El ovni de Bélgica: la decepción entre los ufólogos
Noooo, este tipo debe estar bromeando, pero debe estar bromeando ahora.
Así ¿gritaba? Mauricio Fuentes Flores (Don Maor), un aficionado a los ovnis chileno, en la lista de discusión forodedios.
Cuando lo leí por primera vez creí que estaba bromeando. Pero en el intercambio de opiniones con Alejandro Agostinelli, me doy cuenta de que habla en serio y que su grito más bien es de dolor (uno de sus ídolos había caído: la fotografía « Petit-Rechain »)
El 4 de abril de 1990 Samuel Patrick Ledoux, en medio de la famosa « oleada de ovnis belga » de los años 90, tomó esta fotografía en Petit Rechain, cerca de Verviers. La fotografía dio la vuelta al mundo y rápidamente se convirtió en el emblema de la oleada.
La fotografía fue analizada por los «expertos» en ovnis e incluso por la Real Academia Militar de Bélgica. Se dijo que el personal de la NASA estaba intrigado y la foto apareció en la portada de dos voluminosos tomos publicados por la SOBEPS (Société Belge d’Étude des Phénomènes Spatiaux). Con todos esos elementos, la fotografía Petit-Rechain se convirtió en un clásico de la ufología.
Pero el castillo de arena se derrumbó el martes 25 de julio, cuando Samuel Patrick, luego de 21 años de silencio, finalmente confesó que todo se trataba de una broma. Una broma, generada por la ola de avistamientos ovni, y dirigida a sus compañeros de trabajo en la empresa en la que laboraba como tornero.
«Se fabricó, pintó, fue suspendida en el aire y se tomó la foto en la noche», dijo Patrick. «Nunca pensé que la broma fuese a salir de la fábrica en la que trabajaba. Y mucho menos que se extendiese como lo hizo», dijo a RTL Bélgica.
«Muchas personas la han analizado. Pensé que en algún momento algún experto descubriría el engaño, pero no descubrieron nada».
En una entrevista televisiva, que se puede saborear a posteriori, un ufólogo experto afirma su «íntima» convicción de que la foto no está manipulada.
En marzo de 2002, durante una emisión de la RTBF, la película fue examinada por los expertos.
Vea un extracto de la emisión consagrada a los ovnis:
El astrofísico belga Pierre Magain no ocultaba su escepticismo: para él, era imposible tomar una foto tan clara de tal objeto en la noche con el tiempo de exposición utilizado.
Pero el premio a la clarividencia se le debería dar a Wim Van Utrecht, escéptico del fenómeno ovni, viejo conocido nuestro desde la época de Perspectiva Ufológicas, quien afirmó que se trataba de un trabajo de «bricolaje genial» y denunció que la imagen era falsa, en los años 90. Para probarlo, él mismo hizo, en 1992, una toma similar, jugueteando con un pedazo de cartón.
Pero, ¿qué pasa con los avistamientos de ovnis triangulares de 1989-1990, que para los ufólogos son inexplicables? ¿Y los 153 testigos identificados por el Centre d’étude et de Recherches sur les Phénomènes Inexpliqués? Para Wim Van Utrecht, los testigos simplemente confundieron la configuración típica de la señalización de los aviones con un ovni.
Finalmente la verdad ha triunfado, pero no es del agrado de todos, «es evidente que existe una gran decepción al saber que por más de 20 años, los expertos no han tenido éxito en detectar este fraude», dijo el miércoles a Europa 1 el ufólogo belga Michel Vanbockestal. «Eso no significa que hay que cuestionar toda la hipótesis extraterrestre».
Patrick, sigue estando sorprendido por el giro de su broma. Ante la pregunta: «¿Qué conclusión saca de todo esto?», Patrick respondió: «Que se puede engañar a todo el mundo con una burda maqueta de poliestireno».
Pero hay quienes prefieren seguir engañados, como el propio Maor del que hablábamos al inicio de esta nota. Para él debe existir otra explicación:
Sus motivos actuales pueden ser re-aparecer en la pantalla. Quizá algun amigo esceptico se hizo amigo de él y le suplicó que dijera que todo habia sido una broma.
Han pasado demasiados años, que se deje de joder.
¿contáme Agostinelli, este tipo fue capaz de reproducir la foto?
¿Reproducir la foto? La idea en principio no parece mala, pero en el fondo lleva un truco. Lo que aquí se intenta es comparar la nueva fotografía con la ya conocida de Petit-Rechain para poder aceptar que fue una maqueta. El truco está en que si la nueva fotografía no empata por completo con la de Petit-Rechain, entonces seguirán mostrándola como la de un auténtico ovni, a pesar de que su autor haya dicho que es un fraude. Seguro que los ufólogos dirán cosas como: aquí hay un reflejo que no existe en el original; el cielo se ve más oscuro; la relación entre los vértices del triángulo es distinta; se ve más grande; se ve más pequeño; la luz de arriba está más hacia la derecha; esta foto fue tomada con cámaras del 2011; Patrick tiene ahora cuarenta años y en ese entonces tenía sólo 19; la foto original no tiene marco; etc.
Otro que pide este tipo de «pruebas» es el astrónomo Maximo Teodorani, quien en la lista de discusión de UAPSG/GEFAI escribe:
Hola a todos, gracias Milton por publicar esta noticia sobre el «triángulo de Bélgica».
Bueno, todo esto no me sorprende en absoluto.
De todos modos: como un castigo a la broma (y en consecuencia: al desorden social) creó que la tentación inmediata sería pedir a este tipo lo siguiente:
«Hazlo otra vez delante de nuestros ojos».
Por el contrario (a menos que alguna demostración detallada y técnica ya esté disponible en alguna parte), esta «revelación» no es creíble, así, en mi opinión.
Una persona dice: «He visto un ovni en su tejado». Y todos los demás creen en sus palabras (incluyendo la mayoría de «las bases de datos de ovnis»). Otra persona dice: «Ese supuesto ovni era una broma que he creado para engañar a todos». Y todos los demás creen en sus palabras. En ambos casos: impulsados por la emocionalidad pura y no por el pensamiento crítico. En conclusión: es posible manejar emocionalmente a la gente de la misma manera en la que de forma remota controlo a mi gato Dundy con el punto rojo de mi mini-láser. En ambos casos: hay una ausencia total de análisis crítico y una creencia a-crítica (en una cosa o su contraria). Unas pocas palabras (cargadas de emoción de algún tipo) son suficientes para manipular a grandes masas de personas. Un sistema fantásticamente poderoso para dirigir a las masas.
Él dijo que era una broma (y esto es muy plausible), y que quiere ser perdonado. Por lo tanto, mi propuesta es: «Por favor, has otra para nosotros. AHORA».
Ambas posiciones (en realidad la misma posición), la de Maor y la de Teodorani son a-críticas (como escribe el propio Máximo). La posibilidad de que todos los factores se conjuguen para obtener una fotografía exactamente igual a la de Petit-Rechain, es prácticamente cero. Este «experimento» yo lo compararía con el siguiente: Demuestren Maor y Teodorani que sus padres los procrearon. «Por favor, que sus padres hagan otros, Maor y Teodorani, para nosotros. AHORA». Les aseguro que por más que lo intenten, los resultados van a ser diferentes.
Otro ejemplo de estas reacciones es el de Auguste Meessen, un físico de la UCL RTL. Durante años investigó estas fotografías, haciendo elucubraciones pseudocientíficas. Al saber que la foto es falsa, no dudó en ponerse en contacto con el fotógrafo. Ahora se ha vuelto escéptico, pero escéptico de que la foto muestre una maqueta. Me parece que lo que intenta es salvar su imagen, a toda costa. Pero por lo que se puede ver en la entrevista publicada en RTL Info Be lo que está haciendo es quedar aún más en el ridículo. Lo más adecuado, honesto y humilde sería decir «sí, me equivoque».
Pero Meessen intenta, desesperadamente, que Patrick avale sus argumentos pseudocientíficos. El resultado es surrealista y se puede ver en un video mostrado en el enlace de arriba. Abajo parte de esa entrevista.
El experto: Su maqueta mide 80 cm y le puso tres bombillas de linterna. Así que son muy pequeñas en comparación con la maqueta. Y yo le pregunto, ¿cómo explicar lo que aparece en la diapositiva?
El bromista: No sé.
El experto: Por un lado, los puntos de luz son bastante grandes. Por otro lado son diferentes, no se corresponde en absoluto a una bombilla pequeña…
El bromista: Sí, no sé, no sé explicarlo. No tengo ni idea, no.
El experto: Ahora, en segundo lugar, en el color, hay tres capas y hemos sido capaces de separar lo que había en las tres capas y es muy diferente lo que hay en las tres capas. En la capa roja, el objeto no aparece. En la capa de color azul, aparece. ¿Cómo se explica eso?
El bromista: No lo sé.
El experto: Porque si tienes una bombilla de linterna que da la luz blanca, debe dar el mismo resultado…
El bromista: No sé, yo no podría decir…
El experto: Ahora algo más. Son los detalles de las estructuras de tres luces (muestra las imágenes). Esto se corresponde con la luz más alta y vemos que hay una distribución de intensidades. No lo podemos conseguir con un movimiento de la raqueta, ¿usted está de acuerdo?
El bromista: No lo sé, si usted lo dice…
Esta historia me recordó, y así será en la realidad, a la novela de Irving Wallace, «La Palabra». En esta novela, llevada a la pantalla chica en una mini-serie de 1978 con gran éxito, David Janssen encarna a un exitoso publicita, Steven Randall, a quien le encargan la campaña para la presentación de una nueva Biblia. Esto a raíz del hallazgo de un manuscrito que parece pertenecer al siglo I y escrito por Santiago, el menor de los hermanos de Jesús. La idea resulta cautivadora, pero a pesar de eso Randall no está interesado en el proyecto; su vida disipada y libertina no va acorde con un trabajo de esa naturaleza. Tras algunos recursos literarios para mostrar el tira y afloja en el que además está mezclada la venta de la agencia, Randall termina aceptando, preparándose para viajar a Amsterdam, donde se reunirá con el grupo de expertos que preparan todo bajo el nombre de proyecto «RESURRECCIÓN II».
Para no hacer el cuento largo, Randal comienza a recibir indicaciones de que el supuesto manuscrito es falso, una serie de atentados y muertes se suceden y al fin da con el falsificador. Cuando se da cuenta de la verdad, regresa al proyecto decidido a terminar con la farsa, pero la promoción ya está en sus últimos detalles y le es bloqueado el acceso, dejándolo fuera y acusándolo del robo de unas reliquias, (la prueba del falsificador). Randall está en el aeropuerto de regreso a América, mientras en la televisión se da el anunció de la nueva Biblia a todo bombo y platillo. Al final, frente a su máquina de escribir, pretende no olvidar cada detalle plasmando su historia para hacerla pública, aunque será como un grito en la oscuridad pues contra la fe, poco se puede hacer.
No es extraño que ante el derrumbe de un «ídolo» se tejan toda clase de excusas con tal de no dejar un lugar vacío, y más aún cuando ese caso ha sido la piedra fundamental para toda una línea dentro de la ufología moderna: «Los OVNIs Triangulares», desde entonces, y sin mencionar al Nighthawk o al B2-Spirit. Los proyectos Aurora, TR-3A y TR-3B, al menos en lo que se refiere a la tecnología híbrida de antigravedad pasarán como un mero cuento especulativo inspirado en un pedazo de poliestireno con luces de linterna. A esto se deberá el rechazo, más que nada a tener que dar marcha atrás a tanta especulación gratuita basada en una simple foto que los grupos cercanos tacharon de tructo desde un principio, pero que la prensa se encargó de difundir y hacer famosa por el mundo, tanto que se convirtió en el emblema de la oleada, como si sólo esta forma hubiera sido reporta en aquellos días.
el caso de los ovni de bélgica no se basan en esa foto solamente. de hecho podría no haber existido esa fotografía y el caso seria lo mismo. de hecho para mi lo mas llamativo en esa época no fue precisamente la foto.