Hippies se dirigen al Arca de Noé: hacen cola aquí para ser rescatados a bordo de nave espacial extraterrestre
Miles de New Agers llegaron a la montaña que ven como refugio del apocalipsis de diciembre
Oliver Pickup
Domingo 25 de marzo 2012
Una montaña que se cierne sobre un municipio francés con una población de sólo 200 está siendo considerada como un arca de Noé moderna, cuando llegue del fin del mundo – supuestamente menos de nueve meses a partir de ahora.
Una corriente cada vez mayor de creyentes de la Nueva Era -o esotéricos, como los llaman los lugareños-, han llegado en sus camper van cargados al pueblo pirenaico generalmente pintoresco y tranquilo de Bugarach. Ellos creen que cuando el apocalipsis golpee el 21 de diciembre de este año, los extraterrestres esperaran en su nave espacial en el interior del Pic de Bugarach y salvarán a todos los seres humanos que estén cerca mediante un rayo que los llevará a la siguiente era.
A medida que la fecha de cataclismo se acerca – que, de acuerdo a las creencias escatológicas y alineaciones astrológicas predichas concluye un ciclo de 5,125 años en el calendario de la Cuenta Larga Mesoamericano -, las idas y venidas alrededor del pico se han vuelto más bizarras y rituales.
Durante décadas, ha habido una creencia de que el Pic de Bugarach, – el cual tiene 1,230 metros, es el más alto en la cordillera de Corbières -, posee un poder misterioso. A menudo llamado la «montaña de cabeza» – los geólogos piensan que estalló después de su formación y la parte superior aterrizó el camino equivocado – se cree que inspiró El viaje al centro de la Tierra de Julio Verne y Encuentros Cercanos del Tercer Tipo de Steven Spielberg. Desde la década de 1960, ha atraído los New Agers, que insisten en que emite ondas magnéticas especiales.
Además, persisten los rumores de que difunto presidente del país François Mitterrand, fue transportado en helicóptero a la cima, mientras que los nazis, y, más tarde, el Mossad de Israel, realizaron excavaciones misteriosas allí. Ahora, el pueblo cercano está lleno de New Agers, que han impulsado la economía local, aunque los grupos desnudos subiendo a la cima han generado preocupación, así como cejas levantadas. Entre otras rarezas, se ha visto escalar la montaña a algunos excursionistas con una pelota con un anillo de oro, unidos por un solo hilo.
Un hombre canoso vistiendo un delantal de lino blanco, que se llama Jean, colocó una yurta en el bosque hace un par de años para prepararse para la desaparición de la tierra. «Creemos que el apocalipsis es el final de cierto mundo y el comienzo de otro», dice. «Un nuevo mundo espiritual. El año 2012 es el final de un ciclo de sufrimiento. Bugarach es uno de los chacras principales de la tierra, un lugar dedicado a dar la bienvenida a las energías del mañana».
Se cree que más de 100,000 personas están planeando un viaje a la montaña, a 30 millas al oeste de Perpiñán, a tiempo para el 21 de diciembre, y los empresarios oportunistas sin vergüenza sacan provecho de este fenómeno. Aunque los agentes de viaje estadounidenses han estado ofreciendo ofertas especiales de viajes en un solo sentido para presenciar el fin del mundo, un pueblo vecino, de Saint-Paul-de-Fenouillet, ha producido un vino para celebrar la ocasión.
Jean-Pierre Delord, el perplejo alcalde de Bugarach, ha puesto de relieve la situación a las autoridades francesas, solicitando que el ejército resguarde la pequeña aldea por temor a un suicidio en masa. También ha llamado la atención de la secta francesa, Miviludes.
Un sexagenario genial, el señor Delord dice: «Hemos visto un enorme aumento de visitantes y este año más de 20,000 personas han subido a lo más alto, y el año pasado tuvimos 10,000 excursionistas, que registraron un aumento significativo en los últimos 12 meses. Ellos piensan que Pic de Bugarach es «˜un garaje de ovnis»™ (un garaje extraterrestre). Los aldeanos están exasperados: la importancia exagerada de algo que ellos ven como totalmente alejado de la realidad es desconcertante. Después del 21 de diciembre, esto seguramente volverá a la normalidad».
Enmascarando sus temores de lo que podría suceder el 21 de diciembre, el Sr. Delord bromea diciendo que va hacer una fiesta y dará vin chaud y queso. «Estoy seguro de que tendremos una fiesta para celebrar que todavía estamos vivos», dice sonriendo. «Supongo que depende de cada uno de nosotros para encontrar nuestro propio camino».
