ESCRUTINIO
Los divinos y turbios negocios de una cristiana legión[1]
Juan José Morales
Con la complicidad «”no apoyo»” del gobierno de Quintana Roo, la congregación de los Legionarios de Cristo continúa adueñándose de valiosos terrenos urbanos, especialmente en Cancún. Se les entregan gratuitamente, con el pretexto de que se destinarán a edificar templos, escuelas y otros edificios por el estilo. Pero la realidad es que no se sabe a manos de quién irán a parar ni qué tipo de negocios se harán con ellos.
Y es que entre las indudables habilidades de ese gran delincuente «”sólo así puede llamarse a un pederasta y bígamo que usaba identidades y pasaportes falsos»” que fue Marcial Maciel, fundador de la Legión, está la de haber sabido organizarla como un verdadero laberinto financiero en el que es muy fácil ocultar transacciones, transferir propiedades, crear empresas fantasma, evadir impuestos, lavar dinero y en general utilizar todas las artimañas de las grandes corporaciones. De esta manera, valiosísimos negocios creados por los Legionarios de Cristo con el respaldo de empresarios, políticos y familias piadosas tan acaudaladas como cándidas, que les hicieron cuantiosas donaciones, están ahora pasando a manos de particulares.
Tal es el caso, revelado recientemente en la revista Emeequis por el periodista Raúl Olmos, de los planteles de la Universidad Interamericana para el Desarrollo, UNID.
Creados con apoyos oficiales y de fieles acaudalados e ingenuos que hacían donaciones a los Legionarios de Cristo, los planteles de la UNID fueron vendidos a un hermano del vicario general de la congregación en una oscura operación.
En un reportaje titulado La mafia financiera de los Legionarios de Cristo, Olmos dice que esa cadena de universidades «”que se ha extendido ya a 24 estados del país y cuenta con 25 mil alumnos»” «fue vendida en marzo pasado y por una cantidad no revelada, a un grupo de empresarios encabezados por Dionisio Garza Medina«. Pero resulta que, «casualmente», el tal Dionisio es hermano de Luis Garza Medina, vicario general de los Legionarios y cerebro financiero de la organización durante el tiempo que fue manejada por Maciel.
Hombre de todas las confianzas de éste, Luis Garza fue un elemento clave en la creación de ese vasto imperio financiero que es la Legión de Cristo, cuyos bienes «”terrenos, escuelas, universidades, edificios, bancos, instituciones «de beneficencia», acciones de bolsa y otros muchos»” se cuentan por centenares, tanto en México como en Estados Unidos y Europa y tienen un valor superior a 20 mil millones de euros (unos 340 mil millones de pesos).
La UNID fue creada por los legionarios para captar alumnos de clase media baja o de recursos económicos limitados, sin tener que mezclarlos con el alumnado de sus universidades del sistema Anáhuac «”que en Mérida incluye a la Universidad del Mayab»”, destinada a jóvenes pudientes o de posición económica desahogada. Ha sido un magnífico negocio que ahora, como reveló el reportaje de Emeequis, ha pasado a manos del hermano de Luis Garza. Y pecaría de ingenuo quien no suponga que le fue vendida en condiciones muy favorables para él, y a un precio muy inferior al real. Para eso están los hermanos. ¿O no?
Ante hechos como este, y dada la forma deliberadamente confusa, enmarañada e inextricable en que está organizada esa empresa transnacional disfrazada de congregación religiosa que son los Legionarios de Cristo «”o Millonarios de Cristo, como acertadamente los bautizó el ingenio popular»” es de esperar que ahora que El Vaticano trata de controlarla, muchos de sus bienes terminen en manos de particulares, si no es que ya lo están, incluso los terrenos que las autoridades les han donado ilegalmente.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 6 de agosto de 2013