IMPACTO AMBIENTAL
La ZIC y la declinación de los mayas[1]
Juan José Morales
Hace tiempo escribí un artículo cuyo título, «Bienvenidos los huracanes», causó cierta perplejidad, pues usualmente esos fenómenos se miran sólo desde un punto de vista negativo, por los daños que causan. Pero los mismos factores meteorológicos que los provocan, son los responsables de la temporada de lluvias, sin las cuales la península de Yucatán sería inhabitable y que «”no por casualidad»” coincide con la temporada de huracanes.
Y tanto los huracanes que nos afectan como las depresiones y tormentas tropicales a las cuales debemos las benéficas lluvias, se forman en una región del Atlántico próxima al ecuador conocida como Zona Intertropical de Convergencia, o ZIC para abreviar, a la cual «”como su nombre indica»” convergen o afluyen los vientos cargados de humedad procedentes de las altas latitudes.
Pero para que depresiones, tormentas y huracanes ocurran, es necesario que la ZIC se halle a cierta distancia del ecuador. Sólo así entra en escena el efecto de Coriolis, ocasionado por la rotación de la Tierra, el cual desvía los vientos y los hace moverse en espiral para formar las típicas estructuras arremolinadas de viento y nubes de esos fenómenos meteorológicos.
En esta imagen puede verse claramente la Zona Intertropical de Convergencia como una franja de nubes. Se extiende a través del Atlántico, el Pacífico y el Ãndico y su anchura y ubicación varían en el curso del año y de un año a otro. Pero para que en ella se generen huracanes y depresiones tropicales que producen lluvias, debe estar por lo menos entre cinco y diez grados al norte del ecuador. De no ser así, hay sequías en una vasta región del mundo.
Pues bien, esta minilección de geografía viene a cuento para entender mejor la causa del llamado colapso maya. Es decir, la declinación de las ciudades-estado del sur del área maya entre los años 900 y 1000 de nuestra era y que marcó el fin del Período Clásico. De acuerdo con una reciente investigación, en esa época hubo una serie de repetidas sequías a lo largo de casi un siglo, debidas aparentemente a que «”por razones todavía ignoradas»” la ZIC se mantuvo demasiado cerca del ecuador.
Así opinan los miembros de un equipo de investigadores suizos, británicos y norteamericanos, que participaron en un estudio sobre la correlación entre la decadencia maya y las sequías. Para ello, compararon las inscripciones jeroglíficas de las estelas y demás monumentos mayas, relativas a alianzas entre estados, guerras, rivalidades y otros sucesos similares, con los registros sobre la intensidad de las lluvias en la región a lo largo de los últimos dos mil años. Dichos registros se obtuvieron al estudiar la velocidad de formación de las estalactitas y su contenido de isótopos de oxígeno en una cueva de Belice cercana a la antigua ciudad de Uxbenká.
Así, encontraron que de 300 a 660 de nuestra era hubo un período de abundantes lluvias, que coincidió con una época de estabilidad, gran crecimiento de los grandes centros urbanos mayas, aumento de población y otras muestras de prosperidad y desarrollo, todo ello plasmado en las inscripciones jeroglíficas. En cambio, durante el lapso comprendido entre los años 660 y 1000, el clima cambió, las lluvias comenzaron a decrecer, y «”como indican las estelas y demás monumentos»” sobrevinieron problemas sociales, guerras, inestabilidad social y política, y conflictos entre estados, declinó la construcción de templos y palacios y, en general, hubo cierto estancamiento de la cultura maya. Finalmente, entre 1020 y 1100 la sequía se agudizó a tal punto que ocurrieron pérdidas generalizadas de cosechas, hambruna, repetidas guerras, migraciones hacia el norte, y el decaimiento general de las ciudades-estado en el sur del área maya.
Lo importante de esta investigación «”publicada en un número reciente de la revista Science«” es que constituye una prueba directa y muy convincente de la hipótesis que se ha venido manejando desde hace tiempo en el sentido de que el llamado colapso maya fue resultado de un cambio climático y no, como se dijo en una época, de la agricultura de roza, tumba y quema, que habría llevado al agotamiento de los suelos.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Lunes 24 de diciembre de 2012.