IMPACTO AMBIENTAL
Los neonicotinoides y el misterio de las abejas[1]
Juan José Morales
Desde el pasado primero de diciembre, y por acuerdo de las autoridades ambientales de la Unión Europea, no se permitirá en los países que la integran el uso generalizado de tres insecticidas agrícolas derivados de la nicotina que se comercializan bajo los nombres comerciales Clotianidina, Tiametoxam e Imidacloprid, y son ampliamente usados en los cultivos de girasol, colza, algodón y maíz entre otros.
Abejas en su colmena. La ingestión de minúsculas cantidades de ciertos insecticidas presentes en el néctar de las flores de cultivos tratados en ellos, aunque no les cause la muerte, basta para desorientarlas al grado que no pueden retornar a su colonia. A ello se debe el súbito y misterioso despoblamiento de colmenas, un fenómeno que se había venido observando durante los últimos 15 años.
La medida fue tomada porque recientes investigaciones llevaron a la conclusión de que estos productos, aunque no son peligrosos para el ser humano, pueden afectar al sistema nervioso de las abejas causándoles parálisis y hasta la muerte, y que incluso en dosis minúsculas, no letales, pueden ocasionarles una severa desorientación que les impide retornar a su colmena.
Es precisamente este efecto el que explicaría la misteriosa mortandad de abejas que durante los últimos años ha venido diezmando los apiarios en Europa y Estados Unidos. De pronto, colonias enteras de abejas prácticamente desaparecen al no retornar a sus colmenas, sin que se pueda determinar su paradero. Ello provoca graves pérdidas económicas no sólo a los apicultores sino también a la agricultura en general, pues no hay que olvidar que esos insectos son los principales agentes polinizadores de las plantas, tanto las silvestres como las cultivadas. De hecho, en muchos lugares se acostumbra tener colmenas itinerantes, que son llevadas de un sembradío a otro para que cumplan su labor polinizadora.
El llamado despoblamiento de las colmenas, al cual nos referimos varias veces en esta columna, fue un enigma durante quince años. A lo largo de ese tiempo se barajó una gran diversidad de hipótesis acerca de su causa, desde nuevos virus hasta la acción de las ondas electromagnéticas de las torres de telefonía celular. Pero fue en los últimos tiempos cuando los investigadores llegaron a la conclusión de que se debe al efecto de los llamados neonicotinoides, unos compuestos derivados de la nicotina que son la base de los insecticidas mencionados y otros del mismo tipo.
En un experimento realizado en Francia con abejas a las que se dotó de diminutos radiotransmisores para poder detectarlas y seguir sus movimientos, se comprobó que aquellas a las cuales se administraron cantidades infinitesimalmente pequeñas de tales insecticidas «”muy por debajo de la dosis letal y por lo tanto considerada segura»” tenían grandes dificultades para encontrar el camino de regreso a su colmena y muchas terminaban definitivamente extraviadas. En cambio, las que no recibieron el insecticida, iban y venían sin problemas.
Desde luego, Bayer y Syngenta, fabricantes de esos insecticidas, niegan que sus productos sean los culpables del despoblamiento de las colmenas. Pero la Comisión Europea consideró que las pruebas son plenamente convincentes y «”si bien no por unanimidad sino en una votación dividida»” optó por prohibir su uso, aunque no de manera general, total y definitiva.
Podrán utilizarse, dice el acuerdo, en cultivos que no atraigan a las abejas y en los cereales cultivados en invierno, época en que en aquella región del mundo las abejas no se mantienen en actividad debido al frío, Igualmente, se permitirá aplicarlos en invernaderos, donde el ambiente está debidamente controlado, y en campos al aire libre después de la floración de las plantas.
Por otro lado, quedará prohibido el uso de semillas tratadas con neonicotinoides, salvo las de aquellos cultivos que no atraigan a las abejas o destinadas a siembras de invierno.
Parece, pues, que se ha encontrado no sólo la causa sino el remedio al misterioso despoblamiento de las colmenas.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Viernes 6 de diciembre de 2013