IMPACTO AMBIENTAL
Amenazas sobre la reserva de Ría Lagartos[1]
Juan José Morales
Algo extraño está sucediendo en la Reserva de la Biósfera de Ría Lagartos, en el noreste de Yucatán, en los límites con Quintana Roo. Y, ciertamente, es para preocuparse, pues tales hechos podrían causar grave daño a esa área natural protegida, que es una de las principales de la península por sus características y uno de los tres sitios más importantes a nivel mundial para el anidamiento de la tortuga carey, una especie en peligro crítico de extinción. Fue el primer humedal mexicano inscrito en la llamada Lista Ramsar de Humedales de Importancia Internacional, que comprende aquellos que la comunidad científica internacional considera de gran relevancia para la conservación de la diversidad biológica mundial y el sustento de la vida humana.
Esta es la casa muestra del fraccionamiento de lujo que se pretende construir en la reserva de Ría Lagartos. El camino de acceso a la residencia, que entronca con uno ya existente, fue construido a través de una zona núcleo, donde legalmente no está permitido hacer tal cosa.
Pues bien, en ese sitio extraordinario, en las dunas de la zona costera, se pretende construir un fraccionamiento residencial de lujo denominado Playa Kuká, que se anuncia como «el desarrollo costero más respetuoso con el medio ambiente de Yucatán» pero sin embargo podría trastocar profundamente la ecología del lugar y afectar seriamente las poblaciones de especies animales y vegetales, entre ellas la palma kuká o kukab «”o Pseudophoenix sargentii en la clasificación científica»”, que en México sólo crece en la costa de Quintana Roo y el oriente de la de Yucatán. La protección de esta especie «”también seriamente amenazada»” fue una de las razones por las que se estableció la reserva de Ría Lagartos, donde la hay en gran número, y es justo en el área de Playa Kuká donde comienza el sector de la costa con mayor concentración de ejemplares de esta planta.
La compañía que comercializa los terrenos, llamada Yucatan Paradise (así, sin acento) ofrece en venta lotes con 100 metros de frente de playa y 350 metros de fondo, por un cuarto de millón de dólares cada uno. Por 47 500 dólares más, se ofrece el mismo lote pero con casa ya edificada.
Lo raro de este asunto es que a primera vista parece que los terrenos se encuentran en una de las llamadas zonas núcleo de la reserva; es decir, una zona en la cual no se permiten construcciones ni actividades humanas, excepto para investigación científica, educación, recreación y aprovechamientos tradicionales de la población local. Pero al examinar con más detalle el plano de la reserva, resulta que en la zona núcleo no se incluyó una franja muy estrecha, aledaña al mar, la cual quedó sólo como zona de amortiguamiento. Y es así donde se intenta construir el fraccionamiento.
No sabemos «”aunque a todas luces así parece»” si esto fue plan con maña, o sea algo deliberado para permitir la urbanización de esas tierras. Pero, de todos modos, para llegar a las residencias que ahí se construyan, habría que abrir caminos de acceso a través de la zona núcleo, lo cual no está permitido. Es más: de hecho, ya existe una casa muestra con su camino de acceso, que evidentemente fue construido hace poco violando las normas.
La Semarnat tiene mucho qué explicar acerca de este asunto. Por principio de cuentas tendría que aclarar si autorizó la creación de ese fraccionamiento y en particular la construcción de la casa muestra y su camino de acceso a través de una zona donde no debió hacerse.
Ya bastante dañada está la Reserva de Ría Lagartos «”hogar de la mayor colonia de flamenco rosado Phoenicopterus ruber en el continente americano»” como para permitir que siga siendo afectada, ahora por la especulación inmobiliaria.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 9 de enero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.