LA RETROEXCAVADORA DE PANAMÃ
De 1920 a 1952 el Museo Peabody de la Universidad de Harvard realizó una serie de excavaciones cerca del pueblo de Penonomé, al Suroeste de Panamá. Se desenterraron varias piezas de cerámica, algunas urnas funerarias y pequeños adornos y ornamentos funerarios de oro como escudos, pendientes, brazaletes y collares.
En 1940 el doctor J. Alden Mason encontró una singular pieza perteneciente a la cultura Coclé, al igual que las demás. Se trataba de un medallón de oro de unos 11 centímetros de longitud, con una piedra verde.
Coclé es el nombre de la provincia panameña. Sus antiguos habitantes eran los Ngöbe o Guaymis, los antecesores directos de los cholos y vecinos de los Bugle. En 1575, el oidor, Alonso Criado de Castilla, en su informe de la Audiencia de Panamá, refiere la existencia de un pueblo de indios libres con algo mas de 100 almas, dedicado a la cría de ganados y al cultivo del maíz, llamado Pueblo Nuevo de los Reyes del Chirú, localizado a tres leguas de Natá, es decir, situado aproximadamente en el área cercana al sitio actual de Antón.
Actualmente la pieza se encuentra en exhibición en The University Museum of Archeology and Anthropology de la Universidad de Pennsylvania.
Fue ahí en donde la vio Ivan T. Sanderson, el famoso ufólogo y criptozoólogo americano. Para Sanderson se trataba de una retroexcavadora o de una draga mecánica. El ufólogo decía que las garras del animal se parecían más a unas ruedas; los dientes de su hocico serían las «muelas» de la draga mecánica; en la parte posterior tendría dos ruedas dentadas que servirían para elevar el «cucharón».
El lomo del animal, según Sanderson, es la cubierta del motor. A ambos lados se pueden ver dos faros, y otros dos en los ojos del animal.
La interpretación del ufólogo saca de contexto lo pieza y se olvida de todo el entorno religioso, social, geográfico, ecológico y económico de los coclés. Esto no era nuevo para Sanderson. Ya antes había propuesto que los peces alados pertenecientes a la colección de Museo de Oro de Bogotá eran nada menos que aviones a reacción.
A primera vista la figura del medallón parece una mezcla entre caimán y jaguar, pero según los arqueólogos es la representación de un jaguar que sostiene una serpiente estilizada en su hocico.
Aunque actualmente se encuentran en peligro de extinción (hoy sólo se les encuentra en el Parque Nacional Darien), los jaguares (Pantera onca), ocelotes (Leopardus pardales) y pumas (Puma concolor) de Panamá, eran muy abundantes en aquellas selvas. Los Ngöbe y Bugle les temían y los consideraban dentro del panteón de sus dioses. No es raro, pues, que existan diversas representaciones de estos animales en dijes, brazaletes, medallones y otras piezas de artesanías.
La cultura Coclé, que engloba a Ngöbes, Bugles, Cholos y Guaymis, se caracteriza en la forma singular y estilizada de sus piezas de oro.
Se han encontrado representaciones de diversos animales como los puercos de monte (Tayassu pecari), saínos (Pecari tajacu), tapir (Tapirus bairdii), conejos pintados (Agouti paca), ñeques (Dasyprocta punctata), venado corzo (Mazama americana), oso caballo (Myrmecophaga tridactyla), diversos tipos de ranas, peces y aves. Todas las figuras tienen el sello característico de la cultura coclé.
Lo que nunca se ha encontrado son partes de retroexcavadoras o dragas mecánicas. Ni siquiera restos de las posibles obras que se debieron haber construido con esos aparatos (el canal de Panamá se construyó miles años después de que fuera moldeado el medallón).
La interpretación de esta pieza ornamental como la representación de un objeto tecnológico es otra más de las metidas de pata de los astroarqueólogos que buscan en los cielos las respuestas que se encuentran en la tierra.