Granizada de preguntas sobre educación

ESCRUTINIO

Granizada de preguntas sobre educación[1]

Juan José Morales

La campaña (des)informativa organizada por el gobierno y las agrupaciones empresariales contra los maestros, los presenta como si ellos fueran los únicos responsables de la calidad de la educación en México y que la Ley General de Educación servirá para meterlos en cintura y hacer que trabajen bien o se larguen a su casa.

clip_image002Por ser fácilmente caricaturizable, y por la preeminencia que por décadas tuvo en la organización, Elba Esther Gordillo personificó siempre al SNTE. Pero en realidad a ese sindicato lo maneja una gran cantidad de dirigentes, nacionales, estatales y locales, en su inmensa mayoría entregados al gobierno.

Pero las cosas no son tan simples. En un reciente número del Boletín del Movimiento Comunista Mexicano, el Prof. Fernando Alcocer Astudillo, Subdirector de Diseño Curricular y Didáctica del Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal, lanza una granizada de preguntas sobre esta cuestión, entre las cuales destacan las siguientes:

¿Quién estableció e hizo cumplir los mecanismos y normas para reclutarlos (a los maestros)? ¿Quién puso los criterios para seleccionarlos, habilitarlos y sostenerlos en el servicio? ¿Quién permitió y ha dejado que por encima del derecho de los niños a la educación, por encima de los intereses de los alumnos, prevalezcan los intereses, derechos y «conquistas» de los maestros? ¿Quién puso las cosas al revés en el servicio educativo? ¿Quién impulsó, desde la creación del SNTE, el despojo de facto y para siempre a los profesores de su libertad sindical? ¿Quién ha respaldado el control del SNTE por una mafia de políticos profesionales, y no sólo pagando comisionados para grupos de choque, sino también reprimiendo protestas, encarcelando líderes, dejando impunes los asesinatos? ¿Quién aplica los descuentos por cuotas sindicales, transfiere los recursos y permite que se utilicen en contra de los propios agremiados? ¿Quién por años permitió que se vendieran y heredaran las plazas a personas sin formación profesional? ¿Quién ha dejado que gente sin formación profesional ingrese al servicio y se mantenga en él sin pensar siquiera en informarse o leer algo sobre su quehacer con los alumnos? ¿Quién autoriza instituciones públicas o particulares que ofrezcan servicios de formación de profesores, faltos de rigor y de seriedad, y quién reconoce u otorga cédulas profesionales a egresados de esas «escuelas»? ¿Quién ha permitido que haya personas que sólo trabajen de maestros o cobren como tales, sin ser profesores y, muchas veces, sin atender grupos de niños?

Hasta aquí las preguntas de Alcocer. Si se responde honradamente a ellas, se verá que en gran medida los maestros no son culpables sino víctimas. Si al ser evaluados resulta que no cumplen las nuevas exigencias establecidas por la SEP para continuar en su puesto, la responsabilidad no sería por completo de ellos, sino de quienes los prepararon en las escuelas normales del gobierno y quienes diseñaron y aplicaron los numerosos programas de capacitación, actualización y profesionalización en los que durante muchos años se gastaron miles y miles de millones de pesos»¦ en buena parte, dicho sea de paso, entregados a la mafia sindical.

Ciertamente, no pocos maestros en servicio temen salir reprobados en una evaluación que «”por lo demás, y como ya hemos señalado»” puede ser fácilmente manipulada en favor de unos y en perjuicio de otros.

Y ciertamente también, no faltan quienes dicen que, independientemente de que los docentes no sean del todo responsables de su mala preparación, hay que comenzar a exigirles más o reemplazarlos por otros mejores. Pero el problema educativo no se resolverá despidiéndolos o destinándolos a trabajos de oficina o de intendencia como establece la ley de educación. Las raíces de ese problema son mucho más extensas y profundas. Y persistirá en tanto persista el dominio de esa mafia sindical que en contubernio con los gobiernos del PRI y del PAN, pervirtió la educación, corrompió a muchos maestros y los convirtió en operadores del fraude electoral y el control político, esa mafia en la cual ahora se apoya el gobierno para imponer la nueva ley de educación.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Martes 10 de septiembre de 2013

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