Los cienciólogos «sanan» a las víctimas del terremoto de Haití usando la imposición de manos

23 de enero

En medio de la masa de organismos para ayudar a las víctimas del terremoto de Haití hay un grupo de «ministros voluntarios» de la Iglesia de la Cienciología, afirmando usar el poder de la imposición de manos para volver a conectar el sistema nervioso.

Vestidos con camisetas amarillas estampadas con el logo del polémico grupo, sonrientes voluntarios se distribuyen entre los heridos que yacen en refugios improvisados en el patio del Hospital General de Port-au-Prince.

Un rico donador privado proporcionó su avión para llevar 80 voluntarios de Los Angeles, junto con 50 médicos americano-haitianos, en un gesto valuado en 400.000 dólares, dijo una voluntaria de París que dio su nombre como Sylvie.

«Estamos capacitados como ministros voluntarios, usamos un proceso llamado «asistir» para ayudar a reconectar el sistema nervioso con sus puntos principales, para regresar la comunicación», dijo.

«Cuando usted recibe una crisis súbita, una parte de la energía su cuerpo se atasca, así que nosotros reestablecemos la comunicación dentro del cuerpo tocando a la gente a través de su ropa, y pidiendo a la gente que sienta el toque».

Junto a ella estaba el estudiante Oscar Elweels, de 22 años de edad, cuyo padre lo rescató del sótano de su colegio, donde estuvo con un pilar sobre la pierna todo un día después del mortal terremoto de 12 de enero.

Su pierna derecha fue amputada por debajo de la rodilla y su pierna izquierda estaba severamente golpeada e hinchada.

Más de la mitad de sus compañeros murieron en los escombros de su escuela, aunque el resto de su familia, quedó indemne, dijo, dando gracias a Dios.

«Hace una hora no tenía sensación en la pierna izquierda, así que le expliqué el método, lo toqué y después de un rato dijo: «˜Ahora siento todo»™», dijo Silvia.

«De lo contrario, podrían haber tenido que amputarle la otra pierna. Ahora, su hermana conoce el método y puede hacerlo».

Preguntado sobre el método utilizado en él, un Elweels sonriente lo describió como «una especie de armonía entre los nervios, un tipo de ejercicio. No podía sentir nada, pero luego pude».

¿Conoce la Cienciología? «Sí, es una organización francesa», dijo.

«Todos los pacientes están contentos con la técnica», dijo Silvia. «Pero a algunos médicos no les gusta la camisetas de color amarillo. Es una cosa de color», insistió.

Otro grupo de cienciólogos distribuyó pastillas de antibióticos. «Los médicos dijeron que se las diera a todos los que tuvieran heridas», dijo la voluntaria italiana Marina.

Algunos médicos del hospital se muestran escépticos. Un médico de EU, que pidió no ser identificado, resopló: «Yo no sabía que imponer las manos podía curar la gangrena».

Cuando se le preguntó qué estaban haciendo ahí los cienciólogos, otro doctor dijo: «no sé».

¿Te importa? «No realmente», dijo, girando a un paciente inconsciente de la sala de operaciones para unirse a cientos de personas en el patio soleado del hospital.

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