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El robot de Falkville (Final)

FALKVILLE UNA RETROSPECTIVA

Tratemos de analizar los datos que tenemos disponibles hasta el momento para dar un juicio en este caso. En realidad hay muchos puntos oscuros que nos remiten a un probable fraude, independientemente de los análisis computarizados que dieron resultados negativos, pero que von Keviczky no acepta.

En primer lugar esta el hecho de que Jeffrey Greenshaw no estaba en servicio aquella noche del 17 de octubre de 1973. La llamada fue recibida en su casa (¿?) por una vecina a la que no quiere identificar (para evitarle molestias con los curiosos). Sin embargo, sí da el nombre del dueño del prado en donde, supuestamente, aterrizó el OVNI: Bobby Summerford. Esta actitud incongruente tendría fácil explicación si pensamos que en realidad no existió ninguna llamada telefónica, y por lo tanto tampoco existió ninguna vecina. Además, lo lógico es que la señora se hubiera comunicado a la oficina de la policía (en donde había un guardia) y no a la casa de Greenshaw.

Otro punto sospechoso es la curiosa coincidencia de que la policía llevara una cámara Polaroid. Según von Keviczky, la utilizaba para fotografiar las infracciones cometidas en el sitio. Pero el mismo Jeffrey dice que «como había oído hablar de los OVNIs, llevaba conmigo un aparato Polaroid», es decir, iba con todas las intenciones de fotografiar una nave o un extraterrestre, ¿por qué estaba seguro de que lo iba a lograr?

La actitud de Greenshaw al ver el humanoide es otro interrogante. Normalmente los patrulleros se acercan al sospechoso, pero este policía se paró a más de 15 metros de distancia y desde ahí interrogó al ser. ¿Por qué le preguntó si era extranjero? Lo más lógico hubiera sido que preguntara quién era, su nombre, la razón de que se encontrara en ese sitio a esa hora, etc., pero no si era extranjero.

Greenshaw habla de un minuto, tiempo que utilizó para retirar los negativos. Si consideramos que ese fue el mismo tiempo que utilizó el humanoide para trasladarse de 15 a 3 metros de distancia, eso nos da 12 metros por minuto (0.72 Km/h): una velocidad sumamente lenta. Lo anterior contrasta con su declaración de que el ser «corría de una forma bizarra»¦ parecía tener muelles en los pies para propulsarse, podía cubrir cerca de tres metros en cada paso»¦ iba más deprisa que cualquier otro humano que haya visto correr». Hay que hacer notar que esta última declaración la hizo exactamente 6 meses después de su avistamiento (17 de abril de 1974), en una carta dirigida a von Keviczky. Originalmente no mencionó esa velocidad de vértigo. ¿Qué fue lo que provocó que hiciera esta declaración? Algunos investigadores se preguntaron ¿por qué había dejado escapar a un ser que se desplazaba tan lentamente? Él tenía una patrulla y fácilmente le hubiera dado alcance. Para pasar por alto esta crítica Greenshaw primero descalifica su patrulla: «en mi excitación debo haber pisado brutalmente el acelerador «¦ y fui a parar a un hoyo»: pero esto no es suficiente ya que a esa distancia, aún habiendo perdido algunos segundos en esa maniobra, podía alcanzar fácilmente a la criatura; por eso es necesario que diga que el humanoide corría a una velocidad increíble. Por otra parte, el mismo análisis del ICUFON indica que la anatomía del humanoide «sugiere un equilibrio del cuerpo muy inestable», es decir, que un movimiento a tal velocidad sería prácticamente imposible.

En sus primeras declaraciones el policía dijo que creyó que el ser estaba relacionado con el «platillo volador» en el momento en que se dio cuenta de la extraña forma en que estaba vestido, justo antes de tomar su cámara. Fue precisamente esa la razón que lo indujo a tomar las fotografías. En su reporte a ICUFON (6 meses después) dice que comprendió que el sujeto podía ser miembro de la tripulación del OVNI cuando lo vio huir. Ambas declaraciones son inconsistentes entre sí.

Existe un detalle curioso en la serie de fotografías, señalado en el análisis de von Keviczky: en todas ellas el ser mantiene la misma postura, la posición de sus miembros no presenta movimiento y las piernas aparecen constantemente separadas. Tal pareciera que el ser no está en movimiento o caminando. Hasta se podría suponer que fue el fotógrafo quien se movió mientras que el humanoide permanecía estático, como maniquí o como modelo para ser fotografiado. A esa misma conclusión llegó Charles Bowen cuando escribió que el ser volteaba «gentilmente su cara hacia la cámara».

ERRORES Y MÁS ERRORES

En todo este asunto se han cometido diversos errores en ambos bandos. El primero que habría que señalar es el de Antonio Ribera, quien dijo que se trataba de «la única fotografía «¦ de un ser del espacio». Como vemos en este sitio, ésta no es una fotografía de «un ser del espacio» y mucho menos es «la única».

Von Keviczky menciona que Falkville es una población de 200, pero luego dice que es de 1,200 habitantes. ¿Cuál es el dato correcto? También dice que la criatura se paró a 2 pies del policía («Análisis psicológico» inciso C). Afirma que Falkville «es una pequeña comunidad en donde toda la gente se conoce» (en un lugar con 200 habitantes sería posible, pero en uno con 1,200 es un poco más difícil) y que por lo tanto no se mantiene una simulación perpetrada por Greenshaw. En realidad ese argumento no tiene ningún sustento; Greenshaw, o cualquier otro, podría haber hecho la simulación en un lugar en donde todo mundo se conoce o en otro en donde todos son desconocidos. Por otra parte, en cuanto al segundo argumento de von Keviczky («Si fuera una simulación perpetrada por un tercero tampoco se sostiene, pues implicaría muchas más personas incluidas en el golpe») tampoco es válido porque en nada afectaría al caso que estuvieran más personas involucradas.

En cuanto a la negativa de ICUFON de que Marion Web analizara de nueva cuenta las fotos originales sólo indican el miedo de sus miembros de que se demostrara que esas fotos son falsas. Cuando von Keviczky pide que se demuestre que las cartas del Arsenal son falsas, está utilizando la vieja táctica de los ufólogos de desviar la carga de la prueba y con ello la atención. En ese punto nadie está dudando de la veracidad de esas cartas; eso no es lo que está en discusión. Y el pedir que Webb presente un acta notarial del cómplice de Greenshaw implicaría, de poder hacerlo, que ya no sería necesario analizar las fotos.

Un ejemplo más de esa misma táctica lo vemos en el punto 6 de la réplica de von Keviczky a los análisis del GSW. Según von Keviczky, Spaulding da esos datos (altura del ser entre 5 pies 6 pulgadas y 6 pies, a unos 12 metros de la cámara) «para echar abajo la estimación de Greenshaw». Sin embargo la estimación del propio von Keviczky fue de 5 a 5 pies a 10 pies de distancia. Luego entonces ¿en dónde está la contradicción?

En el inciso «a» del punto 6 se sugiere que «las fotos 1 y 2 fueron recortadas de una imagen negativa mayor». Si esto es cierto, entonces el sujeto estaría más allá de donde lo ubicó originalmente Greenshaw, y ahí sí habría una contradicción, pero esta sería en contra del relato del policía y no contra el análisis del GSW.

Cuando el director del ICUFON, en el inciso «b» señala la vieja ecuación para determinar el tamaño real de los objetos que aparecen en una fotografía, tratando de enmendarle la plana a Spaulding, también está cometiendo un error. Si el director del GSW hubiera analizado por métodos convencionales (sin ayuda de la computadora) las fotografías de Greenshaw, la llamada de atención del multicitado von Keviczky tendrían razón de ser (y habría que tomar en cuenta todo lo de las lentes astigmáticas). Sin embargo el análisis se hace digitalmente, por lo que la «distorsión» de los bordes de los píxeles (y no de la imagen, como escribe mañosamente el ICUFON) no proviene del astigmatismo del objetivo, sino del propio píxel.

No obstante no todo son errores de parte del ICUFON, también hay aciertos y encontramos errores de la otra parte. Durante mucho tiempo Spaulding dijo que sus análisis eran válidos si se hacían con el negativo original o con copias de primera, o cuando mucho de segunda generación. Pues bien, los análisis se hicieron sobre copias de una revista. Este es un punto a favor de von Keviczky.

EL FINAL

Llegados a este punto éstas serían nuestras reflexiones finales.

En primer lugar, el origen de la oleada del 73 de los Estados Unidos fue la serie de pruebas atmosféricas a gran altitud que realizó la Fuerza Aérea de la Base Aérea de Elgin. Los primeros reportes, simples luces y fenómenos aéreos, se deben a estas pruebas. Posteriormente se generó una psicosis avivada por la prensa, que llevaría a la generación de reportes más sofisticados, como la presencia de humanoides. Los comentarios del ICUFON en cuanto a que esas pruebas no explican la persecución de taxis, camiones agrícolas, la aparición de vacas muertas o la de seres humanoides, nuevamente caen dentro de las tácticas de desviación ufológicas.

El cabo Greenshaw no era el ciudadano ejemplar que nos quisieron presentar los ufólogos. Posteriormente se sabría que tenía una personalidad desequilibrada: era un mentiroso redomado, con problemas pendientes con la justicia. Esa fue la razón y no otra (mucho menos la relacionada con los OVNIs) de que fuera despedido de su puesto. Ni siquiera su propio jefe, el sheriff del condado de Morgan, John C. MacBride dio la cara por él, puesto que ya sabía de qué tipo de persona se trataba.

Por otra parte resulta pueril afirmar que su divorcio fue a causa de unas llamadas telefónicas. Ninguna esposa se comporta de esa manera. En doce días (del 17 de octubre, día del avistamiento, al 29 de octubre) no puede decidir un divorcio debido a un OVNI, por más presionada que se encuentre. Al contrario, eso haría que se unieran más, para presentar un frente común. La realidad es que los problemas del matrimonio venían de más antes. Greenshaw trató de solucionarlos con el dinero que obtendría de las fotos, pero sus planes fracasaron.

Otra fuente dice que, después que Greenshaw reveló las fotos y se las enseñó a su mujer, ésta, «espantada, tuvo una reacción bastante insólita: se fue inmediatamente de casa y el día siguiente acudió donde un abogado pidiendo el divorcio». Todo son simples leyendas que contribuyen a engrosar más la literatura OVNI.

Si verdaderamente existieron esas llamadas anónimas, lo más seguro es que fueran hechas por los clásicos bromistas que en todas partes abundan. Nadie puede demostrar que la NASA, la CIA, la Fuerza Aérea, el Opus Dei, los escépticos, etc., tuvieran nada que ver con el asunto. Pensar de otra manera sólo sería paranoia.

Tampoco existe ninguna prueba de la explosión del motor del automóvil de Greenshaw, y el incendio de su casa rodante en nada contribuiría a cancelar la difusión de sus fotografías, ya que habían sido impresas en infinidad de medios. Por otra parte, sí podría ayudar a la mermada economía del policía (al cobrar el seguro y vender la historia).

Ahora bien, resulta altamente significativo que diversas fuentes independientes: El Arsenal de Redstone, el Centro de Vuelos Espaciales George C. Marshall, el NICAP y el GSW llegaran a la misma conclusión de que se trataba de un hombre vistiendo un traje ignífugo de bombero. También es sorprendente que varias de esas fuentes, incluyendo el propio ICUFON, encontraran la presencia de «fragmentos de hojas de aluminio pegados sobre el traje». El ICUFON las describe en el capítulo III ANALISIS, La criatura, con estas palabras: «»¦ hojas metálicas brillantes, con largas manchas». Esos pedazos de papel aluminio, como dice el GSW, servían para ocultar algunas marcas que pudieran ser reconocidas en las fotografías.

Marion Webb pensó originalmente que el policía Greenhaw había sido víctima de algún bromista, pero sus posteriores investigaciones la llevaron a concluir que fue el propio Greenhaw, ayudado por un amigo, quien montó todo el fraude.

Queda un detalle por contestar ¿por qué se escogió la figura de un bombero para representar al humanoide? Si recordamos, uno de los casos más sonados de aquella oleada ocurrió pocos días antes del avistamiento de Greenshaw, el 11 de octubre, no muy lejos de Falkville, en Pascaguola, Mississipi. Ese día y en ese lugar fueron abducidos dos pescadores (Charles Hikson y Calvin Parker). Su relato, la descripción de los humanoides y los dibujos y pinturas que de ellos se hicieron, aparecieron en infinidad de periódicos y revistas. Si vemos esos dibujos, no nos será difícil comprender cuál es el origen del «Robot de Falkville».

REFERENCIAS

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Phoenix, Long Beach y las bengalas

A propósito de las bengalas

El día de ayer comentaba en la lista Anomalist sobre el video que aparece en la parte inferior de este post. Preguntaba si pudiera tratarse de una bengala. El caso es interesante porque navega entre dos clásicos de la ufología mundial.

Por un lado esta el de los ovnis de Campeche captados por una cámara FLIR. Este objeto fue filmado con una cámara FLIR desde un helicoptero de la policía de Long Beach, California, el 25 de diciembre del 2004. En el caso mexicano no hay duda de que se trató de las plataformas de petróleo localizadas en la Sonda de Campeche. En el caso americano parece ser una bengala.

Por el otro tenemos el caso de las Luces de Phoenix. Hace algunos años Martín Fragoso (Las patillas de asimov) me comentaba que el origen era una serie de pruebas realizadas en la Base Aérea localizada detrás de los montes donde se ven las bengalas (lo ovnis, para los ufólogos). Pero porqué parecen estáticas en el cielo y porqué (aparentemente) duran mucho tiempo.

La razón es que estas bengalas son lanzadas en paracaídas y pueden llegar a durar unos 5 minutos. Las especificaciones de las LUU-2B/B dicen

Peso: 30 libras (13.6 kilogramos)

Longitud: 36 pulg. (91.4 centímetros)

Diámetro: 4.87 pulg. (12.4 centímetros)

Salida de luz: 1,800,000 candelas, 1,600,000 candelas

Tiempo de ignición: 240 seg/300 seg

Taza de descenso: 8.3 ft/seg (2.5 m/seg)

Usuario: U.S. Navy/Air Force/International

Bengala LUU-2

La bengala LUU-2 de alta intensidad de iluminación desplegable en el aire se utiliza para iluminar blancos. La bengala LUU-2B tiene una taza de luminosidad de la salida de luz de 1.8 x 10(6) candelas y a 1.000 pies de altura ilumina un círculo de tierra de 500 metros a 5 lux. La LUU-2 se almacena en una vaina o un bote y es desplegada por eyección. El mecanismo tiene un contador de tiempo que despliega el paracaídas y enciende la bengala. La bengala quema el magnesio a altas temperaturas y emite una luz blanca intensamente brillante. El cilindro de aluminio, que contiene la bengala, también se puede consumir, produciendo una luz naranja. La bengala LUU-2 aumenta la capacidad de un piloto de ver blancos mientras usa anteojos de visión nocturna. Con la introducción del A-10 Warthog Night Vision, tales bengalas no se usan tan frecuente como en el pasado ya que proporcionan demasiada luz para los anteojos muy sensibles. Las bengalas se queman en tazas desiguales y por lo tanto fluctúan en brillo.

La LUU-2 tiene un tiempo de consumo de aproximadamente 5 minutos mientras está suspendida de un paracaídas. La vela pirotécnica consume la cubierta de la bengala, reduciendo el peso de la misma que a su vez retarda la taza de caída durante los últimos 2 minutos de tiempo de quemado. Cuando se enciende la bengala se dispara un perno explosivo, lanzando un cable del paracaídas que hace que se colapse el paracaídas. Mientras las bengalas sin incendiar que caen de grandes alturas pueden ser peligrosas, las bengalas quemadas son mucho menos peligrosas puesto que se diseñan para consumirse durante la caída (incluso se quema la cubierta de aluminio).

La bengala LUU-2B/B es la última de una serie de bengalas para iluminar introducidas por Thiokol para misiones de iluminación y rescate nocturnos. Diseñadas como bengalas multi servicio para las fuerzas militares de Estados Unidos, la LUU-2B/B incorpora mejoras y modificaciones que realzan su funcionamiento y confiabilidad. La LUU-2B/B ha sido seleccionada en cerca de 30 países extranjeros para aviones de despliegue de iluminación.

La bengala LUU-2B/B es compatible con todos los sistemas estándar para lanzar bengalas usados en helicópteros, aviones de carga, y aviones de combate. Puede desplegarse de un avión de carga LAU-74, de racks montados en las alas del avión, y de lanzadores de las series SUU-25, 42, y 44. También puede ser lanzada a mano del avión. Desarrollada para ajustarse a los requisitos militares más rigurosos de los E.U. para la seguridad y confiabilidad operacionales, la LUU-2B/B utiliza diseños avanzados y materiales y conceptos derivados de la tecnología aeroespacial. La LUU-2B/B es aceptada por la Marina para usarla en aviones.

Tenemos pues otra fuente de confusión ovni de la que hay que estar muy pendiente.

Finalmente no era un plato volador con cabeza integrada. Eran bengalas

Finalmente solucionado el misterio de las luces «no de este mundo»

La fuerza aérea revela pruebas de armas que desataron el frenesí global por los ovnis

Por Joe Kovacs © WorldNetDaily.com

Las luces misteriosas en el cielo presenciadas y fotografiadas por un coronel de la Fuerza Aérea que las describió como «no de este mundo» tienen al parecer una explicación de esta Tierra después de todo, puede revelar WND.

Los oficiales dicen que la iluminación colorida vista el 9 de enero sobre el Oeste de Arkansas vino de luces de bengala militares especiales que se lanzan en paracaídas y caen lentamente a la tierra, como parte de una misión del entrenamiento de la Fuerza Aérea que involucraba a pilotos del avión A-10 en el cercano Fuerte Chaffee, una base usada para probar armamento.

«Estábamos volando un A-10s en esa área y ellos usaban luces de bengala», dijo Jessica D’Aurizio, jefe de asuntos públicos en el ala 917 de la reserva de la Fuerza Aérea en la Base de la Fuerza Aérea de Barksdale en Luisiana.

Ella dice que las bengalas, que permanecen encendidas por cerca de cinco minutos, producen casi 2 millones de candelas.

«Iluminan el área del blanco», dijo D’Aurizio. «Caen en paracaídas, así que son muy brillantes. Eso tuvo que ser lo que vio, estoy segura».

Como WND reportó en exclusiva la semana pasada, el piloto de cazas F-16 coronel Brian Fields, ahora jubilado de 61 años, estaba en su casa de Van Buren, Ark., el 9 de enero justo antes de las 7 P.M., cuando observó dos luces intensamente brillantes mientras miraba al sureste cerca del horizonte.

«Al principio pensé que eran luces de aterrizaje de un avión» dijo. «A medida que continué observándolas comenzaron a desaparecer lentamente, después repentinamente reapareció una, seguida de otras dos, luego tres. En por lo menos una ocasión aparecieron cuatro o cinco. Cada vez se desvanecían lentamente y eventualmente desaparecían. Esto ocurrió varias veces y cuando reaparecerían lo hacían en un número diferente y en posiciones distintas, a veces en una forma triangular, a veces una apilada encima de otra, a veces alineadas, etc. Cuando aparecían los objetos podían permanecer iluminados 10 o más minutos».

Agregó, «creo que estas luces no eran de este mundo, y siento un deber y una responsabilidad de dar un paso al frente».

El Teniente coronel Pete Gauger, oficial del personal ejecutivo en el ala de combate 188 de la Arkansas Air National Guard, confirmó que los A-10 estaban en el Fuerte Chafee dejando caer bengalas suspendidas justo al momento en que Fields vio las luces a unos cinco a diez grados sobre el horizonte.

«Dejaron caer muchas bengalas», dijo. «Eso soluciona probablemente tu misterio. Está más allá de cualquier coincidencia».

Gauger dijo que el informe inicial de WND causó mucho interés entre los medios, especialmente después de ser ofrecido en el informe Drudge.

«Fue leído extensamente», dijo. «Lo leí, y no lo relacioné inmediatamente (con el entrenamiento)».

Fuerte Chaffee, que está bajo el mando de la Arkansas Army National Guard, está situado en aproximadamente 61,000 acres no lejos de la residencia de Fields en Van Buren.

«Sólo una porción pequeña de él está para tiro y pruebas de armas de la Arkansas Army National Guard «, dijo Kim Kimmey, principal oficial de Fuerte Chaffee.

Según la Federation of American Scientist Military Análisis Network, el avión A-10 «tiene excelente maniobrabilidad a bajas velocidades y altitudes, y son plataformas de entrega de armamento altamente seguras. Pueden maniobrar cerca de las áreas de batalla por largos períodos de tiempo y operar bajo techos de 1.000 pies con visibilidad de 1.5 millas. Su amplio radio de combate y capacidad de despegue y aterrizaje en pistas cortas, le permiten operaciones de entradas y salidas en lugares cercanos a las líneas del frente. Usando anteojos de visión nocturna, los pilotos de los A-10/OA-10 pueden conducir sus misiones en la oscuridad».

D’Aurizio en la AFB de Barksdale dijo a WND que ahí había cuatro aviones A-10 como parte de la misión de entrenamiento la noche del 9 de enero, y ellos usaron bengalas LUU-2.

Según GlobalSecurity.org, «El mecanismo tiene un contador de tiempo que despliega el paracaídas y enciende la bengala. La bengala quema el magnesio a altas temperaturas emitiendo una luz blanca brillante e intensa. El cilindro de aluminio, que contiene la bengala, también se puede consumir, produciendo una luz naranja».

«No sabía que existían tales «bengalas en paracaídas» y nunca consideré la posibilidad,» dijo el coronel Fields a WND después de saber lo que había detrás de las luces misteriosas. «Estoy agradecido, sin embargo, de que se haya determinado la verdad y los que se pudieron haberse asustado por este acontecimiento puedan descansar».

Fields, un cristiano que especuló originalmente que su avistamiento pudo haber tenido algo que ver con las profecías bíblicas del Final de los Tiempos, todavía quiere que la gente siga estando vigilante.

«Que este acontecimiento haya sido explicado no cambia el hecho de que vivimos en épocas peligrosas -y todavía debemos estar despiertos, alertas, y saber que todavía está viniendo un gran engaño».

La historia original de WND despertó una ráfaga de interés en fenómenos inexplicados y la actividad ovni, con muchos lectores diciendo que habían visto o luces similares a las vistas por Fields.

D’Aurizio dijo que cuando se despliegan las bengalas, «no es inusual tener gente que piense que algo extraño está pasando».

http://www.wnd.com/news/article.asp?ARTICLE_ID=53936

El robot de Falkville (4)

El mayor retirado Colman S. Von Kevitzky contestó con lo que sigue al artículo de William Spaulding.

LA HISTORIA DE FALKVILLE


Por Colman S. Von Kevitzky

La ICUFON (USA) y la DUIST (Alemania) designaron a expertos científicos y militares que estudiaron en conjunto y precisamente, durante más de año y medio, la maniobra de fuerzas imitando una invasión, entre el 11 y el 20 de octubre de 1973, más arriba de la zona centro oriental de los Estados Unidos.

Uno de los acontecimientos más clásicos de esta operación, emprendida por encima de los terrenos militares y de las zonas prohibidas entre el Golfo de México y la región de los Grandes Lagos, fue el incidente del robot espacial de Falkville. Fue fotografiado por el agente de la policía Jeffrey Greenhaw, a 17 millas del mayor complejo industrial del mundo para la investigación militar y espacial, el Arsenal Redstone, situado en Huntsville, Alabama. El principal motivo de nuestro análisis ha sido la información publicada por el Pentágono, según la cual, en la misma época, el MTU (Mobile Test Unit) del tanque «Rayo de la muerte» (Láser) estaba en construcción y en experimentación en el Arsenal (véase Newsweek, 30 de septiembre de 1974, Ciencia).

Al exponer estos hechos, no hay ninguna duda de que los servicios de información de los Estados Unidos se aprovecharon de todas las posibilidades de desacreditar, en todo o en parte, el análisis del experto que reveló las implicaciones militares disimuladas de esta operación (ovni) extraterrestre, cuya existencia ha sido negada durante mucho tiempo.

La primera puesta en duda pública comenzó con el diario de la capital de Alabama, The Birmingham News, en el cual Frank Sikora, redactor jefe y Marion Webb, investigadora de ovnis para el NICAP en Georgia, declararon que las fotografías de Jeffrey Greenhaw eran una farsa. La investigadora Webb declaró que Greenhaw fotografió a su cómplice vestido de bombero, traje que se había sacado fraudulentamente del Marshall, Space Flight Center del Arsenal. Como prueba posó ante una cámara con este atuendo decorado con fragmentos de chapa, foto que fue publicada en el artículo, para su comparación. La idea gratuita de M. Webb y su fotografía comparativa sin pruebas tangibles (véase e análisis publicado por ICUFON) fueron autoritariamente sostenidas y defendidas por el señor John L. Acuff, director del NICAP, en The UFO Investigator.

Cuando en agosto de 1975 el análisis de la ICUFON (USA) y de la DUIST (Alemania) fue publicado por primera vez en The Official UFO (dirigida por Bernard O»™Connor), con las cartas del Centro de Vuelo Espacial y las del Ejército, del Arsenal, se exponía que la declaración de M. Webb en The Birmingham News era una mentira elaborada con mucho cuidado. El resultado de la publicación del análisis fue que M. Webb, en el verano de 1976, intentó engañar con argucias a Greenhaw para volver a examinar (¿?) su caso. Jeffrey Greenhaw abrió la puerta mediante un mensaje de la ICUFON: revisión aceptada, si M. Webb prueba antes que las cartas del Arsenal son falsas o están trucadas, si presenta un acta notarial del supuesto cómplice de Greenhaw, y si presenta la combinación de bombero con su casco como pruebas fácticas de su duda. M. Webb, al ser incapaz de reunir el más mínimo indicio de prueba se volvió hacia Walter Andrus, el respetado director de MUFON, quien transmitió un ejemplar de The Oficial UFO a su asociado el señor William H. Spaulding, director del G.S.W. (Ground Saucer Watch) para análisis.

El señor Spaulding publicó su análisis en el MUFON UFO Journal de noviembre de 1976, sin ninguna referencia, como de costumbre, al Copyright de la ICUFON sobre esas fotografías (véase The Official UFO, agosto de 1975). Después de todo, el análisis por IBM del señor Spaulding, del Ground Saucer Watch, es como el Papa de Roma: ¡Infalible! Lo que quiere decir: «Spaulding ha hablado: el asunto está juzgado» (Viejo proverbio: Roma locuta, causa finita). Pero analicemos a nuestra vez, en nombre de la ICUFON (USA) y de la DUIST (Alemania) el propio análisis de Spaulding:

Spaulding posee una analizador digital IBM. Es una computadora sofisticada, que reproduce por entero, o aumenta en parte, toda fotografía, separando y presentando bajo fuerte contraste las densidades oscuras, grises, claras, de su superficie. Un fuerte engrosamiento de una parte de la imagen revela, bajo contrastes extremos, los granos de la emulsión. Utilizar la separación de los colores con una fotografía en blanco y negro no constituye sino un detalle espectacular más, sin ningún valor.

El equipo de análisis de la ICUFON (USA) «“ DUIST (Alemania) trabajó con mucha más precisión, al utilizar un microscopio Zeiss de máximo aumento, para la evaluación y el control de un negativo (en diapositiva sobre el portaobjetos) y, por las posibilidades de reproducción fotográfica, ha obtenido un resultado mucho más válido, en todos los detalles, que el ofrecido por un análisis digital bruto.

Para los investigadores de ovnis, yo me permitiría aconsejar que, en lugar de ese material tan costoso, vale más una buena lupa con mango, y, para los aumentos extremos, un negativo aumentado en el cuarto oscuro (en su propia casa, en el sótano), o en color, que un analizador digital.

1) Ante todo, Spaulding y su equipo de analistas en el Analizador Digital IBM establecieron que, según la foto de Falkville el sujeto «se parecía a un humano». ¿Hace falta un analizador para lo que es visible a simple vista? ¡Pero esa computadora ha sido incapaz de «digitalizar» (discernir) las poses contorsionadas y excéntricas fotografiadas del movimiento «humano», que contrastan marcadamente con la pose natural simulada por M. Webb con su atuendo de bombero!

2) Basándose en las particularidades, infladas y publicadas a bombo y platillo, del «realce de los contornos», del «contorneado de color» declarado en la parte (A), que la «supuesta criatura» llevaba una «combinación antifuego» y «“lo que es más «hecha de un material ininflamable (sic) con amianto, recubierta con un revestimiento de aluminio».

¿Todo eso explica un analizador digital IBM? Vamos, Bill: el material de base de The Official UFO es un papel de periódico de muy mala calidad que, con su tinta grasosa de imprenta, es verdaderamente combustible. Comprendo ahora cómo descubrió su analizador que la combinación de la criatura no era combustible: fue porque, durante el período de digitalización, no se inflamó.

3) El análisis digital densométrico (sic), en la parte (C), encontró también que la combinación estaba aquí y allá «remendada» con hojas de aluminio, para recubrir botones, cremalleras, insignias, símbolos y marcas de fábrica. ¡Su analizador psíquico es un mentiroso redomado! Echen un vistazo a la foto auténtica del traje de bombero del Arsenal Redstone: no hay nada de esto en él.

4) Vuestra computadora señala también el hecho de que las fotografías fueron tomadas con flash. ¿Necesitan un analizador para eso? Enseñen las fotos a un escolar, que les dirá lo mismo, sin computadora IBM.

5) Pero su analizador, al pretender que las manchas luminosas son «hojas de chapa», truca la realidad. Su equipo de analistas debería analizar la fotografía de Marion Webb vestida de bombero del Arsenal, y compararla con las imágenes de las reflexiones, representadas por formas redondeadas, «contornos realzados» del traje de la criatura. Es interesante saber que las hojas de chapa se cortan y se pliegan según líneas rectas y ángulos (sic), y ¡no según líneas curvas!

6) Según la página 4 del MUFON UFO Journal, analizaron los clisés de la evaluación cinemática de The Official UFO para establecer datos métricos, es decir, el tamaño de la criatura, que oscila entre 5″™ 6″ y 6 pies, a unos 12 pies aproximadamente dela cámara, para echar abajo la estimación de Greenhaw, diplomado de la Academia de Policía.

a) Sus analistas han olvidado estudiar la primera instantánea, que es muy granulosa con relación a la segunda, a la tercera y a la cuarta. ¿Su pericia no les ha sugerido que las fotos 1 y 2 fueron recortadas de una imagen negativa mayor? El aumento de los efectos de reflexión sobre el sujeto, a propósito de la determinación de la distancia, no requiere en absoluto a un experto analista.

b) Para determinar la distancia entre el aparato y el sujeto fotografiado, deben saber el tamaño del sujeto sobre el negativo (positivo Polaroid) de la imagen, la focal del objetivo y añadir a la ecuación un tercer dato, bien el tamaño original del sujeto, o la distancia del sujeto al aparato (matemáticas de bachillerato):

P/O = P»™/i

De donde

P = P»™O/i

c) Su hábil computadora deduce esta distancia sin ecuación matemática, de la distorsión de los bordes de la imagen, que proviene del astigmatismo del objetivo. Pero ¿no sabe su IBM que los fabricantes de objetivos corregían desde hace ya mucho tiempo este astigmatismo, componiendo diversos sistemas de lentillas astigmáticas, cuyos datos de amoldamiento de las curvaturas cóncavas y convexas constituyen sus secretos? Vuestro método de determinación de los datos es, manifiestamente, erróneo.

7) En febrero de 1978 otro Sherlock Holmes de la ufología, un «hijo predilecto» de los analistas de la Luna de la NASA, James Oberg, proclamó bien alto, en el curso de un programa de radio que se emitía a media noche, el de Long John Nebel y destinado a los cazadores de fantasmas de la ciudad de Nueva York, que según vuestro análisis las fotografías del agente Greenhaw eran una farsa. Cuatro años y medio después, ningún investigador ha conseguido todavía la menor prueba (combinación , botas, casco, guantes, etc.) del «incidente Greenhaw». ¿Por qué? ¿Es por una preocupación por la seguridad nacional?

Lo sentimos con toda el alma, pero un análisis sin prueba analítica tangible bien explicada y que la sostenga, sigue siendo para la ICUFON (USA), la DUIST (Alemania) y la IGAP del mayor ret. Hans C. Petersen tan sólo fraseología gratuita y vacía.

Pueden encontrárselas pruebas sólidas que responden al análisis del GSW y del MUFON en la bibliografía siguiente:

En inglés:

Official UFO Magazine, agosto 1975; Official UFO Colector»™s edition, otoño 1976, Countrywide Publishers, Nueva York, EU; Flying Saucers, diciembre 1975, Palmer Publications Inc., Amherst, Wisconsin, EU.

En francés:

Durrant Henry, Premières enquêtes sur les humanoïdes extraterrestres, Robert Laffont, éditeur, Paris 1977.

En alemán:

UFO Nachrichten (bimensual de información) D-62000 Wiesbaden-Schierstein, Postfach 17185, Alemania.

En sueco:

GICOF Information, Stobéegatan 28 B, S-41653 Goeteborg, Suecia.

En danés:

UFO Contact IGAP, Maj. Ret. Hans C. Petersen, Twaerhave 6, Molholm, 7100 Vejle, Dinamarca.