IMPACTO AMBIENTAL
El desconocido murcielaguito mielero[1]
Juan José Morales
Un amigo lector me ha pedido escribir acerca del llamado murciélago mielero o siricotero Glossophaga soricina, pues en un artículo que recientemente publiqué en otro medio de información menciono que, por alimentarse con néctar y polen, tiene gran importancia en la conservación del medio ambiente y que si en el sur de la península tenemos selvas tan exuberantes, ello se debe en buena parte al trabajo de esos injustamente mal afamados y temidos animales.
Los dedos del mastozoólogo «”biólogo especialista en mamíferos»” que lo sostiene permiten apreciar el pequeño tamaño del murciélago mielero o siricotero. La protuberancia que tiene sobre la nariz es la llamada hoja nasal, característica de los murciélagos que vuelan entre tupida vegetación y que les sirve como antena direccional para captar mejor los ultrasonidos que usan a modo de radar.
Así es, en efecto. Este diminuto murciélago de apenas unos 3.5 centímetros de largo y 10 gramos, incluye en su dieta no sólo insectos, frutas y partes de flores, sino también una buena cantidad de néctar y polen, que obtiene de más de 35 especies diferentes de plantas, según se ha determinado mediante el análisis del contenido estomacal de ejemplares capturados. Al ir de flor en flor, las fecunda de igual manera que las abejas, los abejorros o los colibríes, y de este modo facilita la reproducción de las plantas, incluso de enormes árboles de la selva alta. Además, dispersa importantes cantidades de semillas.
Para obtener néctar y polen, el murciélago siricotero presenta adaptaciones anatómicas especiales. En particular su larga lengua, que puede introducirse profundamente en la corola de las flores y además posee unos pelillos dirigidos hacia atrás que retienen los granos de polen. Asimismo, sus procesos digestivos le facilitan la digestión de néctar y polen.
Al estudiar su comportamiento alimenticio, se ha visto que algunos ejemplares acostumbran merodear por pequeños sectores de la selva «”de unos diez metros por lado»” que defienden agresivamente contra cualquier intruso que se aproxime, en tanto que otros muestran una conducta distinta y cada noche siguen una ruta prestablecida que se extiende por 200 ó 300 metros, aunque en ocasiones el trayecto es mucho mayor. Los que realizan este tipo de recorridos son los que fecundan mayor diversidad de plantas.
Longevo «”ejemplares en cautiverio han alcanzado diez años de edad»” y ampliamente distribuido desde México hasta Paraguay y el norte de Argentina en Sudamérica, este caballero de las tinieblas forma colonias que pueden llegar a ser muy nutridas, con mil ejemplares o más. Pero en grandes cuevas las concentraciones llegan a ser mucho mayores. En la gran cueva de Balam Kú, en la zona de Calakmul en el sur de la península, hay decenas de miles.
La conclusión que puede sacarse de todo esto es que, aunque la gente usualmente sólo se preocupa por la protección y conservación de las que podrían denominarse especies animales emblema o bandera, impresionantes y llamativas por su tamaño como el oso polar, el leopardo de las nieves, la ballena azul o «”ya en nuestra tierra»” el jaguar, también son importantes los pequeños animales que casi nadie conoce, como este murcielaguillo.
Por fortuna, sin embargo, no corre peligro. Por lo contrario, en el llamado Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, sobre especies amenazadas, se dice que no hay motivo de preocupación debido a que está ampliamente distribuido, es muy abundante, se le encuentra en numerosas áreas naturales protegidas, no hay indicios de que sus poblaciones estén disminuyendo, y tolera bastante bien cierto grado de alteraciones de su medio ambiente.
Tendremos pues «”y ello es muy afortunado»” murcielaguitos siricoteros para rato.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 26 de noviembre de 2012.
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