La partícula de Dios

IMPACTO AMBIENTAL

La partícula de Dios[1]

Juan José Morales

Varios lectores amigos me piden escribir sobre un tema científico del cual se ha estado hablando en los últimos días: el bosón de Higgs o partícula de Dios, como se le llama jocosamente, no porque tenga implicaciones religiosas sino por las razones que se verán más adelante.

El bosón de Higgs fue así denominado por el físico británico Peter Higgs, quien en la década de los 60 postuló su existencia para explicar por qué la materia tiene masa. Y es que, aunque parezca extraño, la masa no es una cualidad intrínseca de la materia, y para los físicos todavía no está muy claro por qué la posee.

clip_image002Este dibujo muestra el superacelerador de partículas con el que parece haberse comprobado la existencia del bosón de Higgs. Situado en la frontera entre Francia y Suiza, a 100 metros bajo tierra, consiste esencialmente en un inmenso anillo de 27 kilómetros de circunferencia dentro del cual se mueven torrentes de partículas impulsadas por poderosos imanes. Así se reproducen condiciones similares a las de la formación del Universo.

Pero antes de seguir adelante, y para entender mejor el asunto, conviene recordar que la materia está formada por partículas, como protones, neutrones y electrones, que son constituyentes de los átomos. Las partículas se dividen en dos grandes categorías: fermiones y bosones, así bautizados en honor del físico italiano Enrique Fermi y el indio Satyendra Nath Bose. Los fermiones son las partículas de materia y tienen masa, como los protones y electrones. Los bosones, en cambio, son partículas de fuerzas. Carecen de masa y actúan como una especie de mensajeros o transmisores. El más conocido es el fotón o «grano» de luz, relacionado con el electromagnetismo. Otro bosón es el gravitón, que transmite la fuerza gravitacional.

Según Higgs, el Universo entero está lleno con sus bosones, que con su energía producen un campo de fuerza, de igual manera que los fotones forman campos electromagnéticos y los gravitones campos gravitacionales. Los fermiones, las partículas de materia, adquieren su masa al interactuar con esa especie de mar de energía creado por los bosones de Higgs.

El fenómeno puede describirse burdamente con una analogía: si usted intenta correr dentro del agua, no podrá hacerlo. Sentirá como si su cuerpo se hiciera más pesado, como si tuviera mayor masa que cuando se encuentra fuera del agua, en el aire. En este símil, el líquido equivale al campo de energía creado por los bosones de Higgs, y su cuerpo sería una partícula de materia.

Al bosón de Higgs se le bautizó con grandilocuente humorismo La Partícula de Dios «”incluso podría llamársele Dios a secas»”porque está en todas partes y determina nada más ni nada menos que la existencia misma del Universo pero nadie puede verla.

La dificultad estriba en que solamente aparece en condiciones de altísima energía, precisamente como las que hubo en las primeras milésimas de millonésima de segundo de vida del Universo, inmediatamente después del Big Bang o Gran Explosión que le dio origen. Esas condiciones no existen en la Tierra. Pero han podido recrearse en el gigantesco superacelerador de partículas del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares en el corazón de los Alpes. Con ese instrumento se lanzan a gran velocidad, uno contra otro, torrentes de electrones y positrones, que son materia y antimateria respectivamente. Al chocar, se aniquilan mutuamente y la reacción libera energía suficiente para que puedan formarse bosones de Higgs. Eso al parecer ocurrió el pasado 4 de julio en el curso de un experimento, aunque todavía falta obtener el mismo resultado varias veces y examinar minuciosamente las características de los productos de esas colisiones para estar del todo seguros de que se han formado esas elusivas partículas. Y si se comprueba que en efecto así ocurrió, se podrá conocer mejor sus propiedades y características y tener una idea más clara y detallada del origen, composición y estructura del Universo.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 13 de julio de 2012. Reproducción autorizada por Juan José Morales

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