IMPACTO AMBIENTAL
Una dama ciega en peligro de extinción[1]
Juan José Morales
La dama blanca ciega «”como la bautizó el biólogo Miguel Navarro«” era conocida por los mayas desde hace siglos, que la llamaban sak kay, pero para la ciencia comenzó a existir oficialmente apenas en 1936, cuando fue identificada como especie. Y a menos de 80 años de su incorporación a los registros zoológicos, se encuentra ya seriamente amenazada de extinción.
Estamos hablando de cierto pez endémico de los cenotes de la península de Yucatán «”es decir, que no existe en ningún otro lugar del mundo más que en esta región»” y que en la nomenclatura científica se conoce como Ogilbia pearsei. Navarro la llamó dama blanca ciega por su singular aspecto: totalmente blanca debido que, como habita la oscuridad de las aguas subterráneas, carece por entero de pigmentación en el cuerpo, y ciega porque también carece de ojos, que le resultarían inútiles en su medio ambiente.
Un ejemplar de sak kay, Ogilbia pearsei. Como vive en la oscuridad absoluta, carece de ojos así como de pigmentos en la piel. Por ello es totalmente blanco, pero al ser expuesto a la luz adquiere una peculiar tonalidad rosada iridiscente.
No es muy grande. Mide apenas unos diez centímetros y es muy escasa. En lo más recóndito de cada cenote se encuentran, si acaso, unos pocos ejemplares. Y, por supuesto «”siendo tan pequeña y escasa»” no tiene ningún uso como alimento. Su valor es de carácter científico.
En opinión del biólogo mexicano Juan Jacobo Schmitter-Soto, el sak kay desciende de un pez del mismo género que habita los arrecifes coralinos del Caribe, el Ogilbia cayorum. Al emerger la península del mar en los últimos millones de años, algunos ejemplares quedaron atrapados en las cuevas inundadas y a lo largo de los siglos, sus descendientes fueron adaptándose gradualmente a la vida en agua dulce y a las condiciones de oscuridad total hasta adquirir nuevas características acordes con su medio ambiente, como son la falta de pigmentación y de órganos visuales. Y a falta de ojos, desarrolló órganos sensoriales bajo la piel de la cabeza, que le permiten detectar a los pequeños animales con los que se alimenta, principalmente crustáceos.
Como decíamos, la dama blanca ciega fue identificada como nueva especie en 1936 durante las primeras exploraciones científicas en gran escala de la fauna de los cenotes por el científico norteamericano A.S. Pearse, de la Institución Carnegie de Washington. Y fue precisamente por su apellido que se denominó pearsei a la nueva especie.
Decíamos también líneas atrás que el sak kay se encuentra seriamente amenazado de extinción. Ello se debe a diversas razones. Por un lado, como es carnívoro y en las aguas subterráneas no hay muchos animales, la consecuente falta de alimento impide que sus poblaciones sean muy nutridas. En segundo lugar, se enfrenta a la competencia por el espacio y las presas de otro pez carnívoro habitante de los cenotes: el bagre Rhamdia guatemalensis. Otro factor adverso es su baja capacidad reproductiva. Es ovovivíparo «”los huevos se desarrollan dentro de la hembra»” y en cada avivamiento da a luz sólo de dos a once crías. Y en los últimos tiempos, la dama blanca ciega ha sufrido un grave deterioro de su medio ambiente debido a la contaminación de las aguas subterráneas con sustancias químicas, aguas negras y otros materiales, y «”particularmente en los cenotes de las zonas turísticas de Quintana Roo»” por la constante intrusión de buzos, cuyas luces permiten que sean seguidos por otros peces carnívoros capaces de depredar a la dama blanca o competir con ella por el alimento.
Es por eso que esta especie única en el mundo, descubierta por la ciencia ya entrado el siglo XX, se encuentra seriamente amenazada de extinción y requiere medidas especiales de protección.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 22 de noviembre de 2013