El caso de la médium contactada

No recuerdo de dónde saqué este artículo. Seguro fue de una revista de ovnis mexicana de la década de los setentas, pero en este momento no encuentro el origen. No importa. Cuando la encuentre, pondré aquí la referencia.

Lo que quiero destacar, en esta temporada de fin de año, son las fallas que tienen los agoreros y adivinos (en este caso una «médium contactada»), que casi nunca aciertan en sus vaticinios.

Veamos el caso de Lucecita, que así se llamaba una médium, que además era contactada, que vivía en el sur de la ciudad de México. En una de sus sesiones espiritistas (la que se reseña en la nota siguiente), predijo varios desastres y cataclismos.

Creo que le hemos dado el tiempo suficiente para que por lo menos alguno de los mensajes de «los hermanos del espacio» se hubiera confirmado: alrededor de unos 40 años.

Algunos dirán que debemos dejar que pase más tiempo para ver si se cumplen los vaticinios, pero yo no lo creo. El hecho de que no se retrasaron los juegos olímpicos de Moscú ni los de Los Ángeles es prueba suficiente de que aquella sesión espiritista fue tan sólo pura faramalla.

ContactoLucecitaLa mañana del 15 de enero asistimos a una sesión que prometía ser interesante. La médium vestía toda de blanco cuando salió a recibirnos. Era una señora entrada en años (posiblemente 50) y estaba preparando una especie de reunión para llamar a los supuestos extraterrestres.

 

Faltaban algunos asistentes y tuvimos que esperamos mientras observábamos detenidamente algunas paredes de aquella casona ubicada en la calle de Lourdes, al sur de la ciudad de México.

 

Cuando llegaron la totalidad de «invitados» ascendimos al piso superior donde estaba todo preparado para entrar en comunicación con el espacio.

 

Lucecita, que así se llama, tomó una mesita redonda de medio metro de diámetro y colocó sobre ésta un mantel de terciopelo rojo.

 

Sobre éste depositó un recipiente de vidrio con agua aparentemente pintada de color azul – como el cielo, explicó Lucecita -, además introdujo una pequeñísima esfera, de color rojo.

 

Todos tomaron asiento alrededor de la mesita (hubo cupo para seis solamente y apretujados) los cuatro restantes «estaban demasiado fríos de las manos», de acuerdo con las propias palabras de la señora Lucecita.

 

Ella se despojó de la túnica blanca y una túnica negra se vio debajo de ésta. Se colocó un velo encima de la cabeza y empezó a tomar las manos de los demás en señal de saludo. Después todos se enlazaron y empezó la médium a invocar a «los hermanos extraterrestres».

 

Cada vez que imploraba el descenso de los seres espaciales se estremecía.

 

Poco a poco su voz se hacía más ronca… hablaba con dificultad y casi sin aliento.

 

-Los hermanos quieren hablar… empezó a decir, pero aquí hay una persona indeseable, que no cree… le pedimos que salga. Nadie se movió de su asiento.

 

Volvió a insistir sobre el asunto pero nadie se inmutó. Entonces dijo:

 

-Los hermanos perdonan a aquel que irrumpe en su «divino» espacio y le piden que se abstenga de mofarse aún dentro de sí mismo.

 

La sesión empezó, y los hermanos hablaron por medio de la boca de la médium.

 

-Es preciso, dijo la médium Lucecita, que los terrícolas estén preparados para lo que ha de venir… porque vendrán grandes calamidades y sólo ellos nos podrán ayudar para superarlas oh ¡hermanos del espacio! acudan a mí.

 

La médium se convulsionó y de pronto su voz se hizo más hueca.

 

-Bajaremos a la Tierra este año… decía con voz sobrecortada. Nos mostraremos al mundo entero… porque ya es tiempo de hacerlo y ayudaremos a los humanos a mejorar la especie (?) (¿Quiso decir con esto que se mezclarán entre nosotros y tomarán a las mujeres como esposas?)

 

-Hubo una pausa… como de dos minutos…

 

Los asistentes estaban nerviosos, «algo» había cortado la comunicación con el «exterior».

La médium volvió a la realidad y dijo:

 

-Es todo lo que nos pueden decir los hermanos por ahora. Pero ofrecen asistir a todas nuestras próximas sesiones a informar sobre sus propósitos aquí en la Tierra.

 

Hubo una extraña mezcla de júbilo y melancolía en la mirada de la médium cuando se dirigió a los asistentes y dijo un tanto llorosa:

 

-Me han permitido ver hacia el futuro de la humanidad y me presentaron una visión espeluznante de lo que puede ser la peor calamidad que sufran los terrestres…

 

-Al preguntarle cómo será la catástrofe que asolará a la humanidad y cuándo se cumplirá esa predicción dijo:

 

-Veo las calles de grandes ciudades destruidas… tal vez por un terremoto o por alguna explosión nuclear de largo alcance. Un acontecimiento se retrasa, tal vez es la celebración de los Juegos Olímpicos en Moscú, o en Los Ángeles, pero es en estos tiempos cuando la Tierra se verá azotada por los peores males que la hayan acosado jamás.

 

-¿En qué ciudad empezará todo? preguntamos.

 

-No puedo decirlo, pero vi la ciudad de Nueva York y algunos edificios de construcción rusa desplomarse. El Taj Mahal continuará en pie, nuestra ciudad sufrirá daños pero no permanentes como los Estados Unidos y Centro América.

 

-¿Los hermanos del espacio le dijeron esto?

 

-No solamente me dejaron ver algunos pasajes de lo que sucederá muy pronto.

 

¿Se acabarán las guerras? ¿Todo volverá a la normalidad?

 

-No puedo contestar a eso… sólo dije lo que vi, lo que ellos me permitieron.

 

-¿Cuándo empezó a contactar con los extraterrestres?

 

-En mayo de 1971 empecé a tener contacto telepático con ellos y me dijeron que yo había sido elegida para mostrar al mundo sus avances y nuestra destrucción.

 

-¿Ellos destruirán la Tierra?

 

-No (rotundo), Ellos no desean la destrucción, sólo quieren nuestro bienestar y nuestra superación.

 

Hasta aquí la charla con la médium. Lucecita que afirma: Yo tengo contacto con seres extraterrestres.

Astrólogos, videntes y memoria de teflón

ESCRUTINIO

Astrólogos, videntes y memoria de teflón[1]

Juan José Morales

Estamos ya en diciembre, época de vacaciones, fiestas, furor de compras navideñas y vaticinios de astrólogos y videntes para el año venidero. Como de costumbre, no acertarán. Pero, sin pudor alguno, diarios, revistas y estaciones de radio y televisión seguirán difundiendo sus patrañas, confiados en que dentro de doce meses se habrán olvidado y la gente continuará dándoles crédito. Es más: no sería extraño que para entonces vuelvan a pronosticar exactamente lo mismo, o que ya nos estén recetando las mismas predicciones fallidas, sólo ligeramente retocadas para hacerlas pasar por nuevas.

clip_image001Siempre fallan, pero cada año videntes, pitonisos, adivinadores, astrólogos, mentalistas y demás personajes similares hacen pingües negocios con sus predicciones, confiados en que nadie recordará sus incumplidos vaticinios previos.

Si se da un vistazo a lo que esos embaucadores han anunciado durante los últimos años, se encontrará una interminable lista de sucesos extraordinarios y de catástrofes «”las cuales parecen ser su especialidad»” que hasta ahora siguen sin materializar. Por ejemplo, las siguientes:

 

Lanzamiento de astronautas mexicanos, erupciones del Paricutín, el Chichonal, el volcán de Colima y el Popocatépetl (los cuatro, no uno solo), un colosal terremoto que dejará en ruinas toda la costa occidental de América desde Oaxaca hasta San Francisco (y un sismo mucho más modesto que sólo causará enormes pérdidas materiales y de vidas en la ciudad de México), maremotos en Brasil con cientos de miles de muertos, una devastadora epidemia de una enfermedad parecida al ántrax en Europa, el incendio del famoso teatro Covent Garden de Londres, el asesinato del presidente de un país europeo en plena función de ballet, el desplome total o parcial de la estatua de la Libertad, el Arco del Triunfo en París, la fuente de la Cibeles en Madrid, la Torre de Pisa en Italia, una de las torres del Kremlin en Moscú, el palacio de Buckingham en Londres y algunos otros emblemáticos edificios y monumentos.

En cuanto a muertes, en un tiempo el pronóstico recurrente fue la de Fidel Castro, pero como parece gozar de una salud de hierro, ahora prudentemente se prefiere no anunciarla.

 

En materia de guerras «”otra de las especialidades de los pronosticadores»” todavía estamos esperando la que en 2012 involucraría a China, Rusia, Pakistán y Corea del Sur, o la que Venezuela «”aliada con Rusia»” libraría contra un país no revelado. Como cereza del pastel, algunos astrólogos y videntes no se cansan de anunciar que «”ahora sí, el próximo año sin falta»” se desatará por fin la temida y temible Tercera Guerra Mundial.

 

Hemos mencionado sólo algunas de las predicciones concretas, específicas, relativas a determinados hechos, lugares y fenómenos, no a esas tan vagas e imprecisas que pueden aplicarse casi a cualquier suceso, del tipo de «morirá un destacado político» o «un país de Asia sufrirá una gran catástrofe», o las que son tan obvias que vergüenza debía darles a quienes las hacen, como «se descubrirán nuevos casos de corrupción» o «habrá crisis económicas en varios países». Hemos dejado pasar también varios años desde que se anunciaron aquellos desastres, magnicidios o pandemias, para dar un margen de tolerancia. Pero nada de ello se ha cumplido.

Ello, empero, no obsta para que año tras año millones de bobalicones lean embelesados las supuestas profecías, muchas de ellas recicladas o revolcaditas para simular que nos están dando productos nuevos. La clave, como decíamos al principio, está en el olvido. La gente parece «”como reza el dicho popular»” tener memoria de teflón, a la que nada se le pega. Pronto olvida los vaticinios. Quizá porque «”siendo tan sombríos»” se siente satisfecha de que no se cumplan, y nuevamente queda lista para que vuelvan a tomarle el pelo, como seguramente no tardará en suceder o ya está ocurriendo en estos días.

Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx


[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 5 de diciembre de 2013