ESCRUTINIO
Frecuencias vibracionales para timar incautos[1]
Juan José Morales
Entre los mil y un artefactos con los cuales hay quienes dicen poder diagnosticar y hasta curar enfermedades, se cuenta el llamado Bioenergetic Imprinter, o impresor bioenergético, del cual el negocio Cancun Wellnes Center «”al cual nos referimos hace unas semanas»” maneja una variante a la cual denomina Homeopathic Imprinter porque, según su publicidad, puede «”a un costo de 40 dólares por sesión»” no sólo diagnosticar los males del paciente, sino elaborar un remedio homeopático para su tratamiento, En el anuncio, sin embargo, no queda muy claro qué relación tiene el aparato de marras con la homeopatía, e incluso contradictoriamente se advierte que en realidad no se trata de un aparato homeopático sino que pertenece al campo de la llamada medicina vibracional. Y acto seguido se lanza a una embrollada explicación sobre su funcionamiento.
El timo es simple: una mano, se dice, emite la señal para el diagnóstico y la otra recibe la señal para la curación. Por supuesto, ni una ni otra existen. Lo único real es el dinero que los crédulos pagan por someterse a «diagnóstico y tratamiento» con aparatos como este, llamados Homeopatic Imprinter, Bioenergetic Imprinter, o Guardian Homeopathic Imprinter and Potentizer.
Supuestamente, el Homeopathic Imprinter registra la biorresonancia del cuerpo, crea una impresión de su campo energético, la amplifica, produce un remedio, y devuelve al cuerpo las vibraciones transformadas en una señal que inicia la reacción curativa del organismo, al mismo tiempo que le prepara un remedio personalizado.
El primer paso para lograr tal maravilla consiste en establecer a qué se debe el padecimiento del cliente «”sería exagerado llamarle paciente»”, el cual puede ser resultado de sustancias tóxicas, bacterias, virus, parásitos, enfermedades degenerativas u otras causas. Para lograr el diagnóstico, basta que la persona ponga una mano en el instrumento. Éste, entonces «captura su frecuencia vibracional», la analiza, determina en qué consiste el problema, y una vez identificadas de esta manera las causas del mal, reintroduce en el cuerpo por la otra mano la señal biorresonante que ha captado, pero debidamente ajustada y modificada, de tal modo que al recibirla, el organismo, ni tardo ni perezoso, pone en acción la inteligencia innata que lo alinea con las leyes de la naturaleza y empieza a curarse por sí mismo. A la vez, el Homeopathic Imprinter prepara un remedio homeopático acorde con los desequilibrios orgánicos que haya detectado.
Pero no se crea que ese remedio consiste en las conocidas pildoritas o globulitos de azúcar que usualmente recetan los homeópatas, sino en frecuencias vibracionales. El aparato toma las que ha detectado en el cuerpo de la persona «”tanto las frecuencias sanas como las de la enfermedad»” y las transfiere a un pequeño recipiente denominado Detox Box o caja de desintoxicación, donde quedan almacenadas. El Detox Box debe llevarse en estrecho contacto con el cuerpo, ya sea colgado del pescuezo o en una bolsa sobre el pecho, pues emite continuamente «una versión amplificada de las frecuencias vibracionales que ha capturado», las cuales, al penetrar en el organismo provocan la respuesta curativa que se traduce en un estado de salud y bienestar.
Si le parece que todo esto despide cierto tufo a charlatanería, no anda muy errado. Es un timo que ya lleva años y ha sido denunciado en Estados Unidos, donde incluso se recomienda acusar penalmente de fraude a quienes lo promuevan, pues ofrece falsamente curar o aliviar enfermedades crónicas tales como colitis, esclerosis múltiple, fatiga permanente, fibromialgia, alergias, artritis, asma y otras muchas, todas las cuales se atribuyen a desequilibrios de un imaginario sistema bioenergético del organismo, los cuales el aparato se encarga de corregir para restablecer la normalidad.
Resulta innecesario decir que nada de lo expuesto tiene la menor base científica, ni jamás ha sido demostrado experimentalmente a través de pruebas clínicas o de laboratorio. Y, dicho sea de paso, los aparatos usados para este engaño pueden adquirirse fácilmente por Internet a precios que van de 300 a 600 dólares, inversión que el embaucador recupera con los primeros incautos a quienes someta a «diagnóstico y tratamiento».
Comentarios: kixpachoch@yahoo.com.mx
[1] Publicado en los diarios Por Esto! de Yucatán y Quintana Roo. Jueves 3 de abril de 2014