María Sabina y el hongo alucinógeno: ¿Pasaporte a otra dimensión?

MARÍA SABINA Y EL HONGO ALUCINÓGENO: ¿PASAPORTE A OTRA DIMENSIÓN?[1]

Por Jonathan Monti[2]

MariaSabinaPerdida en la sierra de Oaxaca vivía una mujer anciana, delgada, bajita, indígena y de pelo blanco.

Esa imagen es la que todos conocimos de ella, de María Sabina, la curandera.

Su casa eran los parajes recónditos de la sierra, en Oaxaca, lugar al que, principalmente en la década de los sesentas, asistía un gran número de hippies para lograr » la comunión con el universo».

Y en su choza de adobe, María Sabina ofrecía todas las noches una «velada»: la famosa ceremonia de los hongos»¦ ¿La puerta a otra dimensión?

UN TRANSPORTE MUY ESPECIAL

El instrumento era su altar, adornado por un Cristo, un San Antonio, veladoras, flores silvestres y de cempasúchil, y un brasero para copal. Sin embargo, el verdadero medio de transporte era «el hongo sagrado».

La característica principal del hongo alucinógeno es que su tallo es blanco y su cabeza negra; su nombre científico es Psilocybe caerules cens mazatecorum heim, mientras que su nombre mazateco es Di Shi Tóo, aunque también es conocido con el simple nombre de Derrumbe.

TESTIMONIO DE LA EXPERIENCIA

Son innumerables los casos de personas que llegaron hasta la casa de María Sabina para «viajar».

Sin embargo, hay un testimonio sumamente interesante que, por la seriedad y profundidad con que es tratado, nos ha llamado la atención.

imageEste testimonio es dado por Enrique Franz Val en su libro «Conversaciones con María Sabina y otros curanderos»[3], en el que narra su propia experiencia y del que se desprende lo siguiente:

«María Sabina prendió el copal «“escribe- y sahumó los hongos, mientras rezaba quedamente. El ambiente se llenó de misterio y expectación; algo solemne y sagrado estaba a punto de ocurrir.

 

«Germán, un niño, me servía de traductor, pues la sacerdotisa de los hongos sagrados no hablaba español. Me indicó que comiera los honguitos con una seña, y ambos lo hicimos, en silencio. Ella masticaba lentamente, y yo traté de imitarla»¦

 

«-Dice María Sabina que cuando sientas que los hongos empiezan a hacer efecto, le avises «“dijo Germán, el traductor.

 

«Aproximadamente a los 30 minutos, me sentí mareado y se lo dije. El sabor de los hongos es muy fuerte y persiste mucho tiempo.

 

«María Sabina apagó las velas y se sentó junto a mí. Empezó a rezar en mazateco, muy quedamente. Me preguntó mi nombre y se lo dije: Enrique. Después empezó a cantar en voz baja.

UN CANTO ÚNICO

«Luces multicolores cambiaban su intensidad y tonalidad de acuerdo con las variaciones de su canto. Un canto rítmico, hipnotizante, sagrado, antiguo. Sentí que me mecía suavemente y me transportaba a otros mundos»¦

 

«En ningún momento experimenté sensaciones o visiones terroríficas; por el contrario: una paz infinita, la sensación de ir volando en una espiral de colores. En el centro de la habitación, junto a la pared, directamente sobre el altar, apareció una luz blanca de gran intensidad. Yo no salía de mi asombro. Le pregunté a Germán qué significaba esa luz; él preguntó a María Sabina y ella respondió que era la luz del Espíritu Santo»¦

 

«Fue algo muy impresionante. Era una luz muy intensa. Después se fue desvaneciendo hasta desaparecer.

¿EL JARDÍN DEL EDÉN?

image«La habitación desapareció de mi campo de visión, y me encontré en un jardín florido, lleno de fuentes y pájaros. Bosques llenos de belleza. El jardín del edén»¦

 

«Los rezos de María Sabina continuaban. De pronto, escuché:

 

«»™Señor San Pedro, señor San pablo, señor Jesucristo»¦ Enrique, Enrique, Enrique, santo»¦, santo»¦, santo»¦»™

 

«Estas frases me conmovieron, me sacudieron profundamente. Me sentí como Cristo en la Cruz»¦

 

«Sentí la corona de espinas. Sentí que escurría sangre de mi frente. La luz volvió a ser visible sobre el altar»¦ Me dio miedo y salí a tientas de la casa. Afuera, las estrellas se veían como focos de colores. Sentí la necesidad de protegerme, de rezar»¦

 

«Miré hacia el cielo y los millones de estrellas de las galaxias me impresionaron profundamente. Mentalmente repetí las palabras del Padre Nuestro»¦

 

«pronuncié esta oración con los ojos cerrados, en mi mente, y milagrosamente me temor desapareció. Me di cuenta de que las palabras del padre Nuestro encierran un gran poder espiritual que nos pone en contacto con lo sagrado.

 

«Abrí los ojos y miré serenamente el cielo»¦ Las estrellas formaron ante mis ojos una inmensa cabeza de anciano eterno, con barba y cabello blanco, muy largo. Sus ojos eran como dos abismos insondables llenos de amor.

 

«Millones de estrellas y galaxias formaban su larga cabellera y barba blanca. Contemplé una imagen de la conciencia cósmica universal»¦

«VIO» A DIOS

«Mi cuerpo se sacudió y lloré extasiado. Le pedí perdón por todos mis pecados. Mi vida y mi muerte se volvieron microscópicas ante la grandeza y belleza de lo que estaba contemplando y viviendo. Una inmensa paz interior se apoderó de mí; una sensación de poder, de armonía»¦»

Hasta aquí las palabras de Enrique Franz Val. Ahora bien, comer hongos no es algo tan sencillo, ya que además de ser una droga, encierra aún grandes peligros si se consume de modo irresponsable y sin una previa preparación. El hacer esto podría provocar peligros tales como la locura o incluso la muerte.

Tenemos ejemplos de esto por montones y los podemos encontrar de sobra; uno de ellos: cuando, en los años sesenta, un gran número de hippies comió los hongos de manera irresponsable, sin haber hallado en el viaje la belleza que se narraba.

ADIOS A MARÍA SABINA

Hoy, maría Sabina ya no está más para guiarnos en el viaje. Ya no es moda o novedad ir a la sierra de Oaxaca a buscar «la verdad».

El 22 de noviembre de 1985 ella partió a un lugar que ya conocía. Pero ciertamente no la podremos olvidar nunca, porque, tal como lo dice una canción, María Sabina es «el símbolo de la sabiduría y el amor».


[1] Publicado originalmente en Semanario de lo Insólito, No. 121, México, abril de 1994. Pág. 9.

[2] Pseudónimo de Óscar García.

[3] En realidad el autor es Enrique González Rubio Montoya, la editorial es Publicaciones Cruz O. SA. (Nota de LRN)

Un pensamiento en “María Sabina y el hongo alucinógeno: ¿Pasaporte a otra dimensión?”

  1. no la conocí en persona pero la conocía por su fama de ser una mujer que tenia experiencia en el mundo espiritual a través delos hongos di shi too de sus rituales y curaciones y con mucha sabiduría espiritual. como me hubiese gustado haber estado junto a ella para que me guiara en en viaje espiritual a otra dimencion. en su mirada se aprecia la tranquilidad y paz espiritual que empaz descanse maría sabina la aguelita sagrada,

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