El misterio de las centellas (112)
Era un viernes por la noche así que mis padres me dejaban dormir hasta muy tarde. Alrededor de las 10:30, más o menos, tronó un rayo, y luego otro y otro más. Pensé que era un verdadero placer. Pero entonces, una pelota que parecía enorme… más grandes que una pelota de basket, mucho más grande, llegó a través de las nubes y casi pareció flotar antes de estrellarse en la tierra y desaparecer.
No hubo ninguna explosión, ni un rayo. Era incandescente e irreal. Era como mirar al sol. Yo había oído hablar de estas cosas de centellas y pensé que era muy afortunado de haberla visto.
A la mañana siguiente salí a buscar donde había caído, pero no pude encontrar ningún rastro de quemaduras en ningún lugar.
Thomas
Bel-Air, MD USA