IMPACTO AMBIENTAL
Un vistazo a la vida que nos rodea[1]
Juan José Morales
Ciertamente, quien desee estudiar biología tiene un vasto campo de trabajo, aunque «”dado el desdén que los sucesivos gobiernos han tenido por la ciencia»” ello no implica garantía de empleo remunerado. Y dedicarse a la biología ofrece también la posibilidad de ganarse un trocito de fama e inmortalidad como descubridor de una nueva especie. Y es que, de acuerdo con un reciente estudio, aunque ya los registros botánicos y zoológicos enlistan hasta la fecha un total de 1 233 500 especies debidamente identificadas y clasificadas, se estima que todavía hay más de 7.5 millones por descubrir.
Este extraño pez, muy apropiadamente bautizado Histiophryne psychedelica, fue descubierto en 2009 en aguas de Indonesia. Es del grupo de los llamados peces sapo o peces globo y su singular diseño le permite mimetizarse con las formaciones de coral en que vive. Si se observa con atención, podrán verse los ojos y la boca. Foto cortesía de David Hall.
En otras palabras: conocemos sólo «”desde el punto de vista científico, como parte de los catálogos taxonómicos»” apenas el 14% de las plantas y animales existentes en nuestro planeta. El 86% esperan todavía ser incorporadas a las listas, con detalles sobre sus características y su relación con otras especies.
Esta estimación «”después veremos cómo se llegó a ella»” tiene un margen de error de 1.3 millones. Es decir, pueden ser más o menos. Pero en general se considera correcta. De ese total de 8.7 millones de especies que pueblan la Tierra, se cree que 6.5 millones «”las tres cuartas partes»” son terrestres, y el restante 25%, o sea 2.2 millones, se hallan en los océanos. Pero, proporcionalmente, son estas últimas las menos conocidas. Se cree que hasta ahora únicamente se ha identificado al 9%. Esto es, aún falta descubrir, describir y catalogar a nueve de cada diez habitantes del mar.
Estos cálculos fueron realizados por investigadores que participaron en ese gran proyecto internacional llamado Censo de la Vida Marina, en el cual colaboraron científicos de 80 países y duró diez años. Utilizando modelos matemáticos, a partir de los grupos de especies ya conocidos, pudieron prever cuántas más puede haber en esos grupos. No solamente en el mar, sino también tierra firme.
La estimación sobre el número de especies que hay en la Tierra fue publicada hace unos meses en la revista PLoS Biology. Hasta entonces, los cálculos variaban ampliamente. Los más conservadores hablaban de tres millones, y los más aventurados hacían ascender la cifra hasta cien millones.
Pero, aun cuando se esté manejando una cantidad relativamente modesta, y aun cuando sólo falten 8.7 millones de especies por descubrir y no más de 95 millones como creían algunos, la tarea será formidable. En los más de 250 años transcurridos desde que, en 1758, el sueco Carl Linneo creó el sistema binominal de clasificación hoy en uso, se han registrado y clasificado «”como decíamos»” cerca de millón y cuarto de especies, de las cuales un millón en tierra y 250 mil en los mares. Otras 700 mil ya se conocen, pero todavía no se les ha clasificado plenamente y está pendiente su inscripción en las bases de datos.
A ese ritmo de menos de ocho mil registros por año desde los tiempos de Linneo a la actualidad, podría parecer que pasarán muchos siglos antes de completar el catálogo de la vida en la Tierra. Pero ahora se cuenta con poderosas herramientas que no existían en tiempos pasados y facilitan considerablemente la tarea. Es posible, por ejemplo, intercambiar imágenes y datos por Internet, o usar el ADN para determinar si dos plantas o animales muy semejantes entre sí son de la misma o de diferentes especies. Es de esperarse, por tanto, que el registro avance con mucho mayor celeridad durante los próximos años.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 6 de febrero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.