EL MONSTRUO DEL LOCH NESS: REPORTES
PRINCIPIOS DEL SIGLO VEINTE
Decíamos que el fenómeno del Lago Ness se dio a partir de 1933, luego de la construcción de la autopista A-82. Conozco dos reportes anteriores a esta fecha:
En 1919 el señor Jock Forbes vio una gran bestia cruzando frente a él, que bloqueaba por completo el camino. El «monstruo» asustó a su pony. Desafortunadamente Forbes hizo su reporte hasta 1933, en medio de la primera «oleada» de avistamientos de Nessie.
Cuatro años después, en 1923 el señor A. Cruickshank vio un animal con una gran joroba. Tenía unos 7.6 metros de longitud. Nuevamente el incidente fue reportado hasta 1933.
El señor y la señora Mackay eran los gerentes del Hotel Drumnadrochit en 1933. A mediados de abril, cuando regresaban de una visita a Inverness por la nueva carretera al norte de la costa, la señora Aldie Mackay vio claramente una joroba, «como la de una ballena», en el lago cerca de Aldourie Castle. De inmediato le pidió a su esposo que parara el auto para que viera a la «bestia». Pero para cuando el señor Mackay lo hizo, la «bestia» ya se había sumergido dejando un gran disturbio en el agua.
Este fue el reporte que inició el furor sobre el monstruo en Loch Ness y sobre el que escribió Alex Campbell en el Inverness Courier.
En 1933 una tal Mrs. Eleanor Price-Hughes dijo haber visto surgir al monstruo de unos matorrales, para desaparecer seguidamente en el lago. Llevaba «algo rosado» en la boca. El escritor Rupert T. Gould, uno de los primeros en investigar el mito, entrevistó a la testigo. Encontró que era una evidente patraña.
El «monstruo» también fue visto por el reverendo Hobbes y sus amigos que se encontraban en el Half Way House Tea Room, ahora conocido como Altsaigh Youth Hostel.
En febrero de 1934 Patricia Harvey y Jean MacDonald reportaron un encuentro similar. Observaron, en la bahía de Inchnacardoch, a la luz de la Luna, un animal que cruzaba un riachuelo para perderse de vista en dirección al lago.
El animal era de un metro ochenta de altura, tres metros de longitud, cuerpo grueso a nivel de la cintura escapular, estrechándose hacia la cola, de color oscuro y cara ventral del cuello blanco. Poseía cuatro patas cortas con las que se movía velozmente.
Las condiciones de observación pudieron causar una confusión: sesenta metros de distancia y noche oscura. Podría tratarse de una falsa identificación de algún animal doméstico o de la fauna regional: res extraviada, ciervo, etc.
La identificación con un ciervo no es nuestra sino de uno de los más famosos investigadores y creyentes de la realidad del monstruo del lago Ness.
En 1934 Br Richard Horan vio un largo y grácil cuello que sobresalía del agua unos 1.1 metros, a unos 27 metros de distancia. Br Richard y los que estaban con él en el muelle afirmaron que el animal se les quedó mirando.
También en 1934 George MacBean vio un objeto en medio del lago que se movía en contra del viento. Al principio pensó que se trataba de ramas.
Durante veinticinco minutos la señora Margaret Munro pudo observar un animal «con cuello de jirafa», que nadaba a unos 275 metros de distancia. Este extraordinario avistamiento ocurrió en 1934 y nadie más ha tenido la suerte de ver a Nessie durante tanto tiempo.
Para cerrar ese año de 1934 tenemos el avistamiento de Sir Murdoch MacDonald M.P. Vio dos jorobas en el agua. El animal debió haber medido unos 4.5 metros.
EL AVISTAMIENTO DE GRANT
Después del fracaso de Marmaduke A. Wetherell y el Daily Mail, comenzó a tambalearse todo el tinglado para «lanzar a la fama» al monstruo de Loch Ness. Pero rápidamente se apuntaló ese error. Se echó mano
del reporte de un estudiante de medicina veterinaria de la Universidad de Edimburgo y habitante de las Tierras Altas: W. Arthur Grant.
¿Qué mejor autoridad para reconocer a un animal «no convencional» que un veterinario? Sería un fuerte apoyo frente a la opinión pública.
La historia de Grant es la siguiente:
La noche del 5 de enero de 1934 regresaba a su casa por la recién inaugurada carretera A-82. Grant iba en su motocicleta y se dirigía a Abriachan, al noreste de la costa. La noche era fría y llovía sobre el lago. Aproximadamente a la una de la mañana, una milla más allá de Lochend, una figura grande y oscura atravesó la carretera. Grant tuvo que frenar y pararse como a
cincuenta metros del «monstruo». Iluminándolo con el faro de su moto, se fue acercando a unos veinticinco metros. El animal poseía una pequeña cabeza conectada a un largo cuello. La «cosa» continuó avanzando hasta llegar al lago en donde desapareció.
Grant desmontó de su moto, lo siguió hasta el lago, y trató de localizar al «monstruo» pero éste había desaparecido en las aguas del lago y sólo vio ondulaciones en la parte en donde había entrado.
Al día siguiente el estudiante se presentó, acompañado por varios vecinos, para inspeccionar la zona. Wetherell también se había presentado en el lugar «para detectar huellas». Encontraron algunos matorrales destrozados. Eso fue todo.
Arthur Grant declaró:
«Mis conocimientos de historia natural me permiten decir que nunca se ha sabido de ningún animal como el que vi el 5 de enero. De ninguna manera era una foca gigante o algo parecido; su cuerpo era muy voluminoso, con la mitad inferior más alta y gruesa que la superior, conformado de manera semejante a los canguros. Pude apreciarle claramente las extremidades superiores, que eran notoriamente palmeadas en forma de aletas, y al parecer los miembros inferiores, con los que se desplazaba, eran semejantes, aunque más poderosos. Su cabeza era triangular, con fuertes mandíbulas como de serpiente, pero más bien pequeña en comparación con su largo cuelo. La cola, como de seis pies de longitud, era anillada, grande y poderosa. Sus ojos, grandes y ovales, reflejaban la luz del faro
de mi moto. Medía unos veinte pies de la cabeza a la punta de la cola, y el color de su piel era café grisáceo, casi negro. No emitió sonido alguno, ni intentó atacarme en ningún momento».
Lo que hoy sabemos, sin embargo, es que el «avistamiento» de Grant fue realmente una broma que le hizo el señor Alex Menzies. Aparentemente Grant se cayó de la moto pero le dijo a su madre que el daño de la motocicleta fue debido a que el monstruo le hizo chocar. El resto es historia.
ANTES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En 1935 Rena MacKenzie vio un largo cuello que terminaba en una cabeza pequeña. El animal permaneció fuera de la superficie unos cinco minutos, hasta que se sumergió al momento de pasar un bote.
El señor y la señora MacMillan y sus acompañantes (más de cincuenta personas) lograron ver el cuello y dos jorobas de Nessie en 1936. El avistamiento duró unos quince minutos, pero no se lograron ver detalles pues el animal se encontraba a unos 460 metros.
Un año después, en 1937, el señor William Mackay regresaba de un juego de cricket en Fort August Abbey con un grupo de estudiantes. Todos pudieron ver un par de jorobas de color «gris elefante» que sobresalían poco menos de un metro del agua.
Desde el Half Way House Tea Room, actualmente conocido como Altsaigh Youth Hostel, el señor John MacLean vio el cuello y la cabeza de Nessie a tan sólo 18 metros de distancia. MacLean dice que Nessie estaba comiendo y justo en ese momento tragaba un pez «a la manera de
un cormorán». El animal permaneció en la superficie por varios minutos. Se especula si lo que vio MacLean, en 1938, fue Nessie o justo un cormorán.
Poco antes de iniciar la Segunda Guerra Mundial, en 1939, el señor Cowan Martin y sus amigos vieron varias jorobas en el lago.
Luego parecería que Nessie se hubiera alistado en el ejército para partir hacia la guerra pues durante el conflicto bélico sólo se tiene el reporte del señor Farrel, en 1943, quien vio una criatura de siete a nueve metros de largo a una distancia de unos 230 metros. El cuello medía entre 1.2 y 1.7 metros y sus ojos eran grandes. Como la observación la hizo sin binoculares no se entiende cómo fue posible que viera el detalle de los ojos a esa distancia.
La desaparición de Nessie de los escenarios, durante el periodo de guerra, indica que se trata de un fenómeno social y no de un monstruo real.
OTROS REPORTES
Al término de la Guerra el monstruo vuelve hacer su aparición en 1947 cuando el señor J. McKillop vio una joroba viajando a gran velocidad.
Lady Maud Baillie tendría un avistamiento similar en 1950: una «joroba» en medio del lago, que al principio pensó se trataba de una roca, pero que luego comenzó a moverse a gran velocidad.
En 1951 el Coronel P. Grant vería otra joroba de unos 6 pies (1.8 metros) moviéndose muy rápido.
Ese mismo año el señor Harper-Smith y su hijo viajaban en un bote cuando vieron un cuello de unos 1.5 metros de altura por 0.3 metros de diámetro, aproximadamente a 800 metros de distancia moviéndose muy rápidamente.
El doctor Synge vería al monstruo un poco más cerca (a unos 400 metros de distancia) mientras viajaba por la autopista, en 1952. Por unos segundos pudo seguir la trayectoria de Nessie hasta que se sumergió.
En diciembre de 1954 se hizo un extraño contacto con el sonar. La tripulación del barco de pesca Rival III. Observó el eco de sonar de un gran objeto que se encontraba a unos 160 metros de profundidad. El eco se mantuvo durante unos ochocientos metros
antes de que se perdiera el contacto.
Tres años más tarde se tendrían varias observaciones. Por ejemplo, el inspector John Grant vio dos jorobas en movimiento. Lo mismo que el señor P. MacMillan. Este ultimo pudo observarlas a través de binoculares y dijo que el animal medía unos 9.1 metros de longitud.
Ese mismo año, 1957, el señor Raymond Bain vio otro animal de la misma longitud mientras viajaba en su auto. Calcula que el animal tenía una velocidad de unos 56 kilómetros por hora.
A finales del año el señor D. Campbell vio dos jorobas distanciadas entre si unos 137 metros. Los objetos se movían a gran velocidad y estaban a unos 400 metros del señor Campbell.
El famoso Alex Campbell, del que ya hemos hablado, tuvo otro de sus avistamientos en 1958: una gran joroba que viajaba en diagonal en el lago cerca de Fort Augustus Abbey.
Poco después veintisiete pasajeros de un autobús vieron una joroba de unos 7.6 metros de longitud sobre la superficie del lago.
Durante cinco minutos el señor Hamish MacKintosh vio algo que describió como un dinosaurio con un cuello de 2.4 metros de largo.
Torquil MacLeod también describió un dinosaurio (plesiosauro) que nadaba cerca de Horseshoe Scree, en 1960. MacLeod dijo que tenía entre 12 y 18 metros de largo sin considerar la cola. Aunque tenía una cámara con telefoto, MacLeod no tomó ninguna película pues, dijo, estaba esperando que el animal se acercara.
El dueño de la Ballachladaich Farm, Hugh Ayton, pudo observar las tres jorobas y el cuello de Nessie mientras navegaba en su bote. Incluso lo pudo seguir durante una milla. Ayton lo describe como de 9 a 12 metros de largo, con jorobas de
1.2 metros y un cuello de 1.8 metros. Todo el avistamiento duró unos quince minutos.
Otro que pudo observar a Nessie durante seis minutos fue el señor G. Senior, en 1966.
John Cameron lo describió como un «bote volcado» de unos 3.7 metros de longitud. El avistamiento ocurrió en 1967.
En ese mismo año lo vio la señora D. Fraser, quien lo describió como la «espalda de una tortuga gigante», o una enorme joroba que se sumergió rápidamente dejando una estela.
El inspector de la policía Henry Henderson vio dos jorobas en 1971. Estimó que el animal medía unos 9 a 12 metros de longitud y viajaba a unos 15 nudos.
Los esposos Dewar vieron un animal con cabeza de serpiente en 1971. El cuello media unos 3 metros de largo.
El doctor Robert Rines y su esposa, así como el matrimonio Cary lo vieron en 1971. Los cuatro observaron, a través de un telescopio, una sola joroba de unos 6 metros de longitud a una distancia de unos 1,200 metros, cerca del castillo de Urquhart. El doctor Rines lo describió como la espalda de un elefante. Posteriormente la señora Cary dijo que podía haber sido cualquier cosa. La señora Carol Rines ya había visto al monstruo previamente a su llegada al loch: cuando el taxista le señaló que en medio del lago se encontraba Nessie, la señora Rines le dijo que no se parara ya que quería llegar a la casa y ya después «tendría muchas oportunidades para verlo» (¿?). Al año siguiente su esposo obtendría las famosas fotografías de la aleta.
Uno de los monjes de Fort Augustus Abbey, el padre Gregory Brusey, estaba caminando en el jardín del monasterio con el organista de la catedral de Westminster, en 1972, cuando vieron la cabeza y el cuello de unos 1.8 metros de altura. Se movía a través del agua.
Mientras salía de su casa Tony Harmsworth, vio algo en el agua a unos 400 metros de distancia moviéndose en forma diagonal al lago y contra la dirección del viento. Con sus binoculares pudo observar una forma que él estima media unos 1.2 a 1.9 metros. Esta medición la corroboró posteriormente con un bote en la misma posición.
El 17 de junio de 1993 se dieron tres observaciones independientes.
Edna MacInnes y David Mackay, ambos de Inverness, vieron al monstruo que describieron como de cuarenta pies de largo, marrón pálido, y con un largo cuello sobresaliendo en el agua. Después de nadar a lo largo de la superficie, se hundió en el agua. A pesar de que el monstruo estaba una
milla de la costa, MacInnes alega, que corrió a lo largo de la costa para acceder a el. «Estaba asustado cuando el agua de su estela llegó a la costa, pero me mantuve corriendo detrás de él. En ese momento se hundió por debajo de la superficie, yo estaba corriendo tan rápido como pude», Añadió. Cuarenta minutos más
tarde lo vio de nuevo, y Mackay trató de tomar una fotografía, pero sólo logró obtener una foto de su estela.
Posteriormente, la misma noche fue visto por James MacIntosh de Inverness junto con su hijo James Young lo vio primero, diciendo «papá, eso no es un barco». Lo describieron como una criatura de cuello largo, marrón pálido, alejándose de la costa.
El último avistamiento de la noche fue de Lorraine Davidson, quien vio una gran ola en el lago, cuando no eran visibles barcos a millas. La ola parecía ser diferente de una ola típica de barco.
ContinuarỦ
las fotos son de mentira!
Este bicho siempre será mi preferido… Diga lo que diga el señor Noguez…