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La raya en el agua

LA RAYA EN EL AGUA[1]

En México es común decir al mesero que apunte la cuenta de consumo en el hielo. Con menos frecuencia se dice «te lo firmo en el agua». La idea es que al deshacerse el hielo, o la imposibilidad de escribir en el agua, nuestra cuenta de consumo desaparezca. Pero, ¿realmente no se puede escribir sobre el agua?

Lo que contaré a continuación puede hacer que lo pensemos dos veces.

Este es un bonito enigma que aún no ha sido corrompido por las revistas para-anormales. Supe de él hace ya varios años. He visitado el sitio en varias ocasiones (la primera en un viaje familiar, la segunda sólo para sacar fotos). No he hecho una buena investigación, pero creo tener la respuesta al enigma.

A no más de 100 kilómetros de la ciudad de México, o a 15 kilómetros de la ciudad de Toluca, capital del Estado de México, se encuentra el pueblo o Villa de Almoloya de Juárez, capital del municipio del mismo nombre. Almoloya es vecina de los municipios de Ixtlahuaca, San Felipe del Progreso, Zinacantepec, Temoaya, Toluca, Villa Victoria y Amanalco de Becerra.

Desafortunadamente el lugar es más conocido porque en sus inmediaciones se encuentra la prisión de máxima seguridad que llevaba su nombre. En dicha prisión se encuentran presos entre traficantes de drogas y multiasesinos, algunos de los dirigentes políticos de antaño (incluso el hermano del expresidente Salinas se encontraba ahí).

A tres cuadras de la plaza de pueblo, en el Barrio de San Pedro, podemos visitar la iglesia o Santuario Ojo de Agua. Desconozco cuándo se fundó o quién la construyó (ya he dicho que no he hecho una buena investigación).

En el atrio de la iglesia, justo a 3 metros frente a la puerta, se encuentra una pileta de unos 10 o 12 metros de largo por 3 o 4 de ancho. Fue construida para dar cauce a un ojo de agua (manantial) que ahí nace. La pileta es resguardada por una barda, que separa los terrenos de la iglesia de unas piscinas, que se construyeron para aprovechar el agua del manantial. Para tal fin (trasvasar el agua de la pileta a las piscinas) se construyó un rebosadero que mantiene constante la cantidad de agua en la pileta.

Es la pileta la que capta nuestra atención. Ahí, en medio de ella, sobre la superficie del agua, se puede apreciar una raya en el agua.

Esta raya, por lo regular es una línea recta que cruza transversalmente la pileta. Para el ojo no prevenido puede pasar inadvertida. Realmente es un tanto difícil localizar la raya, pero una vez que se le ubica, uno se queda con la boca abierta ante el «prodigio».

La raya, como digo, está sobre la superficie del agua, y divide la pileta en dos zonas a las que llamaré: delantera y trasera. La primera es la más cercana a la puerta de la iglesia. El agua de la pileta tiene, además, varias propiedades curiosas (milagrosas las llamarían los periodistas de lo insólito).

La pileta es el hogar de varios peces. La mayor parte del tiempo los peces se encuentran en la zona trasera de la pileta. Es raro que naden por la zona delantera. Peces herejes que se alejan de dios.

Pero hay otros herejes: las algas y musgos que crecen por debajo del agua también se encuentran concentradas en la zona trasera.

Todavía más. Los «mosquitos esquiadores», aquellos que «patinan» sobre la superficie del agua, también pululan en la parte trasera y nunca en la delantera, en donde se hunden.

Sólo la limpieza se acerca a las puertas de la iglesia. La zona delantera no contiene una sola mota de polvo, hojas (la pileta está rodeada de árboles), o suciedad. Todas las partículas se acumulan en la zona trasera.

¿Les parece poco?

Dos nuevos efectos de los que me di cuenta esta semana[2] que fui a fotografiar la pileta en exclusiva para (Hápax, La Nave de los Locos, Mitos del Milenio, Dios!…), se vienen a sumar al insólito comportamiento de estas aguas.

El día de mi visita estaba lloviendo y hacía algo de aire (por eso en la foto la raya no se ve completamente recta). Pues bien, las gotas que caían en la zona trasera, como es normal, se fundían de inmediato con el grueso del agua. Pero las que caían en la parte delantera formaban una pequeña esfera que rebotaba durante fracciones de segundo antes de asimilarse al cuerpo del agua. Parecía el efecto Leidenfrost, que todas las amas de casa conocen y que producen al tocar las planchas calientes con los dedos mojados: las gotitas (perfectas y diminutas esferas) revolotean antes de desaparecer por evaporación.

Finalmente (por el momento), en la fotografía se puede apreciar este último fenómeno que voy a describir. Decía que el día en que tomé las fotografías estaba lloviendo. La zona trasera mantiene su superficie más tersa. La zona más cercana a la iglesia forma múltiples y pequeñas olitas que le dan un aspecto irisado y rugoso.

Para terminar.

¿Conocen en sus países, o en cualquier otro lugar del mundo, un fenómeno parecido a éste?
Yo supongo que es bastante común, pero es necesario observar bien y saber en dónde mirar para poder encontrar la línea.

Aclarando que, no es una broma, ni una historia inventada por mi. Las fotografías que anexo no están modificadas digitalmente. ¿Sabrían ustedes explicar el fenómeno?

INTERCAMBIO DE IDEAS VIA MAIL

Este fue mi primer comunicado a la lista Hápax sobre el asunto de la raya en el agua. Este mensaje recibió varias respuestas. La primera provenía del sociólogo Ignacio Cabria, quien me preguntaba:

Luis, ¿no es algo parecido a lo que sucede en las desembocaduras de ríos, donde se mezclan aguas de diferentes temperatura y salinidad, y ves separados a raya un agua mate y rugosa de un agua de superficie brillante?

Mi respuesta.

Nacho:

En otra parte de la geografía mexicana, en particular el Estado de Hidalgo, existen unas grutas contiguas (10 metros las separan). En una de ellas cae agua fría; en la otra caliente. Luego siguen su curso por unos 15 a 20 kilómetros hasta reunirse más abajo. Ahí, efectivamente, se puede ver una especie de raya. Pero esta no es una línea recta y abarca desde la superficie hasta el fondo.

Aquí, en el río de agua fría (hasta antes de reunirse con el de agua caliente) existen peces y algas. No recuerdo muy bien pero creo que esta agua es más clara. En el otro río, el de agua caliente, no tiene vida (macroscópica).

Al inicio de las grutas, a unos 20 metros por arriba, se encuentra un lugar de pozas de agua caliente: jacuzis naturales. Las grutas se llaman de Tolantongo[3], por si alguien le interesa visitarlas.

En el caso de la pileta a la que me he referido, el problema es diferente, porque el agua (toda ella) proviene de un único manantial. Es decir, no existen dos corrientes de características distintas.

También recibí respuesta de uno de los miembros de la Fundación Anomalia, Luis R. González:

Luis, hay un detalle que no mencionas y que me atrevo a «predecir»: el rebosadero está en la parte donde el agua esta más tersa, hay menos bichos, etc….


¿Acierto?

Querido tocayo:

Aciertas, e incluso ese detalle (perdón si se me escapó) nos da parte de la solución a este enigma (al menos la solución que creo haber encontrado).

Otro punto que se me olvidó comentar.

Decía que los peces pasan la mayor parte del tiempo en la parte más alejada del estanque. En tres ocasiones, por el rabillo del ojo, seguido del sonido de gotas al caer, he observado en la parte cercana de la pileta una especie de «chorrito». Un lugareño me indicó que los peces «escupen» agua para atrapar los moscos. Yo creo que, cuando un mosco novato se posa en el lado cercano, y comienza a hundirse, genera un «alboroto» en el agua y los peces llegan y se lo comen. Como en los acuarios caseros, los peces suben, sacan la boca, tragan, y se vuelven al fondo, todo ello en muy pocos segundos. Todo el movimiento genera un chapoteo. Este fenómeno no lo he observado (ni con el rabillo del ojo) en el lado más alejado de la pileta.

Sin embargo el marcador 3 a 0 no es el que me convence de esta nueva asimetría. Es la declaración del lugareño que me indica que eso es común de este lado del estanque. Con todos estos datos, ¿alguien tiene alguna idea de lo que está ocurriendo?

Nuevamente Nacho comentaba sobre este «misterio»:

El vigilante de la pileta debe estar comentando en otra lista el raro fenómeno de un tipo llamado Luis que se pasa las horas mirando el agua de su pileta 😀

Y una observación del editor de la revista Pensar, Alejandro Borgo:

Es más… un pez le debe decir a otro: cuando escupo el chorro de agua para atrapar a un mosco, aparece un tipo con un aparato en la mano y hace clic. !!!Qué comportamiento extraño el de esta piscina!!! :-DD

Tienen razón (Ale y Nacho). Los visitantes, el párroco y el monaguillo, capellán (o como se llame al que cuida la iglesia) me ven como un perfecto extraterrestre cuando, además de observar la pileta, me les acerco con una interminable lista de preguntas: ¿cuándo se supo del fenómeno?, ¿se construyó la iglesia luego que se descubrió el manantial?, ¿existe algún registro de posibles milagros debidos al agua de la pileta? (sólo he visto dos exvotos dentro de la iglesia), ¿se habían dado cuenta de que las gotas de lluvia causan un efecto distinto según el lado de la pileta que caen?, ¿hay algún libro, folleto, boletín… que de cuenta del fenómeno?…

Pero estos personajes hacen una cara de fuchi y me dan la espalda. Parece que desean que sólo me limite a admirar el fenómeno y fotografiar a los peces mientras escupen agua.

Para mañana o pasado comentaré lo que creo ocurre en la piscina.

MI HIPÓTESIS

Encontré que Almoloya, en lengua náhuatl, significa: «Lugar en que mana la fuente de agua» («atl» agua, «moloni» manar la fuente y «yan» lugar, lugar de donde emana el agua). No se si se refiera a que en el sitio existan varios manantiales, o sólo hace referencia a este pozo en la iglesia del barrio de San Pedro. Tampoco he encontrado si ya los otomíes conocían en particular este manantial, y de ahí su nombre. También supe que personal de la Universidad Nacional Autónoma de México realizó algunos análisis del «bulk» (seno) en ambos lados de la piscina.

El resultado: no existe diferencia.

No he tenido acceso a tal estudio, pero lo anterior indica que la respuesta NO está en el bulk, sino sobre la superficie, y (afirmo) no es un hilo.

Dicho lo anterior, pongo a su consideración la siguiente hipótesis que, creo, puede explicar el asunto de la raya en el agua. Todo se debe a un tensoactivo.

No me refiero aquí a moléculas del tipo del dodecilbensensulfonato de sodio, lauril sulfonato de sodio, alquil sulfonato de sodio, o sustancias artificiales similares. Uso el término de tensoactivo de una manera más general, como grasas, aceites, solventes o cualesquiera que tengan la capacidad de modificar la tensión superficial del agua. En este caso en particular me refiero en particular a una sustancia natural, que permita que el agua «moje» o «humecte» más.

Mi suposición es que los organismos vegetales, o algunos de los peces, generan este tensoactivo, y que este es el causante de los «milagros».

La mayoría de los tensoactivos tienden a quedar sobrenadando en la superficie, formando una capa monomolecular de tan sólo unas micras de grosor.

De esta manera tenemos la formación de una interfase, que se forma en la parte inferior de la capa monomolecular del tensoactivo, uno de cuyos costados es la famosa Raya en el Agua.

La forma más estable de la raya es la línea recta. Esto se debe a un equilibrio de tensiones a ambos lados de la raya. Sólo en el caso de que exista viento, turbulencia o algún agente externo, la rectitud de la raya se verá afectada.

Esta sería la primera parte en mi hipótesis. Pero, veamos como se podrían explicar los demás fenómenos:

– La limpieza de la parte de la pileta más cercana a la iglesia.

El polvo y las pequeñas partículas que caen de este lado de la pileta, son recubiertos con el tensoactivo; el agua los moja, y se hunden. Los que logran flotar, van siendo alejados por la corriente, hacia el rebosadero. El resultado final es la limpieza de este lado de la pileta.

– Los moscos patinadores.

Como decía, la mayor parte de los mosquitos se encuentran «patinando» en la parte alejada de la pileta. Los que se atreven a «patinar» en la parte opuesta sufren el siguiente contratiempo: el tensoactivo disminuye la tensión superficial del agua, permitiendo que ésta moje de manera más eficaz las patitas de los moscos. Los moscos comienzan a hundirse y agitan sus alas para emprender el vuelo.

– Los peces que «escupen» agua.

Cuando los mosquitos dan sus «manotazos de ahogado» (pataletas de ahogado), los peces se dan cuenta y salen a comer: escupen agua o saltan para atrapar a los mosquitos.

– La asimetría en la población de la pileta.

Las algas y organismos vegetales acuáticos, junto a los peces, viven en la parte alejada de la pileta. Seguramente la capa monomolecular del tensoactivo forma un filtro que polariza o que impide el paso de ciertas longitudes de onda de la luz solar. Tal vez esa parte del espectro, que es filtrada, es necesaria para la vida de las plantas. Los peces comen estas plantas, por lo que la mayor parte del tiempo se encontrarán de ese lado de la pileta. Sólo pasarán al otro lado cuando tienen la oportunidad de atrapar a un mosquito.

– La asimetría que se presenta en época de lluvia.

Las gotas de agua que caen en la parte alejada de la pileta, encuentran el mismo elemento, por lo que se asimilan fácilmente. Las que caen en la parte delantera de la pileta, encuentran una sustancia diferente, por lo que primero tienen que vencer ese potencial antes de formar parte del agua de la piscina. Incluso creo que se debe formar una capa de agua que sobrenade la del tensoactivo (haciendo una especie de sándwich, con una de las rebanadas de pan-agua, muy delgada). Esa capa de agua no atraviesa el tensoactivo, fluye muy lentamente hacia la parte alejada de la piscina: por eso la superficie se ve mucho más agitada.

– Los resultados negativos encontrados por la gente de la UNAM

No encontraron nada porque los análisis se hicieron en el bulk. Se debe analizar la superficie del agua.

Pero lo más extraño de todo esto, según mi personal punto de vista, es que no se ha comercializado el asunto. La iglesia no saca (visiblemente) provecho alguno de este fenómeno.

ALGUNAS IDEAS PARA LOS «IMBESTIGADORES»

Afortunadamente, tampoco se han presentado algunos periodistas españoles con odómetro en los zapatos (o de tercera, generación) que hayan escrito artículos o libros sobre el asunto.
En este sentido creo que la razón es la siguiente: no se ha publicado ningún folleto que informe del «milagro»; no existen artículos o libros; no hay tradición, exvotos; en fin, no existe algo firme en qué basarse (plagiar) para poder escribir esos libros.

Pero aquí les doy algunas ideas (muy resumidas) para un nuevo bestseller.

«En un viaje de investigación, que tenía pendiente, finalmente llegué a Lourdes. Mis zapatos indicaban que ya era necesaria una afinación; y mi cuaderno de notas decía que tenía que establecer contacto con la prima hermana de la abuela de (XXXX), que vendría siendo la sobrina por parte materna del Mayor (el del caballito de Troya)….

«Finalmente (XXXX) me había dado copias de los manuscritos encontrados en Rennes Le Chateau. Los datos eran sensacionales: el agua de Lourdes provenía de mantos acuíferos que viajaban a través de cavernas que conectaban, literalmente, con el otro lado del mundo: México….

«Me alejé de Francia. Lo único que lamento es haber perdido, de nueva cuenta, mi anillo. Pero lo que había encontrado, a cambio, era muy valioso….


«Nuevamente en tierras aztecas.


«La sonoridad toponímica de Almoloya me decía que estaba en la pista correcta:
«Lugar en que mana la fuente de agua».


«Indudablemente, este era el sitio. No existe la suerte, todo está escrito por alguien que nos dirige desde lo alto….


«Todo lo que me habían informado queda pequeño al lado de la realidad. Esta piscina es asombrosa. Pero comencemos por el principio.


«Desde la época precortesiana, los antiguos habitantes de esta región ya adoraban a una deidad femenina. Cuentan las leyendas que por aquel entonces uno de los vecinos encontró este manantial, indudablemente milagroso. No se conoce el nombre de nuestro amigo. Lo que sí se sabe es que pronto se dio cuenta de que en el manantial aparecía una línea recta, como trazada por manos mágicas y pertenecientes a otros planos. No hay ningún desvío de la linealidad. La raya es perfectamente recta, ¡y está sobre el agua! En la época de la Colonia, los sacerdotes aprovecharon la gran atracción que este punto ejercía sobre los nativos. Construyeron una iglesia en el sitio y colocaron una barda que dejaba el manantial dentro del atrio de la iglesia. Con el tiempo se construyó un murete para formar una pileta….


«No podemos afirmar que Almoloya sea un lugar de peregrinaje tan grande como el cerro del Tepeyac, pero sí diremos que cientos de miles de peregrinos, de todas partes de México, se acercan al lugar para ver el milagro y llevarse un poco de esta agua «santa».
Ellos no lo saben, pero esta es la misma agua que mana de la gruta de Lourdes. En efecto, es un agua «santa».


«Cientos, tal vez miles, de devotos, han dejado constancia de los milagros de que han sido testigos, gracias al agua de la pileta. Dentro de la iglesia se acumulan los exvotos, esos pequeños cuadros pintados por los agraciados, que relatan los milagros que han vivido. También están repletas las bodegas de la iglesia de miles de muletas, sillas de ruedas y otros artefactos que han quedado obsoletos: sus usuarios han sanado de manera milagrosa….


«Me habían contado de otro extraordinario fenómeno, del cual aún no había sido testigo. Los peces lanzan chorros de agua, saltan de la piscina, dan un giro triple mortal, aletean en el aire y se comen los mosquitos que zumban por sobre la pileta.


«Digo que aún no había sido testigo de tal portento, pero lo que voy a relatar demuestra, una vez más, que alguien cuida nuestros pasos.


«Estaba fotografiando, por enésima vez, la pileta, cuando escuché el chapoteo de los peces. Al voltear, toda una fila de ellos, como coristas, una tras otro, en formación, escupían agua hacia fuera de la pileta. El último la escupió en mi dirección. Pero no sólo era agua. Un objeto metálico salió de la boca del pez, chocó con un plato volador que succionaba el agua de la pileta, luego pegó en la pata de un pájaro que pasaba por el sitio, rebotó en la rama del árbol que da sombra a la pileta, dio dos giros en el aire y fue a caer, justo, sin otro trámite, en mi dedo: ¡¡era el anillo que había perdido en Lourdes!!


«Esa era la prueba, irrefutable, de que los dos manantiales (Lourdes y Almoloya) están interconectados. También es la prueba de que alguien me quiere y cuida mis pasos».

Bueno. Ahí esta una idea general. En caso de que se escriba la novela…, perdón, el libro de investigación, no se olviden de las regalías.

ALGUNAS CRÍTICAS

Nuevamente Luis González nos hacía estas observaciones:

De entrada, debo señalar que soy un simple economista, así que nadie me pida datos concretos :-))


Me parece, tocayo Luis, que complicas excesivamente tu hipótesis. Como indiqué en mi predicción, si el desagüe está en el lado más impoluto, creo que la respuesta es simplemente el flujo superficial de agua al rebosar de forma continua.


Experimento: impedir el desagüe y comprobar si sigue apareciendo la línea.

En la primera ocasión que vi la «raya», el nivel del agua estaba un metro y medio por debajo del rebosadero. Pasé unos 5 a 10 minutos tratando de ubicar la raya hasta que un lugareño me la señaló.

En esta época de lluvias el nivel llega al rebosadero, por lo que es más «fácil» de observar la raya: se está más cerca de ella. En tiempo seco, cuando el agua no se desborda, la raya continúa apareciendo.

Ahora bien, si interpreto bien tu comentario, creo que tú supones que la raya se da en el sentido del flujo de la corriente, y que por lo tanto, sería una especie de ilusión óptica o que los testigos interpretan uno de los «surcos» de la corriente como la Raya en el Agua. Sin embargo, la raya se da en el sentido transversal a la corriente (que en general es mucho muy débil, por lo que no se forman «surcos»).

Remitiéndome a la foto que envié, en la parte inferior de la barda que se ve al fondo, se encuentra el rebosadero; el agua fluye desde el lado en donde está el fotógrafo hacia la pared. La raya se forma perpendicularmente a este eje (fotógrafo-barda).

Pero no estoy seguro de que así exactamente es como interpretas el fenómeno, sólo lo supongo. Además, existe una especie de «trampa» de mi parte (realmente sin dolo ni malas intenciones), en el sentido de que yo he estado ahí y conozco e interpreto los detalles involucrados. Por eso, cuando ustedes hacen alguna observación o comentario, puedo responder en el sentido que más conviene a mi interpretación.

Lo que digo es que, la hipótesis del tensoactivo me funciona, por el momento, para explicar los fenómenos de la pileta. No he encontrado otra forma de hacerlo (excepto la no-hipótesis del milagro). Si alguien propone otra hipótesis, y ésta se ajusta más a lo observado, aceptaré cambiar de opinión.

Por otra parte, me parece que la hipótesis propuesta es muy sencilla (nada complicada). Simplemente se trata de una sustancia que sobrenada el agua.

Propongo dos experimentos:

– En la tina de baño o en una pileta lo suficientemente grande, dejen caer una muy pequeña gota de aceite: ahí veremos la formación de la capa monomolecular sobrenadando el agua. La gota adoptará una forma circular hasta que llegue a tocar alguna pared; luego se formara la línea que cubra la mínima distancia, que será una recta.

– En el caso de la pileta. Extraer muestras de la superficie a ambos lados de la raya. Someterlas a una cromatografía de gases y analizar los resultados. Si existe un tensoactivo aparecerá en la gráfica del aparato, el cual nos dará la concentración e incluso la identificación de la molécula.

Sin embargo el asunto de la raya en el agua no es tan importante. Dudo mucho que tenga una aplicación práctica. Ni yo tengo el tiempo ni el dinero para hacer esos análisis.

Luis González continuaba:

Yo entendía que el rebosadero era todo el lateral, y que el agua caía continuamente. Por tanto ese flujo lateral de la capa superficial se extendería en el plano superior hasta cierta distancia que quedaría representada por la «línea», paralela al lado por donde rebosa. Todo sencillo.


Pero claro, si ahora resulta que no siempre rebosa y que la línea (y las dos superficies de aspecto y propiedades distintas) siempre permanece, me he quedado sin explicación…


Aunque la tuya tampoco me convence, ¿cuál sería el mecanismo para esa línea tan recta? ¿Quizá la incidencia de la luz solar?

Consideremos despreciable el espesor del tensoactivo. Concentrémonos sólo en la línea. A ambos lados de la misma existen tensiones producidas por los fluidos. El estado de equilibrio se alcanza, en este caso, precisamente al formarse la línea recta.

Un experimento:

Comprar o hacer una solución con detergente y glicerina, de las que usan los niños para formar pompas de jabón. Hacer un cuadrado de unos 20 x 20 cm con un alambre recubierto con estambre. Humedecerlo con la solución.

Romper la capa o burbuja en formación y dejar el cuadrado «hueco» pero con los bordes cargados de solución. Con un rasero, muy lentamente y con cuidado, extender de uno de los extremos (lados del cuadrado) hacia el centro. El resultado es una «Raya en el Aire». La raya es perfectamente recta (si no hay viento que la deforme). De un lado tendremos aire, del otro una película monomolecular de jabón.

Esto es lo que yo supongo ocurre en la pileta.

DIALOGO CON MANUEL BORRAZ

Hola Luis (R Noguez):


Aunque sea con retraso, como siempre, permíteme plantear algunas cuestiones. No he conseguido que todas sean inteligentes :-).


– No estoy muy seguro de si tengo localizada o no la famosa raya. En la foto adjunta, ¿sería la que va de 2 a C, aproximadamente? ¿Qué relación aproximada (proporción) de áreas hay entre las dos superficies separadas por la raya?

En efecto en el caso de la foto la raya va de 2 a C. La configuración en ese día particular sería, aproximadamente, 3/4 a 4/5 partes de la pileta cubiertas con el tensoactivo y 1/4 a 1/5 con agua (suponiendo la existencia de tal tensoactivo).

– Por cierto, no podemos estar seguros de que TODOS los fenómenos que mencionas tengan que estar relacionados…


No lo podemos asegurar, pero me haría muy feliz que así fuera, incluso apostaría a ello.

-¿Qué profundidad puede tener la pileta (nivel del agua)? ¿El fondo es plano y uniforme o bien tiene alguna particularidad a destacar? ¿Hay alguna posibilidad de que la «raya» sea fruto (estacionario) de reflexiones de ondas en las paredes o incluso el fondo?

La profundidad es variable. En las dos ocasiones que he visitado el sito, la profundidad ha variado aproximadamente en 1.5 metros. El fondo no es plano. Son rocas. La pileta se construyó alrededor del manantial, pero es lo único artificial. No creo que las reflexiones (producidas por el tiburón de tu fotografía, o por otros medios) produzcan una raya de esta configuración. De ser así, lo más probable es que se forme una raya perpendicular a ésta de la que hablamos (la piscina es 3 o 4 veces más larga que ancha).

– ¿Puede descartarse del todo alguna influencia de la temperatura? ¿Hay alguna zona delimitada de la pileta que quede la mayor parte del tiempo a la sombra o al sol (debido a la situación de los árboles, etc.)?

Yo creo que esto lo podemos descartar. Más o menos la distribución de árboles y edificios (la iglesia y las paredes que rodean la misma) se distribuyen de manera similar alrededor de la pileta. El Sol sale detrás del fotógrafo (más o menos), y se oculta por el frente. A la espalda del fotógrafo se encuentra la iglesia.

– ¿Puede influir alguna corriente de aire peculiar, cerca de la superficie de la pileta? ¿Podría influir, por ejemplo, en la desigual distribución de la suciedad, los animaloides patinadores, etc.?

Tampoco lo creo porque las paredes de la pileta la resguardan de vientos intensos. Pero sí existe una corriente de agua, que es generada por el desborde de la pileta (hacia el frente del fotógrafo).

– Esta es importante. ¿La raya siempre está en el mismo sitio? ¿Hay variaciones a lo largo del día, del año…? ¿Varía con el nivel de agua de la pileta?

Sólo la he visto en dos ocasiones diferentes y te digo que en las dos la pileta tenía un nivel distinto. En la primera visita la raya estaba (1.5 metros más abajo) en la posición aproximada 7-G (aunque G debería estar más hacia el fotógrafo, y por lo tanto, no aparecería en la foto). No tuve la precaución de anotar la época del año en que la visite por primera vez.

No se si existen variaciones a lo largo del día. Tampoco puedo asegurar que la variación de nivel este directamente relacionado con la posición de la raya en la pileta.

– ¿Alguna relación con los OVNIs? La línea ortoténica BABOSIN[4], que tú mismo descubriste, ¿pasa cerca del lugar?

No. Pero como dato cultural, a unos 25 kilómetros de ahí, se apareció el «Humanoide de Metepec». La película de Sara Cuevas de la que nos ocupamos en algún número de la PUS (Perspectivas Ufológicas). Formando un ángulo de 60 grados, y también a 25 kilómetros, se encontró un muy rústico crop circle sobre sembradíos de maíz. La dificultad de doblar las cañas de maíz (en lugar de las de trigo), impidió que esa «moda» se siguiera extendiendo en México.

¡Oh sorpresa! He encontrado que Metepec, Almoloya y el sitio en donde aparecieron los crops circles forman un triangulo de lados y ángulos iguales. Eso, seguramente, no es producto de la casualidad. Alguien desde lo alto nos envía señales.

Y ahora algunas cuestiones centradas en tu hipótesis:


– ¿Los orines humanos tienen algo de tensoactivo? Por otro lado, ¿habría alguna posibilidad de que el hipotético tensoactivo procediera de algún tipo de contaminación artificial (detergente…)?

Los orines también son tensoactivos. En términos generales, cualquier sustancia que modifique (disminuya o aumente) la tensión superficial, es un tensoactivo.

Lo del detergente también lo había pensado. En mi primer comunicado creo que mencioné que del otro lado de la barda hay dos piscinas (para nadar). Esas instalaciones, en ocasiones, las personas más pobres del lugar las usan para lavar su ropa. Esto lo vi en la primera visita. Sin embargo, el flujo de agua es hacia estas piscinas y no al contrario. Pero tampoco puedo excluir que alguien externo agregue ese tensoactivo. En este caso estamos hablando de fraude. En lo personal no creo que sea el caso. Al parecer el fenómeno viene de muchos años (antes de inventar los detergentes, aunque siempre han existido los jabones).

– En uno de tus mensajes decías:


«La asimetría que se presenta en época de lluvia».


«Las gotas de agua que caen en la parte alejada de la pileta, encuentran el mismo elemento, por lo que se asimilan fácilmente. Las que caen en la parte delantera de la pileta, encuentran una sustancia diferente, por lo que primero tienen que vencer ese potencial antes de formar parte del agua de la piscina. Incluso creo que se debe formar una capa de agua que sobrenade la del tensoactivo (haciendo una especie de sándwich, con una de las rebanadas de pan-agua, muy delgada). Esa capa de agua no atraviesa el tensoactivo, fluye muy lentamente hacia la parte alejada de la piscina: por eso la superficie se ve mucho más agitada.»


Químicamente soy bastante analfabeto, quizá por eso no he entendido esta parte. Veamos, si los tensoactivos disminuyen la tensión superficial del agua (mientras su concentración no sea muy alta), ¿no tendríamos el fenómeno inverso al que explicas? Es decir, ¿no se «hundirían» más fácilmente las gotas de agua en la zona cubierta por la capa de tensoactivo?

No. Porque en este caso el tensoactivo no se disuelve (ni emulsiona) con el agua. Existen tensoactivos que se disuelven en el agua y pasan a formar parte de un nuevo «compuesto»: solución de tensoactivo en agua o solución de agua en tensoactivo (según las proporciones). En el caso de los aceites, como decía en otro comunicado, no se disuelven con el agua. Se podría formar una emulsión si agregamos algún agente emulsificante. Este es el caso de la leche, que es una emulsión de grasas en agua. Luego, si mi hipotético tensoactivo es un aceite (o algo que actúa fisicoquímicamente de manera similar), las gotas de agua no se mezclarían (fundirían) en esta parte de la piscina

– Y para terminar, un posible experimento de comprobación. Propongo retirar (de manera clandestina o bien con ayuda del sacristán y el permiso del alcalde 🙂 ) una cantidad apreciable del agua superficial de la pileta de la zona donde presumiblemente se encuentra el hipotético tensoactivo. Si la hipótesis es correcta, una vez alcanzado el equilibrio, la raya debería quedar desplazada por haberse reducido la extensión de la zona cubierta de tensoactivo. Es un experimento sencillo que, si bien no supondría la demostración definitiva, reforzaría mucho la verosimilitud de esta hipótesis.

Si. Incluso ya algunos amigos me habían planteado lo mismo. En mi primera visita intenté otro experimento, pero no me dejó el sacristán (recibí una fuerte amonestación: ¡no se permite arrojar objetos a la pileta!, me dijo; pero en el fondo de la pileta hay varias monedas, que frecuentemente las recoge el personal de la iglesia, pero seguramente las monedas no son objetos). Hice una plomada con una piedra y trataba de arrastrarla de un lado a otro de la pileta, para atravesar la línea (la primera impresión que me dio fue que se trataba de un hilo muy delgado, pero eso ya no lo creo).

Manuel, quedan dos misterios por resolver:

¿El animal que surca la pileta es un tiburón o un pariente de Nessie?

¿Los escépticos españoles no duermen? ¿Que hacen casi a las cuatro de la mañana despiertos?

Aún me quedaban un par de preguntas:


– ¿Por qué el hipotético tensoactivo no sería arrastrado por la corriente y lo vemos «aguas arriba»? («…existe una corriente de agua, que es generada por el desborde de la pileta (hacia el frente del fotógrafo)» ).

Esta es buena. Supongo que puede ser por dos factores:

– La corriente es muy débil la mayor parte de las veces. Cuando llueve no: es bastante rápida. La lluvia y el flujo deberían acabar con el tensoactivo.

– La fuente generadora del tensoactivo (los vegetales o los peces) produce constantemente pequeñas cantidades del mismo. Pero en la época de sequía se podría correr el riesgo de que toda la pileta se cubra con el tensoactivo, ocasionando la muerte de algunos de los peces o de los vegetales; con la consecuente disminución del tensoactivo… manteniendo el equilibrio ecológico.

– ¿La raya es visible (fotografiable) desde cualquier ángulo?

No. Incluso tomé varias fotos pero sólo en tres se puede apreciar algo de la línea. La mejor forma sería tomar fotos con un filtro polarizador, pero yo no lo tengo. Por lo mismo, ciertos ángulos son propicios para poder ver mejor la raya. Otros, no.

– «En la primera visita la raya estaba en la posición aproximada 7-G…»


La posición variaba mucho de un caso a otro, ¿no? Esto hace más improbable que se trate de algo ligado estrictamente a la morfología de la pileta y más probable una hipótesis como la que planteas…

– Encontré esto que no sé si tiene alguna aplicación aquí. Es una definición en el contexto de vertidos de crudo en el mar:


«Convergence line: A line on the water surface where floating objects and oil collect. A convergence can be the interface between two different types or bodies of water, or it can be caused by a significant depth change, tidal changes, or other common phenomena. Convergences are common in the marine environment.» [REF.: http://response.restoration.noaa.gov/job_aid/glossary.html ]

Esto me parece muy interesante y, creo que tiene que ver con nuestra raya. Déjame, lo leo, y luego comento algo al respecto.

Tú decías que:


«…En mi primera visita intenté otro experimento, pero no me dejó el sacristán (recibí una fuerte amonestación: ¡no se permite arrojar objetos a la pileta!, me dijo; pero en el fondo de la pileta hay varias monedas, que seguramente no son objetos).»


– Quizás un oportuno donativo -todo sea por el avance de la Ciencia- cambiaría las cosas…

Y también preguntabas:

«¿El animal que surca la pileta es un tiburón o un pariente de Nessie?»


– Yo creo que es sólo un rumor…

«¿Los escépticos españoles no duermen? ¿Que hacen casi a las cuatro de la mañana despiertos?»

– Las temperaturas y el bochorno insoportable que estamos teniendo estos días nos mantienen tensos y activos. Probé a contar ovejas y otras triquiñuelas hasta que me acordé del tema de la raya en el agua y luego ya dormí de un tirón 😀

Esa es la primera aplicación práctica de la Raya en el agua.

Por cierto, pensando en lo que preguntabas, de si ondas que se reflejen en las paredes del estanque pueden formar la línea, creo que habría una posibilidad. Los mosquitos que se divierten patinando, al cruzar la alberca de un lado al otro, forman esas ondas. Al chocar las ondas de regreso, forman la raya. Cuando el alboroto es mayor (varios zancudos patinando) la onda en el estanque produce un fenómeno que ha dado lugar a las leyendas del Nessie de Almoloya 😀

Un saludo y felices sueños

Ya leí la nota de la NOAA que me enviaste. Pensé que se trataba de algún artículo más grande. En realidad las explicaciones que se dan en esta definición ya han sido tratadas por varios de los colisteros. Nacho mencionó lo de la convergencia de dos tipos diferentes de cuerpos de agua (los ríos de agua caliente y fría; o de ríos con diferentes solutos disueltos en sus aguas). Las líneas debidas a cambios en la profundidad del agua los mencionaron Luis y tú mismo. Las mareas y las olas (producidas por los moscos) fue otra alternativa tuya (modificada en tono de broma por un servidor). Jordi, Luis y tú comentaron lo del gradiente de temperatura. Etc.

Lo interesante es que en este asunto los del NOAA se están refiriendo a aceites (tal vez petróleo y crudos), que es lo que yo estoy suponiendo que ocurre en la piscina.
Además, explican que el fenómeno es muy común. Ya me estaba preocupando de que sólo en Almoloya se formara esa raya. Eso sería un verdadero milagro. Lo malo es que los gringos dicen que el fenómeno es común en el mar. ¿Habrá ejemplos en aguas dulces?

NUEVO VIAJE A ALMOLOYA

Nuevamente viajé a Almoloya de Juárez. En el camino iba pensando con quién contactar y pedir permiso para realizar el pequeño experimento que había propuesto Manuel: ¿sería con el alcalde o con el párroco? ¿Me permitirían sacar agua del pozo?

En realidad no tuve que pedir permiso. Diariamente se efectúa el experimento Borraz, pero a lo bestia.

Llegué al estanque y el día era claro. A pesar de la época de lluvias, el Sol se reflejaba en las aguas del manantial. En estas condiciones es, en cierta forma, más fácil y más difícil ubicar la raya. Me explico: es más fácil para el que conoce el truco (hay que ubicar el flujo de las motas de polvo y seguirlo; en el lugar en donde se concentran podemos encontrar la raya); es más difícil porque para poder apreciarla mejor es necesario ver el reflejo del Sol en el agua, para notar su presencia.

Estaba en esta labor, cuando comenzó el sonido de una motobomba. Detrás de la barda (que divide el atrio de la iglesia con las piscinas), había dos «pipas» o camiones cisterna, bombeando el agua hacia los tanques.

De inmediato se observó un mayor flujo del agua. La línea se hizo comba y luego desapareció detrás de la barda. Por unos minutos no hubo «raya en el agua».

Me acerqué a uno de los trabajadores y pregunté para qué utilizaban esa agua. Su uso es doméstico. En la zona abundan las rancherías que aún no tienen servicio de agua potable. Con las pipas se transporta el agua hasta esos sitios. Se le usa para el baño, lavar la ropa e incluso para beber.

También pregunté si no sabía si existían registros del curioso asunto. Me dijo que hablara con los «Fiscales» que se encontraban en las oficinas de la iglesia.

En diversos lugares de México existe la figura del «Mayordomo» (en Almoloya se le conoce como Fiscal). Son individuos que durante años (por lo menos uno) reúnen todos sus ingresos para pagar las fiestas de la iglesia. El Fiscal-Mayordomo debe pagar la comida y la bebida (y algunas otras cosas más) de todos los que asistan al festejo. Lógicamente los gastos son muy altos. Hace años, cuando las comunidades eran más pequeñas, había un solo mayordomo. En la actualidad el cargo recae en varias personas. De esta forma existe un Fiscal principal y varios ayudantes. La tradición sólo se da en comunidades rurales y dentro de etnias muy específicas.

Fui a localizar al Fiscal principal. A su lado estaban otros cuatro. Me presenté e hice mi pregunta acostumbrada (para averiguar la existencia de algún registro). Todos me oyeron.

El Fiscal principal (el que aporta más dinero), en este caso no era el más extrovertido. Señaló a uno de los presentes y le pidió que me contara. Este nuevo personaje en tono prepotente y tratando de confirmar su autoridad me dijo:

«¿Quién es usted? ¿Qué tanto pregunta? ¿Acaso es policía?»

Mi nombre ya lo había oído, pero lo volví a mencionar, así como mi solicitud de información.

Me dijo que en ese momento estaban muy ocupados porque recién terminaban las fiestas (del 29 al 30 de junio). Lo primero (que estaban ocupados) no era cierto, pues estaban tomando cerveza y recién les traían mole para almorzar; lo segundo (el término de las fiestas) era más que evidente, traían una cruda (resaca) que, junto con el aliento alcohólico, se podía percibir desde buena distancia. En realidad se la estaban «curando» con cerveza y con el picante platillo.

Insistí sobre el asunto y el Fiscal me dijo que sí había registros, pero que en ese momento no podía ayudarme. «Véngase el sábado o el domingo y platicamos».

Pregunté si en el curato o en el palacio municipal había más información. Me dijo que toda la información la tenían ellos.

Le dije que había visto la raya, en diferentes épocas, ocupando lugares distintos en el pozo. El me dijo que eso era normal.

Me agradeció mi visita, volvió a sugerir que regresara el fin de semana, y dijo que era bueno mi interés, pero que la raya no tenía nada de extraordinario (atención Luis R González y Nacho).

«Se ven rayas en otros manantiales y ríos cuando el desnivel de las aguas forma las rayas. Incluso en las mismas albercas (se refiere a las albercas que se encuentran detrás de la barda), cuando el agua está quieta, se forma una raya».

Nada más pude obtener con este personaje que, por la mala impresión que me dio inicialmente, olvidé apuntar su nombre.

Me dirigí a las albercas. Las pipas continuaban cargando agua y había dos o tres muchachos nadando. No pude ver raya alguna. Esperé a que terminaran los camiones cisterna. Los muchachos se sentaron al lado de la alberca. Nuevamente busqué la raya, pero nada.

Regresé a la pileta. El agua, toda, estaba llena de polvo. Los peces nadaban por todo el estanque, ya no estaban concentrados en un solo lugar. Vi un mosquito esquiando en el sitio en donde antes se encontraba la zona cubierta por (según yo) el tensoactivo. Pero de la raya, nada de nada.

Luego, en el fondo, algo más llamó mi atención. Eso no lo había visto antes. Nunca me había fijado en la zona de donde sale el agua. En el fondo de la pileta, en la parte más cercana a la iglesia, se puede ver como fluye el agua hacia arriba, pero hay dos cosas interesantes: la arena gris del fondo se ve agitada y se ve como una especie de volcán submarino; en medio de ese movimiento, claramente, se observan gotas de un «aceite» (¿mi tensoactivo?) que no se mezcla con el agua y que sale a flote para formar la nueva capa monomolecular y la raya.

Yo pensaba que ese tensoactivo lo fabricaban las plantas acuáticas del estanque, y hasta había elaborado un mecanismo de equilibrio ecológico para explicar el porqué el tensoactivo no cubría por completo el estanque. Pero en realidad la sustancia sale del fondo del manantial.

Como veo las cosas me parece que la idea del tensoactivo se sigue sosteniendo y es la más factible. Pasó la prueba Borraz y físicamente se puede observar su emersión en la pileta.

En la fotografía que anexo se puede observar, justo encima del reflejo del Sol, el «polvo» gris que se agita del fondo de la pileta. Los puntitos brillantes (hay uno encima de un pez) son las gotas del aceite o tensoactivo que surgen del seno del mismo manantial.

Por otra parte, me interesó el asunto de las otras rayas que mencionó uno de los fiscales. Si este fenómeno sólo se diera en esta pileta, entonces sí lo podríamos clasificar como milagroso, pero, como decía en otros mails, no creo que este manantial tenga algo especial y, seguro, el fenómeno se debe repetir en otros lugares. Agradecería su investigación al respecto.

Hay un detalle final. Las rayas que mencionan tanto el fiscal, como Nacho y Luis, las he visto y tienen un cierto volumen. La raya de Almoloya no lo tiene: esta en un mismo plano con el resto del nivel del agua.

En mi próxima visita trataré de obtener muestras de esa agua, con miras a un futuro análisis cromatográfico, cuando alguien aporte los recursos para ello.

UNA TELENOVELA

Rubén Morales editor de la página web Mitos del milenio nos hacía esta observación:

Luis, creo que nos tienes atrapados con el culebrón de la raya de Almoloya. Es maravilloso cómo has transformado un fenómeno anodino que todo mundo ignora en algo apasionante. Más allá del resultado final de la investigación, se diría que tienes futuro como guionista de telenovelas, desde aquí, espero con impaciencia el próximo capítulo. 🙂


Y -ahora más en serio- creo que tenemos que tener en cuenta este estilo de comunicación a la hora de escribir artículos o libros, para llegar a la gente no solo desde lo racional, algo que hace largo tiempo han aprendido los conocidos mercaderes de misterios.

Y digo yo…

Cierto Rubén, y eso me da pie para insistir sobre la conveniencia en que este colectivo elabore una publicación comercial, como creo que sugería Luis Alfonso Gamez. Una revista que compita en los kioscos con Más Allá, Año Cero y Enigmas. Sin dejar a un lado las revistas y páginas web que ya tenemos.

Gracias por estar

BLOQUEADORES SOLARES

Con esta información Manuel Borraz hacía las siguientes sugerencias:

Luis, en este capítulo ha habido un giro imprevisto. Parecen confirmarse tus sospechas de que todo se debe a la presencia de una sustancia particular, pero lo curioso es que la sustancia salga del fondo del manantial…


¿Tienes alguna sugerencia sobre qué puede ser? ¿Algún tipo de contaminación (natural o «artificial»)?


Dado que, como explicas, esa agua se utiliza para consumo humano, ¿no podrías sembrar el pánico y hacer que algún organismo oficial se preocupara de analizarla? O algo parecido.


Manuel

PDT.: Cuidado con los «Fiscales», creo que están ocultando algo… 🙂

Manuel:

La «posible» confirmación de mi sospecha sobre una sustancia extraña, no me cae del todo bien. La cuestión de que por lo menos algunos de los residentes conozcan este tipo de fenómenos, me deja una sensación que no alcanzo a definir. También me «molesta» que no se haya comercializado el asunto por parte de la iglesia. Antes bien, supongo que este templo no se ha convertido en un centro de peregrinación famoso, debido a dos posibles fuentes:

– Los sacerdotes han tratado de separar las cuestiones religiosas de esta curiosidad.

– Los vecinos conocen la vulgaridad (por lo común) del fenómeno, y no lo han elevado a mito religioso.

La idea de generar pánico en la población me parece buena. Sobre todo para elevar el IBOPE y el RATING de esta telenovela (como dice Rubén), pero tengo que pensar la forma de hacerlo.

Si. También creo que los Fiscales ocultan algo (la verdad está ahí adentro). Tengo que regresar a ver a mi cliente dentro de 2 o 3 semanas. Voy a insistir con estos señores.

Esa sustancia, en sentido estricto, forma una contaminación del agua. No creo que sea artificial por varias razones: parece ser que el fenómeno es antiguo; alrededor del sitio no existe ninguna industria, mucho menos alguna instalación de PEMEX (Hay una estación de gasolina a unos 500 metros cuesta arriba, pero esta sustancia no es ningún tipo de gasolina ni diesel, ya que su olor las delataría).

Dos cosas me vinieron a la mente:

– En Xel Ha, cerca de Cancún, se encuentra el balneario más hermoso que conozco. Las aguas son cristalinas y se puede ver claramente a profundidades de 10 metros o más. Los arrecifes de coral y los peces multicolores abundan.

Para impedir la contaminación, no se permite que los bañistas utilicen bronceadores o bloqueadores solares. En eso son muy estrictos, pero hace unos 10 años, durante mi visita, una gringa de buenas formas y escaso cerebro, se metió a la laguna, justo después de haberse untado bloqueador. De inmediato se formó una especie de nata que señalaba su fechoría. Esa nata me recuerda, vagamente, la raya en el agua.

– Pensé en conseguir un socio capitalista para comprar los terrenos de la fosa. Sé que no es un yacimiento de petróleo, es algo mucho más valioso: es un yacimiento de petróleo refinado y convertido en bloqueador solar. Luego. Compro el terreno, pongo una embotelladora y vendo el bloqueador solar a los que utilizan las piscinas detrás de la barda.

¿Alguien está interesado en el negocio?

Vista desde la parte izquierda del atrio.

Vista de la pileta desde la parte derecha del atrio.

Vista de la pileta desde la puerta de la iglesia.

Entrada de la iglesia Ojo de Agua.

Al fondo está el portón que separa el atrio de la iglesia de las piscinas.

Vista de la iglesia Ojo de Agua, desde el lado de las piscinas.

Vista parcial de las piscinas.

Aspecto del agua de la pileta mientras caía la lluvia.

En la parte derecha podemos ver el desagüe o rebosadero.

Durante la lluvia una de las partes de la pileta permanece más tersa que la otra.

Al centro de esta foto podemos apreciar la raya en el agua.

Otra toma de la raya.

Un pequeño escarabajo justo donde se forma la raya.

Anuncio que prohíbe arrojar objetos a la pileta.

Otra toma del mismo escarabajo pataleando cuando siente que se va a hundir.

Oscar García, de azul, y el tal Noguez tomando una muestra del agua (vigilados por el velador de la iglesia).

Del fondo de la pileta comienza a manar el agua agitando la arena.

Del fondo salen minúsculas gotas de una sustancia oleosa.


[1] Esta nota fue confeccionada gracias a una serie de visitas al sitio y varios comunicados en la lista de discusión Hápax.

[2] La primera semana de junio del 2003.

[3] Ver en Perspectivas el excelente cuento de Héctor Chavarría: El día que los extraterrestres invadieron Tolantongo.

[4] Ver el artículo Chuecoténias de la oleada mexicana de 1950, en Cuadernos de Ufología, No. 30, Santander, 2004, pags. 117-133.

No es cierto. Aunque usted no lo crea

EL ATAUD DE CHARLES COGHLAN

No está muy claro cuando nació Charles Francis Coghlan. Mientras algunos autores[1] afirman que fue en 1814, otros aclaran que fue en 1841[2][3]. Sin embargo, la fecha más probable es esta última. Tampoco se ha establecido, sin lugar a dudas, el sitio de nacimiento. Dwight Whalen dice que fue en París, mientras que Richard Winer, Vincent Gaddis, Tom Slemen[4] y Frank Edwards[5], apuntan a que fue en la isla Príncipe Eduardo. Para la leyenda lo más conveniente es la isla Príncipe Eduardo.

Su padre fue John Coghlan, unos dicen que era un rico inmigrante irlandés que vivía en Príncipe Eduardo, en las costas al Este de Canadá. Otros afirman que eran pobres, por lo que sus estudios primarios sólo los pudo hacer gracias a un subsidio del gobierno.

El hecho es que, tiempo después, Charles partió a estudiar a Inglaterra. Entre parientes y amigos (o gracias a la fortuna del padre) se reunió el dinero suficiente para enviarlo a estudiar leyes. Se graduó con honores pero desilusionó a su padre cuando decidió convertirse en actor profesional.

La leyenda afirma que cuando salió de su hogar, dijo, dirigiéndose a sus parientes:

«Si un día consigo la fama y la gloria en los escenarios, regresaré a ésta, mi ciudad natal, por muchos que sean los obstáculos que pudieran impedírmelo. Dios me devolverá a mi tierra».

Pero esto se contrapone con el altercado que tuvo con su padre debido a su decisión de convertirse en actor. El anciano sentenció que en caso de que Charles no dejara sus ambiciones en el teatro, se debería olvidar de su herencia. Charles declaró que entonces él nunca más regresaría a Príncipe Eduardo.

EL ACTOR

De carácter extrovertido, de fácil palabra, Coghlan poseía una habilidad dramática excepcional. Sus estudios teatrales los realizó en París y Bristol. Su primera aparición la hizo en Londres en 1860 y se convirtió en el primer actor de la compañía Prince of Wales. A la edad de 19 años debutaba en los escenarios londinenses. Poseía una naturalidad y espontaneidad que pronto lo convertirían en figura prominente del espectáculo. Fácilmente se hizo de un lugar en los escenarios.

La carrera de Coghlan fue muy exitosa. Su fama como actor y su físico (alto, de pelo negro y de facciones viriles) atraían a las mujeres. Se dice que siempre estaba envuelto en algún escándalo amoroso. Le llamaban «el hipnotizador de mujeres» y corrían chismes sobre la cantidad de mujeres que se habían cruzado en su vida.

A los veintisiete años cosechaba aplausos de la crítica mundial al interpretar a Shakespeare. Trabajó con los más notables artistas de la época: Sir Johnston Forbes Robertson, Lillie Langtry, Minnie Maddern Fiske, Harrison Grey Fiske, Ellen Ferry Beatrice (Ellen Alice, como se llamaba realmente), Kate Ferry, Madge Robertson, George Rignold, y William Rignold, entre otros.

Su fama atravesó el Atlántico. Regresó a América en 1876. En la ciudad de Nueva York realizó varias representaciones. Actuó para la compañía de Augustus Daly, y luego para la Union Square durante la larga temporada de The Celebrated Case. Formó su propia compañía, Royal Theater Company, que se especializaba en los dramas de Shakespeare. Se presentó en Broadway y en el medio Oeste americano. Hizo papeles secundarios para la su hermana Rose Coghlan y para las señoras Langtry y Fiske, y en 1898 produjo la versión de Kean de Dumas, llamada The Royal Box, que estelarizaría con gran éxito hasta el final de sus días.

LA PREDICCIÓN

Se decía que Coghlan era demasiado supersticioso y regularmente visitaba a los adivinos y astrólogos. Un día Coghlan visitó una gitana que le vaticinó:

«Charles, serás muy famoso, pero tendrás una muerte a la altura de tu fama. No descansarás hasta que hayas retornado al lugar de tu nacimiento».

Charles se impresionó por esta predicción y constantemente la relataba a sus amigos.

Según Winer, esta gitana o algún otro vidente le hizo esta otra predicción:

«No vivirás para ver el siglo XX. Serás enterrado en una ciudad del Sur, pero una gran tempestad se abatirá sobre esa ciudad y tus restos serán arrojados al mar».

En noviembre de 1899 la compañía de Coghlan representaba Hamlet en Galveston, Texas. El 27 de ese mes, poco antes de un llamado a escena (o en medio del escenario, según Slemen), Coghlan se quejó de un malestar y al poco tiempo murió.

Al siguiente día los restos de Coghlan fueron colocados en un ataúd de madera de ciprés forrado de plomo, y fue enterrado en el cementerio de Galveston. El ataúd fue puesto en una cripta de granito.

Dos años después, el 27 de agosto de 1900, una de las tempestades tropicales más terribles, se gestaba en el Océano Atlántico. Al llegar al Caribe era todo un huracán, el peor que haya azotado las costas de los Estados Unidos. Los vientos eran de más de 350 kilómetros por hora. La presión bajó hasta 27.64 pulgadas.

El huracán llegó a Galveston el 8 de septiembre. Más de 6,000 personas perdieron la vida. Algunos suben el conteo de víctimas hasta 8,000. Se calcula que cerca de la sexta parte de la población de Galveston murió en la inundación. Los cuerpos eran recogidos en carretas para ser arrojados al mar. Cuatro mil casas fueron reducidas a despojos de madera, ladrillo y lodo. Las aguas del mar subieron casi siete metros. Los daños superaron los treinta millones de dólares.

Las aguas arrastraron hacia el mar no solo los restos de edificios, árboles y personas, sino que también llegaron al cementerio destruyendo criptas y desenterrando los muertos. Los cadáveres de gente fallecida hacía mucho tiempo se mezclaron con los muertos hacía poco y con los que había generado el huracán. Los ataúdes se hacían pedazos por la violencia de las aguas y sus restos fueron arrastrados hacia el golfo de México.

A la mañana siguiente las autoridades observaron que varios ataúdes habían sido arrastrados al mar. Uno de esos ataúdes arrancados por el huracán contenía los restos mortales de Coghlan. Los autores de libros de misterio creen que las aguas lo llevaron al Sudeste, arrastrado por la corriente occidental y la corriente del Golfo, cuya velocidad es de 120 kilómetros por día.

EL ATAUD FLOTANTE

En 1906, según Winer sin apuntar la fecha exacta, el Sky Plover encontró algo aterrador. La tripulación había terminado la comida del mediodía, cuando el vigía anunció:

«Â¡Naufragio! ¡Dos puntos proa babor!»

La tripulación oteo el horizonte y diez minutos después, los asombrados marinos vieron, en lugar de restos de naufragio, ¡varios ataúdes!

En efecto, eran cuatro ataúdes cubiertos de coral, conchuela, barnaclas, lama y otras protuberancias marinas. ¿Se trataba de los restos arrancados del cementerio de Galveston? Nunca lo sabremos pues según Winer los miembros del Sky Plover se negaron subir a bordo tan macabro hallazgo.

Pero, por otra parte, parece que esta es otra parte inventada de la leyenda. Nunca existió ninguna embarcación llamada Sky Plover.

Edwards, Gaddis y Winer afirman que la corriente del Golfo de México llevó el sarcófago hasta las cercanías de Terranova. Allí fue sacado de la corriente por una galerna. Luego flotó sin rumbo frente a la costa oriental del Canadá, hasta que en octubre de 1908, ocho años y un mes después de que el huracán azotara Galveston, llegó a las cercanías de la isla Príncipe Eduardo. Varios pescadores de la isla habían echado sus redes en el Golfo de San Lorenzo, cuando de pronto notaron una caja oblonga, cubierta con barnaclas, que flotaba en el agua, muy cerca de la isla.

Los marineros la amarraron a sus botes y la remolcaron a tierra. La caja estaba cubierta de moluscos marinos y escaramujos. Se le quitó la gruesa capa de conchas y deposiciones de las barnaclas, descubriendo que se trataba de un ataúd con una placa de plata en la cubierta que decía:

«Charles Francis Coghlan. Nacido en el año 1841. Muerto en 1899».

A unos cuantos kilómetros se encontraba la aldea en donde había nacido y crecido el actor. Los restos fueron sepultados cerca de la iglesia donde había sido bautizado. Charles Francis Coghlan, al fin, había regresado a casa.

Bueno, eso es por lo menos lo que cuenta la leyenda, pero ¿Qué hay de cierto en todo esto?

¡AUNQUE USTED NO LO CREA!

Coghlan se casó en 1893, a la edad de 52 años, con Kuche Beveridge. Compró una residencia de verano en una granja de Fortune Bay, en la isla Príncipe Eduardo, donde poco después nacería su hija, Gertrude Coghlan.

El actor había «regresado» a la isla en vida y no como dicen los escritores, muerto y conducido por un ataúd.

Gertrude había casado con Augustus Pitou, promotor y actor que tiempo atrás había sido representante del propio Charles. Ambos habían gastado una fortuna en la búsqueda de los restos de su padre.

Consultó con los amigos de su padre, como Harrison Grey Fiske quien fuera el editor de teatro del New York Mirror; crítico y escritor notable, que también había producido las puestas en escena más notables del siglo XIX en Nueva York; propietario y editor del Dramatic Mirror[6]. Contrató detectives en Bayside, Long Island, en donde vivía la pareja, pero todo fue inútil. No se encontró ni la más pequeña pista.

El 15 de septiembre de 1927, la señora Coghlan leía Evening Post. Al final de su lectura se dirigió a la sección de Robert L. Ripley, Believe it or not! Su sorpresa fue mayúscula al ver que la nota principal[7] se refería a su padre:

«Charles Coghlan regresó a casa. El murió en 1897 y fue enterrado en Galveston. Cuando un trágico diluvio arrastró su ataúd hacia el mar y la Corriente del Golfo lo llevó, alrededor de la Florida, y después hacia el Norte, hasta la costa de la isla Príncipe Eduardo -a 2,000 millas de distancia-, donde había nacido»[8].

El corazón de Gertrude latió con fuerza. Si bien era cierto que Ripley estaba equivocado en dos cosas (Coghlan había nacido en París y su muerte ocurrió en 1899), tal vez el ataúd de su padre, finalmente, había sido encontrado.

La señora de Pitou se comunicó a la redacción del Evening Post. El editor la puso en contacto con Ripley. El dibujante afirmaba que aquellos datos procedían de la biografía de Lillie Langtry[9] y las memorias de Sir Johnston Forbes Robertson[10].

Gertrude sabía que esos dos actores habían trabajado con su padre, por lo que de inmediato compró un ejemplar de cada libro para leerlo.

En realidad en la autobiografía de la señora Langtry, The Days I Knew (Los días que conocí), se dice que el ataúd de Coghlan fue barrido hacia el mar, pero no se menciona el posterior hallazgo del ataúd, en la isla Príncipe Eduardo. El primero en mencionar este dato es Johnston Forbes en A player under three reigns (Un actor en tres reinos), en donde escribe:

«He hablado de Coghlan y sus actuaciones, pero me han contado un hecho curioso acerca del final de este excelente actor que debo hacer constar. Después de actuar en Romeo y Julieta, se comprometió para una obrita en el teatro Shaftesbury, que no tuvo mucho éxito. Retornó a América y nunca volvió a Inglaterra. Creo que al año siguiente murió en Galveston. Poco después de su entierro, azotó una violenta tormenta del Golfo, y las aguas barrieron su ataúd, entre otros, hacia el mar. La Corriente del Golfo lo arrastró alrededor de la Florida y por la costa Este, 1,500 millas, hasta isla Príncipe Eduardo, arrojándolo a la costa, no lejos de su casa».

RASTREANDO UN ATAÚD

El Evening Post recibió una carta de Gertrude Coghlan:

«Por favor, verifique esta información. Si supiéramos que hay algo de cierto en esa versión, comenzaríamos de inmediato una búsqueda en la isla Príncipe Eduardo».

El periódico se comunicó con Robertson, quien por cable contestó desde Londres:

«Me apena mucho no poder contestar categóricamente su mensaje. No recuerdo el conducto por el que me enteré de la suerte del cadáver de mi amigo; lo único que se es que quien propaló la noticia es una persona de toda mi confianza. En realidad creo que dos personas me contaron la historia. Realmente es chocante que este mito evidente haya sido incluido en mi libro. Supongo que su hija ha consultado a George Tyler, quien fue el agente de Coghlan por algún tiempo».

Inmediatamente la señora Pitou y el Post se comunicaron con Tyler.

«He oído la historia del ataúd de Coghlan no una, sino varias veces. Amigos cercanos de él me han dicho que apareció en la isla Príncipe Eduardo. Fue arrojado por el mar a la costa, en Fortune Bridge. Recuerdo que una vez, hace años, cuando mencioné que había sido encontrado en la playa de Galveston, alguien me corrigió «“no me acuerdo quién-, y me dijo que había sido llevado por la Corriente del Golfo hasta la isla canadiense. Me lo han dicho varias personas en quienes tengo confianza».

Poco más se pudo averiguar en ese entonces. La leyenda continuó y pasó a ser un clásico de lo insólito, a pesar de que todo indicaba que era un fraude. Charles Coghlan no había nacido en la isla Príncipe Eduardo, aunque había comprado una propiedad en Fortune Bay, en donde está el Fortune Bridge que menciona la leyenda. Algunos mencionan que el ataúd se encontró, poco después del huracán, muy cerca de Galveston. ¿Cómo pudo flotar un ataúd recubierto con placas de plomo? Una placa de plata sobre el ataúd resulta muy ostentosa, aún para un actor de fama. ¿Inventó Robertson la historia, y luego que vio que su broma había llegado demasiado lejos (hasta la hija de Coghlan), trató de escurrir el bulto?

La historia del ataúd de Charles Coghlan se menciona en uno de los coros de The Dog Beneath the Skin. Otra mención se hizo en 1934 en The Chase (1934). Se puede leer una versión abreviada, en la página 178 de Players: 1928-1938, editada por Edward Mendelson en 1988.

CASI UN HOMÓNIMO

Años después saldrían a la luz nuevos datos que darían un giro a la historia.

El 10 de junio de 1965 The Guardian publicó el artículo Pintoresca y fantástica historieta del cadáver de Coghlan, firmado por Neil A. Matheson, quien había entrevistado al doctor A. A. «Gus» MacDonald, de 91 años por aquel entonces. El médico declaró al periodista que tanto él «“que había practicado la medicina en Fortune Bay en 1908, cuando supuestamente se encontró el ataúd de Coghlan-, como la demás gente del pueblo, sabían que la historia era puro invento. Nadie conocía ninguna tumba de Charles Coghlan en esa sección de la provincia.

Por su parte la señora Beatrice Johnston, de Fortune Bay, calificó la historia de «pura patraña».

Matheson concluía su artículo así:

«Lo único cierto acerca de la leyenda, hasta donde he podido averiguar, es lo concerniente al cementerio que fue barrido por las aguas en Galveston».

Por las mismas fechas en que desapareció el ataúd de Coghlan, murió el también actor de teatro Charles P. Flockton, en Los Angeles, California (1904). De acuerdo con The Guardian de Charlottetown, del 5 de octubre de 1950, el último deseo de Flockton había sido que su cuerpo fuera cremado y que sus cenizas fueran enterradas en su casa de Cabo Abell, en Fortune Bay, isla Príncipe Eduardo. Todo esto se cumplió y los restos de Flockton descansan actualmente bajo un monumento de piedra.

Parece que en el asunto esta involucrado una confusión de nombres. Charles Coghlan y Charles Flockton suenan parecidos. Los dos eran actores con propiedades en Fortune Bay, y los dos murieron alrededor del año en que ocurrió la tragedia de Galveston.

Recientes investigaciones apuntan a esta hipótesis[11][12].

La historia del ataúd de Coghlan fue tomada por Albert A. Brandt para la revista Fate[13] y es probable que esa haya sido la fuente de Edwards. Posteriormente Gaddis la incluyó en su libro, de donde la tomó Winer, quien además inventó el caso del Sky Plover. La historia de los ataúdes flotantes es apócrifa. No se conoce de la existencia de ningún Sky Plover, se sabe que un Sky Dove se hundió en 1908, pero no se recuerda que haya tenido un encuentro con ataúdes en el mar.

Los escritores de temas paranormales constantemente reciclan sus mentiras, por lo que dudo mucho que a esta historia la podamos meter en un ataúd para enterrarla. Continuará flotando por años en el mar de las leyendas.

BIBLIOGRAFÍA

Anonym, Drama at Abell’s Cape, The Island Magazine, Spring/Summer, Canada, 1979.

Anonym, The Charles P. Flockton Comedy Company, The Island Magazine, Spring/Summer, Canada, 1982.

Barret Andre, Les Premiers Reporters Photographes, 1848-1914, Paris, 1977.

Brandt A. Albert, The man who came home, Fate, June 1952.

Edwards Frank, Strange world, Lyle Stuart, New York, 1959.

Gaddis Vincent, Verdaderos misterios del mar, Editorial Diana, México, 1974, pág. 57.

Langtry Lillie, The Days I Knew,

Ripley L. Robert, Believe it or not!, Evening Post, September 15, 1927.

Ripley L. Robert, The Omnibus Relieve It or Not!, Stanley Paul, London, sin fecha.

Robertson Forbes Johnston, A player under three reigns, Little, Brown & Co., Boston, 1925.

Slemen Tom, The coffin came home. Charles Coghlan, Artículo en Internet, 2001.

Whalen Dwight, Charles Coghlan nunca volvió a casa, Destino, Volumen 1, Número 4, Florida, 1979, pág. 30.

Winer Richard, Nuevos casos en el Triángulo de las Bermudas, ATE, Barcelona, 1977, pág. 75.

Charles Francis Coghlan.

Lillie Langtry.

Minnie Maddern Fiske.

Ellen Terry Beatrice.

En primer plano, de barba blanca., Harrison Grey Fiske.

Cartel de la obra The Royal Box.

Diversos aspectos de la destrucción dejada por el huracán de 1900.

La ciudad quedó en ruinas.

El huracán destruyó y arrasó casi por completo la ciudad de Galveston.

Cuando bajaron las aguas, la destrucción era más que evidente. El mar fue la fosa común para cientos de las víctimas del huracán.

Cartel de The Privateer, en la producción de Morrison.

El actor inglés Sir Johnston Forbes Robertson.

Fotografía de Charles P. Flockton, en la época en que murió Charles Coghlan.


[1] Gaddis Vincent, Verdaderos misterios del mar, Editorial Diana, México, 1974, pág. 57.[2] Whalen Dwight, Charles Coghlan nunca volvió a casa, Destino, Volumen 1, Número 4, Florida, 1979, pág. 30.

[3] Winer Richard, Nuevos casos en el Triángulo de las Bermudas, ATE, Barcelona, 1977, pág. 75.

[4] Slemen Tom, The coffin came home. Charles Coghlan, Artículo en Internet, 2001.

[5] Edwards Frank, Strange world, Lyle Stuart, New York, 1959.

[6] Barret Andre, Les Premiers Reporters Photographes, 1848-1914, Paris, 1977.

[7] Ripley L. Robert, Believe it or not!, Evening Post, September 15, 1927.

[8] En una de las colecciones de los libros de Ripley, Ripley L. Robert, The Omnibus Relieve It or Not!, Stanley Paul, London, sin fecha, se proporciona esta información adicional:

«El actor Charles Coghlan fue enterrado en Galveston, Texas, en 1897. Después de un huracán y un diluvio que azotó el sitio en 1900, su ataúd fue arrastrado al mar y llevado por la Corriente del Golfo por más de 2,000 millas, bordeando Florida, hasta la isla Príncipe Eduardo, en donde había nacido el actor».

[9] Langtry Lillie, The Days I Knew,

[10] Robertson Forbes Johnston, A player under three reigns, Little, Brown & Co., Boston, 1925.

[11] Anonym, The Charles P. Flockton Comedy Company, The Island Magazine, Spring/Summer, Canada, 1982.

[12] Anonym, Drama at Abell’s Cape, The Island Magazine, Spring/Summer, Canada, 1979.

[13] Brandt A. Albert, The man who came home, Fate, June, 1952.

Bola de Corrientes

En el título no me refiero a los ufólogos (¿o sí?); en realidad me ocupo de la esfera que cayó en la ciudad argentina de Corrientes.

El martes 20 de enero del 2004, como a las 10 de la mañana, los residentes de la Colonia Pando, en el departamento de San Roque, 150 kilómetros al sur de la ciudad de Corrientes, Argentina, escucharon una explosión. Estaba lloviendo por lo que muchos pensaron que se trataba de algún trueno. Al parecer sólo Miguel Benítez, un niño de entre 11 y 12 años, fue testigo de la caída.

«Yo estaba en mi casa cuando escuché una explosión que me asustó. El ruido era parecido al mal tiempo. Entonces salí a mirar. Divisé algo que no se veía bien porque estaba nublado. Primero era chiquitito, pero después se hizo grande. Vi cómo venía cayendo esa cosa redonda y que largaba mucho humo. Me asusté porque pensé que a lo mejor caía sobre mi casa y me escondí».

«No pudimos salir a mirar rápido porque estaba lloviendo, pero cuando al rato vino mi papá de trabajar le contamos y se fue a avisarle a los vecinos para que vengan a ver, y después nos fuimos todos a mirar».

José Abel Alegre, periodista de Radio Sudamericana de Corrientes, estuvo en el lugar, 3 kilómetros campo adentro del camino más cercano, y habló con la familia Benítez, y cuenta de esta manera su entrevista:

«Felisa, la mujer, contó que esto pasó el martes a las 10 de la mañana. Escucharon dos estruendos que movieron la tierra (por eso seguían buscando un segundo elemento) y vieron un objeto que venía largando fuego. Pasó por arriba de la casa y fue a parar a 400 metros de ahí».

La mujer y sus cuatro chicos se asustaron y se encerraron en la casa.

«Al rato largo, unas tres horas después, llegó Roberto Benítez, que había ido a buscar los animales, y encontró el objeto».

– ¿Quién dejó eso ahí? -preguntó Benítez a su familia.

– No, papá -contestó Darío, uno de los chicos-. Eso cayó del cielo.

El objeto fue a caer en la estancia de Ramón Tomás «Tito» Bolo, ubicada zona conocida como «El Rosado», de la Segunda Sección de Gustavino, a unos 20 kilómetros de la Colonia Pando. La esfera impactó a unos 300 metros de la casa de la familia Benítez, y a unos 800 metros del río Santa Lucía, en un lugar de difícil acceso.

Los integrantes de la familia Benítez, caseros del campo, fueron algunos de los testigos de la llegada del objeto. José Benítez, cuidador de la estancia de «Tito», dijo haber escuchado el ruido, parecido a un trueno primero y luego emitiendo un sonido metálico similar al que produce un golpe en un tambor vacío. La tierra tembló bajo sus pies.

Los periodistas de El Clarín entrevistaron a Melina Álvarez, 27 años, «coloniera», contó:

«Esa mañana estaba soleado como para llover. Sentimos como un trueno. Pero también pensamos que pudo haber sido una explosión lejana. Recién ayer a la mañana nos enteramos de lo que pasó».

En toda la colonia viven unas 2.000 personas. En el área urbana, de unas pocas manzanas, ni siquiera la policía tiene teléfono: el único servicio disponible es un semipúblico. Como continuaba la fuerte lluvia, Roberto Benítez tuvo que esperar hasta las 18 horas para salir a la ruta y avisarle a las autoridades y a los bomberos voluntarios de San Roque. La Policía correntina se enteró a las 10 de la noche.

Los primeros bomberos llegaron al lugar la madrugada del día siguiente, dirigidos por el jefe de bomberos de la zona, Adolfo Soler, tras lo cual pusieron en conocimiento de las autoridades provinciales sobre el hecho.

A primera hora de la mañana del 22 de enero el grupo de bomberos de la Brigada de Riesgos Químicos «“a cargo del subcomisario Félix Cemborain– llegaron al lugar para tomar contacto con el objeto, pero además para buscar muestras para su posterior análisis.

En el lugar los expertos levantaron muestras tanto de la pieza como del suelo donde había caído donde quedó -como toda señal- una especie de círculo de pasto quemado. Los efectivos de la Brigada de Riesgos Químicos decidieron trasladar el objeto hasta la subcomisaría de Colonia Pando para que permaneciera custodiada.

«Se tomó esta decisión porque el objeto no tenía a simple vistas marcas, señas ni sellos que indicaran que estaba compuesto por algún tipo de elemento radiactivo como tampoco sería tóxico, además consideramos que estaría mejor resguardado en la subcomisaría».

Los vecinos «Peto» Benítez, los Ríos, Juana Monzón, Dominga Ibarra y Claudia, Karina y Rocío Maidana contaron tanto a los periodistas como a los bomberos, policías y demás que llegaban hasta el campo de «Tito» Bolo para saber lo que había pasado.

UNA ESFERA METÁLICA

Luego, en una improvisada rueda de prensa realizada en la comisaría departamental, Cemborain daría los primeros resultados de su investigación:

«Es una especie de esfera que tiene 3,90 metros de diámetros, 1,40 de alto, una sola boca que mide 70 centímetros y adentro tiene unas válvulas; no dejó un cráter porque es liviano, es un cilindro que pesa 40 kilos y posee signos claros de combustión».

Desde un primer momento, los vecinos se habían acercado y -por lógica curiosidad- comenzaron a revisar y a tocar el objeto, más allá de que al parecer no revestía peligrosidad para sus vidas.

«Incluso «“dijo Cemborain- nos enteramos que los chicos se habían metido adentro del cilindro y lo hacían rodar de un lado para otro, por lo que tal vez lo mejor fue llevarlo a un lugar donde estuviese a resguardo».

Según el Ministro de Gobierno de la provincia, Jorge Barrionuevo, el aparato dejó en el lugar un hueco de algunos centímetros y el pasto quemado alrededor. El Ministro dijo que el objeto fue removido del lugar donde cayó y colocado bajo custodia de fuerzas de seguridad hasta tanto sea identificado por especialistas del ministerio de Seguridad de la Nación o de la Fuerza Aérea Argentina.

«Tenía un fuerte olor a combustible, en sus laterales posee la inscripción «Made in Italia» y un número: 06037-501 (F). Es de chapa muy liviana, ya que no alcanza a pesar unos 30 kilos».

Otras versiones indican que el número grabado era «060 – 370 – 501- F», «060370-501(F)» o «A 41-8 1060370501-S». En cuanto a los otros códigos las versiones son mas vagas y confusas ya que la -S se leería como -F o -7. También se dijo que se podían leer las letras «ITI» o «IN I».

El Subsecretario de Seguridad de Corrientes, Manuel Aguirre, manifestó que el objeto tiene una inscripción en letras y números «A 41-8 1060370501-S». Y concluyó que:

«Si tiene esa identificación, alguien lo estaba usando, y no es algo extraño a los terrestres».

El Subsecretario indicó que se tomó conocimiento de la caída del objeto el mismo 21 a las 21:55.

«En ese momento nos llegó una información del jefe de la Regional de la zona, manifestándonos que había caído un objeto no identificado».

Añadió que de inmediato se tomaron las medidas del caso, disponiendo que fuera hasta el lugar un equipo especializado en productos químicos, ya que «aparentemente se había desprendido un producto químico del envase o del objeto que había caído».

A partir de ese momento se desató la vorágine de conjeturas e hipótesis sobre qué era en realidad ese objeto no identificado. Desde que era un pedazo de avión, un OVNI, hasta que despedía algún tipo de líquido, todo era posible.

Los ufólogos también hicieron su aparición. Las señoras Silvia y Andrea Pérez Simondini, del grupo Visión OVNI, apoyaron la hipótesis de que el objeto era de procedencia italiana:

«Sres. directores Corrientes Noticias: De nuestra mayor consideración Tenemos el agrado de dirigirnos a ustedes para poner a disposición de ustedes los conocimientos que nuestra organización (visión Ovni) ha adquirido a lo largo de los años en virtud del estudio de los sucesos de Victoria Entre Ríos. Allí hemos investigado un objeto caído en la localidad de Montoya, del cual poseemos una parte y tenemos la posibilidad de comentarles que el objeto caído en La región es de procedencia efectivamente Italiana, de una empresa Lazio media, cuyo director es el reconocido científico Arnaldo Valenzuela (argentino radicado hace años en Italia y consultor de la nasa en proyectos espaciales). Creemos que en la zona se desarrollan investigaciones vinculadas con las corrientes electromagnéticas con prácticas de bombardeo de bario en la alta atmósfera. Tenemos un equipo en victoria en este momento, a cargo de Silvia Pérez Simondini, que pueden contactarla únicamente por esta vía y en Buenos Aires, con quien escribe Andrea Pérez Simondini al teléfono xyz Quedamos a vuestra disposición Atte. Andrea Pérez Simondini webs.sinectis.com.ar/rdva»

El coordinador de prensa del Gobierno de Corrientes, Óscar Nicliz, indicó a un grupo de periodistas que el lugar donde se detectó el objeto se encuentra acordonado.

«En el lugar donde cayeron los restos el césped estaba quemado y había una especie de aceite».

CONFUSIÓN Y CONJETURAS

Pero parece que muchas de estas noticias eran simples conjeturas. Incluso no se llega a un acuerdo en cuanto a las dimensiones y características del objeto. Se dijo que medía 3.60 metros de diámetro por 1.60 de altura; otros mencionaron 3.30 por 1.60. Que tenía una abertura de 70 centímetros o de 60. Que pesaba 30 kilos o 40. Que el lugar del impacto presentaba quemaduras en el pasto (un círculo de un metro y otros manchones varios metros de distancia). Y que el aparato despedía un líquido amarillento.

Sobre este último punto el que escribe sugirió que pudiera tratarse de algún combustible, mismo que hubiera quemado el lugar del impacto. Pero como bien señaló el investigador catalán Manuel Borraz, un objeto de este tipo, cruzando la atmósfera hasta llegar a tierra difícilmente podría contener restos de combustible.

«Así que una posibilidad alternativa sería la de que el líquido que escapaba del objeto, según algunas versiones, fuera quizás agua «teñida» al entrar en contacto con el mismo. Lo apunto como una mera posibilidad».

Considero que esta es la respuesta más apropiada. El agua de la lluvia, al entrar en contacto con la esfera que se encontraba a alta temperatura, contribuyó a enfriarla, tiñéndose de algún subproducto generado por las altas temperaturas.

Coincidentemente sobre el asunto del líquido amarillento, el director ejecutivo de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CONAE), Conrado Varotto, precisó que, «por la temperatura que tuvo que soportar ese artefacto», se descarta que «aún tenga restos de combustible, por lo que llama aún más la atención como llegó hasta el suelo».

Manuel continuaba:

«Por asociación de ideas, un «depósito» agujereado algo debía perder. Y «una bola que venía por el cielo largando fuego», «un bulto oscuro y humeante» que se precipitaba a tierra, algo debía quemar».

Tampoco existe consenso en cuanto al grabado que aparece en la esfera. Esto es debido a que sobre su superficie quemada puede leerse con dificultad una marca o un número. La primera versión indicaba que se leía «Made in Italy» o «ITI» o «IN I». Esto llevó a las autoridades argentinas a comunicarse con la Embajada italiana, pero ahí desconocían del asunto. Luego, el comodoro Jorge Retta, jefe de prensa de la Fuerza Aérea Argentina, informó que se trató de una información incorrecta.

Retta explicó que «hubo una apreciación equivocada» de las fuerzas policiales y los bomberos que llegaron primero al lugar.

«Nuestra gente que viajó al lugar donde cayó el satélite no ha encontrado ninguna identificación, pues la parte donde podría haber algún código, algún indicio sobre el origen, está chamuscada y no se lee nada con claridad».

«Adjudicar el origen a Italia ha sido una equivocación de la Policía, que llegó primero».

La versión de una fuente italiana para esta esfera quedó enterrada al identificar su verdadero origen: la tercera etapa de un cohete Delta II. Ningún contratista italiano participo en el programa Delta-II.

El objeto fue trasladado hacia la Capital provincial y luego a Buenos Aires para ser estudiado.

SE IDENTIFICA EL OBJETO

Pero ya el mismo 21 se había identificado el objeto. La CONAE emitió un comunicado que decía:

COMISION NACIONAL DE ACTIVIDADES ESPACIALES

Comunicado de prensa

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales comunica que acorde a la información recabada, el objeto que cayo en el municipio de San Roque, Provincia de Corrientes, seria parte de la tercera etapa de propulsión de un cohete lanzador Delta 2, utilizado para colocar en orbita el satélite GPS Navstar 35, lanzado desde Cabo Cañaveral, Estado de Florida, el 26 de octubre de 1993.

Si bien la trayectoria final de reentrada a la atmósfera de la etapa de propulsión mencionada pasaba por la zona del litoral argentino (información provista por el Orbital Information Group de NASA), ha sido necesario conocer con mayor precisión la hora de caída, a fin de determinar con certeza que el objeto podría ser el indicado.

Independientemente de ello, los técnicos de la CONAE y de otros entes del Sistema Federal de Emergencias están trabajando en el sitio, a fin de efectuar los análisis técnicos correspondientes.

Buenos aires, 21 de enero de 2004, 20,30 hs

Efectivamente, se trataba de la tercera etapa de propulsión de un cohete lanzador Delta II, modelo 7925, utilizado para colocar en orbita al satélite GPS Navstar 35, lanzado desde Cabo Cañaveral, estado de Florida, el 26 de octubre de 1993. La caída coincide aproximadamente en el lugar, en la fecha y hora predicha para la reentrada (12 horas UT del 20/01/04), y en el tamaño (2.3*1.2 m) y forma de la etapa 3 (PAM-D).

APÉNDICE

El investigador Luis Augusto Reggiardo, proporciona los siguientes datos que corroboran lo dicho:

OBJETO RECUPERADO:

[Población: 18.000

Coordenadas aprox. de impacto: 28° 36′ 37″ S – 58° 34′ 49″ O

Hora de impacto: 20.01.2004 11:40UTC / 12:40 UTC / 13:30 UTC [Difieren versiones]

El objeto que se encontró es solamente la carcaza del motor de la 3era fase de un cohete Delta-II 7925 (pero sin el). Esta carcaza que es muy dura pero liviana (hecha de Titanio) se encontraba originalmente dentro de un modulo llamado PAM-D que es la 3er fase del Cohete Delta II, cuya misión fue poner en orbita un satélite del sistema GPS en 1993.

Finalizo su misión (quemando todo su combustible) y quedo orbitando alrededor de la Tierra desde 1993, durante 11 años sin ningún uso práctico, formando parte de la «chatarra espacial». La madrugada del 20 de enero reingresó ferozmente a la Tierra

COHETE AL QUE PERTENECE EL OBJETO RECUPERADO:

Tipo: DELTA-II MLV (Medium Launch Vehicle) de 3 etapas e inyector largo.

Numero: 7925

Código NORAD: 22877

Fabricante: McDonnell Douglas Astronautics Corp. en Huntington Beach, CA. y Boeing Corp. en Canoga Park, CO

Numero de serie: 223

Fairing: 9.5 pies

Masa: 1882 T

Carga máx.: 1869T

Peso bruto de despegue: 230,88T

Peso bruto de combustible: 194,73T

Largo total: 39,38mt

Máx. diámetro: 4,60mt

Sobre el modelo:

Operacional del 26.11.1990 al 10.06.2003

50 Vuelos orbitales.

MISION DEL COHETE: Poner en orbita el satélite NAVSTAR-34 (GPS)

Lanzamiento: 26.10.1993 – 17:04 UTC; Estación LC 17B de Base de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida, USA

Puesta en orbita del satélite: 28.10.1993

SATELITE NAVSTAR-34:

Satélite: GPS Navstar 34 – Block IIA-23, PRN-04

Fabricante: Rockwell Space Systems

Cliente: Departamento de Defensa de USA (DOD)

Nombre NORAD: NAVSTAR 35 R/B (PAM-D)

Código NORAD: 22879

Designación Internacional: 1993 068C

Entrada en operaciones: 22.11.1993

Masa: 1665kg

Tiempo de vida: +7.5 años

Orbita de la misión: MEO / 20.200 km (10, 900 nmi)

Slot orbital: D4

Reloj atómico en uso: 2 de Rubidio (Rb)

Capacidad: SA (Selective Availabity) y A-S (Anti-spoof), sensor de detonaciones nucleares.

Señales de navegación: 2 en banda L (1575.42 MHz (L1) y 1227.60 MHz (L2))

Estado: ACTIVO [Fuera de uso entre el 21.01.2004 19:00 UTC al 22.01.2004 07:00 UTC por mantenimiento de relocación.]

Etapa 3 – PAM-D (Payload Assist Module – Delta Model / Modulo de Asistencia de la Carga Útil – Modelo Delta)

Modelo: Star 48B

Fabricante: Thiokol

Largo: 2,03mt

diámetro: 2,44mt

Masa: 2144kg

Masa vacío: 114kg

Motor (dentro del PAM-D):

Modelo: TE-M-711-18 [Código] – Star 48B

Fabricante: Thiokol

diámetro: 1,245mt

Largo: 2,032mt

Masa: 2.140,5 Kg.

Cámaras: 1

Tiempo de quemado: 84,5s

Peso combustible: 2011kg

Cobertura (carcaza, tanque combustible): Aleación de Titanio Ti-6Al-4V (Titanio-6Aluminio-4Vanadio)

Combustible: Sólido TP-H-3340

Composición Combustible:

Perclorato de Amonio (AP) – 71%

Aluminio (AL) – 18%

HTPB Binder (HTPB)- 11%

Tobera: Semi-sumergida con cono de carbono-fenólico (es lo que le falta al objeto recuperado, se encontraría en la abertura, pero se perdió en el reingreso)

Sobre el modelo:

Primer vuelo: 1982

Ultimo vuelo: 1999

Numero de vuelos: 97

Usado también en: Black Colt, Conestoga, Delta 6925, Delta IV Small

FABRICANTE DEL MODULO PAM-D Y MOTOR STAR 48B:

ATK Thiokol propulsión (Contratista del sector aeroespacial y de defensa de USA)

Tel: 435-863-3511, 952-351-3000. Fax: 952-351-3009

Brigham City, UT 84302-0707

Una investigación final del caso de los ovnis boludos podría comprender: un análisis de los reportes ovni archivados en las asociaciones ufológicas, ocurridos en las fechas de reentrada de chatarra espacial. Un buen punto de partida son las fechas señaladas en esta serie de artículos. ¿Querría alguien acompañarme y ayudarme a hacer este análisis comparativo?

Originalmente no se podía ver claramente las cifras grabadas sobre la esfera. Luego de tratamiento con ácidos se encontró que una de las cifras era 1060370-501 (F)

REFERENCIAS

Anónimo, Aguardan a expertos de CONAE para analizar los restos del satélite, Corrientes, página en Internet, http://www.eltribuno.com.ar/2004/portada/20040122_111257.php

Anónimo, Argentina: 70 kilos de chatarra espacial caen en la provincia de Corrientes, página en Internet, http://www.plus.es/codigo/noticias/ficha_noticia.asp?id=334975

Anónimo, Aseguran que la NASA sabía que el objeto iba a caer en la Argentina, 22 de enero, página en Internet, http://www.corrientesnoticias.com.ar/article.php?sid=8211

Anónimo, Cae fragmento de un satélite en la Argentina,
Buenos Aires, 21 de enero del 2004, ANSA, página en Internet, http://www.abc.com.py/articulos.php?fec=2004-01-22&pid=90468&sec=12

Anónimo, Cayó un meteorito en Corrientes, Agencia DYN, página en Internet, http://www.losandes.com.ar/2004/0121/UM/nota167910_1.htm

Anónimo, Cayó un trozo incendiado de satélite sobre un campo correntino. El ataque de la chatarra espacial, página en Internet, http://www.pagina12web.com.ar/diario/sociedad/3-30635.html

Anónimo, Chatarra espacial y meteoritos perturban los cielos, 22 de enero del 2004, página en Internet, http://cultura.terra.es/cac/articulo/html/cac2612.htm

Anónimo, Chatarra espacial: Sería parte de un cohete lanzado desde los Estados Unidos en 1993, Corrientes, 22 de enero de 2004, página en Internet, http://www.derf.com.ar/despachos.asp?cod_des=4196

Anónimo, Científicos estudian pieza caída en campo correntino, página en Internet, http://www.elindependiente.com.ar/noticias_v.asp?9475

Anónimo, Conmoción causa caída de chatarra espacial en Argentina, página en Internet, http://noticias.123.cl/entel123/html/Centro_de_Noticias/Noticias/Latinoamerica/153247.html

Anónimo, Conmociona en Corrientes la caída de un objeto del cielo, página en Internet, http://www.lagaceta.com.ar/vernota.asp?id_seccion=8&seccion=&id_nota=64379

Anónimo, Defensa Civil recorrió el lugar donde cayó parte de un satélite, San Roque, página en Internet, http://www.planetacorrientes.com.ar/noticias/noticia.php?idnoti=805&tema=3

Anónimo, El objeto cilíndrico caído desde el cielo en Corrientes era parte de un satélite Italiano, página en Internet, http://www.laautenticadefensa.com.ar/modules.php?name=News&file=article&sid=11524

Anónimo, El objeto que cayó en Corrientes sería parte de un cohete, página en Internet, http://old.clarin.com/diario/2004/01/21/um/m-695336.htm

Anónimo, El objeto que cayó en Corrientes, Argentina, sería parte de un satélite, 23 de enero del 2004, página en Internet, http://axxon.com.ar/not/134/c-1340083.htm

Anónimo, Elemento que cayó sobre suelo argentino era parte de un cohete, página en Internet, http://www.terra.cl/noticias/noticias.cfm?id_reg=343656&id_cat=1167

Anónimo, Incidente espacial: serían los restos de un satélite italiano, 22 de enero del 2004, página en Internet, http://www.corrientesnoticias.com.ar/article.php?sid=8208

Anónimo, Incidente espacial: serían los restos de un satélite italiano, 22 de enero del 2004, página en Internet, http://www.corrientesnoticias.com.ar/comments.php?op=Reply&pid=0&sid=8208

Anónimo, La chatarra espacial caída en Corrientes no tiene radiación, página en Internet, http://www.cadena3.com.ar/noticias_ampliada.asp?mas=40645

Anónimo, La Fuerza Aérea investiga la caída de un objeto no identificado al norte de Argentina, Buenos Aires, 21 de enero del 2004, Europa Press, página en Internet, http://www.europapress.es/europa2003/noticia.aspx?cod=20040121194410&tabID=1&ch=102

Anónimo, La hipótesis del cohete, avalada por especialistas, página en Internet, http://old.clarin.com/diario/2004/01/21/um/m-695531.htm

Anónimo, Parte de cohete lanzado en 1993 cayó en Argentina, página en Internet, http://www.24horas.cl/detalle.asp?IDCont=116070&IDSec=0

Anónimo, Rumores sobre OVNIS en la localidad de Colonia Pando, página en Internet, http://www.surenio.com.ar/index.php?s=ARligwdw%7C%7Cdiarios/veo%7CWWW24xqq7ufy3lgre

Anónimo, Sorpresa en Corrientes, página en Internet, http://www.diariohoy.net/v5/verNoticia.phtml/html/85496/

Anónimo, Tratan de identificar el OVNI que cayó a pocos kilómetros de San Roque, 21 de enero del 2004, http://www.corrientesnoticias.com.ar/article.php?sid=8206

Baig José, Argentina: el «OVNI» era un satélite, BBC Mundo, Argentina, página en Internet, http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_3421000/3421709.stm

Comunicado de la CONAE, página en Internet, http://www.eccentrix.com/members/argreentry3/prensa.htm

Corrientes

Duarte Andrés, Objeto caído en Argentina estaría identificado, CIFAE Chile, página en Internet, http://www.ovniaventura.com/objearg.htm

Nota en Internet, http://www.diariohoy.net/v5/verNoticia.phtml/html/85583/

Nota en La Prensa, Año 4 – Número 1247, 23 de Enero de 2004, página en Internet, http://www.laprensa.com.ar/secciones/nota.asp?ed=1252&tp=11&no=41395

Página en Internet, http://www.skyrocket.de/space/index_frame.htm?http://www.skyrocket.de/space/doc_stage/pam-d.htm

Reggiardo Luis Augusto, Caso «San Roque» – Reingreso de carcaza de motor Star 48B de PAM-D de Delta II 7925, página en Internet, http://www.reentry.tk/

Los ovnis boludos (final)

CONCLUSIONES

Ya en nuestro artículo original de 1996 apuntábamos a que se trataba de restos de naves espaciales fabricadas en la tierra por la Unión Soviética y por los Estados Unidos. Varios de los nuevos casos que hemos reseñado apuntan a esa solución. Incluso recientemente se ha desclasificado un estudio que demuestra esta hipótesis. En mayo de 1972 la Oficina de Impresión del Gobierno de los Estados Unidos, publicó una lista de reentradas de objetos que habían sido estudiados por el Senate Committee on Aeronautical and Space Sciences. Llevaba por título «Convention on International Liability for Damage Caused by Space Objects: Analysis and Background Data».

Esta lista ha sido actualizada y se encuentra como Summary of Recovered Reentry Debris. El lector la puede encontrar en el Apéndice 1.

Este resumen comprende 54 casos que incluyen tanto esferas como otros restos de satélites y cohetes que han caído a la Tierra. Nosotros apuntábamos en 1996, 27 casos, hoy hemos subido la lista a 154.

En el resumen se puede observar que varios de los casos que reseñamos ya tienen una explicación:

Los autores del resumen advierten que únicamente proporcionan los casos por ellos conocidos. A su lista tendrían que sumar, por lo menos, otros 79 casos que menciono en este artículo. ¡Seguro que existen muchos más!

En julio del 2000 se publicó el número 97 de la revista Contacto OVNI en el que varios ufólogos (entre los que se encontraban Antonio Díaz Altamirano, Rafael Lara Palmeros, Luis Ramírez Reyes y Mario Torres Lujan), retomaba la hipótesis de este autor, misma que había sido objeto de burla cuando se expuso por primera vez en 1996. La razón es que algunos de ellos habían viajado al Centro Espacial Johnson, en Texas, a hacer un reportaje y, mientras tomaban fotografías de las naves espaciales, pudieron observar que muchas de ellas contenían las famosas esferas. ¡Después de todo tenía razón el maldito escéptico de Noguez!

Se calcula que hay de 100 a 200 reentradas de grandes objetos por año. En casi 40 años han caído a la Tierra unas 14,000 toneladas métricas de desechos, esto es entre el 20 y el 30% de la masa de todos los satélites y cohetes que han sido lanzados al espacio. El mayor de ellos fue la estación MIR, de 120 toneladas.

La probabilidad de ser herido por chatarra espacial es de menos de 1 en un billón. La probabilidad de ser alcanzado por un rayo es de 1 en 1.4 millones. La de ser alcanzado por una esfera debe ser todavía menor a 1 en un billón. Sólo se conoce un caso de una vaca, en Cuba, que fue impactada por chatarra espacial en 1960.

En el Apéndice 2 se incluyen varias tablas que resumen los casos aquí presentados. Analizar esos datos puede dar información adicional. Pero hay que aclarar que no se pueden sacar conclusiones, a menos que se esté consciente de que estarán sesgadas. El sesgo proviene de múltiples fuentes. La primera, obvia, es que este autor escogió únicamente los casos de «chatarra espacial» en los que estaban involucradas las esferas y los cilindros. Sólo consideró los restos que no presentaban una forma bien definida, sí estaban relacionados a las caídas de esferas o cilindros.

Una segunda fuente de sesgo es que el autor no lee lenguas como el ruso, suahili, cantonés, etcétera. Quiero decir con lo anterior que sólo la literatura en español e inglés que estuvo a mi disposición, es la fuente de este trabajo. Seguramente deben existir muchísimos otros informes en otras lenguas. Por ejemplo, resulta más que curioso que Rusia (la antigua Unión Soviética), siendo una de las principales fuentes de «chatarra espacial», y teniendo la mayor extensión territorial, no presente ningún caso en esta lista. Los Estados Unidos aportan 27 casos (el 17.53%). También este dato me sorprende. Supongo que el porcentaje debería ser mayor, por razones similares a las de Rusia. Avanzo dos hipótesis explicativas:

– Los americanos saben de antemano en dónde van a caer estos objetos y tienen algún programa de pronta recuperación, como el que se puso en acción durante el desastre del Columbia, (lo que explicaría varias de las leyendas de OVNIs estrellados en los que se menciona a gente de la NASA o del Ejército).

– Los americanos hacen lo posible por controlar que estos objetos no caigan sobre su territorio. Si lo hace en otros países, es lo de menos.

En cuanto a las fechas de caída tenemos que el 2.04% lo hizo en la década del 50; el 47.62% en los 60; 22.45% en los 70; 4.08% en los 80; 13.61% en los 90; y 10.20% en lo que va de este siglo.

El único dato que me sorprende es el de la década de los ochenta. Es lógico que la cantidad reportada en los 50 sea baja: comenzaba la carrera espacial en 1957. Luego, la inexperiencia hizo que en los 60 se dispararan los fallos. Un refinamiento en la tecnología disminuyó los casos en los 70. Los 90 presentan una cantidad razonable; lo mismo que el despunte de este siglo. Los 80 tienen un valor bajo.

Una posible explicación viene del lado de la ufología. Recordemos que la principal fuente de estos casos es la literatura ufológica. Se relaciona con OVNIs la caída de estas esferas. La década de los 80 fue llamada «la década perdida», por el escaso interés en los OVNIs. ¿Será esta la razón del bajón en los 80?

En cuanto a la predilección por un lugar de caída, las palmas se lo lleva Argentina con 30 casos (19.48%) y los Estados Unidos con 27 casos (17.53%). Le sigue México con 19 casos (poco más del 12%), lo que no es raro ya que el autor puede verificar la casuística nacional por la cercanía. En seguida está Brasil con 12. Nueva Zelanda y Australia tienen 8 y 7 casos, respectivamente. España aporta 6 o el 4.08%. Suecia tiene 5 casos. Colombia, Sudáfrica y Nepal cuentan 4 cada uno. Chile, Guatemala y Bolivia, 3. Arabia Saudita, Perú, Venezuela y Canadá van con 2. Finalmente, con 1 caso cada uno: Chad, Irlanda, Italia, Sudan, Uganda, Martinica, Yugoslavia, Francia, Filipinas y Angola. Por cierto, serían los mares y océanos los que tendrían la mayor colección de restos de OVNIs. Obviamente su destino serían las profundidades. Esta es la razón por la que sólo se menciona 1 objeto caído en el Atlántico y otro en el Pacífico, ambos sobre embarcaciones (alemana y japonesa).

Un último dato sin sitio de caída conocido, completa el total de 154 casos.

Hay 93 esferas de diversos tamaños y pesos. Ocho de ellas vienen en una presentación con antenas (58.5% y 5.44% respectivamente). En 23 casos no se describe la forma del objeto, probablemente sean placas sin forma definida. Los casos que se indican como placas son 4. Si reunimos esos 19 con estos 4 tenemos un 15.65%. Los cilindros comprenden 21 casos. Las formas ovales son 4, pero supongo que en realidad se refieren a esferas. Hay 2 discos (nuevamente tal vez se trate de placas). Finalmente hay 1 casos de cada uno de los siguientes tipos: tetraedro, bolitas, clavos, cono, conector, cubo, válvula y varillas.

Los tamaños de las esferas van de 4 a 48 pulgadas (para las de origen americano), y de 9 centímetros a 140 (para las de origen soviético). Esta es una de las principales razones para apuntar un origen terrestre: las esferas están fabricadas usando el sistema métrico decimal o el sistema inglés.

Entre esferas y cilindros hay 30 con medidas desconocidas. Tenemos 13 esferas de 15 pulgadas, la medida más común (15.12%). Hay 9 de 24; 7 de 16; 5 de 32 y 36 pulgadas, cada una. Las esferas de 6, 20, 22 y 48 pulgadas son 3 (cada una). Se cuentan 2 de 4, 8 y 18 pulgadas, cada una. Y por último, con un solo ejemplar: 14, 23, 28, 33, 39 y 40 pulgadas.

En medidas decentes tenemos: la medida más común es de 40 centímetros (5 casos). Dos casos de 38 centímetros. Un por cabeza: 9, 15, 36, 37 y 140 centímetros, siendo este el mayor tamaño.

En las esferas los pesos se reparten de la siguiente forma:

hasta 25 Kg

2

2.33%

hasta 35 Kg

2

2.33%

hasta 3 Kg

3

3.49%

hasta 30 Kg

3

3.49%

hasta 5 Kg

4

4.65%

hasta 20 Kg

4

4.65%

más de 100 Kg

4

4.65%

hasta 10 Kg

7

8.14%

hasta 15 Kg

16

18.60%

sin datos

41

47.67%

Los cilindros muestran esta distribución:

hasta 50 Kg

1

4.76%

hasta 100 Kg

1

4.76%

hasta 5 Kg

2

9.52%

hasta 10 Kg

2

9.52%

más de 100 Kg

4

19.05%

desconocido

11

52.38%

Pero los datos no son significativos y no nos dan mayor información puesto que no sabemos cuanto de su materia se perdió al reingresar a la atmósfera.

La composición es más interesante. Eliminando el caso extraterrestre del Remio, hay 25 casos de restos construidos con aleaciones de titanio (17%); 4 con aleaciones de aluminio, 2 con plomo, y 1 caso con Acero y otro con una aleación de Cobre Estaño. Pero en la gran mayoría, 72 casos, se desconoce de qué están hechas.

En general los componentes hechos de aluminio o materiales con puntos de fusión similares no sobreviven las reentradas, mientras que las piezas hechas con materiales con altos puntos de fusión, como el acero inoxidable, titanio y vidrio, sí lo hacen.

Algunas de las esferas fabricadas con aluminio están relacionadas con cierto tipo de refrigeradores. Parte de la carcasa de los cohetes también se fabrica con este tipo de aleaciones, debido a su bajo peso.

Varias de las esferas y restos espaciales tienen grabados marcas, letras y números que denotan, indudablemente, un origen terrestre. Son total 20 este tipo de casos. Probablemente todas tengan, originalmente, este tipo de identificación, el cual se pudo haber perdido gracias a los efectos de la reentrada en la atmósfera.

Se han identificado sin lugar a dudas 98 casos (62 americanos y 36 soviéticos). El resto seguramente se identificará en el futuro.

Los tanques a presión del Agena D (construido por Lockheed) fueron usados con varios fines: a) para almacenar nitrógeno o freon (CFC) utilizado para orientar y posicionar los satélites, b) para almacenar helio para presurizar los tanques de combustible an su etapa Estas esferas tienen diferentes usos, desde cambiar o mover de orbita los satélites, hasta impulsar o ayudar a bombear el combustible de los cohetes. En su interior hay diversos gases (hidrógeno, helio, tetróxido de nitrógeno, etcétera), pero es el helio el más común. El helio a alta presión impulsa los propelentes hipergólicos desde los tanques hasta el inyector del motor. El proceso esta controlado por válvulas. Se almacena en tanques esféricos de doble pared: un tanque metálico y una chaqueta exterior. Entre estos dos se coloca un aislante aluminizado de mylar, y se genera un vacío para minimizar la transferencia de calor. El helio debe estar en condiciones supercríticas (una densidad de 8 veces la del helio a condiciones ambientales), a temperaturas criogénicas (-269 °C, 4 grados por arriba del cero absoluto), y a una presión de 14.7 psia. El recipiente tiene conductos de llenado y de vaciado, un disco de expulsión, y un intercambiador de calor interno helio/helio. Al cerrar la válvula de llenado e introducir gas helio, en esas condiciones, se alcanza el nivel supercrítico y el helio se vuelve líquido, aumentando su densidad (de vapor a líquido). Al final de la presurización la densidad del helio supercrítico es de aproximadamente 8.7 libras por pie cúbico y la presión final es de aproximadamente 178 psi.

El disco de expulsión evita una sobrepresurización en la esfera. Consiste de dos discos de expulsión en serie, con una válvula entre ambos, que abre a baja presión (150 psia) y se cierra cuando se excede esa presión. Los discos de expulsión son idénticos; se activan a presiones entre 1,881 y 1967 psia.

La forma en que se usaron en el programa Saturno Apolo la describe John Ducan en Internet.

Tenemos pues la solución al «enigma de los mini-OVNIs esféricos». Se trata de objetos manufacturados por el hombre. No obstante, dudo mucho que los ufólogos acepten este veredicto. Para ellos estas esferas seguirán siendo los «OVNIs boludos», porque ellos, los ufólogos, nunca dejarán de ser unos pelotudos.

¿Continuará?

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APÉNDICE 1

Summary of Recovered Reentry Debris

1. An unknown number of pieces of debris from a space object were reported to have fallen in South Africa in September 1960. May have resulted from unsuccessful attempt to launch an Atlas/Able.

2. An unknown number of rocket motor and propellant tank pieces were reported to have fallen in Cuba in November 1960. Believed to be sub-orbital debris from failure of a Thor booster used to launch the Transit-IIIA satellite on 30 November 1960.

3. In March and June 1962 eleven pieces of stainless steel skin (average mass 2.7 kg) and one sustainer rocket engine spherical pressure bottle (0.56 m diameter, mass 21.7 kg) were found in Brazil and South Africa. Identified as pieces from Atlas booster for Mercury MA-6 mission, launched 20 February 1962.

4. In July 1962 a spherical pressure vessel about 0.4 m in diameter was found near Porto Allegre, Brazil. Part of a U.S. Air Force test satellite.

5. In September 1962 a cylindrical metal piece (diameter 0.15 m, mass 9.5 kg) fell on a street intersection in Manitowoc, Wisconsin. Identified as part of Soviet Sputnik IV, launched 15 May 1960.

6. In October 1962 three pieces of stainless steel skin (average size 0.9 x 1.2 m) and one piece of aluminum with steel nut, bolt, and washer attached (about 5 x 5 cm, mass 0.22 kg) were found in the Ivory Coast and Upper Volta. Identified as pieces from Atlas booster for Mercury MA-8 mission, launched 3 October 1962.

7. In April and June 1963 two spherical pressure vessels were found near Broken Hill, New South Wales, Australia. Believed to be from U.S. Agena rocket stage used to launch U.S. Air Force test satellites on 14 December 1962 and 7 January 1963. Both rocket stages reentered from orbit in January 1963.

8. In May 1963 a piece of stainless steel skin (0.42 m², mass 2.7 kg) was found near Concordia, Argentina. Identified as part of the Atlas booster for Mercury MA-9 mission, launched 15 May 1963.

9. In May 1963 a piece 0.3 x 0.38 m was found about 200 km north of Pretoria, South Africa. Believed to be part of a Soviet spacecraft.

10. In March 1964 a metal spherical pressure vessel (mass 11 kg) fell near Belem, Brazil. Believed to be part of a DoD Agena rocket stage.

11. In March 1964 an undetermined number of fragments fell in British Columbia, Canada. Believed to be of Soviet origin.

12. In May 1964 a charred piece of electronic equipment (mass 79 kg) was found near La Fria, Venezuela. Identified as part of a DoD satellite launched 27 April 1964, which reentered 26 May 1964.

13. In December 1964 and January 1965 a metal sphere (diameter 0.84 m), an aluminum cylinder (4 x 1.5 m) and four fragments of a rocket nozzle were found in northern Argentina. Identified as pieces from a DoD Titan III booster stage, possibly from a Trans-stage launched 10 December 1964, which reentered 13 December 1964.

14. In January 1965 a piece of woven asbestos sheet was found in Malawi. Identity not confirmed.

15. In early 1965 an object having the appearance of a space fragment was reported washed ashore on Abaco Island in the Bahamas. Possibly from the Atlas-Mariner I booster which was destroyed by the range safety officer shortly after launch on 22 July 1962, and landed in the designated ocean impact area.

16. In June 1965 three pieces believed to be space fragments were found in the Madiya Pradesh and Kota districts of India. Believed to be pieces from a DoD Titan IIIC development test launched 18 June 1965.

17. In September 1965 a titanium sphere (diameter 0.5 m), called the Merkanooka ball, and was found in Australia. Identified as a tank used for drinking water in Gemini V spacecraft launched 21 August 1965, components of which reentered in late August 1965.

18. In December 1965 three metal spheres fell near Seville, Spain. Believed to have been parts from Soviet Luna 8 rocket stage, launched 3 December 1965, parts of which reentered on 5 and 6 December 1965.

19. In March 1966 a piece of plastic shroud (about 1.2 x 1.5 m) was found in Australia. Identified as part from Echo II, launched 25 January 1964, one part of which reentered 23 February 1966.

20. In April 1966 a helium pressure sphere (diameter 1 m, mass 113.3 kg) was found by crew of Brazilian fishing boat at sea off coast of Brazil. Identified as part of S-IVB stage of Saturn booster sub-orbital test that was launched 26 February 1966, and landed in the designated ocean impact area.

21. In May 1966 a piece of lightweight metal (0.5 x 0.3 m), an oval-shaped metal piece (0.4 x 0.2 m), a black beehive-shaped piece (10 x 12 cm), and four pieces of fragile wire were found in the Rio Negro District of Brazil. Identified as parts of S-IVB stage of Saturn development test (SA-5) launched 29 January 1964, which reentered 30 April 1966.

22. In June 1966 a fragment believed to have returned from space was found in Colombia. Identified as part of Atlas booster used to launch Agena target vehicle either for Gemini 8 or Gemini 9A (launched 16 March and 1 June 1966). Probably from Gemini 9A target vehicle booster.

23. In July 1966 a piece of lightweight metal (4.7 x 2.6 m) and a piece of aluminum (3.3 x 5.1 m) were found in Peru and Zambia, respectively. In August and November 1966 a truncated cone metal piece (5.4 kg) and a smaller piece were found in Swaziland. Identified as pieces from S-IVB stage of Apollo-Saturn development test (AS-203) launched 5 July 1966.

24. In October 1966 a titanium spherical pressure vessel (diameter 0.37 m, mass 13.6 kg) was found near Tomahawk, Wisconsin. Identified as Soviet in origin.

25. In January 1967 a metal sphere (diameter 0.58 m, mass 15.8 kg) was found in Peru. Identified as part of Delta booster used to launch Biosatellite-1 on 14 December 1966.

26. In February 1967 two spherical pressure vessels were found in Mexico. One sphere was titanium with a diameter of 0.6 m and a mass of 30 kg; the other sphere had a diameter of 0.36 m. Believed to be Parts from the upper stage or experiments associated with a U.S. Air Force Titan IIIC.

27. In July 1967 a titanium sphere (diameter 0.6 m), a flat metal piece with bolts, and a titanium sphere (circumference 0.98 m) were found in Mexico. Identified as parts from Agena target vehicle launched 11 November 1966, in connection with Gemini XII mission.

28. In September 1967 a spherical pressure vessel (diameter 0.6 m) was found in Saudi Arabia. Identified as part of Delta booster used to launch Explorer 35 on 19 July 1967.

29. In December 1967 a metal piece (1 x 1.8 m, mass 10 kg) was found in Finland. Believed to be part of a Soviet vehicle.

30. In February 1968 a metal fragment (1 x 3 m, mass 57.5 kg) and in June 1970 a metal sphere (diameter 0.9 m) were found in Colombia. Identified as parts of lunar module descent stage used in Apollo V test mission, launched 22 January 1968.

31. In March 1968 a triangular cone-shaped piece (0.3 x 1.2 m, mass 10-15 kg) a metal disc (10-12 cm in diameter), and a small oval-shaped metal piece fell in the Gandaki Zone of Nepal. Believed to be of Soviet origin.

32. In April 1968 a metal sphere (diameter 0.6 m, mass 29 kg) was found near Mudgee, Australia. Identified as pressure vessel from Delta booster used to launch Biosatellite-II on 7 September 1967.

33. In April 1968 several pieces of plastic material in panel sections (0.23 x 0.23 m) were found in Angola. Identified as pieces of insulation from 3rd stage of Apollo VI booster, launched 4 April 1968.

34. In August 1968 a metal sphere (diameter 0.71 m, mass 20 kg) was found in eastern Colombia. Believed to be of U.S. origin.

35. In September 1968 a spherical pressure vessel (diameter 0.37 m, mass 14.5 kg) was found near Nome, Alaska. Identified as Soviet in origin.

36. In June 1969 numerous fragments (about 10 kg each) fell on a Japanese freighter off De Kastri Fort U.S.S.R. Pieces believed to be of Soviet origin.

37. In July 1969 a small fragment (about 30 cm long) fell on the deck of a German ship in the Atlantic Ocean. Other pieces fell in the water near the ship. Identified as debris from the first stage of the Saturn booster used to launch Apollo 11 on 16 July 1969.

38. In September 1969 a metal pressure sphere (diameter 0.38 m, mass 13.8 kg) was found near Ostersound, Sweden. Believed to be of Soviet origin.

39. In December 1969 a cylindrical piece (about 1 m in diameter) washed ashore hear Marie Galante, Martinique. Believed to be from the shroud of an Atlas booster that had been jettisoned in the designated ocean impact area.

40. In April 1970 a metal fragment was found in the West Cape area of South Africa. Believed to be part of Soviet spacecraft.

41. In July 1970 a spherical pressure vessel was found near Lai, Chad. Probably part of a Soviet vehicle.

42. In August 1970 five oblong pieces of steel (0.6-0.8 m long, mass about 70 kg each) and one flat steel plate (1.2 x 1.2 m, mass 290 kg) fell in Kansas, Texas, and Oklahoma. Identified as parts from Soviet Cosmos 316, launched 23 December 1969, which reentered 28 August 1970.

43. In March and April 1971 three spherical pressure vessels were found in North Dakota. Determined to be of U.S. origin.

44. In April 1972 four titanium pressure spheres (diameter 0.38 m, mass 13.6 kg each) were found in an area near Ashburton, New Zealand. A fifth sphere was found six years later near Eiffelton, New Zealand. Probably from Soviet Cosmos 482, launched 31 March 1972, part of which reentered 2 April 1972.

45. In January 1978 numerous fragments fell in the Northwest Territories of Canada. The debris consisted largely of rods (2 x 10 cm, average mass 55 g), and cylinders (10 x 40 cm, mass 3.6 kg) constructed mostly from beryllium. Identified as debris from Soviet Cosmos 954, launched 18 September 1977, which reentered 24 January 1978.

46. In June 1988 a titanium pressure sphere (diameter 0.37 m) was found in region of Marble Bar, Australia. Probably from Soviet Foton 4, launched 14 April 1988, reentered 28 April 1988.

47. In February 1991 numerous fragments fell on and around the town of Capitan Bermudez, Argentina. Identified as debris from Soviet Salyut 7/Cosmos 1686, launched 19 April 1982, which reentered 7 February 1991.

48. In December 1994 a metal plate (2.4 x 2.4 m, mass 20 kg) was found in Cosala, Mexico. Probably from Russian Cosmos 2267, launched 5 November 1993, which reentered 10 December 1994.

49. In January 1997 a steel propellant tank (1.7 x 2.7 m, mass 270 kg) landed near Georgetown, Texas. A titanium pressure sphere (diameter 0.58 m, mass 32 kg), and a composite combustion chamber (0.76 m long, average width 0.25 m) landed near Seguin, Texas. A lightweight fragment of charred woven material (10 x 13 cm) struck a woman in Turley, Oklahoma. She was not injured. Identified as debris from 2nd stage of Delta II booster, used to launch Midcourse Space Experiment on 24 April 1996. Stage reentered 22 January 1997.

50. In April 2000 a steel propellant tank (1.7 x 2.7 m, mass 270 kg), a titanium pressure sphere (diameter 0.58 m, mass 32 kg), and a composite combustion chamber (0.76 m long, average width 0.25 m) landed near Capetown, South Africa. Identified as debris from 2nd stage of Delta II booster, used to launch GPS IIA-25 on 28 March 1996. Stage reentered 27 April 2000.

51. In October 2000 a metal fragment (10 x 18 cm) was found near Wichita, Kansas. Probably part of 4th-stage casing from Russian Proton booster, used to launch three Glonass navigation satellites on 13 October 2000. The casing reentered on 14 October 2000.

52. In January 2001 a titanium rocket-motor casing (diameter 1.2 m, length 2 m, mass 70 kg) was found in Saudi Arabia, 240 km west of Riyadh. Identified as debris from 3rd stage of Delta II booster used to launch GPS IIA-20 on 13 May 1993. Stage reentered 14 January 2001.

53. In March 2002 a titanium pressure sphere struck a home in Kasambya, Uganda. No injuries were reported. Identified as debris from 3rd stage of Ariane 3 booster used to launch GStar 1 and Telecom 1B on 8 May 1985. Stage reentered 27 March 2002.

54. In August 2002 a large sphere (diameter ~0.5 m, mass ~10 kg) landed near the village of Manzau, Angola. Probably debris from 3rd stage of Ariane 4 booster used to launch Atlantic Bird 2 satellite on 25 Sep 2001. Stage reentered 11 August 2002.

Esfera en exhibición en el museo del Centro Espacial Johnson, en Texas.

Muchas naves espaciales soviéticas fueron diseñadas para que sus tripulantes pudieran regresar a la Tierra. La cápsula Vostok es un ejemplo. Esta se exhibe en un museo de Moscú.

Los ovnis boludos (6)

CAE OTRA ESFERA EN BRASIL

El vaquero Gilberto Braga, quien vive en Nova Brasilandia, encontró una esfera en la región de Matto Grosso (13S, 57W), Brasil. Los sucesos ocurrieron aproximadamente a las 22:00 UTC del 1 de julio de 1997.

La «bola de hierro», como la denominaron los vecinos, dejó un cráter de tamaño regular. La esfera es de unos 3 a 4 pies de diámetro. (Caso 138)

José Calixto de Alencar, de la agencia JB, escribió:

«»¦ Mucha gente dijo que fueron testigos de la caída de un objeto incandescente sobre la región. El objeto produjo una gran explosión»¦ El granjero (señor Fogoio) dijo que pudo observar el objeto durante 6 minutos, antes de que cayera».

Según el especialista John Locker, al parecer se trató del Progress M-34, que a las 22:42 UTC del 1 de julio debería estar sobre las coordenadas 13.3S, 58.1W (muy cerca del sitio del cráter).

Pero para Ron Lee no podía ser el Progress M-34, porque, aunque el tiempo y las coordenadas coincidían, el objeto se encontraba todavía en el aire a las 04:00 UTC. Vladimir Agapov (de la lista Seesat & Hearsat) confirmó la caída del objeto a las 05:34:58 UTC, señalando que algunas piezas habían caído sobre el Océano Pacífico en 34.4 S, 154.7W (06:30 UTC).

CAIDA DE ESFERAS EN EL SIGLO XXI: ÁFRICA

El 27 de abril del 2000 cayeron unos misteriosos objetos luminosos sobre Western Cape. El más grande de ellos cayó en una granja a unos 37 kilómetros al Noreste de Cape Town, y sólo a 13 kilómetros de una comunidad en Durbanville. Otro cayó a unos 70 kilómetros al Este Sureste de Lemoenpoort (100 kilómetros Enoreste de Cape Town, y 25 kilómetros al sur del pueblo de Worcester. Un tercero golpeó la tierra a unos 24 kilómetros al Este Sureste, cerca del pueblo de Robertson.

La «bola espacial» de Lemoenpoort, que cayó el jueves y dejó un hueco de 8 pulgadas sobre el terreno, es una esfera de 23 pulgadas de diámetro y un peso de 32 kilogramos, fue vista por primera vez por un chico de 15 años, Theodore Solomons, quien dijo:

«Una bola incandescente llegó, de ninguna parte, hasta mi. No cayó del cenit, sino siguiendo un ángulo. Luego corrí y escuché algo como dos disparos, cuando la bola golpeó el suelo, a tan sólo unos metros de mí, aunque no hizo más que una ligera depresión».

Estaba todavía muy caliente como para tocarla cuando llegó al sitio el granjero Pieter Viljoen, dueño de la finca. Los trabajadores de su viñedo le dijeron que una bola brillante había caído a unos 50 metros de donde estaban trabajando. El granjero espero a que se enfriara el objeto (tardó más de una hora y media en enfriarse lo suficiente como para tocarlo), y lo colocó en su pickup para llevarlo al granero.

Los técnicos del Departamento de Aviación Civil, del Cape Town International Airport, informaron que esto no era parte de ningún tipo de avión conocido.

El superintendente de la policía Andre Kellerman dijo:

«Los testigos dijeron que, cuando cayeron, estaban blancos por el calor. Eran tres piezas que cayeron en una granja al Este de Cape Town». (Casos 139 a 141)

También dijo que el Departamento de Aviación Civil había pedido que la policía recuperara los objetos y entrevistara a los testigos que los había visto caer.

El astrónomo, Chris Koen, del SAAO (la Sociedad Astronómica de Sudáfrica), tuvo que informar a los medios que ellos tampoco tenían idea de lo que era el objeto, pero que suponían se trataba de algo manufacturado en la Tierra.

Greg Roberts, un astrónomo retirado del SAAO que actualmente se dedica a rastrear satélites artificiales como hobbie, sugirió que era parte de un satélite artificial que pudo haber caído sobre Sudáfrica.

Al final de la semana se reportó la caída de un objeto oblongo, mucho más grande, sobre la granja de Philip Scher, en Buurmanskraal, cerca de Durbanville.

«Escuchamos un sonido como de relámpagos, aunque no había una sola nube», dijo Philip Schew, un granjero de Worcester.

Su vecino, Lampies Lampbrecht, escuchó «una especie de crak seguido de una explosión», y varios de sus trabajadores vieron que «una bola incandescente» caía sobre la granja de Scher. Lampbrecht dijo que parecía como un tanque de agua de unos 3000 litros.

El lunes 1 de mayo, no fue un día festivo para Dave Laney, del SAAO, ya que tuvo que enfrentar a la prensa dando explicaciones sobre el enorme y oxidado tanque. Consultando en Internet, encontró que un objeto similar había caído el 22 de enero de 1997 cerca de Georgetown, Texas. Se trataba de un tanque de combustible de la segunda etapa de un cohete Delta II. La «bola espacial» de Durbanville es casi idéntica a la texana.

Alan Pickup en Edinburgh realizó algunos cálculos encontrando que este nuevo objeto pertenecía a otro cohete Delta II, que había puesto en órbita un satélite GPS en marzo de 1996. Se había calculado su caída justo cuando los testigos reportaron los objetos incandescentes (entre las 13:00 y las 13:30 UTC).

El doctor Cees Rijswijk, del Observatorio de Cape Town declaró:

«Son definitivamente de un cohete Delta II. Podría haber más en camino, pero las probabilidades de que alguien fuera golpeado por uno de estos objetos son menores de las de ser arrollado por un autobús. Existen más de 8,000 piezas de basura espacial sobre nosotros, la mayoría de ella esta siendo monitoreada. Como la mayor parte de la Tierra esta cubierta por agua, la probabilidad de que caigan sobre la tierra son más bajas».

Dos de los objetos fueron descritos como «grandes bolas de metal» que tenían una especie de pernos. La primera pesa cerca de 30 kilogramos (65 libras) y la segunda 50 kilos (110 libras), y su forma es más parecida a la de un huevo. Los testigos dicen que tenía unos 4 pies de longitud por 3 de diámetro (1.3 por 1 metros). La primera cayó el jueves, mientras que la segunda lo hizo el domingo.

El 3 de mayo se reprodujo un reporte que había aparecido en el periódico The Afrikáans, en la columna Die Burger. Se decía que Bertie Nel, gerente de Le Grande Chasseur, una bodega de vinos cercana a Robertson, había escuchado un ruido «como el de un helicóptero», y luego vio un objeto luminoso que caía rápidamente desde una altura de unos 150 metros. Un segundo más tarde dejaba una perforación en los terrenos de Mnr Wouter de Wet, a unos 200 metros de la bodega. El objeto escurrió parte del metal al caer. Una pieza de algo que parecía ser hule, se había fundido por el calor. Esta era la «cámara de inyección» (tubo de escape), que era «tan grande como un barril de 20 litros» (de vino). Este objeto golpeó el suelo a las 15:30 (tiempo estándar de Sudáfrica) del 27 de abril. Se calcula que viajaba a unos 30,000 kilómetros por hora.

Pronto Laney y Case Rijsdijk, también del SAAO partieron a la estación de policía de Kraaifontein, a donde se había llevado el objeto. Ahí tuvieron oportunidad de fotografiarlo y hacer los arreglos necesarios para trasladarlo al MTN ScienCentre de Cape Town, en donde se comenzó a exhibir. Actualmente se le puede ver en el South African Astronomical Observatory.

Nick Johnson, científico en jefe y gerente del programa de recuperación de residuos espaciales de la NASA, dijo que los objetos pertenecían a un cohete Delta lanzado en 1996. Afirmó que la NASA esperaba que cayeran en esa área. Afirmó que la NASA se pondría en contacto con las autoridades sudafricanas para examinar los objetos. Y según un acuerdo firmado en las Naciones Unidas:

«Aunque nadie ha sido herido por este tipo de objetos, por lo menos desde hace cuarenta años, el Gobierno de los Estados Unidos indemnizará a cualquiera que resulte herido».

Luego de inspeccionar los objetos declaró:

«De la inspección hecha el lunes por la mañana podemos afirmar que la esfera no pertenece a nuestro cohete, sino al satélite».

Un objeto esférico cayó en marzo del 2002, sobre la casa de Zewuliya Nabalagwa, en Kasambya, subcondado Kikandwa, del distrito de Mubende, Uganda.

El objeto fue recuperado por la policía. El vocero Asuman Mugenyi, dijo que se trataba de un objeto hecho por el hombre

Los testigos dijeron que el objeto parecía un globo metálico inflado, como una gran jarra, de un metro de diámetro, con la boca sellada con dos anillos. (Caso 143)

Cerca de la villa de Manzawu, Angola, al Norte de la provincia de Uije, cayó una esfera luego de que los vecinos escucharon una fuerte explosión en agosto del 2002. El objeto tenía unos 50 centímetros de diámetro y pesaba 10 kilogramos. (Caso 145)

Varios de los aldeanos huyeron de sus casas luego de la explosión. «Teníamos miedo de que explotara», dijeron los testigos a la Estación de Radio Católica Ecclesia.

Expertos del las Fuerzas Armadas Angoleñas viajaron hasta el sitio para examinar la esfera.

MAS ESFERAS FUERA DE ÁFRICA

Regresándonos un poco en el tiempo. Un gran motor sobrevivió la reentrada el 14 de enero del 2001, y fue a caer a 240 Kilómetros al Oeste de Riyadh, en Arabia Saudita. No se escucho ruido alguno ni se vio destello, simplemente se le encontró a la mañana siguiente sobre la arena. Su forma es casi esférica (en realidad un cilindro de una altura muy similar a su diámetro). Se trataba de un motor del cohete Delta II, tercera etapa, de 1.2 metros de diámetro por 2 metros de longitud (PAM-D, Payload Assist Module – Delta). Pesaba 70 kilogramos y estaba fabricado con titanio. El Delta II se utilizó para poner en órbita el satélite GPS II A-20, el 13 de mayo de 1993. (Caso 142)

El 10 de junio del 2002 una esfera de 90 centímetros de diámetro y 90 kilogramos de peso cayó en las playas de Isle of Palms, en Carolina del Sur. (Caso 144)

Marie Segneri la encontró cerca de su casa en la playa, en Isle of Palms.

«Creíamos que era una gran pelota de playa. Algunos de mis familiares nadaron hasta ella para traerla hacia la playa, pero era muy pesada. Era de metal y tenía números grabados. No había forma de traerla hacia la tierra».

La jefa de bomberos de Isle of Palms, Ann Graham dijo: «La llamamos OFNI «“ Objeto Flotante No Identificado».

Tenía una serie de números impresos en su superficie. Expertos de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) sugirieron que podría tratarse de un dispositivo de flotación usado en una nave de dragado, pero no quisieron asegurarlo. Otros dijeron que se trataba de aparatos utilizados en barcos petroleros. Los llamados «puercos». Uno de los expertos dijo que los «puercos» se usan de la siguiente forma:

«Cuando se va a bombear petróleo a través de las tuberías lo primero que se hace es enviar una de estas bolas por la línea para despejar y eliminar el aire entrampado. Hay en varios tamaños, dependiendo del diámetro de la tubería. Los números en la esfera corresponden al tamaño de la tubería. Esta bola parece haber sido dañada, está agrietada, por lo que fue lanzada al mar. No porque sean de metal o aluminio significa que no pueden flotar: están huecas».

Otra teoría exponía la posibilidad de que se tratara de una mina de entrenamiento MK 6, llamadas «marcas de sonar» que en efecto son ET (Exercise-Training), aparatos de ejercicio y entrenamiento. Se utilizan para calibrar el sonar para buscar minas. Pertenecen al Mine Warfare Command de la Base Naval de Charleston.

Una esfera metálica cayó en la región del Pantanal, en el Estado de Mato Grosso do Sul, al Suroeste de Brasil,

La esfera mide 60 centímetros de diámetro, con 1.9 de circunferencia. Pesa aproximadamente 30 kilogramos.

La gente en Campo Grande, capital de Mato Grosso do Sul la llama «El huevo de E.T.».

La Fuerza Aérea Brasileira (FAB) mantiene en custodia la esfera en la base de Campo Grande. (Caso 146)

CAIDA DE ESFERAS EN EL SIGLO XXI: COLUMBIA

El Columbia dejó algunos restos de este tipo.

Una enorme bola de acero inoxidable se encontró en el Condado de San Agustine, casi en el límite con el condado Sabine (Caso 147). Al menos otras dos esferas fueron encontradas en los condados de Nacogdoches (Caso 148) y Sabine (Caso 149).

El sheriff del condado de Nacogdoches, Thomas Kerss. Se encontró una esfera en el aeropuerto del pueblo. Cayeron piezas en un estacionamiento (Caso 150), en los terrenos para el ganado y en los bosques.

En la presa Toledo Bend (Condado Sabine) cayó una pieza del tamaño de un auto compacto, dijo el sheriff, Tom Maddox.

Vecinos de San Agustine, Bob Ozee y Spencer Boaz, encontraron una de las esferas el sábado a las 10:30 de la mañana.

«De su interior salía una especie de luz amarillo dorada», dijo Ozee, quien comenzó a percibir un «olor como de azufre».

Danny Brashear, un bombero voluntario de Hemphill se encargó de la esfera de 4 pies de diámetro cerca de la Magnolia Baptist Church fuera del camino 4305 del condado de San Augustine, en los terrenos pertenecientes a Temple-Inland Inc.

Ozee y Boaz estuvieron con la esfera por unos 45 minutos antes de que llegara Brashear. Luego, el bombero cercó el área y ordenó a los testigos que fueran al Puesto de Comando de Chinquapin, y de ahí al hospital para ser revisados.

En el hospital les tomaron rayos X del pecho para tener un parámetro a comparar, en caso de futuras complicaciones.

«No nos dejaron usar nuestras ropas, hasta que fueran lavadas. No nos querían regresar la ropa, pero decidieron llevarnos a nuestras casas y regresar con la ropa en una bolsa».

Para Brasher

«Era la cuarta de 5 piezas que pude hallar. Los otros objetos eran muy pequeños. Es de acero inoxidable brillante. No parece haber caído del cielo, y no hay un cráter de impacto. Estaba tan caliente que tenía un color naranja. Del interior escapaba un líquido. Había un olor a cloro. Podía ver cómo se vaporizaba formando una bruma amarilla que hacía que los árboles también se vieran amarillos. Eso fue suficiente y me alejé».

Brasher llamó a la Oficina del Sheriff del condado de Sabine, pero de ahí lo comunicaron con el condado de San Agustine. Luego llegaron los militares. El vocero de la NASA, Michael Braukus, dijo que la esfera contenía tetróxido de nitrógeno (N2O4), un combustible de cohetes. Este es un agente oxidante con un fuerte olor a cloro. Puede irritar la piel, los ojos y las membranas mucosas. Puede producir «una reacción a las 24 horas: genera que los pulmones se llenen de fluido, provocando una falla respiratoria».

Otras esferas contienen amoniaco y Monometil hidracina (MMH). Este último es un agente cancerígeno con olor a amoniaco, que también puede afectar las membranas mucosas e irritar la piel y los ojos. Es altamente explosivo, tiene un flashpoint de 70 ° F.

Thomas Draus, del Orbital Maneuvering System/Reaction Control System de la NASA, en Kennedy Space Center, dijo que la esfera de 48 pulgadas de diámetro estaba hecha con titanio y acero inoxidable y que al caer tenía 5 galones (algunos dicen que 60), de los 120 totales, de MMH.

En las operaciones de recuperación de la esfera estuvieron involucrados el 6th Civil Support Team (Weapons of Mass Destruction) de la Guardia Nacional en Texas, el TCEQ (Texas Commission on Environmental Quality) y la EPA (Enviromental Protection Agency). El CST (WMD) fue creado en 1999 para responder a ataques terroristas en los que estuvieran involucradas armas químicas y biológicas. Su comandante es el mayor Maj. Michael P. Dietz.

El bombero Jesse T. Ybarra del Houston»™s Hazardous Materials Response Team, esta asignado a este comando. La recuperación del tanque esférico les llevó unas 12 horas. La operación resulta bastante reveladora. Imaginemos esta situación en otro contexto: en otro país y sin saber que lo que ha caído es un objeto de tecnología de la NASA. Las historias de testigos de avistamientos OVNI se ven clarificadas. Ahí tenemos el OVNI incandescente volando a gran altura. Luego el OVNI cae y un grupo de técnicos de la NASA llegan al sitio para recuperarlo. Finalmente el gobierno niega todo conocimiento. ¿Será esta la respuesta a algunos reportes OVNI?

Pero en Texas se seguiría encontrando partes del Columbia. T. C. Wright y su esposa Janice Wright encontraron otro tanque esférico, cerca de su granja, en Melrose, Texas. (Caso 151)

GUATEMALA 2003

Poco después de las nueve de la mañana del domingo 27 de mayo del 2003, a las 15:35 TU, se escuchó una fuerte explosión en las localidades de Jalapa y Escuintla, en Guatemala. Luego de la explosión se encontraron tres fragmentos metálicos, dos de ellos esferas de poco peso, con un eje metálico, que se supuso eran partes de un sistema generador de energía. El objeto más grande, era una esfera de 1.2 metros de diámetro. Había golpeado una colina y rodado hacia abajo.

La otra era una pieza de acero de un metro 60 centímetros de largo por 20 de ancho. (Casos 152 a 153)

Los primeros reportes se dieron en el barrio El Calvario, de Mataquescuintla, Jalapa, donde el mismo día se supo de la caída de una de estas esferas. El objeto fue descrito «como una bola de lana», con eje. Pesaba unos 15 kilogramos, a pesar de su volumen.

La segunda esfera cayó en terrenos de la finca Tehuantepeque, jurisdicción de Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla; su tamaño era un poco diferente, pues tenía una circunferencia de 60 centímetros.

Los reporteros de la revista La Hora informaron de esta forma, del extraño suceso a sus lectores:

«El administrador de esta finca, Leonel Hernández Cruz, dijo que en la mañana del domingo se escucharon una o dos explosiones lejanas, luego se vio el artefacto, que cayó en un cañaveral sin causar mayores daños; una versión similar se obtuvo en Mataquescuintla, Jalapa, donde los vecinos que vieron caer la bola también afirmaron que se produjeron dos explosiones antes de la caída del fragmento».

«El tercer trozo metálico cayó en una plantación de piñas, de una parcela ubicada en la calle 2, área 92 del parcelamiento Velasquitos, de La Democracia, departamento de Escuintla. El reporte de las autoridades señaló que la pieza, un poco quemada, tenía un metro 20 centímetros de largo, por 60 centímetros de ancho, y debido a su tamaño no fueron mayores los perjuicios causados. Este objeto, igual que los dos anteriores, cayó en la mañana del domingo, tras dos explosiones que muchos vecinos escucharon, pero que no lograron explicarse; hasta ahora que ya hay publicaciones relacionadas con la explosión de un aparato espacial, cuyos restos cayeron en el territorio nacional poco después de las nueve horas del domingo».

De inmediato se dio aviso a las autoridades competentes. Los primeros en ocuparse del asunto fueron los técnicos del Servicio de Desactivación de Explosivos de la Policía Nacional Civil (PNC). El segundo jefe de la Unidad de Explosivos, Otoniel López, dijo que su unidad se limitó determinar si se trata de un artefacto explosivo. Se le preguntó si los objetos podrían estar contaminados por sustancias tóxicas o por radiación, y López contestó:

«A nosotros sólo nos compete establecer si es algo explosivo, los demás análisis le corresponden al Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh)», añadió.

Dicho lo anterior, llegó personal del Departamento de Protección Radiológica del Ministerio de Energía y Minas, MEM, quienes determinaron que no contenían ningún tipo de radiación.

«Los objetos no muestran radiación, de tenerla, ya se habrían tomado medidas fuertes de seguridad».

Dijo Verónica Martínez, del MEM. También informó que, quienes han tocado estos objetos han sufrido comezón, por lo que notificarían a las autoridades de Salud Pública.

Se sospechó que los objetos pertenecían a algún artefacto estadounidense. La agregada de prensa de la Embajada de los Estados Unidos, Kay de Mayfield, explicó que el primero de estos objetos encontrado en Mataquescuintla, Jalapa, era un fragmento de un tanque de helio perteneciente a un cohete llamado Atlas, lanzado en 1998, propiedad de una empresa privada.

Hasta este momento (agosto del 2003) es el caso más reciente de una esfera metálica caída en la Tierra.

Continuará…

Aspecto general de un cohete Delta.

Una de las esferas encontradas en Sudáfrica (Aarhus Enver Essop).

A la derecha, los fragmentos de la cámara de combustión.

Andre Kellerman y la cámara de combustión.

El tanque de acero pertenecía a un cohete Delta.

Dave Laney y Case Rijsdijk en el estacionamiento del SAAO con toda la colección de objetos caídos en Cape Town.

Preparativos para trasladar la chatarra espacial, del MTN ScienCentre al SAAO.

Es notable el estado de conservación de la esfera.

El cilindro ya presenta signos de evidente corrosión. Obviamente fue fabricado en acero al carbón.

Gráficas del impacto de los micrometeoritos sobre el tanque de acero. La placa fue atravesada limpiamente.

El desierto Saudita fue el destino final de este motor.

La esfera de Isle of Palms.

Parte de un conector del Columbia caído en un estacionamiento.

La esfera de Nacogdoches aún tenía parte de su capa de mylar.

Jesse Ybarra dirigiendo la operación para cubrir el tanque con una capa de plástico. Fotos Ken Walter.

El sargento Jay L. Rimel (de gorra), Anthony Buck y el sargento Eduardo Velásquez.

Jesse T. Ybarra vistiendo su traje para contingencias químicas. A su lado, ayudando a colocar las botas, Don Taylor.

Walter J. Sneed, revisa los cierres del traje del sargento Jay L. Rimel. Cualquier chispa puede causar una explosión.

Jesse T. Ybarra, de botas naranja, dirige a los sargentos Eduardo Velazquez, Jay L. Rimel y Anthony Buck.

Anthony Buck y Jay L. Rimel ajustan sus trajes por el interior para iniciar el nivel A y seguir con la fase de neutralización.

El tanque se cubre con una lámina plástica.

Finalmente los especialistas se descontaminan con el rociado de productos químicos.

La esfera antes de que llegaran los equipos especializados en contingencias químicas y biológicas.

Los esposos Wright (T. C. y Janice) frente a una de las esferas del Columbia que cayó en sus sembradíos.

Verdaderamente el aspecto de esta esfera es el de una «bola de lana», como lo describieron los testigos.

Las esferas fueron llevadas a la Unidad de Explosivos de la Policía Nacional Civil.

La noticia apareció en los principales diarios y revistas de Guatemala. Durante días fue el principal tema de sobremesa.

En primer plano la esfera «normal». Detrás de ella la «bola de lana».

El aspecto más extraño y uno de los mejores estados de conservación es el que presenta esta esfera caída en Guatemala.