LOS «OVNIS» QUE CONMOCIONARON A MÉXICO[1]
¿Por qué resulta más fácil creer que dudar?
Por: Oscar García
Durante todo el año de 1992 el mundillo ufológico mexicano estuvo bajo cierta tensión debido a lo que representaba el despertar del interés nacional, ocurrido desde 1991, por los No Identificados. Todos los que contribuimos a ese despertar sabíamos que el interés existía, pero nunca nos imaginamos a que extremo.
LA PRESUNTA PROFECÃA
1. El engaño
El 29 de diciembre de 1992 1a mañana comenzaba con el debate número veintitantos de esos ya comunes que realiza el locutor Nino Canún en su programa de televisión. Hasta un poco antes de las 11 horas todo iba bien. El programa se desarrollaba de manera divertida y con normalidad; Jaime Maussan presentaba sus videos de globos que, decía, eran «extraños objetos», los Vigilantes le aplaudían, los creyentes lo apoyaban y los escépticos decían que los «Platillos Voladores» parecían, más bien, cacerolas voladoras… Lo normal.
Pero en el momento que se dejó que el público se expresara una persona robusta, con un extraño mechón blanco en su cabello y con un nombre que le va muy bien, Daniel Cerda, manifestó, con mediana seguridad -ya que la voz le temblaba notablemente por los nervios-, que una oleada de ovnis ocurriría por la noche (¿?) del 31 de diciembre en la ciudad de México y en el pueblo de Valle de Santiago, en Guanajuato.
-¿Cómo sabe esto? -le pregunta Nino Canún.
A lo que contesta (ó más bien le hacen contestar pues lanza más de una evasiva) que debido al contacto que mantiene con seres interplanetarios que venían, nada más y nada menos, desde Andrómeda (sic).
Entre los panelistas se notó más de una cara descontenta, incluso Luis Ramírez Reyes, un ufólogo conspiranóico, quiso damos a entender (como cualquier persona centrada lo haría) que este tipo de profecías lanzadas al aire, en un medio masivo de comunicación, lo único que provocaban era que el público se predispusiera a ver ovnis. Después de una pequeña disputa en tomo a esto Jaime Maussan siguió presentando «Los 20 ovnis filmados en la semana».
LLEGÓ EL MOMENTO
2,- La diversión.
Unos días después, pasadas las 14 horas del primero de enero de 1993, una voz común se escuchó en la ciudad más grande del mundo… «Â¡Están aquí!»
Cientos de personas desde las azoteas de sus casas, las avenidas o donde fuera, observaban «algo raro en el cielo».
De este modo la ciudad de México se convirtió en la «ciudad de la Euforia»; en «la ciudad elegida por ellos». Todos miraban al cielo, todos estaban asombrados, divertidos, emocionados. Algunos no veían nada pero eso no importaba… ¡La ciudad era una fiesta! Una fiesta de ignorancia, de poco criterio y de falta de capacidad para discernir la realidad.
«Â¡Parecen globos, pero no lo son!» -decían- «Hasta los pude confundir con globos»… ¡pero no!, debían ser ovnis… ¡Tenían que serlo!
Las personas estaban satisfechas y pensaban, al mismo tiempo en la profecía de la televisión. Entonces seguramente el suceso era una realidad… «pues se anuncio por la TV», claro, debía serlo ¿o no?
CUANDO EL RÃO SUENA»¦
3. La confusión.
Pero como en todo sueño uno debe despertar»¦ «La mentira tiene patas cortas y la verdad no tarda en alcanzarla».
De este modo llegó un momento de reflexión y duda y un silencioso y tímido comentario empezó a cobrar fuerza: «Â¡Son globos!»
Pero, ¿cómo saberlo? «“pensaron los periodistas. Así que no dudaron en consultar a los elementos de la Secretaría de Protección y Vialidad, a la Cruz Roja, a la Fuerza Aérea, la Comandancia del Aeropuerto, el Servicio Meteorológico, la torre de control, el Servicio de la Navegación para el Espacio Aéreo, el planetario Luis Enrique Erro o, incluso, el Instituto Nacional de Astronomía, los que dieron versiones dignas de alguien que ignora la ufología»¦ «Podría tratarse de burbujas de hielo científicamente conocidas como «˜cirrus»™», dijo el astrónomo aficionado Jorge Rubí. Sin comentarios.
Nadie consultó a los ufólogos verdaderos, únicamente a los más populares»¦ ¿acaso la popularidad es garantía de racionalidad?
Pero si hubo quienes mostraron un poco de experiencia al manifestar su opinión por televisión, tal como lo hizo Pedro Ferriz, al decir, por la mañana en el noticiario Buenos Días, de Canal 13, conducido por Javier Solórzano, y en una entrevista con la periodista Fátima Ibarrola, que sólo eran globos, mientras otros, como el propio Maussán (¡Quién no se encontraba en la ciudad de México sino en San Juan del Río, Querétaro!) ya hablaban de «las naves de las que habló el Sr. Cerda por TV».
Existía una gran confusión ¿globos u ovnis? ¿Quién tiene la razón? La emoción continuaba y se prolongaba por horas y no faltó quien, por como estaban las cosas, comentó que ¡se trataba de ovnis camuflados de globos!… «como son tan listos los extraterrestres, podría ser».
LA INCREÃBLE VERDAD
4. La decepción.
Al siguiente día todos los diarios del D.F. (exceptuando El Universal) se hicieron eco del flap (como se debió haber llamado en realidad), mientras otros, como Excélsior, daban por hecho que lo avistado habían sido globos.
Incluso Excélsior publicaba fotografías con telefoto en las cuales se apreciaban claramente globos metálicos con todo y carta a los Santos Reyes, como indica la tradición.
De este modo la semana siguió su curso mientras las revistas iban publicando poco a poco la noticia.
Mientras tanto Jaime Maussan y sus Vigilantes ya se habían encargado de hacer circular como la gran maravilla videos de globos, no nos extrañaría que pronto sacaran un video comercial con «las naves extraterrestres del primero de enero», el cual se sumará a las «Contacto desde las Pléyades» (dedicado a Billy Meier), «Luces en el cielo I» (dedicado al ovni del eclipse), y «Luces en el cielo II» (donde por unos 25 dólares uno puede pasarse una hora viendo globos, Venus, pájaros, lámparas, aviones y similares).
El mismo Maussan afirmaba tiempo después que los ovnis emitían campos ionizados y para ello muestra un acercamiento en el video en el cual se ve la imagen en pixeles, lo cual «prueba que se trata de naves extraterrestres». Obviamente el campo ionizado sólo existe en la mente de Maussan.
Pero la vida del mexicano siguió transcurriendo igual. El evento nada afectó o hizo cambiar su rutina. Incluso mucha gente se quedó convencida de que en realidad habían visto naves extraterrestres y, ¿qué pasó?… ¡Nada!, sorprendentemente nada.
Sólo fue una aventura más en una vida aburrida. Algo un poco anormal que les hizo apartarse de la cotidianeidad.
EPÃLOGO
Este evento nos demostró, en buena medida, que en caso de una auténtica visita de una nave extraterrestre sobre la Ciudad de México nada pasaría.
Nos demostró que un hecho hipotéticamente real de un fenómeno así tampoco es evidencia de nada y para muestra basta un botón.
Este incidente nos ha dado más experiencia a los ufólogos y más fuerza para que sigamos tras las evidencias materiales y no tras videos o evidencias anecdóticas o reporteriles que en nada ayudan a la verdadera comprensión y a la aceptación de estudiar el enigma por parte de la ciencia.
[1] Publicado originalmente como García Oscar, Los «ovnis» que conmocionaron a México, Perspectivas Ufológicas, Año 1, no. 2, México, abril de 1994. Págs. 41-43.