ESCRUTINIO
El Mundo según Monsanto[1]
Juan José Morales
Quizá la invitación sea un poco apresurada y espacialmente limitada, pues es para algo que ocurrirá en Cancún hoy martes 8 de octubre a las 20 horas: la proyección de la película documental El Mundo según Monsanto en la Universidad del Caribe. Pero vale la pena hacer un esfuerzo y asistir. La cinta muestra lo que es realmente Monsanto, esa gigantesca transnacional que amenaza no solamente con monopolizar la agricultura en el mundo entero «”o ahí donde se le permita hacerlo»”, sino también acabar con la biodiversidad y las prácticas agrícolas tradicionales y arruinar a cientos de millones de agricultores, como de hecho ya lo está haciendo.
Monsanto obtuvo cuantiosas ganancias con la fabricación del llamado Agente Naranja, un herbicida altamente tóxico usado para destruir la vegetación en Vietnam, que causó deformaciones genéticas a cientos de miles de niños, así como numerosos casos de cáncer y otras enfermedades, tanto entre los vietnamitas como entre los propios soldados norteamericanos que lo manipulaban y a quienes se ocultó la gran peligrosidad del producto.
El documental, dirigido por la cineasta francesa Marie-Monique Robin, es una coproducción franco-germano-canadiense. Se exhibe con el apoyo de la asociación científica Amigos de Sian Ka»™an y de la propia Universidad del Caribe, dentro de la VI Semana de la Cultura Ambiental, y si la recomendamos muy especialmente, es porque la problemática ocasionada por Monsanto no es algo distante y ajeno a quienes vivimos en la península de Yucatán, sino un asunto que a todos nos atañe directa o indirectamente, pues puede tener muy graves consecuencias para el medio ambiente, la economía, la estructura social y la vida de miles de familias de esta región.
En efecto, Monsanto está tratando de impulsar la siembra en vastas extensiones de Yucatán, Campeche y Quintana Roo de las variedades de soya y otros cultivos transgénicos que produce. Esto «”como ya hemos señalado en anteriores comentarios»” representa un grave peligro para la apicultura, una actividad fundamental para decenas de miles de campesinos, pues si la miel peninsular se contamina con néctar y polen de plantas transgénicas, ya no sería aceptada en Europa, donde tiene gran demanda y alcanza buenos precios pero existen severas regulaciones sobre cultivos transgénicos.
El de los cultivos de soya, sin embargo, es tan solo una pequeña «”minúscula»” parte de los peligros que Monsanto representa y que han motivado que en no pocos países los gobiernos ya estén tomando medidas para frenar su penetración. Así, recientemente en Polonia, Alemania, Francia, Eslovaquia, Irlanda, Gran Bretaña y Bulgaria, se ha prohibido el cultivo y comercialización de la variedad transgénica de maíz MON810 que produce, por haberse comprobado que es nociva, y en Estados Unidos, 300 mil agricultores han formado un frente unido para defenderse de la empresa.
Monsanto produce semillas transgénicas amparadas por patentes y las vende a los agricultores con la condición de que «”contra lo que se acostumbra en la agricultura»” no utilicen como semilla para subsiguientes cultivos los granos producidos en la cosecha. Para cada ciclo de siembra deben comprarle nuevas semillas. Si alguno llega a violar el acuerdo, de inmediato los abogados de Monsanto entablan contra él una demanda por violación de patente que termina dejándolo en la ruina.
Más todavía: si los cultivos de un granjero se contaminan con polen acarreado por el viento o transportado por abejas y otros insectos y adquieren las características de las plantas transgénicas de Monsanto, y el campesino emplea como semilla el grano de esa cosecha, la compañía también lo demanda, acusándolo de utilizar ilegalmente sus productos.
En fin, no vamos a entrar en detalles. Es mucho lo que puede escribirse sobre Monsanto y sus tácticas. Por ahora basta reiterar la invitación para que, quienes puedan asistir a ella, no se pierdan la proyección de este documental que muestra la cara desconocida de Monsanto y las consecuencias que puede tener su penetración en México. Y ojalá que la exhibición no se limite a la Universidad del Caribe, sino que la cinta sea llevada al mayor número posible de centros educativos, organizaciones civiles, colegios de profesionistas y otros sitios, para que mucha gente conozca el mundo en que viviremos si Monsanto llega a dominarlo.
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 8 de octubre de 2013