Mozart no te hace listo
El gobierno alemán decide abordar el mito del «efecto Mozart».
Alison Abbott
Escuchar pasivamente a Mozart «“ o incluso cualquier otra música que disfrutes – no te hace más inteligente. Pero se deben hacer más estudios para descubrir si las lecciones de música pueden elevar el IQ de tu hijo a largo plazo, concluye un informe que analiza toda la literatura científica sobre música e inteligencia, que fue publicado la semana pasada por el ministerio alemán de investigación.
El ministerio comisionó el informe – asombrosamente el primero en repasar sistemáticamente la literatura sobre el supuesto efecto de la música sobre la inteligencia – a un equipo de nueve neurólogos, psicólogos, educadores y filósofos alemanes, todos expertos en música. El ministro sentía que tenía que abordar el tema porque había sido inundado con peticiones para financiar estudios sobre la música y la inteligencia, que no sabía cómo determinar.
El interés en esta área científica salió por primera vez en el polémico reporte1 en Nature de 1993 en el cual el psicólogo Frances Rauscher y su colega de la Universidad de California, Irvine, afirmaron que la gente se desempeña mejor en tareas espaciales – tales como reconocimiento de patrones, o doblar papel – después de escuchar Mozart por 10 minutos.
El «efecto Mozart» seguía siendo una herramienta de marketing para la industria de la música, y algunas escuelas privadas, mucho después de que un torrente de estudios adicionales comenzara a dudar de estos datos. En la salvaje ráfaga comercial, que frecuentemente involucraba una sobre-interpretación de los datos disponibles, las aplicaciones de escuchar música y practicar música activamente fueron mezcladas con frecuencia.
«Revisamos toda la literatura para descubrir qué preguntas todavía estaban abiertas», dijo el autor principal Ralph Schumacher, filósofo pianista de la universidad de Humboldt en Berlín. El informe se pronunció sobre que el «efecto Mozart» de Rauscher está muerto.
La mayoría de los estudios del efecto sobre la inteligencia de escuchar música – un cuerpo de trabajo del colectivo de científicos músicos llamado «Réquiem de Mozart» – no pudo repetir ninguno de los hallazgos ni encontrar un efecto transitorio que durara más de 20 minutos después de escuchar. Incluso el efecto transitorio no era específico a Mozart, sino a ninguna clase de música, o aún de lectura, que el sujeto de prueba prefiriera.