El misterio de las centellas (353)
Hace un par de veranos, en agosto estaba en el fregadero lavando platos cuando una tormenta se aproximaba. Cuando la tormenta llegó a la casa sonó el teléfono. Cogí una toalla para secarme las manos y tomé el teléfono. En ese instante se escuchó el fuerte ruido de un trueno y el teléfono de la pared voló por la habitación. Pero fue seguido por una bola de, por falta de una mejor descripción, luces de bengala (como las de los niños el 4 de julio) de cerca de 6 pulgadas.
Se alejó de mí unos 90 grados y bajó por la pared interior de la casa, entró y salió de mi escritorio que volando todos los papeles al suelo y procedió a golpear todas las fotos de la pared, y siguió la pared hasta el televisor. Golpeó el televisor y lo descompuso, o eso creía yo. Cuando llegó mi esposa le dije que llamara al hombre que repara las TV y ver si se podía arreglar. Decidió llamar primero a la gente del cable, vino al día siguiente y realizó una revisión del cable. Fue a la caja cerca de la calle donde se conectan los cables a la zona, supongo. Regresó y dijo que estaba fundida y podría arreglarla pronto. Lo que hizo.
Mi esposa encendió el televisor cuando él se fue y funcionó a la perfección. Más tarde, cuando regresé del trabajo vi al vecino en el patio, y decidí hablar con él, le conté lo que le había sucedido. Su respuesta fue: «Oh, una centella», como si fuera común para él, y entró a hablar de otras cosas.
Mientras hablábamos nos acercamos a mi jardín y los dos nos dimos cuenta que había algo extraño en el revestimiento de vinilo en mi casa. Investigando descubrimos que había una mancha redonda en la pared exterior Exactamente donde se encuentra el teléfono en la pared interior. Quemada pero no inclinada o distorsionada, como si hubiese sido calentada. Yo ya no vivo en esa casa, pero cuando me mudé la pared seguía así.
Leal Bennett
Mpls, Mn USA