Elementales y espíritus de la naturaleza
http://www.flickr.com/photos/twas_brillig/556000010/in/set-72157594517142023/
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El Vestido Mobius propone intrínsecamente ropa dentro-fuera y exterior-interior. La cinta de Mobius, aplicada al cuerpo, crea una cinta continua diseñada para dar vuelta del interior hacia fuera mientras se desenreda. Porque la cinta de Mobius es unilateral, de un solo extremo y no tiene ninguna orientación fija, el material de fieltro usado para el vestido también no tiene ninguna costura, ninguna deformación y ninguna trama. Estructurado solamente por el cuerpo, el vestido se tuerce y da vueltas para formar una superficie en continuo desarrollo mientras se desenrolla para formar una superficie que cambia perpetuamente en relación con el cuerpo.
http://www.yankodesign.com/index.php/2007/06/19/mobius-dress-inside-outside-garment-by-my-studio/
CHUECOTENIAS DE LA OLEADA MEXICANA DE 1950
Siempre he creído que la ortoténia de Aimé Michel es pseudociencia. O por lo menos es el uso de algunas herramientas matemáticas aplicadas de manera errónea. Ya en su momento el doctor Donald Menzel demostró varios de los errores en los que había incurrido Michel.
Aquí, utilizando un ejemplo práctico (la oleada mexicana de marzo de 1950) veremos algunos otros errores en los que se puede caer utilizando esta técnica.
Nuestra hipótesis inicial es que gran parte de las observaciones de dicha oleada se debieron a la presencia de globos meteorológicos que se desplazaron a lo largo del territorio mexicano. Teniendo en mente lo anterior ubicamos en un mapa de la República Mexicana cada uno de los casos en los que (por la descripción, movimientos y datos generales que dieron los testigos), nosotros suponemos que se trató de una observación de globos.
Hemos dividido los avistamientos en tres partes:
Las razones de esta división son muy claras y más que evidentes:
– Primeramente, porque me dio la gana.
– Segundo porque de esa manera se ajustan mejor los datos.
Consideremos pues, de nuestra tabla de avistamientos de la década de los cincuenta en México, los primeros 28 casos. El primero (Mazatlán, Sinaloa) pudiera ser interpretado como una centella, pero también como un globo procedente del mar. Debido a la hora, 20:00 horas, el viento estaba soplando hacia la playa y un globo procedente del Pacífico bien podría hacer el recorrido que se describe. Como en este caso tenemos dudas del posible estímulo, haremos a un lado este caso. Lo mismo ocurre con los casos 4 y 5.
El caso 2 es, probablemente, la observación de un globo meteorológico, pero como es un caso solitario, en tiempo, que no proporciona mayor información, pasaremos de largo.
El caso 3 es, indudablemente una fotografía de un bólido.
De los casos 7 a 9, 28, 31, 33, 35, 37 a 39, 43, 63 y 71 no podemos apuntar ninguna hipótesis de identificación debido a los escasos datos con los que contamos.
El caso 11, que incluso cae dentro del intervalo de tiempo que nos interesa (8 a 10 de marzo) lo haremos, mañosamente, a un lado, pero luego volveremos a tomarlo. Lo mismo haremos con los casos 26 y 27.
El fraude de Dimmick, caso 13, tampoco ocupará nuestra atención.
Los casos 23 y 25, por su posible vinculación a Venus, serán tratados en otro momento.
Nos quedamos, pues, con los casos 12, 14 a 20, 22 y 24. Diez reportes distribuidos en tres días.
Los datos se trasladaron a un mapa (Figura 1) y se intentaron varias regresiones (lineal, polinómica y logarítmica) en Excel (Figuras 2 a 4). Como los resultados son muy parecidos, nos quedamos con la regresión lineal (mínimos cuadrados). Posteriormente, en el mapa, se trazó la línea recta obtenida de esta forma.
En archivos anexos se puede tener una mejor visión de estas figuras. Ruego a los miembros de Anomalist que se están tomando la molestia de leer estas líneas, dirigirse a esos anexos pues las figuras de esta página solo tienen una función ilustrativa.
Aquí tenemos los primeros inconvenientes de las ortoténias. Lo que en nuestro mapa aparece como una línea, trasladado a la superficie de la Tierra, sería una franja de terreno de entre 3 y 5 kilómetros. Además, dependiendo de la ubicación de los testigos (si estaban en una planicie o en una meseta) y de las condiciones de la observación (buena o mala visibilidad), el horizonte de percepción para esos testigos sería un círculo con radios que podrían tener mucha variación (¿10, 20, 100 kilómetros?).
¿Qué queremos decir con esto? Supongamos un observador en el centro de la ciudad de México. Supongamos muy buenas condiciones de observación (una visibilidad de 100 kilómetros a la redonda, lo que no es tan extraordinario si consideramos que el Popocatépetl está a unos 70 kilómetros en línea recta y que, antes de que se formara la capa de smog era perfectamente visible desde cualquier punto de la ciudad). Un objeto suspendido sobre la ciudad de Cuernavaca, otro sobre Zumpango y un tercero sobre Toluca (en caso de que se pudieran ver, es decir, que las montañas no impidieran su observación), y que fueran reportados por dicho observador, serían graficados, en un mapa, sobre la ciudad de México, porque el testigo se encontraba en ese sitio. Pero los objetos estarían a 85, 30 y 65 kilómetros de distancia, en ciudades distintas. Esto sesgaría, de manera muy pronunciada, la línea que se fuera a trazar sobre nuestro mapa.
Otro problema al que nos enfrentamos es que los mapas son sólo representaciones en dos dimensiones de un objeto, la Tierra, de tres dimensiones. Por lo tanto, los objetos que hay en la Tierra sufren una deformación al representarse en un plano. Es decir, la línea que se ve recta en nuestro mapa, no lo es necesariamente sobre la superficie del terreno. La variación que se tenga depende del tipo de proyección que se haya utilizado (Mercator, Cónica conforme de Lambert, cilíndrica, plana»¦). Para cada tipo de proyección se debe utilizar una trigonometría cónica, cilíndrica o plana, según el caso. Este fue uno de los errores cometidos por Michel y por Ferriz (en su OVNIs y la arqueología en México), ya que originalmente utilizaron una trigonometría plana sobre mapas con proyecciones cónicas.
Otro problema es el asunto de los tiempos. Como no es un experimento controlado, los observadores no tienen sincronizados sus relojes. Supongamos que un avión pasó por el punto A y pocos minutos después lo hizo por el punto B. El testigo del punto A dice que el avión lo sobrevoló a las 12:00, mientras que el testigo del punto B afirma haber visto el avión a las 11:55. La razón, de esta aparente incongruencia, es que los relojes no estaban sincronizados. Pero si esos reportes aparecen en la prensa relatados de esa manera, la sucesión real de acontecimientos (primero A y luego B), se invierte (primero B y luego A) y con ello se llega a resultados erróneos.
En el caso que nos ocupa tenemos otro inconveniente. Estamos suponiendo que el trayecto de estos globos (si es que fueron globos) es completamente rectilíneo. Más adelante volveremos sobre el asunto.
El segmento de línea entre Chihuahua y el punto en la frontera de los Estados de Puebla y Guerrero comprende poco más de 2,000 kilómetros. Esto nos da una velocidad para los globos de 30 a 50 Km/h.
FIGURA 1 Distribución de los avistamientos del 8 al 10 de marzo
FIGURA 4 Regresión Logarítmica
De la gráfica y de los reportes de periódico tenemos que un objeto, probablemente un globo proveniente del Norte (Estados Unidos), se observó en la ciudad de Chihuahua, el 8 de marzo de 1950 entre las 11:50 y 14:15 horas (caso 12). Más de 85,000 testigos vieron el objeto. Se dijo que tenía «forma de media Luna con cuerdas».
Se tienen 5 reportes de avistamientos ocurridos al día siguiente. Sólo se tiene el dato del tiempo en los avistamientos de Coahuila (Torreón y Saltillo). En la primera ciudad se vio entre las 12:30 y 14:00 horas; mientras que en la capital del Estado se reportó a las 14:30 a 15:00 horas. En ambos casos se le vio hacia el Suroeste. En el mapa nuestra línea efectivamente se encuentra al Oeste de esas ciudades. Ahora bien, la distancia más corta de estas ciudades a nuestra línea recta es de 10 a 15 kilómetros para Torreón y de 240 kilómetros para Saltillo. Dudo mucho que alguien en Saltillo hubiera podido ver un globo meteorológico a esa distancia. El objeto debió haber estado más cerca. Esto lo colocaría en un lugar entre Torreón y Saltillo. Luego, el observador de Torreón debió haber informado que el objeto se encontraba al Sureste. Lo que evidentemente no ocurrió.
Puede haber dos explicaciones para lo anterior: Que fueron dos los globos involucrados; que el globo derivó hacia la ciudad de Saltillo saliéndose de nuestra línea recta (la cual, en la práctica, no tenía porque seguir).
Luego tenemos tres puntos en donde se reportaron avistamientos el 9 de marzo: Pachuca, en Hidalgo; León e Irapuato, en Guanajuato.
Pachuca es conocida como «La Bella Airosa», la razón es que la mayor parte del año es recorrida por fuertes vientos. La República Mexicana esta flanqueada por varias cadenas montañosas: La Sierra Madre Occidental, La Sierra Madre Oriental, que se unen a través de la Meseta Central, formando una especie de embudo, en cuyo punto más estrecho se encuentra la ciudad de Pachuca. Esa es la razón, explicada de manera muy burda, por la que en ese punto se generan vientos de gran velocidad. En esa zona se forma una especie de tubo de Bernoulli que produce el fenómeno.
La trayectoria de nuestro supuesto globo ha sido a través de la parte baja del territorio mexicano. A ambos lados (derecha e izquierda) se encuentran las cadenas de montañas. Los vientos del Norte dirigen a nuestro globo hasta Pachuca, en donde tiene dos opciones: pasar por sobre las montañas hacia Oaxaca o hacia Veracruz; o entrar en una especie de amplio remolino, rebotando entre las montañas. Ese remolino gira en el sentido de las manecillas del reloj (efecto Coriolis).
Si lo anterior es verdad, nuestro globo derivó desde Coahuila, pasando por Zacatecas y San Luis, hasta la ciudad de Pachuca. De ahí giró hacia la izquierda y se dirigió a Guanajuato (León e Irapuato). Luego, cerrando la espiral, bajó hacia Querétaro, San Juan del Río, subió la Meseta Central, se le vio en el D.F. y finalmente partió hacia Guerrero y Oaxaca.
Esta trayectoria se podría confirmar averiguando la hora en que fue visto en cada uno de esos puntos.
Pero existen algunos inconvenientes para esta trayectoria.
Se desconocen reportes en las ciudades de Zacatecas, San Luis Potosí[1], Guanajuato, Toluca, Puebla y Cuernavaca. Todas estas ciudades están lo bastante cerca de nuestra línea recta como para que se hubiera observado el objeto. Guanajuato, por ejemplo, está más cerca que León e Irapuato. La línea pasa, incluso, justo por encima de Cuernavaca.
¿Existieron avistamientos en estas ciudades y yo los desconozco? ¿Fueron reportados en los periódicos locales? Esto es parte de lo que se tendría que investigar posteriormente.
Hasta aquí, como hemos visto, no tenemos una ortoténia (línea recta), sino una línea con muchos bucles: una «chuecoténia». Michel estaba equivocado, no existen las ortoténias.
Tomemos los casos 27, 29, 31, 32 y 33 para nuestro siguiente análisis. Dejemos el caso 28, «un objeto brillante gris opaco» (que seguramente era una nave de otro planeta porque no conozco algo que sea, al mismo tiempo, brillante y opaco. Tampoco nos ocupemos del 30, porque no nos sirve más que como punto final de nuestra «chuecoténia» (son tres globos estrellados).
En esta ocasión nuestro objeto entra al territorio mexicano a través de Reynosa, Tamaulipas. Esta ciudad colinda con El Paso, Texas. El objeto fue visto a las 13:15 horas. Al día siguiente, 15:00 horas se observa un objeto en Monterrey, Nuevo León. El objeto se dirigía al Oeste. Se debió haber visto en Saltillo, pero no tengo reportes conocidos. En Saltillo se observó un objeto, pero fue un día antes (10 de marzo). ¿Hubo confusión de fechas?
Luego el objeto parece que hizo un amplio giro, derivando hacia el Sur. Se tiene un reporte en Aguascalientes, el 12 de marzo, y otro en la Ciudad de México, el mismo día. Si fue el mismo objeto, se debió haber desplazado a unos 250 a 500 Km/h (suponiendo que el avistamiento de Aguascalientes se halla dado alrededor de las 9:00).
Finalmente se observó un objeto sobre el Aeropuerto de Veracruz, el 13 de marzo.
Si nuestra «chuecoténia» es correcta, el globo hizo un amplio «semicírculo». Figura 5.
Nuevamente, existen puntos o ciudades sobre nuestra línea de las que no tenemos referencia de avistamientos. En Tlaxcala se debió haber visto en algún momento entre el 12 y el 13 de marzo.
FIGURA 5 Distribución de los avistamientos del 10 al 13 de marzo.
EL 14 DE MARZO. UNA FECHA CONFLICTIVA. 15 DE MARZO. REGRESO A LA «NORMALIDAD»
Una invasión de globos (o de platillos volantes, lo que usted guste y escoja) se verificó el 14 de marzo de 1950 sobre el territorio mexicano. De costa a costa y de frontera a frontera, los «globovnis» recorrieron nuestro país. Se les vio en Nuevo León, Sinaloa, Tlaxcala, D.F., Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Inútil sería tratar de trazar una «chuecoténia». O suponemos que fueron varios globos e, incluso, avistamientos de objetos astronómicos, o la influencia de los medios de comunicación, o tendremos que aceptar que los marcianos hicieron de las suyas aquel día.
En cambio, el 15 de marzo tenemos una trayectoria bien definida. Comienza con un avistamiento en el puerto de Veracruz, para luego desplazarse hacia León, Guanajuato, y Lagos de Morenos, Jalisco. En estas últimas dos ciudades se vio, definitivamente, el mismo objeto. La observación se hizo a las 13:00 y el objeto se movía de Oriente a Poniente.
Siguiendo esa dirección, pero virando hacia el Norte, el objeto debería llegar a Durango, y justo ahí se tiene otra observación.
Nuevamente no tenemos confirmación de avistamientos en Zacatecas, Aguascalientes, Querétaro y el D.F.
La Figura 6 muestra nuestra «chuecoténia».
FIGURA 6 Distribución de los avistamientos del 15 de marzo
Finalmente existen siete observaciones, en días consecutivos, que proporcionan una de las líneas más interesantes y que, al parecer, se extiende alrededor del mundo. La primera se dio en Bacalar (Laguna), Yucatán, el 24 de febrero. Continuó en Atasta (Laguna), Campeche, 25 de febrero. Benito Juárez (Presa), Oaxaca, 26 de febrero. Ocotlán (cerca de la Laguna de Chapala), Jalisco, 27 de febrero. Santa Rosa (Presa), Jalisco, 28 de febrero. Ideal (frente a la Laguna Santiaguillo), Durango, 29 de febrero. Nuevo León (un charquito), Baja California Norte, el 30 de febrero.
Lo más interesante es que las observaciones se dieron sobre sitios en donde existe una gran acumulación de agua: lagunas, presas y charcos. En algunos de ellos existen plantas generadoras de electricidad, líneas de distribución, transformadores y el foco de la casa de don pedro Ferriz. Esto confirma la ecuación OVNIs «“ masas de agua «“ líneas de corriente eléctrica.
Siguiendo los cánones implantados por Michel, hemos bautizado esta línea tomando la primera letra de la población, para formar la sigla: BABOSIN. Según nuestros cálculos esta línea se extiende por todo el mundo. Rogamos a otros investigadores continúen la investigación de esta línea en otros lugares del planeta, con el fin de confirmar o refutar la hipótesis de la «chuecoténia».
La oleada mexicana del 50 no sigue los patrones establecidos por Michel y sus ortoténias. Las observaciones mexicanas se distribuyen en amplias curvas y en bucles que, a mi juicio, podrían interpretarse como las trayectorias que uno podría esperar de los globos meteorológicos. No soy experto en este campo, pero supongo que así se comportan estos artefactos.
La descripción que de esos objetos hicieran en su momento diversos testigos, así como los dibujos y fotografías que se obtuvieron de los mismos, confirmaría que una parte generosa de la oleada mexicana de marzo del 50 se debió a la observación de globos meteorológicos.
Sin embargo, este trabajo esta sustentado en procedimientos pseudocientíficos por lo que sus resultados son más que dudosos. Lo único rescatable sería la línea BABOSIN que demostraría, de alguna manera, uno de los pilares de la ufología: la credulidad.
Continuará…
Este artículo apareció originalmente como
Ruiz Noguez Luis, Chuecotenias de la oleada mexicana de 1950, Cuadernos de Ufología, No. 30, 3ª Epoca, Santander, España, 2004, Pags. 117-126.
Misteriosa criatura de New Jersey tiene colmillos y aletas
Por Sandy Bauers
La anguila lobo de seis pies de largo es un tipo de pez que es absolutamente comestible, según John Lundberg, curador de peces en la Academia de Ciencias Naturales en Philadelphia. Lundberg no sabe cuál es la especie de la anguila lobo, pero dijo que el género es Anarhichas.
Tan pronto como él viera la foto – esos dientes parecidos a colmillos, como algo de una película de horror – John Lundberg supo qué era la criatura misteriosa.
«Una vez que ves una de estas cosas, no te olvidas de ella», dice a Lundberg, curador de peces en la Academia de Ciencias Naturales.
Era una anguila lobo, de seis pies de largo, – dócil, a pesar del aspecto – habitante de las aguas profundas de la costa del Atlántico Norte, incluyendo New Jersey.
El rompecabezas: ¿Cómo llegó este espécimen apestoso, medio descompuesto a una guarida de zorro en el condado de Hunterdon?
Susan Goeckeler estaba caminando con sus perros en su granja de 50 acres fuera de Frenchtown una tarde hace aproximadamente seis semanas, cuando encontró las extrañas quijadas.
Sus hijos Rowan, de 7 años, y Jarred, de 13, siempre están encontrando pieles y cráneos de víbora, «pero generalmente podemos identificarlos».
Ella llamó al vecino que es un cazador, pensando que podía ser un cráneo de oso. Nope.
Jarred, en primero de secundaria, lo llevó a la escuela. No tuvo suerte. Ni en internet.
Goeckeler finalmente trajo las fotos a la oficina de la gerencia de la fauna del estado, cerca de Clinton.
Deslumbrado, el personal pidió que trajera la quijada entera. Comprobaron con los colegas de la puerta siguiente del programa de especie en peligro de extinción. Lo mismo.
«Todos somos tipos de la tierra», dice el biólogo principal Kelcey Burguess. No obstante, dice, la evidencia era inequívoca, sin mencionar que: «Tenía un olor a pescado».
Continúe leyendo este artículo en:
http://www.philly.com/philly/news/8097582.html
Ojo: Éste, al igual que la sirena subastada en eBay son trabajos de taxidermia. ¡No existe la anguila lobo!
Pulp Art mexicano
De las colecciones de Bobbette Axelrod y de Ted Frankel. Introducción de Maria Cristina Tavera.
El arte espeluznante de las portadas de las novelas mexicanas es una revelación de la cultura Pop. Nunca antes vistas en una colección en inglés o aún en lengua española son las imágenes, a menudo surrealistas y psicodélicas de extraterrestres, robots, dinosaurios, asesinos cobardes, Zorro, Santo, y muchos otros iconos de las historias de suspenso, misterio, romance y sobrenatural.
El Pulp Art mexicano ofrece algunas de las pinturas más llamativas de esta sensacional forma de arte de los años 60 y 70, recogida por Bobbette Axelrod de Sister Fun y del American Visionary Art Museum»™s Sideshow de Ted Frankel. La introducción de la investigadora Maria Cristina Tavera contextualiza estos artefactos descubiertos de una difunta compañía de publicación y sus artistas olvidados pero inspirados.
El Pulp Art mexicano se une a las colecciones premiadas de la historia de la cultura Pop Sin-A-Rama: Sleaze Sex Paperbacks of the Sixties, It»™s A Man»™s World: Men»™s Adventure Magazines, The Postwar Pulps y Voluptuous Panic: The Erotic World of Weimar Berlin en volver a descubrir los extraordinarios mundos olvidados del esplendor visual.