Después de 56 años resuelven el caso del «ovni medusa»
A las 17:03 (21:03 GMT) del 29 de junio de 1954 despegó de Nueva York el vuelo 510-196 de la British Overseas Airways Corporation (BOAC), con destino a Londres. Se trataba de un avión Boeing Stratocruiser de 4 motores, que transportaba 51 pasajeros. Era piloteado por el capitán James R. Howard, de 33 años de edad, un respetado ex Jefe de Escuadrón de la RAF, con 7.500 horas de vuelo comercial y 256 cruces del Atlántico a su crédito en el momento del avistamiento.
Tres bocetos que el capitán James Howard dibujó en su bitácora. De arriba a abajo: (1) las «cosas», como las llamó el capitán, con el objeto más grande en forma de una pera invertida suspendida en el centro entre las puntas de las alas del Centauro y la puesta de Sol, (2) el objeto central cambia a un ala volante enorme que se ve como si estuviera girando acercándose al avión; (3) los objetos que cambian constantemente la forma, el objeto central ahora parece un receptor telefónico gigante por su parte trasera.
A las 21:00, mientras el sol se estaba ocultando y el avión volaba a unos 5,791 metros (19,000 pies), sobre Labrador, en Terranova, dirigiéndose a Goose Bay para repostar combustible, los miembros de la tripulación y varios pasajeros observaron una extraña y enorme forma cambiante, negra, como una «medusa», flotando en el horizonte por encima de la costa de Labrador. A ambos lados de la «nave nodriza» se observaba un enjambre de pequeños objetos oscuros en forma de manchas.
Imágenes de espejismo Superior tipo Fata Morgana mostrando las Islas Farallón frente a la costa de San Francisco, fotografiado en el transcurso de varias horas por Mila ZINKOVA.
La observación duró unos 18 minutos, a lo largo de unos 130 kilómetros. Los objetos se veían hacia el lado izquierdo del avión. Cuando un avión de combate llegó al lugar, estos pequeños ovnis parecieron entrar en el objeto más grande, que se redujo y desapareció.
Al llegar a Goose Bay fueron recibidos e interrogados por oficiales de inteligencia de la US Air Force. Al aterrizar en Londres, el capitán Howard fue entrevistado en directo por la BBC y dijo estar convencido que los ovnis estaban siendo «manejados de forma inteligente». Pronto apareció en los noticieros de la televisión y cinematográficos. La historia también se publicó en periódicos y revistas y la agencia Associated Press transmitió un cable que dio la vuelta al mundo. El caso se convirtió en un clásico de la ufología. Incluso el proyecto Condon no resolvió el caso y sugirió que era un fenómeno natural poco común «“ «tan raro que al parecer nunca se ha informado ni antes ni después».
Diagrama muy esquemático de la posible geometría de un espejismo.
Sin embargo, el investigador de ovnis escocés Martin Shough ha descubierto evidencias primarias, incluidas en las declaraciones de la tripulación y los datos meteorológicos, que le ayudaron a resolver el misterio. A través de un proceso de eliminación, Shough llega a la conclusión, de la que no puede haber duda, de que la tripulación y los pasajeros vieron un espejismo inusual. Y lejos de ser raro, descubrió que este avistamiento fue sólo uno de «una clase desconocida de observaciones muy similares de espejismos desde aviones». Su estudio prueba que es posible resolver incluso los informes de ovnis más desconcertantes con suficiente tiempo y esfuerzo. También muestra que hay datos científicos valiosos que acechan en el ruido de fondo que constituye el enigma ovni.