El tráfico se paró y los residentes huyeron hacia adentro después de que miles de ranas cayeran del cielo sobre una aldea servia.
Residentes de Odzaci dijeron al diario local Blic que pensaron que era el fin del mundo.
Aleksandar Ciric dijo: «Vi todas estas ranas pequeñas comenzar a caer. Había miles de ellas».
Otro aldeano, Caja Jovanovic, agregó: «Esta enorme «nube» pareció salir de ninguna parte y su forma y color parecían muy extraños.
«Todos nos preguntábamos qué era cuando repentinamente las ranas comenzaron a caer del cielo. Pensé que tal vez un avión que llevaba las ranas había estallado en medio del cielo».
Pero el experto en climatología Slavisa Ignjatovic dijo que había una explicación científica simple para el incidente.
Él dijo: «Un torbellino ha aspirado las ranas de un lago, del mar o de otra agua superficial en alguna parte y las ha llevado a Odzaci donde han caído a la tierra. Es un fenómeno científico reconocido.»
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Por si alguien piensa que las lluvias de ranas son una leyenda urbana yo puedo dar fé de que es cierto, he vivido en directo una lluvia, más bien chaparrón, de ranas en Veriña, Asturias (España), durante una excursión de los Boy Scouts en el invierno o primavera de 1965 o 1966. Eran miles y miles de ellas, una cantidad asombrosa, todas diminutas, cabían en mi uña del dedo meñique. Era imposible mover un pie sin pisar alguna docena. Al principio pensé que lo que sucedía era que simplemente parecía que caían del cielo, pero que sólo estaban saltando, pero pronto me di cuenta de que si extendía mi mano todo lo alto que podía allí también impactaban las ranas. Admás, una vez que tocaban suelo empezaban a saltar como si nada. Al mirar para arriba se veía como si cayeran goterones de agua negra. El jefe de los Scouts el Padre Breña, S.J., del Colegio de la Imnaculada de Gijón.