ESCRUTINIO
El bonito (y productivo) cuento del agua negra[1]
Juan José Morales
Si algún lector sabe cuál es el arma secreta de la naturaleza, le ruego me lo haga saber. Cierta empresa que vende aguas negras me ha despertado la curiosidad al respecto, pues la publicidad de su bebistrajo embotellado lo ofrece como tal «”es decir, como «el secreto de la naturaleza»»”, aunque sin revelarlo. Sólo dice vagamente que contiene «el poder de la Madre Naturaleza», y que el susodicho poder consiste en «minerales y ácido fúlvico».
En verdad, semejante palabrería resulta demasiado grandilocuente. Que un agua contenga minerales, no tiene nada de extraordinario. De hecho, prácticamente todas las que provienen de pozos, ríos, manantiales, lagos, cenotes o arroyos los contienen. Y el tal ácido fúlvico tampoco es cosa del otro mundo.
Con un precio de 30 pesos por una botella de medio litro, un metro cúbico de agua negra costaría 60 mil pesos. Pero hay quienes están dispuestos a pagar tales precios para distinguirse del común de los mortales, que acostumbramos beber agua transparente, aunque igualmente libre de azúcares, cafeína, carbohidratos, colesterol y grasas (cosas todas que ningún tipo de agua contiene), y también con cero calorías, como cualquier agua que se respete.
Pero vayamos por partes. Las aguas negras de marras no son las que comúnmente se conocen como tales. Es decir, las que salen por el drenaje doméstico de baños, lavamanos, sanitarios o lavaderos, sino un agua de color oscuro, prácticamente negro debido a su contenido de diversas sustancias. Proviene de ciertos manantiales de Canadá y una avispada empresa la comercializa en México y otros países con apoyo de un alambicado lenguaje publicitario que induce a creer que tiene propiedades medicinales y es mejor para la digestión y el funcionamiento general del organismo que cualquier otra agua. También hace énfasis en que no contiene azúcar, por lo cual los diabéticos pueden tomarla sin problemas, ni tampoco colesterol, así que no es dañina para el corazón, y tampoco engorda porque su contenido de calorías es de 0%. En realidad, cualquier agua está libre de azúcar y colesterol y su contenido calórico es 0%.
En cuanto al ácido fúlvico, al cual los publicistas atribuyen las maravillosas propiedades de esta agua negra, no hay uno solo sino varios. Así se denomina a ciertos compuestos químicos que se forman por la descomposición de los desechos animales y vegetales que constituyen el humus o mantillo. Es decir, lo que también se conoce como tierra vegetal, suelo o materia orgánica del terreno. Y los ácidos fúlvicos, también llamados ácidos húmicos, no tienen una composición química determinada, precisa, como por ejemplo el ácido clorhídrico, que está formado por hidrógeno y cloro. Su composición es muy variada y heterogénea y contienen multitud de elementos y compuestos.
Ciertamente, los ácidos fúlvicos son importantes para el crecimiento y desarrollo de las plantas. Pero de aquí a decir que contienen el secreto de la madre naturaleza, que poseen extraordinarias propiedades, que servirán para mejorar el estado del organismo y ayudarán a eliminar toxinas, y que sólo pueden obtenerse bebiendo esa agua negra, media un abismo. En realidad los ácidos húmicos o fúlvicos no son indispensables para una adecuada nutrición, y las sustancias de que están formados «”que, repetimos, provienen de la descomposición de restos de plantas y animales»” pueden obtenerse, y en mayor cantidad, a través de una alimentación balanceada que incluya frutas, legumbres, verduras y carnes.
Pero los vendedores de agua negra han sabido explotar dos características de algunos consumidores: la candidez de quienes están dispuestos a tragarse cualquier cuento aderezado con vocablos científicos, y la petulancia y la vanidad de quienes quieren a toda costa alardear de que son diferentes al común de los mortales. En este caso, porque no toman la misma agua clara y transparente que los demás, sino agua negra, importada de Canadá.
Y, dicho sea de paso, la publicidad en televisión de este producto se hace en inglés. Al parecer, porque no está dirigida a los nacos mexicanos que sólo hablan español.
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 27 de febrero de 2014