Religión, negocios e impuesto predial

ESCRUTINIO

Religión, negocios e impuesto predial[1]

Juan José Morales

Un aspecto de la crisis económica que azota a Italia al cual no se ha dado mucha difusión, es la generalizada demanda de la población de que «”como parte de las medidas para reducir el déficit fiscal»” se eliminen los escandalosos privilegios que en materia de impuestos tiene la Iglesia Católica.

clip_image002Plaza de San Pedro en El Vaticano. Aunque es el estado más pequeño del mundo, con menos de medio kilómetro cuadrado de superficie (44 hectáreas, para ser precisos), se estima que del total de edificios que hay en Roma, más de la quinta parte son de su propiedad… y no pagan impuestos.

Resulta que tan sólo en Italia, El Vaticano posee más de cien mil propiedades de todo tipo. No sólo templos y seminarios, sino también viviendas de renta, universidades y muchas otras escuelas de paga, clínicas, hospitales, casas de retiro (la gran mayoría de los cuales tampoco son de beneficencia sino negocios lucrativos), locales comerciales, hoteles y otros muchos inmuebles. Según recientes datos citados por el corresponsal del diario mexicano El Universal, se estima que en Roma la cuarta parte de los edificios registrados en el catastro urbano son del Vaticano.

Pero «”a diferencia de los propietarios italianos comunes y corrientes»” el clero no paga por tales bienes el equivalente a lo que en México es el impuesto predial. Como resultado, el erario italiano deja de percibir por ese concepto no menos de 660 millones de euros anuales, y quizá 2 200 millones, que en pesos equivaldrían a entre 11 mil y 37 mil millones de pesos, al cambio actual.

Tal situación, sin embargo, estaba legalizada gracias al contubernio entre el gobierno italiano y el clero. El primero eximió totalmente del pago de impuestos a las propiedades de la Iglesia. Bastaba que las registrara como tales, para no tener que pagar un centavo de impuesto predial. Pero cuando arreciaron las protestas por ese trato privilegiado a los negocios de la Iglesia, que de píos y desinteresados no tenían nada sino que dejaban muy buenas ganancias, las autoridades se vieron obligadas a modificar la ley y establecieron que sólo quedarían exentos del pago de impuestos aquellos inmuebles destinados al culto.

Ni tarda ni perezosa, la Santa Iglesia ordenó construir oratorios y pequeñas capillas en todos sus hoteles, clínicas, hospitales, escuelas y demás edificios de su propiedad y «”con base en esa triquiñuela»” alegó que como ahí se realizaban actos de culto, toda la propiedad debía quedar exenta de impuestos. El primer ministro Berlusconi «”aquel de las escandalosas fiestas con prostitutas menores de edad»” ni tardo ni perezoso aceptó vez tal argumento y los bienes eclesiásticos siguieron libres de impuestos.

Esto a pesar de que a poco de ascender al solio pontificio, el actual papa, Benedicto XVI, exhortó a los católicos a pagar impuestos, aunque estos parezcan «gravosos y desagradables». O sea, que paguen los demás, pero nosotros no.

Pero la población siguió presionando al gobierno para acabar con tan escandalosas prerrogativas. En sólo 48 horas, la revista Micromega reunió más de cien mil firmas en apoyo de tal demanda. Finalmente, el actual gobierno del primer ministro Prodi decidió hace poco que revisará minuciosamente la situación de todas esas propiedades, y sólo quedarán exentos de impuestos los edificios que efectivamente se destinen al culto en su totalidad. Por ejemplo, no se cobrará a una catedral, pero si en un hotel, en una escuela o en un hospital hay una pequeña capilla, sólo el espacio que ocupe ésta quedará exento, no la totalidad del edificio como ocurre ahora.

Por lo demás, los impuestos a la propiedad son sólo una parte de los que deja de pagar el Vaticano. Sus negocios de agencias de viajes, transporte, hospedaje y otros muchos a través de los cuales maneja cada año las visitas de millones de personas a Roma, están disfrazados como actividades religiosas y tampoco pagan un centavo.

En fin, los italianos «”católicos en un 80%»” saben que una cosa es la fe y otra los negocios, y ya no están dispuestos a permitir que mientras a ellos se les exigen sacrificios, el clero ni siquiera pague impuestos.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 21 de febrero de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales.

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