Dos mujeres decapitadas en Papua Nueva Guinea por acusaciones de brujería
Charlie Cooper
Lunes 08 de abril 2013
Dos mujeres mayores han sido decapitadas frente a una multitud de espectadores en Papua Nueva Guinea en el último de una serie de ataques brutales en el país en contra de personas acusadas de brujería.
La policía en la escena fueron superados en número por una turba furiosa y se vieron obligados a permanecer quietos mientras las mujeres fueron asesinadas en una aldea remota, informó el periódico Post-Courier.
El inspector de la policía de Bougainville, Herman Birengka, dijo que sus hombres habían sido «impotentes».
Se entiende que las dos mujeres habían sido sospechosas de causar la muerte de un profesor local a través de la brujería.
«Las dos mujeres fueron detenidas y llevadas al pueblo de Lopele después de haber sido sospechosas de practicar la brujería y culpadas por la muerte de un antiguo profesor, que era del pueblo de Lopele», dijo Birengka.
El periódico informó que las dos mujeres habían sido torturadas durante tres días antes de los asesinatos, sufriendo heridas de cuchillo y hacha. La policía fue enviada a la remota aldea para actuar como mediadores, pero fueron frenados por la multitud, que supuestamente estaban armados con armas de fuego, cuchillos y hachas.
Los asesinatos se producen días después de que seis mujeres acusadas de brujería fueron torturadas con hierros candentes en la Sierra Sur del país, y el mes pasado una mujer fue quemada hasta la muerte por una turba, dando lugar a que Amnistía Internacional pidiera más medidas para prevenir la violencia relacionada con acusaciones de brujería en el país.
Los asesinatos han llevado a 1,000 personas a marchar por las calles de Buka, en la provincia de Bougainville, en protesta contra los asesinatos relacionados con la brujería, informó Radio Australia.
El líder local de derechos humanos, Helen Makena, presidente del North Bougainville Human Rights Committee, dijo a Radio Australia que el sentimiento por el acto era de «tristeza», pero que las mujeres y los hombres «catalogaron y condenaron el asesinato como barbarie».
Amnistía Internacional ha instado al gobierno de Papúa Nueva Guinea para abordar la violencia en la nación del Pacífico, donde muchos todavía creen en la hechicería.