EL DÃA DESPUÉS DE ROSWELL (18)
Como decíamos en las notas anteriores, el pico de la oleada de 1947 se dio el 8 de julio. Los avistamientos se iniciaron prácticamente en la madrugada. Probablemente el primer reporte de ese día fue el de un matrimonio de Las Cruces, Nuevo México. A las 0:45 vieron «una estrella muy brillante»[1].
DOS VEN PLATILLO SOBRE LAS CRUCES
Un platillo volador o algunos objetos luminosos que parecen como uno de los misteriosos platillos, pasó anoche sobre la parte Norte de Las Cruces, dirigiéndose al Oeste y volando en un curso estable, de acuerdo con H. J. Rhoads.
Rhoads, quien vive media milla al Oeste de Cloverleaf, más allá del camino Madrid, dijo hoy que él estaba en la cama alrededor de las 12:45 mirando hacia afuera de la ventana, «pensé que era una estrella muy brillante lo que vi», dijo. Entonces se dio cuenta que era algo más.
Despertó a su esposa y ambos la vieron por un minuto y medio, o tal vez más. No iba tan rápido y no hacía ruido. Rhoads dijo que estaba alto
A las 7:05 de la mañana CST, un piloto privado notó algo extraño durante un vuelo sobre Cook Springs, Alabama: un objeto circular, pulido como un espejo, se recortó contra la montaña. Trató de acercarse, pero la velocidad del objeto era tan grande que desapareció rápidamente[2].
A las 8:15 A. M. los trabajadores del Arizona State Highway Department, Henry Varela, R. N. Villa, y Henry Hodges observaron dos «platillos volando alto sobre la ciudad de Yuma». Villa y Hodges los vieron primero y cuando Varela escuchó hablar a sus amigos creyó que estaban describiendo aviones. Sin embargo, momentos antes Varela había visto pasar un avión por encima, y de lo que luego fue testigo no se parecía en nada a él. Los tres hombres describieron los objetos como de forma de platillo. Declararon que eran de color plateado y que parecían ser exactamente iguales, volando uno detrás del otro. La única cosa que les sorprendió a los hombres fue la falta absoluta de sonido asociado con el incidente, a pesar de que los objetos estaban a una altura bastante elevada. La altitud real no se pudo estimar, pero todos estuvieron de acuerdo en que los platillos estaban muy altos y viajaban muy rápido, en línea recta, hasta que desaparecieron de la vista hacia el Noreste. James Gordon de la Oficina Meteorológica de EU sugirió que los hombres simplemente podrían haber hecho una mala identificación del planeta Venus[3]. La noticia apareció en The Yuma Daily Sun[4]:
YUMA SE SUMA AL DESFILE DE PLATILLOS VOLADORES
Dos «platillos voladores» pasaron alto en el cielo sobre la ciudad de Yuma ayer, moviéndose silenciosa y rápidamente en dirección Nordeste.
Ese fue el reporte de anoche de Henry Varela, un empleado del Departamento Estatal de Autopistas, quien dijo que él y otros dos empleados miraron al cielo a las 8:15 a. m. de ayer y vieron «dos cosas de color plateado», los primeros de los así llamados «platillos voladores» en ser reportados en esta zona.
Varela, quien vive en la avenida 15 y la calle 5, contó su historia anoche al reportero del Daily Sun después de que saliera de trabajar.
El fenómeno, que ha asombrado a toda la nación, fue avistado sobre Yuma por los tres trabajadores del Departamento de Autopistas, desde el patio del Departamento en la calle 12.
Los «platillos», dos de ellos, eran «de color plata y tan grandes como globos de juguete», dijo Varela. Él, R. N. Villa y Henry Hodges, ambos de Yuma, vieron como los dos objetos «cruzaban el cielo en una línea recta, uno detrás del otro, sin hacer ruido».
«Hodges y Villa fueron los primeros en notarlos», dijo Varela, quien estaba sentado en la cabina del camión que estaban descargando. «Pero no les creí. Les dije que era un aeroplano. Habíamos visto uno tan sólo unos minutos antes».
«Pero cuando miré, también los vi», admitió. «Tenían forma como de platillos y eran de color plateado».
«Viajaban en una línea recta, uno detrás del otro», relató Varela.
«Estaban alto en el cielo», dijo. «No sé qué tan alto, pero era bastante alto».
«Entonces desaparecieron. Primero uno y luego el otro», le dijo al reportero. «Simplemente salieron de nuestra visión».
«No hacían ningún ruido y se movían rápido», recordó Varela.
Varela, quien esperó hasta después de salir del trabajo para reportar su descubrimiento, dijo que pensó que uno de los otros hombres ya los había reportado.
Eran los únicos hombres trabajando en el patio en ese momento, dijo.
James Gordon, por muchos años Jefe del U. S. Weather Bureau de aquí, recordó esta mañana un fenómeno natural similar que asombró a los habitantes de Yuma justo hace cuatro años.
Él recordó al Daily Sun que en 1943 los ciudadanos estaban alarmados por la aparición de lo que muchos pensaban era un globo japonés transportador de bombas, arriba sobre la ciudad.
El mismo Ejército se tragó la historia, enviando un avión a 20,000 pies en el aire en persecución del extraño objeto. Pero la persecución fue infructuosa, porque el «extraño objeto» se convirtió en el planeta Venus.
A un reporte recibido aquí de que un auto de la Patrulla de Caminos Estatal había golpeado un «disco volador» entre Yuma y Gila Bend se le dio poca credibilidad por los oficiales locales. El sheriff J. A. Beard dijo que no había oído la historia, pero dudaba mucho de ella.
Un bromista local comentó hoy «me pregunto cuántas de las personas que ven «˜platillos voladores»™ están borrachos».
LOS AVISTAMIENTOS DE MUROC
Aquel día hubo una serie de avistamientos (conocidos colectivamente como los avistamientos de Muroc), en el centro de pruebas secreto de la Fuerza Aérea, la AFB de Muroc (ahora Edwards AFB). Según el capitán Edward Ruppelt en el supuestamente altamente secreto Estimate of the Situation, se llegó a la conclusión de «que si los ovnis fueran interplanetarios, en este mismo caso figura uno que sugiere esa conclusión»[5].
Vistos a la distancia del tiempo los avistamientos de Muroc no parecen impresionantes. Se trata de una serie de avistamientos de pequeños puntos, a los que se le asignó una forma esférica o discoidal debido a la falta de resolución, que sobrevolaron a gran altura las instalaciones de aquella Base de la Fuerza Aérea. Se dieron cinco incidentes independientes.
Incidente 1
A las 9:30 PDT el teniente primero Joseph C. McHenry iba a su oficina en Muroc Army Air Force Base, California, (hoy Edwards AFB), cuando vio dos objetos plateados en forma de platillo girando en un amplio patrón circular, al Norte del desierto de Mojave, California. Viajaban a unas 300 – 400 millas por hora en vuelo nivelado, dirigiéndose a 320º (aproximadamente al Noroeste), a unos 7,000 – 8,000 pies. Llamó la atención de otras tres personas que estaban allí: el sargento tercero Gerald E. Newman, el sargento segundo Joseph Ruvolo y una empleada, la señorita Jannette Marie Scotte.
Más tarde uno de los dos objetos redujo su trayectoria circular a un círculo más pequeño. Antes de que los 2 primeros objetos desaparecieran, otros tres nuevos testigos vieron un tercer disco u objeto esférico plateado similar. Reflejaba la luz solar, volaba al Norte en pequeños círculos, alrededor de 7,000 – 8,000 pies, manteniendo la altitud. No hubo sonido ni estelas. Lo vieron por 3 – 4 minutos.
McHenry dijo a los oficiales de inteligencia que no sabía de aviones que pudieran haber realizado tales maniobras[6].
J. Allen Hynek cuenta este incidente de forma más sensacionalista y efectista[7]:
«Alguien tendrá que mostrarme uno de estos discos antes de que yo lo crea».
Teniente primero J. C. M., Base Aérea de Muroc.
Estas palabras fueron pronunciadas por el oficial encargado de los aposentos en la tienda de provisiones de la Base Aérea de Muroc, situada en el desierto californiano del Mojave, el 9 de julio de 1947. Eran las 9:30 y la conversación había pasado a girar en torno a informes sobre platos voladores, tema que había ocupado los titulares de los diarios locales la semana anterior.
Esta declaración del teniente pasaría pronto a la categoría de «famosas últimas palabras», ya que tan sólo instantes más tarde, cuando salía de la tienda de provisiones, presenció un acontecimiento por demás asombroso.
En su declaración jurada, tomada de los archivos del Proyecto Libro Azul, el teniente Joseph C. McHenry cuenta lo sucedido:
Al salir de la tienda de provisiones, fui directamente a mi oficina. Antes de entrar oí uno de nuestros aviones locales en el sistema de circulación. Cuando alcé la vista, como siempre hago, observé dos objetos plateados en forma de esfera o de disco que se desplazaban a unos cuatrocientos cincuenta kilómetros por hora o tal vez menos, aproximadamente a dos mil cuatrocientos metros de altura, dirigiéndose a unos 320º (315º es Noroeste).
Cuando divisé estos objetos llamé a los sargentos Gerald E. Newman y Joseph Ruvolo y a la señorita Jannette Marie Scotte, quienes acudieron inmediatamente adonde me hallaba yo. Señalé hacia esos objetos y les pedí que me dijesen qué veían allá arriba. Entonces los tres, con diversos comentarios, declararon: «Son platos voladores». Para mejor verificar lo que veía, les pedí que me dijeran en qué dirección iban los objetos, sin indicarles yo la dirección[8]. De nuevo los tres, de modo coherente, declararon que los objetos se desplazaban hacia Mojave, California.
Tuve tiempo de apartar la vista varias veces y renovar mi visión de los objetos para comprobar que no eran resultado de cansancio visual ni tampoco una ilusión óptica. Los objetos en cuestión no eran, repito, no eran aviones, y tampoco pueden haber sido globos meteorológicos soltados desde nuestro puesto, ya que volaban contra el viento predominante y ya que la velocidad a la que iban y la dirección horizontal que llevaban desmentían la posibilidad de que fuesen globos meteorológicos[9].
Después de observar este fenómeno, y con la esperanza de tener quizás tiempo de conseguir más testigos, corrí en seguida al dispensario en busca de oficiales médicos que pudiesen verificar, para mi propia curiosidad, la observación real de estos objetos. Pero cuando llegué a la galería posterior del dispensario, los objetos ya habían desaparecido, debido a la velocidad con que se desplazaban. Al seguir investigando[10], dos de nosotros divisamos al mismo tiempo otro objeto de características esféricas o semejantes a discos, aproximadamente a dos mil cuatrocientos metros, que volaba en círculos sobre el extremo Norte. Indiqué ese objeto a otros miembros del personal médico y otras personas que se encontraban cerca. Todos vimos los objetos, excepto dos personas sobre siete[11]. Todos apartamos varias veces la mirada de los objetos para comprobar que no era una ilusión óptica.
Según lo que yo mismo observé, el objeto volaba en círculo demasiado cerrado y en un plano demasiado estricto para ser ningún avión que yo conozca. Tampoco pudo haber sido ningún tipo de ave, debido al reflejo que se producía cuando el objeto llegaba a cierta altura. El objeto no pudo haber sido un globo meteorológico local, ya que es imposible que uno de esos globos permanezca tanto tiempo a la misma altura y de vueltas tan constantes como el ya mencionado objeto.
Conozco bien los resultados de mirar demasiado tiempo el Sol o cualquier objeto brillante, y sé que las ilusiones ópticas son posibles y probables. Deseo declarar que la observación mencionada fue de algo concreto.
Esta declaración ha sido dada libre y voluntariamente, sin amenazas ni promesas hechas bajo compulsión.
Incidente 2
A las 10:10 el piloto de pruebas J. C. Wise estaba a punto de despegar en un nuevo caza, el XP-84, cuando su atención fue captada por un objeto que volaba de Este a Oeste. El objeto se movía con el viento a una velocidad de 200 a 225 millas por hora. El objeto esférico era de color blanco amarillento y estaba animado por oscilaciones y con un movimiento giratorio[12].
Incidente 3
Alrededor de las 11:50 horas, un grupo de técnicos y oficiales estaban en el Ãrea 3 de Rogers Dry Lake para observar una prueba de nuevos asientos eyectables para el P-82, cuando vieron un objeto en particular que venía del Norte.
Uno de los testigos, el famoso piloto de pruebas experimentales de la AAF, el capitán John Paul Stapp, precisó que el objeto plateado se asemejaba a una cúpula o a un paracaídas más que a un aparato esférico. A medida que el objeto se acercó a la tierra presentó una forma ovalada distintiva. Entonces Stapp distinguió dos protuberancias en la parte superior que cruzaban regularmente, dando la impresión de que el objeto estaba animado por un movimiento de rotación. El objeto se movió contra el viento en dirección Noroeste hacia el monte Wilson hasta que, finalmente, se perdió de vista mientras descendía al nivel de la parte superior de una montaña cercana y desapareció de la vista en silencio.
Esta es la declaración de Stapp[13]:
El 8 de julio de 1947, a las 11:50 h, estábamos en un coche observando el Ãrea 3, Rogers Dry Lake, siguiendo dos P-82 y un A-26 que volaban a 6,000 metros de altura, e iban a realizar una prueba de eyección de asiento. Nos dimos cuenta de un objeto redondo, de color aluminio, que al principio parecía un paracaídas. Nuestra primera impresión fue que había habido una expulsión prematura de un asiento, pero no fue así. El objeto estaba por debajo de los 6,000 metros y caía a una velocidad casi tres veces la de la prueba del paracaídas, cuya apertura vimos 30 segundos después del descubrimiento del objeto. Al caer, se movió un poco al Norte del Oeste, en contra de los vientos dominantes. No se pudo determinar la velocidad horizontal, pero nos pareció menor que la velocidad máxima de un F-80. Cuando el objeto alcanzó una altitud que permitió observar su silueta de lado, apareció en una forma sustancialmente ovalada en la parte superior, dos proyecciones que podrían ser hélices o travesaños delgados cruzaban a intervalos, lo que sugiere una lenta rotación u oscilación.
El señor Lenz de Wright Field y otros dos testigos estaban en un camión de observación en el Ãrea 3 de Rogers Dry Lake. Lenz dijo que vio el objeto redondo plateado o blanco-aluminio, que al principio pensó era un paracaídas, de unos 25 pies de ancho, cayendo en silencio desde una altura de 20,000 pies por debajo del avión de prueba. Descendió a 3 veces la velocidad del paracaídas del asiento eyectable de la prueba, que fue visible durante la prueba de expulsión. El objeto derivó en sentido horizontal hacia el monte Wilson (al Sur) a menos de 50 a 80 millas por hora, cuando se acercó al horizonte parecía tener un contorno oval, con dos aletas gruesas o perillas en la superficie superior que parecían girar u oscilar, desapareciendo poco a poco por debajo de la montaña en la distancia después de 90 segundos.
Como ya se dijo, los hombres habían estado viendo dos cazas P-82 y un avión de ataque A-26 que se estaban preparando para una prueba de eyección de asiento cuando el objeto apareció a la vista. Al principio, los hombres pensaron que el objeto podría ser el paracaídas de la prueba, pero la eyección ocurrió más tarde. El objeto, sin embargo, se parecía mucho a un paracaídas con un tejido no tan denso como el de los paracaídas.
Hubo otros testigos independientes, incluyendo el CO de Muroc, el Coronel Signa A. Gilkey y el ingeniero comandante Richard R. Shoop y su esposa, quienes lo vieron desde un lugar diferente a 5 – 8 millas de distancia del Norte (?). Aparentemente era el mismo objeto descendente, delgado, metálico, de color aluminio y del tamaño de un avión de búsqueda (¿15 metros?). Reflejaba la luz solar y oscilaba. Bajó al nivel del suelo, y luego subió de nuevo y se movió lentamente a la distancia por un total de 8 minutos. No había sonido ni estelas[14].
Incidente 4
Aún más tarde a las 15:50, 40 millas al Sur de Muroc Army Air Field, el piloto de un P-51 volaba a 20,000 pies cuando vio un «objeto plano de naturaleza reflejante de la luz» sin alas, sin cola. Cuando lo vio por primera vez, el objeto estaba por encima de él y trató de subir hacia él, pero su P-51 no subió lo suficientemente alto. Dos veces intentó una intercepción. Más tarde Inteligencia tomó nota del incidente, y determinaron que ningún avión militar o civil se encontraba en la zona[15].
Incidente 5
Esa noche a las 21:20, fueron vistos de nuevo objetos esféricos en la zona, esta vez a 8,000 pies moviéndose en la dirección contraria al viento, en tierra, a unos 300 kilómetros por hora.
EL PENTÃGONO TOMA CARTAS EN EL ASUNTO
Estos avistamientos de discos sobre Muroc interesaron al Pentágono. Los incidentes llevaron a la Fuerza Aérea del Ejército a emitir órdenes que requerían informes clasificados de cualquier objeto «como platillo» que se entregaban a la rama T-2 (la oficina de Technical Intelligence -redesignada Technical Intelligence Division o TID en agosto) del Comando de Material Aéreo de Wright Field en Dayton, Ohio. Una versión posterior a la guerra del muy secreto grupo de inteligencia T-2 de los tiempos de guerra, la Technical Intelligence (más tarde División), especializada en la recogida de datos sobre los aviones enemigos.
Los del T-2 en el Comando de Material Aéreo habían estado «extraoficialmente interesados» en los informes de discos que se habían filtrado a través del Pentágono y la Fuerza Aérea de los diversos comandos, es decir el Fourth Air Force. De hecho, a partir de los avistamientos del 4 de julio, Día de la Independencia, llegó una directiva del Jefe Ejército del Estado Mayor de la Fuerza Aérea del Ejército, General Carl Spaatz, que quería que el 4th AAF Intelligence en Hamilton Field «abriera un archivo», aunque precisó que se debía informar sus conclusiones al Comando de Material Aéreo. Sin embargo, los incidentes de Muroc lanzaron el material al alto engranaje y motivaron que el Pentágono pidiera el máximo esfuerzo de las unidades de inteligencia en todo el mundo. Los pedidos fueron enviados a todas las bases aéreas del Ejército de EU requiriendo que los avistamientos cerca de su área fueran investigados y los informes enviados directamente a Wright Field, con copia de la documentación al Pentágono. En realidad, la investigación muestra que la mayoría de los primeros trabajos de casos fueron directamente al Pentágono y Wright Field no tuvo un juego completo de los archivos hasta septiembre de 1947.
El 8 de julio los investigadores de Wright Field comenzaron a especular que el fenómeno de los discos voladores podría ser un arma o nave avanzada alemana del Tercer Reich que estuviera siendo diseñada y llevada a los Estados Unidos por las fuerzas militares de la Unión Soviética. En concreto se sospechaba que eran diseños del tiempo de la guerra de aviones estilo ala volante inspirados por los hermanos Horten, Reimar y Walter de Goettingen. Uno de sus diseños de ala volante propulsada por jets se había abierto paso a los laboratorios de Wright después de la guerra y, sin duda, había sido estudiado por la oficina del T-2.
Poco después del 8 de julio Inteligencia Técnica en Wright Field pidió que los EE US Army Counter Intelligence Corps-Europe, o ECIC, ayudaran en la investigación[16]. Sus agentes en Alemania recorrieron las zonas de ocupación aliadas en busca de indicios de la existencia de cualquiera de los modelos Horten, pero no encontraron nada[17]. Por lo tanto, sin lugar a dudas, el gobierno comenzó a sentir la presión para resolver el misterio de los platillos tan temprano como el 8 de julio. Aunque, se desconoce hasta qué punto la administración Truman puso presión en el Pentágono y, posteriormente en la Inteligencia. Sin embargo, entre el 8 y el 9 de julio, las ruedas comenzaron a girar muy rápido. Washington emitió la siguiente declaración:
Washington, 9 de julio (UP) – Oficiales de Washington estaban seguros hoy que sabían lo que no eran los platillos voladores, pero no tenían la menor idea de lo que eran. La Fuerza Aérea dijo que tenía el asunto bajo investigación. Los estudios preliminares han revelado que los discos voladores no son:
1. Armas bacteriológicas secretas diseñadas por algunos extranjeros.
2. Nuevo tipo de misiles del Ejército.
3. Naves espaciales[18].
En reacción, el jefe de la oficina de Army Air Force Requirements Intelligence, el general de brigada George F. Schulgen, pidió al FBI que diera ayuda adicional. Schulgen también trajo a uno de los pilotos de Muroc al Pentágono para ser interrogado por un grupo de generales, científicos, e incluso psicólogos. A pesar de un interrogatorio exhaustivo, el piloto seguía convencido de que había visto un «disco volador»[19].
Schulgen también trabajó en el fenómeno de los discos voladores con el ejecutivo de Pentagon Intelligence Collections, el coronel Robert Taylor, y su mano derecha, el teniente coronel George D. Garrett. Taylor y Garrett también fueron la conexión militar al FBI. Ellos utilizaron al agente especial del FBI S. W. Reynolds para las primeras investigaciones de los avistamientos de discos en erupción por todo el país[20].
A finales de julio, el Coronel Garrett decidió escribir un informe y lo remitió tanto al FBI como a las altas esferas del Pentágono. Su nota fue, básicamente, una estimación preliminar de la situación de los discos. La intención de recopilar los periódicos pudo también estado en su mente[21].
En otras palabras, este informe esperaba establecer una posición sobre el fenómeno. Garrett en primer lugar querían saber si los discos representaban un proyecto secreto estadounidense. Después de eso sus temores más contundentes se centraban en torno a algo exterior, es decir de origen Soviético. Sin embargo, todos estos hombres, rápidamente se sintieron frustrados con los niveles más altos de los militares en sus intentos de resolver el misterio.
El ufólogo Michael Swords escribe en referencia a lo presente:
Mientras julio avanzaba hacia agosto, Garrett, Schulgen y Reynolds se confundieron por un vacío de interés o de presión que emanaba de las altas esferas del Pentágono. Ellos habían pasado por el furor de la investigación, del año anterior, que ellos consideraban similar a la de los discos voladores, cuando cientos de informes sobre «cohetes fantasma», se realizaron en Suecia y otros países europeos. En la experiencia de 1946, sin embargo, el alto mando había ejercido una presión constante para encontrar una respuesta. Pero aquí, el bronce se había vuelto completamente tranquilo. Este vacío desconcertante se ha denominado «el silencio de la superestructura». Era muy propio de Garrett y el FBI. Su desconfianza mutua fue que los más altos mandos sabían lo que era este fenómeno[22].
«El silencio de la superestructura» se refiere a una conexión con el incidente de Roswell. Algunos investigadores consideran que se recuperaron pruebas físicas durante el evento, demostrando que los discos voladores representaban una verdadera tecnología. La hipótesis es, por supuesto, que la «tecnología» era de origen extraterrestre y que los «altos mandos» habían participado en un encubrimiento de pruebas. Otros creen que si hubiera una sospecha de que los altos mandos «sabían la respuesta real», involucraba la idea de un conocimiento secreto en tecnología nazi capturada. El FBI sólo quería saber por adelantado si el fenómeno era algo que realmente necesitara su experiencia ya que la mano de obra de la Oficina era limitada. En otras palabras, como Loren E. Gross escribió en su libro sobre la oleada de 1947: «Si los platillos no se debían a agentes comunistas haciendo informes falsos, no había mucho para mantener al FBI ocupado»[23].
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[1] Anónimo, Two See Saucer Over Las Cruces, July 8, 1947.
[2] News, Birmingham, Alabama, July 8, 1947. Pag. 1. Hall David Michael, UFOs: A Century of Sightings, Galde Press Inc., Lakeville, MN, 1999. Pag. 57.
[3] Anónimo, Two «Flying Discs» Reported Seen Over City By Three Highway Dept. Men, The Yuma Sun & Arizona Sentinel, July 9, 1947. Pag. 1.
[4] Anónimo, Yuma Joins Flying Saucer Parade. Two «Flying Discs» Are Reported Seen Over City By 3 Highway Dept. Men, The Yuma Daily Sun& Arizona Sentinel, Yuma, Arizona, July 9, 1947. Portada.
[5] http://www.nicap.org/waves/1947fullrep.htm
[6] http://www.nicap.org/1947.htm
[7] Hynek J. Allen, El Informe Hynek, Javier Vergara Editor, Argentina, 1979. Págs. 112-114.
[8] Esto parce indicar que los objetos estaban tan alto o su tamaño angular era tan pequeño, que eran difícilmente discernibles. También podría indicar que su velocidad no era tan alta como para no darse cuenta, de inmediato, en qué dirección iban.
[9] A esa altura y debido a la falta de resolución (los objetos se veían como puntos) no se podría afirmar de qué se trataba. Bien podrían haber sido aviones, globos o pájaros, que a la distancia se veían como simples puntos.
[10] Al parecer McHenry «quería creer» o quería estar en la moda de aquellos que habían visto platos voladores. Desde su primera declaración, originada por una plática sobre los avistamientos de discos, hasta sus intentos de observar y de hacer que otros vieran los platos voladores que surcaban la base, todo parece indicar que él estaba buscando platos voladores, hasta que finalmente lo consiguió. Cualquier cosa que hubiera pasado sobre la base él la consideraría como uno de esos famosos platillos voladores.
[11] Esto confirma que los objetos eran muy pequeños y sólo los que tenían buena vista los pudieron ver.
[12] Project Blue Book Files, Roll No. 1, Case 44, listado como Incidente 3 en los documentos de 1947.
[13] «Project Grudge, Final Report No. 102 AC 49/15-100», Appendix B y Appendix I, Final Report por J. A. Hynek, Project Blue Book Files, Rollo No. 85, Administrative Files, Box 1, listado como incidente 4 en los documentos de 1947; y Project Blue Book Files, Rollo No. 1, Caso 52, listado como Incidente 4 en los documentos de 1947. Ruppelt J. Edward, The Report on Unidentified Flying Objects, Doubleday & Company, Inc., New York, 1956. Pages. 35-36. Hall David Michael, UFOs: A Century of Sightings, Galde Press Inc., Lakeville, MN, 1999. Pag. 58. www.cufos.org/BB_Unknowns_1_7.pdf, http://users.skynet.be/sky84985/chron9.html, http://www.ufoinfo.com/magonia/part1.shtml, http://www.beyondweird.com/ufos/Project_Blue_Book_California_Sightings.html
[14] Archivos del Project Blue Book, Rollo No. 1, Caso 51, listado como Incidentes 1-le en los documentos de 1947. Hall David Michael, UFOs: A Century of Sightings, Galde Press Inc., Lakeville, MN, 1999. Pag. 40. Vallée Jacques, Pasaporte a Magonia, Plaza & Janes, Barcelona, 1976. Pag. 282.
[15] Archivos personales de Edward J. Ruppelt, File R104 y R105, cortesía del Professor Michael Swords. Ruppelt J. Edward, The Report on Unidentified Flying Objects, Doubleday & Company, Inc., New York, 1956. Pag. 22. http://www.nicap.org/murocdir.htm, http://www.nicap.org/muroc470707dir.htm
[16] Aldrich L. Jan, The Horten Brothers, Air Materiel Command and UFOs: Perspective Thinking, Project 1947, artículo en internet, http://www.iufog.org/project 1947/
[17] Documentos de United States Army Intelligence Command (INSOM), dossier 198239. http://www.theblackvault.com/foia/army.html#l
[18] Anónimo, Army Tells What Discs Are Not, Post-Dispatch, St. Louis, Missouri, July 8, 1947.
[19] Eberhart M. George, (ed.), The Roswell Report, A Historical Perspective, J. Allen Hynek Center for UFO Studies, Chicago, 1991. Pag. 11; Ruppelt J. Edward, The Report on Unidentified Flying Objects, Doubleday & Company, Inc., New York, 1956. Pages. 22-23.
[20] Maccabee S. Bruce, UFO/FBI Connection: The Secret History of the Government»™s Cover-Up, Llewellyn Publications; Woodbury, Minnesota, 2000. 216 s.
[21] Swords D. Michael, Project Sign and The Estimate of the Situation, Journal Of UFO Studies, 1998. http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sign/sign.htm
[22] Swords D. Michael, Project Sign and The Estimate of the Situation, Journal Of UFO Studies, 1998. http://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica/sign/sign.htm
[23] Gross E. Loren, UFOs: A History 1947, Vol. 1, July 1947 «“ December 1948, Arcturus Book Service, Freemont, California, 1982. Pag. 53.
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