El jueves santo de 1384 ocurrió un milagro en el pueblo de Seefeld, Innsbruck, en el condado de Tyrol, Austria.
El señor feudal Knight Milser, dueño del castillo de Schlossberg, acudió a la parroquia de San Oswaldo a recibir la comunión. Dada su importancia él no quiso comulgar con las Hostias pequeñas sino con la grande que había consagrado el sacerdote.
Al momento de comulgar la tierra se abrió, el caballero se hundió hasta la mitad del cuerpo y la Hostia comenzó a sangrar y atragantar al señor feudal. Asustado por el milagro, Milser pidió perdón y prometió arrepentirse de todos sus pecados y guardar una vida ejemplar.
Los sucesos se narran en la «Crónica dorada de Hohenschwangau» y la Hostia consagrada se encuentran en exhibición en la Iglesia de San Oswaldo.
En 1452 un soldado de las tropas de Francesco Sforza, saqueó la iglesia de Exiles y se robó la custodia con todo y Hostias consagradas que se encontraban en su interior. El soldado vendió su botín a un mercader que se dirigía a Turín. Cuando el mercader pasó frente a la iglesia de San Silvestre, el burro que cargaba las mercancías tropezó y se cayó esparciendo toda la mercadería.
Los vecinos se dieron cuenta que entre las piezas había una custodia que brillaba intensamente. La custodia se elevó en el aire hasta unos 4 metros. El padre Coccomo vio el milagro y corrió a informarle al obispo. Cuando éste último llegó al lugar, la custodia cayó al suelo dejando a la Sagrada Hostia suspendida rodeada de una aura deslumbrante.
Todos los presentes comenzaron a cantar el himno Resta con noi (quédate con nosotros) y la Hostia comenzó a descender. El obispo levantó el cáliz y la hostia se introdujo en él. Luego todos, en procesión, se dirigieron a la Catedral.
El milagro sucedió el 6 de junio de 1453. Para 1584 la forma comenzó a dar signos de descomposición y la Santa Sede ordenó que el Milagro Eucarístico debía ser Consumido, «para no obligar a Dios a mantener este Milagro Eucarístico sin corromperse por siempre».
Hay otros casos de Hostias sangrantes pero más o menos todos cuentan historias piadosas de milagros difíciles de creer.
En la puerta de la iglesia de Paray-Le-Moniel, en Francia, se encuentra grabada una lista de todas las Hostias sangrantes que fueron apareciendo desde el siglo VIII hasta finales del XVII: 132 Hostias en total, de entre las cuales había varias sin consagrar. Las más importantes son:
700, Lanciano Italia.
1153, Blaine Francia.
1171, Marzo 28, Ferraro Italia.
1194, Augsburg Alemania.
1200’s comienzos, San Antonio de Padua.
1200’s finales, Santarem Portugal.
1225 – 1247, (entre) Santarem Portugal.
1228, Altari Italia.
1230, Diciembre 30, Florencia Italia.
1239, Daroca España.
1252, Assisi Italia, Santa Clara.
1263, Bolsena y Orvieto Italia. Pedro de Praga.
1273, Offida Italia.
1280, Slavonice Checoslovaquia.
1290, Paris Francia.
1294, Venecia Italia.
1300, Cebrero España.
1300, Aninon España.
1300’s, Cascia Italia.
1317, Viversel Bélgica.
1330, Walldurn Alemania.
1331, Marzo 31, Blanot Francia.
1333, Fiesta de la Ascensión, Bolonia Italia, 12 años de edad Bl. Imelda Lambertini.
1345, Marzo 15, Amsterdam Holanda.
1345, Krakovia Polonia.
1356, Abril 25, Macereta Italia.
1369, Octubre 4, Bruselas Bélgica.
1372, Siena Italia, Sta. Caterina.
1374, Middleburg, Holanda.
1379, Boxtel Holanda.
1384, Jueves Santo, Seefield Austria.
1405, Ittre Belgica, Bois Seigneur Isaac.
1412, Bagno Di Romagna Italia.
1417, Regensburg-Deggendorf-Erding Alemania.
1427, Zaragoza España.
1433, Dijon Francia.
1433, Avignon Francia.
1447, Ettiswill Suiza.
1450’s? Langenwiese área de Polonia-Checoslovaquia.
1453, Turín Italia.
1472, Volterra Italia.
1601, La Viluena España.
1730, Siena Italia
LA BACTERIA PRODIGIOSA
Hay que subrayar que el fenómeno de las Hostias sangrantes también se presenta en Hostias sin consagrar, y no sólo en Hostias sino también en panes, leche, cola, papas y otros alimentos. Una cosa es creer que una Hostia se convierta en el cuerpo de Cristo, ¿pero una papa?
Durante siglos esto fue adjudicado a un castigo divino, pero a principios del siglo XIX, cuando comenzaba a desarrollarse la bioquímica ocurrió un «milagro» similar en el pueblo de Liguara, Padua. En 1819 un campesino encontró que la masa para el pan, que había dejado la noche anterior para reposar sobre la mesa de madera, se hallaba cubierta de «sangre». Lo mismo ocurría con una «polenta» una clase de pudín italiano de maíz. La noticia se dispersó rápidamente y llegó a oídos del doctor Vincenzo Sette, que observó al microscopio las extrañas manchas. Se dio cuenta que se trataba de seres vivos microscópicos a los que les dio el nombre de Zaogalactina imetropha (de ζάω = «Vivo»; γαλαχτινή = «gelatina»; ημαι = «me colocan sobre»; Ï„ÏοΦή = «alimento»).
En 1843 se dio un caso de «epidemia de manchas de sangre» en el pan producido en las panaderías militares de París. El naturalista alemán Ehrenberg menciona una serie de «milagros» similares en Berlín en 1848. L. Errera las vio en rebanadas de pan en las cuales él cultivaba cierto hongo para estudios fitoquímicos, en 1882.
El estudiante italiano Bartolomeo Bizio demostró que los pigmentos rojizos que a menudo aparecen en alimentos ricos en almidón son producidos por un microorganismo que crece sobre ellos. Ehrenberg (1848) los llamó Monas prodigiosa; Ferdinand Cohn (1872), les dio el nombre de Micrococcus prodigiosus; y finalmente Flügge (1886), los bautizó como Bacillus prodigiosus. Actualmente se les conoce como Serratia marcescens.
Toda esta confusión en cuanto a la forma de este microorganismo se debe, como lo explica Rabenhorst, a que es un microbio muy polimorfo, pues mientras algunos le otorgan forma de bastoncillo, otros le dan la de esfera; de donde ya no serían «bacilos prodigiosos», sino «micrococos prodigiosos», como también han sido nombrados.
No pertenecen a las Infusoria, como creía Ehrenberg, sino que es una bacteria corta, redonda, de aproximadamente una milésima de milímetro, que se mueve mediante varios cilios. Se multiplica por simple división y no forma esporas. Sus colonias emiten un olor desagradable de trimetílamina y generalmente producen una materia de color rojo sangre (a veces de color rosa, a veces parda). Cultivos de esta bacteria se pueden observar en gelatina, leche, carne, y otros alimentos y harinas expuestas al calor húmedo, especialmente en las papas hervidas, en el pan, y en las Hostias. La bacteria se desarrolla al abrigo de la luz a una temperatura de alrededor de 20ºC, tomando una coloración púrpura parecida a la de la sangre.
Producen un pigmento rojizo, la prodigiosina, que pertenece a la misma familia química que las porfirinas (responsables del tono rojizo de la sangre o del verdoso de la clorofila), y de otros colorantes naturales como la turacina y la bilirrubina.
Serratia pertenece al grupo de las enterobacterias. Es Gram-negativa y forma colonias que se tiñen en colores que van del amarillo, marrón, púrpura y rojo. Se dispersa en el aire y es capaz de producir «manchas de sangre» en diversas sustancias, incluso en la cola con que se pega el papel tapiz de las casas (incluso se conocen casos de «casas sangrantes»).
Hasta la década de los cincuenta del siglo pasado se creía que S. marcescens era no patógena e incluso se utilizaba en algunas prácticas de laboratorio en las escuelas debido a su coloración rojiza. Pero ahora se sabe que es un bacilo intestinal, relativamente frecuente en las infecciones hospitalarias.
Se sabe de un experimento de la marina de guerra de los Estados Unidos, realizado el 26 y 27 de septiembre de 1950, llamado «Operation Sea-Spray» en el cuál, desde globos, se roció S. marcescens sobre la bahía de San Francisco, California. El 29 de septiembre once pacientes ingresaron al hospital por infecciones muy raras y serias desarrolladas por S. marcescens y uno de estos individuos, Edward J. Nevin, murió.
La bacteria prodigiosa produjo otro tipo de muertes (no sólo por ingesta). Durante muchos años se acusó a los judíos de profanación de Hostias cuando aparecía alguno de estos milagros. Uno de los casos más conocidos y documentados es el de la ciudad de Bruselas, citado en la Enciclopedia Judía.
El fenómeno, obviamente, se daba en otras épocas y religiones. Es posible según un pasaje de Luciano citado por Ferdinand Cohn, que la prohibición pitagoreana de comer frijoles fue debido al hecho de que se había observado una mancha como de sangre en frijoles cocinados que habían sido preservados por cierto tiempo.
La misma tradición judía de las gotas de Tekufah, de colocar un poco de hierro en contacto con cada plato, en cuatro días del año, para prevenir la caída de sangre, pudo también haberse originado en algún caso de bacteria prodigiosa.
S. marcescens no es la única que produce estos fenómenos. Otras bacterias producen manchas rojas similares, Bacillus kiliensis, B. plymouthensis, B. ruber, y Sarcina rubra; y otros organismos como Saccharomyces glutinis, lo hacen en almidón, papas, y pan; Euglena sanguinea, en aguas estancadas.
El biólogo mexicano Juan Manuel Gutiérrez Vázquez, en su libro de 1968 Microorganismos, escribía sobre la bacteria prodigiosa lo siguiente:
«La aparición de manchas de sangre en Hostias conservadas en iglesias obscuras y húmedas dio lugar durante la Edad Media y aún después, a la creencia de que se había operado el milagro mayúsculo que el lector ya imagina. Pero no… vino el siglo XIX con su legión de microbiólogos armados de asas de platino, dorados microscopios y la superchería fue desentrañada, y aun después bautizada por Bizio, en 1819, con el nombre de Serratia marcescens, denominación por la que este ilustre germen hacedor de milagros se conoce hasta nuestros días».
Donde la iglesia veía un milagro, la ciencia sólo ve una falta de higiene, y en este sentido otro biólogo mexicano, Antonio Lazcano Araujo escribió lo siguiente respecto a la Hostia sangrante de la Colonia del Parque Balbuena, con lo que cerramos este artículo:
«Ni Camargo Melo ni Torija Lavoignet han querido tomar en cuenta que todos los estudios practicados a la Hostia han demostrado que ésta se encuentra invadida por una cantidad tan enorme de hongos y bacterias, que sin duda se requeriría del auxilio de todos los Doctores de la Iglesia para que la Hostia sangrante recobrara la salud y se librara de todos los parásitos».
REFERENCIAS
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Ferdinand Cohn, Brief an Ehrenberg über Monas Prodigiosa auf Gekochten Bohnen und das Verbot des Bohnenessens bei den Pythagoräern, Berichte der Berliner Akademie der Wissenschaften, 1850, Pags. 5.
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Flügge, Die Mikroorganismen, 2d ed., 1886, Pags. 284.
Hejazi A, Falkiner, Serratia marcescens, J Med Microbiol, Vol. 46, No. 11, FR 1997, Pags. 903-12.
Jacobs Joseph & Errera L., The Myth of Host-Desecration, artículo en Internet, http://www.jewishencyclopedia.com/view.jsp?artid=578&letter=M#1878
Lazcano Araujo Antonio, La bacteria prodigiosa, Fondo de Cultura Económica, SEP Cultura, CREA, Colección Biblioteca joven, México, 1988, Págs. 63-70.
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Ramírez Patricia, Posible excomunión de quienes explotan la fe del pueblo con una Hostia que dizque sangra, Segunda de Ovaciones, 29 de marzo de 1979.
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Vincenzo Sette, Memoria Storico-Naturale, sull’ Arrossimento Straordinario di Alcune Sostanze Alimentose Osservato Nella Provincia di Padova l’Anno 1819, Venecia, 1824.
www.madredelleucaristia.it/esp/may17sp.htm
Referente a la Hostia Sangrante de México, consagrada el Jueves Santo, 23 de marzo de 1978: Cuando el Dr. Rafael Torija Lavoignet tuvo en sus manos esa Sagrada Forma: manifestó al Padre José Camargo Melo la existencia del Basilo Prodigioso, razón por la que recomendó se hicieran unos frotis del material de la Hostia para observarse en el microscopio que determinaría si se trataba de Serratia Marcescens o de los Elementos Figurados de la Sangre, demostrándose por el Dr. Luis Sanches Yllades, que por más de cuarenta años fue Director General de Hematología, que se trataba de Sangre; como lo demostró la Curia del Arzobispado de México por medio de los Laboratorios Atoyac y el del Hospital Notre Dame, DICTAMINANDO OFICIALMENTE QUE:»SE DEMOSTRÓ CON ABSOLUTA CERTEZA QUE EN LA HOSTIA HABÃA SANGRE Y, QUE ESA SANGRE ESTABA VIVA». Antes de realizar sus estudios, aisló una semana antes a la Hostia que llevaba un mes y medio dentro del agua. La revisión de las Laminillas de Atoyac la realizó el Hospital General Dr.Manuel Gea González confirmando el resultado de la presencia de los Elementos Figurados de la Sangre con esta NOTA: «ESTO SE OBSERVÓ EN LAS DOS LAMINILLAS CORRESPONDIENTES. ADEMÃS SE ENCONTRÓ UN TEJIDO FIBRILAR MUSCULAR CON TEJIDO CONECTIVO NO PUDIENDO IDENTIFICAR EL TIPO DE MUSCULO POR LO DEBIL DE LA TINCIÓN O DEFECTO DE LA PREPARACIÓN. ESTE MATERIAL FUE EXAMINADO POR TODO EL PERSONAL ESPECIALIZADO DE ESTE LABORATORIO». ¡Una cosa es Juan Domínguez y otra Juan Pablo II! ¡A Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César! NO SE VALE NI SIQUIERA OPINAR SOBRE LO QUE SE DESCONOCE…SI QUIEREN CONOCER LA REALIDAD Y VERDAD DE LOS HECHOS Y DICHOS EN TORNO AL MILAGRO DE LA SANTÃSIMA HOSTIA SANGRANTE: ¡¡PREGÚNTENME…!! GRACIAS A DIOS TODAVÃA ESTOY VIVO PARA DAR TESTIMONIO DE ESTA VERDAD QUE PUEDE ASEGURAR Y SALVAR LA VIDA ETERNA DE MUCHOS.
me gustaria saber mas de irene lambertini la nina santa de bologna italia ano 1333. y en donde se encuentra
mil gracias
Johanna
EL TESTIMONIO DEL PADRE CAMARGO VALE ORO, EL DEBERIA TENER UN SITIO WEB PARA PUBLICAR LAS COSAS QUE VALE LA PENA QUE SEAN PUBLICADAS.