1970-1993), Contactos Extraterrestres (1976-1982) y OVNI (1979-1980) y otras de menor envergadura; y en el segundo, la revista Reporte OVNI (1992 a la fecha). Esta condición implica que el fenómeno parece depender en 1950 y 1965 de una fiebre ovni desencadenada por los periódicos (p.ej. el caso del planeta Venus en 1950). Una vez que los periódicos se desentienden rápidamente del problema, dejan de abrir espacio a este tipo de información, luego que se ha producido una saturación de noticias (los ovni no siempre venden). En el segundo caso, al haber un medio permanentemente abierto a este tipo de informes, la gente tiende a dar noticia de avistamientos, siendo mayor la cantidad de informes correspondientes a los años en que circularon las revistas y disminuyendo paulatinamente conforme nos alejamos (hacia atrás) de los años de circulación (p.ej. si hay una revista puedo sentirme tentado a reportar con mayor facilidad un caso reciente que uno antiguo). Así hay una gran cantidad de informes en 1977, 1978 y 1979; o en 1992, 1993 y 1994. Pero igualmente esto llega a un pico (1978 y 1994) y de ahí empieza a descender, llevando incluso a la desaparición de las publicaciones. Esto resulta muy claro en el caso de Contactos Extraterrestres, que aparece a fines de 1976 y desaparece en 1982. Una serie de informes que recibieron gran publicidad (Carlos Antonio de los Santos (1976), Rafael Pacheco Pérez (1977), El ovni de Puebla (1977)), así como la aparición del filme Encuentros Cercanos (junio 1978) y una avioneta publicitaria, sensibilizaron altamente al público sobre el fenómeno ovni[7], pero este interés se extinguió paulatinamente, lo cual correlaciona con la disminución de datos que se observa desde 1979 a 1982 y que terminó con la desaparición de dicha revista. Esta distribución sigue un modelo similar al propuesto por Ballester y Fernández (Figura 2a)[8] para la modulación social de las oleadas, aunque de manera inversa; pues en dicho modelo se supone un nivel real de actividad ovni (A) y una distorsión (B) ocasionada por prensa o hechos puntuales altamente publicitados.
En nuestro caso proponemos el modelo de la Figura 2b, en el cual hay una actividad «real» constante (A), la existencia de un medio de difusión constante (C 1), en nuestro caso p.ej. Contactos Extraterrestres para 1976-1982 y Reporte OVNI para 1992-1995. Una serie de casos (a, b, c) motivan la aparición de este medio lo que implica un aumento de reportes y su gradual disminución posterior (B) hasta que el medio desaparece (C 2) y la actividad alcanza nuevamente su nivel previo (A).
Al parecer y según han indicado otras fuentes, la década de los 80, constituye lo que se ha llamado la década perdida en la ufología mundial, cosa que se confirma bastante bien en el caso mexicano, pues de 1980 a 1989 tenemos un total de 72 reportes (un promedio de 7.2 por año) un poco más de la mitad de la media mexicana. Si excluimos los años en donde hubo la presencia de Contactos Extraterrestres (80-81 y 82) el número se reduce a tan sólo seis reportes.
Algo análogo parece ocurrir a últimas fechas.
La explotación del supuesto ovni del eclipse (en realidad el planeta Venus)[9] llevó a que los mass media prestaran de nuevo atención al fenómeno, desencadenando de este modo toda una fiebre ovni. El hecho fue aprovechado por algunas editoriales que lanzaron a la venta una serie de revistas al respecto, la más sonada hasta el momento Reporte OVNI, que ha servido como receptora de una amplia cantidad de informes, en gran medida fraudulentos o producto de confusiones[10]. El comportamiento de la oleada 91-95 parece ser similar a la de su antecesora (76-80) aunque de menor extensión. El escaso número de reportes en 1995, parece indicar la pronta saturación de los medios respecto al tema ovni. Basándonos en lo anterior, podemos predecir que para 1996 el fenómeno regresará a sus niveles previos y se extinguirá más o menos rápidamente (en menos de 2 años); ello llevará a la desaparición de Reporte OVNI. Esto ocurrirá así a menos que algún evento espectacular vuelva a atraer la atención de los mass media sobre el tema.
No me arriesgo a sostener la existencia prospectiva del ciclo 13-15 años pues no puedo explicar tal ciclo, salvo que argumentáramos la existencia de algún fenómeno físico que siguiera una periodicidad de este tipo o algún ciclo psicosocial aún desconocido, en cuyo caso podría presentarse alguna nueva oleada entre 2005 y 2008. Esta segunda hipótesis, la del comportamiento psicosocial, parece más probable que la de un ciclo natural, pues, por mero divertimento se nos ha ocurrido comparar la distribución de los casos mexicanos con los datos obtenidos por Bruno Mancusi[11] para un país radicalmente distinto de México: Suiza. Para hacerlo superpusimos ambos datos (Figura 3); sin encontrar la menor relación, salvo un acusado descenso en la década de los 80.
DISTRIBUCIÓN HORARIA
Los informes ovni en México presentan la distribución horaria que se aprecia en la Figura 4, en donde se puede ver una preeminencia de casos nocturnos 18-23 horas, lo que parece confirmar los resultados de otros estudios similares[12].
Aquí podemos establecer que esta relación se debe a que el cielo nocturno se presta mucho mejor a observar luces y en segundo caso a la actividad. Las horas 17 a 23 son horas en que la gente anda en la calle (sale del trabajo) en tanto que el decrecimiento a partir de las 01:00 a las 6:00 se debe a que la gente está durmiendo; a las 7:00 hay un aumento pues la gente sale a trabajar, igualmente entre 11 y 13 hay un pico pues es hora de comer, este pico se debe fundamentalmente a un gran número de casos ocurridos entre esas horas en la oleada de 1950, los cuales ya hemos explicado como el planeta Venus[13].
DISTRIBUCIÓN MENSUAL
La Figura 6 ilustra la distribución mensual de los informes ovni, como vemos se identifican dos meses pico, marzo (en donde más de la mitad de informes corresponde a los 49 casos de 1950) y septiembre. Parece haber aquí cierta similitud con los datos de Mancusi[14] pero no con los de Petujov[15] ni tampoco con los de Ramírez[16] (Figura 5). En México parece haber una relación ovnis equinoccios, pero además es una relación que parece tener que ver con días festivos (marzo-abril semana santa) y (septiembre independencia de México). ¿Se ven más ovnis en las vacaciones?
DISTRIBUCIÓN TIPOLÓGICA
La distribución tipológica del MEXCAT se ilustra en la Figura 6, donde vemos que del total de 673 informes, 164 (24.3 %) pueden calificarse como Luces Nocturnas; 125 (18.5 %) pueden considerase Luces Diurnas; 33 (4.9 %) corresponden a encuentros del primer tipo; 20 (2.97 %) corresponden a encuentros del segundo tipo (huellas); 6 (0.89 %) a encuentros del tercer tipo; 2 (0.29 %) a encuentros del cuarto tipo (abducciones); 3 reportes (0.44 %) casos Radar/visual; 3 reportes (0.44%) humanoides no asociados a ovnis y 16 casos (2.37 %) a ovnis invisibles; la mayor parte de estos últimos informes recogidos por Chita Rodríguez de Reporte OVNI[17], todos ellos totalizan 372 casos (55.27%) del total, los restantes 301 casos (44.73 %) carecen de datos suficientes para ser clasificados.
[1] Publicado originalmente como Escobar Sotomayor Héctor, El Proyecto Mexcat, Perspectivas Ufológicas, Año 2, No. 6, septiembre de 1995. Págs. 50-57.
[2] Escobar, H. La oleada de 1950, y la Oleada de 1965 ambos en este mismo número. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/09/la-oleada-de-1950/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-final/
[3] Escobar H. Casos fotográficos en México, Perspectivas Ufológicas, No. 3, Págs. 27-32 y Perspectivas Ufológicas, No. 4, Págs. 38-45. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/casos-fotogrficos-ovni-en-mxico-2/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/evidencia-fotogrfica-en-mxico-2-parte/
[4] Smith, W. La naturaleza de los informes ovni, Cuadernos de Ufología, N° 4, 2° época, Págs. 35-39.
[5] Escobar H. Casos fotográficos en México, Perspectivas Ufológicas, No. 3, Págs. 27-32 y Perspectivas Ufológicas, No. 4, Págs. 38-45. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/casos-fotogrficos-ovni-en-mxico-2/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/evidencia-fotogrfica-en-mxico-2-parte/
[6] Escobar, H. La oleada de 1950, y la Oleada de 1965 ambos en este mismo número. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/09/la-oleada-de-1950/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-final/
[7] Ver este número, Escobar, H. La oleada 1977-1979. Artículo en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/encuentros-cercanos-la-oleada-1977-1979-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/11/encuentros-cercanos-la-oleada-1977-1979-final/
[8] Ballester, V; Fernández, J.; Enciclopedia de los encuentros cercanos con ovnis, pp. 360. y ss, Plaza & Janes, España, 1987.
[9] García, O. El ovni del eclipse, Perspectivas Ufológicas, No. 3, pp. 33-47 y Perspectivas Ufológicas, No. 4, pp. 14-20.
Escobar, H. De ovnis eclipses y contactados, Perspectivas Ufológicas, No. 4, pp. 21-25. Artículo em internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/07/de-ovnis-eclipses-y-contactados/
[10] Escobar, H. Evidencia fotográfica en México 2° parte, Perspectivas Ufológicas, No. 4, pp. 38-45. Artículo en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/evidencia-fotogrfica-en-mxico-2-parte/
[11] Mancusi, B. Les observations suisses en Quelques Chiffres, en Pinvidic, T. Ovni, vers une anthropologie de un mythe contemporain, Heimdal, Francia, 1993.
[12] Mancusi, B. Les observations suisses en Quelques Chiffres, en Pinvidic, T. Ovni, vers une anthropologie de un mythe contemporain, Heimdal, Francia, 1993.
Petujov, A. El fenómeno ovni en el espejo de la estadística, Aura Z, año 2, N° 1, pp. 28-37.
Ramírez, J. Notas estadísticas de la actividad ovni en la península ibérica durante el año 1977, Stendek, No. 34, pp.28-32.
[13] Escobar, H. La oleada de 1950, y la Oleada de 1965 ambos en este mismo número. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/09/la-oleada-de-1950/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-primera-parte/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/10/la-oleada-de-1965-final/
[14] Mancusi, B. Les observations suisses en Quelques Chiffres, en Pinvidic, T. Ovni, vers une anthropologie de un mythe contemporain, Heimdal, Francia, 1993.
[15] Petujov, A. El fenómeno ovni en el espejo de la estadística, Aura Z, año 2, N° 1, pp. 28-37.
[16] Ramírez, J. Notas estadísticas de la actividad ovni en la península ibérica durante el año 1977, Stendek, No. 34, pp.28-32.
[17] Escobar H. Casos fotográficos en México, Perspectivas Ufológicas, No. 3, Págs. 27-32 y Perspectivas Ufológicas, No. 4, Págs. 38-45. Artículos en internet, https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/casos-fotogrficos-ovni-en-mxico-2/
https://marcianitosverdes.haaan.com/2011/06/evidencia-fotogrfica-en-mxico-2-parte/