¿OVNIS SOBRE CHILE? NO, SÓLO CHATARRA DE RUSIA

Miedos alimentados por bola de fuego

Por Space History

(31 de marzo de 2007) (Nota Ed.: Las agencias de noticias divulgaron esta semana que chatarra espacial de un satélite ruso por poco golpea un vuelo de la línea aérea LAN Chile volando sobre el Océano Pacífico el martes. Sin embargo, la historia fue desechada más adelante como un cuento. El artículo siguiente fue publicado en MSNBC y proporcionado originalmente a The Santiago Times por el autor.)

El cuento sensacional del satélite ruso que caía y del avión de pasajeros chileno duró solamente algunas horas antes de ser desacreditado – pero la conexión errónea de la rugiente bola de fuego con un cohete espacial ruso era enteramente razonable, dado el largo historial inusual chileno de ser el receptor final de los espectaculares cohetes espaciales rusos.

Los informes de Nueva Zelanda describieron las bolas de fuego que pasaron a 6 millas (9 kilómetros) de un jet de Lan Chile Airbus 340 en camino de Santiago a Auckland. El equipo incluso afirmó que podía oír el rugido de los objetos que pasaban.

Solamente algunos días antes, Rusia había publicado un «Notice to Airmen» (o NOTAM) para esa región en medio del Pacífico meridional, alertando a los pilotos para evitar una zona especifica durante un período corto de dos días. Una nave de suministros Progress fue descargada de la estación espacial internacional y estaría cayendo hacia su destrucción en esa región particular de la atmósfera – un procedimiento que Rusia había seguido con seguridad cientos veces antes.

Aun cuando la bola de fuego fue vista 12 horas antes del intervalo específico que los rusos habían advertido, los funcionarios de aviación en ambos extremos de la ruta trans-Pacífica saltaron a la conclusión que el satélite ruso se había estrellado simplemente antes de tiempo. Este error pronto fue aclarado, gracias a un estudio más cuidadoso del horario real de la maniobra del espacio.

Pero la reacción inicial estaba lejos del azar. Chile, debido a un peculiar accidente geográfico, ha sido el receptor final de las espectaculares actividades rusas del espacio por décadas – y Rusia al día de hoy no ha hecho ningún reconocimiento de su impacto sobre el país de América del sur.

Desde principio de los años 70, los chilenos han estado reportando un tipo particular de objeto volador no identificado que parece más sensacional y asombroso que las historias ordinarias de platillos voladores. Repetidas veces, un anillo luminoso del tamaño de la Luna se ve elevarse en el cielo del oeste, poco después de la puesta del sol, y moverse en silencio majestuoso hacia el norte.

Los testigos de un extremo del largo país al otro – y también gente en la Argentina y Uruguay – han dicho a los periodistas del paso del objeto, de sus efectos sobre los automóviles y en los radares del aeropuerto, y en un caso, de un encuentro sexual de los testigos con un miembro del equipo que bajo para un rapidín.

Lo que realmente sucedía estaba genuinamente fuera de la Tierra, pero no era extraterrestre. La gente responsable del fenómeno «“ seres de la tierra, con seguridad – le gustaría echarle la culpa a los extraterrestres.

En Rusia, un tipo especial de satélite fue lanzado rutinariamente a una órbita alargada de 12 horas que cae sobre el hemisferio norte para propósitos de comunicaciones y rastreo de misiles. Las cadenas de tales cargas útiles fueron colocadas en distintos planos orbitales, y requirieron de un reemplazo regular mientras fueron usadas.

La secuencia de lanzamiento era siempre igual: Lanzados desde el puerto espacial de Plesetsk al norte de Moscú, y colocados en una órbita estacionaria baja a medio camino alrededor de la tierra. Entonces se encendía la última etapa para empujar la carga útil a un punto más alto sobre el hemisferio norte. Por motivos de seguridad, el combustible restante del cohete se descargaba para que no estallara más adelante y no creara una nube peligrosa de desechos.

Un globo podía mostrar donde ocurría esta descarga de combustible: sobre la costa de Chile en el Pacífico. Los lanzamientos rusos ocurrieron a diferentes horas en el día – pero si ocurrían a cierta hora, la nube de desechos sería retroiluminada por el sol ya oculto, y parecería como un anillo intensamente brillante que se mueve de izquierda a derecha hacia y sobre el océano. Sería un UFO – o, en español, un «OVNI».

Al día de hoy, esta clase de apariciones siguen siendo oficialmente inexplicadas en Chile, aunque los medios de noticias han visto que los rusos están de alguna manera implicados. ¿Algo extraño en el cielo? Culpar a los rusos – es una buena «primera conjetura».

¿Pero para algo peligroso en el cielo? Aquí otra vez, Chile ha aprendido a desconfiar de los rusos.

El 16 de noviembre de 1996, Rusia lanzó una sonda científica hacia Marte – y la misión tuvo rápidamente problemas fatales. Colocado en una órbita estacionaria baja por una falla del cohete, se convirtió en una breve amenaza internacional debido a los peligros de las pequeñas baterías de plutonio que estaban a punto de caer de nuevo a la Tierra.

Entonces la sonda se quemó sobre el Sureste del Océano Pacífico – no lejos, coincidentemente, de donde el avión de pasajeros chileno encontró la bola de fuego esta semana.

En pocos días, se hizo claro que la historia de que «estaba a salvo en el fondo del océano» era un error, primero solamente un inocente malentendido de los funcionarios del espacio en Moscú y Washington, pero luego se convirtió en un engaño deliberado de líderes políticos.

La sonda y sus sustancias radiactivas no habían golpeado el Océano Pacífico – había sido vista como bola de fuego cruzando el norte de la línea de la costa chilena y caer a tierra en el desierto de Atacama cerca de la frontera boliviana.

Y allí permanece hasta este día, esperando que no sea descubierta por los habitantes locales. Las pequeñas unidades de energía, calientes al tacto y altamente deseables para dormir (o colocar en la cuna de un niño), ahora estarían emitiendo radiación de un tipo suficientemente mortal para matar a cualquier persona expuesta un largo período de tiempo.

Aun cuando los funcionarios del espacio de los E.U. admitieron más adelante (por la tarde del viernes de Acción de Gracias en un comunicado de prensa) que la sonda estaba «probablemente» en Chile, ni Moscú ni Washington ofrecieron ayuda para encontrarla y recuperarla – o aún proporcionar información a los residentes del área para que estuvieran alerta. Oficialmente, seguía estando «a salvo en el fondo del Pacífico».

Cualquiera que haya sido el destino de la sonda Mars-96, o la recurrencia de los ovnis «esfera brillantes» en los cielos sobre Chile, la conexión instintiva de ese país con los extraños avistamientos y el negocio espacial ruso se basa en sólida experiencia. Juzgaron a los rusos inocentes esta vez, pero no siempre va a ser así la próxima vez.

Por James Oberg, NBC News

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