ESCRUTINIO
El Teletón, caravana con dinero público[1]
Juan José Morales
Sobre el Teletón se han dicho muchas cosas, especialmente que le sirve a las grandes empresas televisoras para eludir el pago de impuestos, incluso presentando como donativos propios el dinero que recaudan entre el público. Pero hay un aspecto al que no se le presta mucha atención y sobre el cual la revista Eme Equis acaba de publicar un amplio reportaje: que gran parte de los fondos que maneja el Teletón en realidad son recursos públicos, aportados por los gobiernos de varios estados, entre ellos Yucatán y Quintana Roo.
Según el bien documentado reportaje, de los 4 500 millones de pesos que en números redondos ha manejado la Fundación Teletón desde que fue creada en 1997, casi 1 500 millones provienen de las arcas de diversas entidades. De Quintana Roo, por ejemplo, ha recibido más de 227 millones, sin contar las aportaciones de este año.
Por la Internet circulan numerosas críticas a la colecta del Teletón, y uno se pregunta cuánto recaudaría si no recibiera los cuantiosos donativos de los gobiernos estatales. Por ejemplo, el de 600 mil pesos, tomados del presupuesto del DIF de Quintana Roo «”que no pocas carencias y necesidades sufre»”, con el que prácticamente se inició este año la recaudación en el estado.
Incluso, diversos gobiernos han convertido ya en obligación presupuestal la asignación anual de cuantiosas partidas económicas a la Fundación Teletón. Tal es el caso de Yucatán, donde en 2008 la entonces gobernadora priísta Ivonne Ortega no sólo le donó 95 millones de pesos «”no de su fortuna personal, desde luego, sino del presupuesto estatal»” sino que le aseguró, mediante una iniciativa de ley enviada al congreso, otros 320 millones, a ser entregados en partidas anuales de 32 millones durante una década. Otro caso, reciente, es el del gobernador Fausto Vallejo de Michoacán «”priísta también»” quien el pasado sábado, además de donar a la colecta 2012 del Teletón 27 millones de pesos, comprometió a su gobierno a entregarle 400 millones más en diez años. Y para no ser menos que su colega michoacano, Don Rubén Moreira, gobernador de Coahuila, el estado más endeudado del país «”36 mil millones de pesos»”, ese mismo día sacó de las escuálidas arcas públicas 27.4 millones para donarlos al Teletón.
Así podríamos seguir citando ejemplos. A todo lo largo y ancho del país, hay gobernadores que parecen empeñados en una competencia para ver quién dona más a esa filial de Televisa que, por lo visto, va camino a convertirse en algo así como una subsecretaría de salud.
Tanta munificencia de los gobernadores podría hacer pensar que el tesoro público de sus estados se halla rebosante de dinero y no encuentran en qué gastarlo. Pero resulta que, por ejemplo, mientras el coahuilense Moreira le suelta 27 millones al Teletón, pide un nuevo préstamo de 900 millones para pagar deudas urgentes. Por su parte, el michoacano Vallejo, quien también dice que su estado se encuentra en quiebra y con una deuda impagable pero fue verdaderamente espléndido fue al destinar este año 67 millones al futuro Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT), sólo asignó un presupuesto de 16 millones «”menos de la cuarta parte»” al Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) del gobierno del estado. No es de extrañar que, como se reveló en un reportaje publicado en Morelia, en el CREE no haya ni siquiera jabón y papel sanitario.
Hay mucha tela de dónde cortar en ese asunto, pero lo esencial es que resulta inadmisible que los gobiernos de los estados utilicen el dinero del erario público para sostener una institución de asistencia privada. Si para realizar acciones altruistas la Fundación Teletón obtuviera exclusivamente donaciones de empresas, corporaciones, personas, sociedades o agrupaciones, resultaría digna de elogio. Lo que no se vale es que «”como reza el dicho popular»” haga caravanas con sombrero ajeno. Es decir, con dinero del erario público; con el dinero de nuestros impuestos.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 11 de diciembre de 2012.