El misterio de las centellas (565)
Mi papá y yo vivíamos en un decrépito remolque de dos habitaciones en el extremo Sur de Janesville cerca del aeropuerto. Con campos a nuestro alrededor y el parque de casas móviles, sólo había un camino, podíamos ver el cielo con bastante claridad con la excepción de algunos árboles. Las tardes eran muy muy tranquilas y los dos nos sentábamos en el porche hablando antes de acostarnos.
Cuando mi papá dijo «cacahuatito tienes que ver esto». Para mi asombro, el cielo se iluminó en repetidas ocasiones con los destellos de un rayo. No rayos regulares verticales sino rayos horizontales que aparecieron a través del cielo y parecía como si rebotaran. Así que saltamos a la «vieja nova» y conducimos a la carretera en frente de la corte de remolques para tener una mejor vista.
Después de más de dos horas de chatear acerca de lo que parecían ser pelotas rebotando a través del cielo, sentimos como si nada más podría suceder a pesar de que parecía extraño de que no hubiera nada. Ahora, mirando atrás nos hubiera gustado haber tomado fotos o que hubiéramos tenido una cámara de vídeo, ya que fue emocionante o interesante, en realidad más que los fuegos artificiales del cuatro de julio.
Así que al día siguiente en la escuela (séptimo grado) le pregunté a mi profesor de ciencias si él también vio el show de rayos y dijo que sí, centellas, muy bien eh. Y procedió decirle a toda la clase cómo es que la gente incluso no creen que sean reales, ya que rara vez se ven. También preguntó si alguien más los había visto. Todos respondieron que no. Entonces él vino y me dijo que estaba contento de que al menos alguien lo hubiera visto y que yo nunca los volvería a ver.
Belinda Demrow
Janesville, WI USA